Texto de apropiación científica y tecnológica_____________________________

Módulo 5. Obra y autor  


Si equipará una “obra” con la vida del autor, así las incomodidades del autor son trasladadas como censura a la obra. Entre la vida vivida y la vida escrita, no hay simetría, hay homología. ¿De dónde viene el enigma de estas dos vidas paralelas? Tenemos aquí dos bocetos que parecen bien conectados según un cierto informe de alusión, pero esta relación sigue siendo demasiado clara o demasiado profunda. Entonces, ¿de dónde viene el enigma de estas vidas paralelas?  De la vida de Proust y otros, con el tipo de codicia que ponemos al “devorar” narrativas. Lo cierto es que, muy paradójicamente, la vida de Proust obligó a criticar el uso que solemos hacer de las biografías. 


Por lo general consideremos que la vida de un escritor debe informarnos sobre su obra; queremos encontrar una especie de causalidad entre las aventuras vividas y los episodios de escritura, como si uno produjera el otro; creemos que la obra del escritor, es lo que no parece más “verdadero” con ello, se nos demuestra que ha vivido, ya que tenemos el tenaz prejuicio de que el arte es básicamente una ilusión y que es necesario, siempre que sea posible reducirlo a una pequeña realidad contingente del artista. Pero la vida de Proust nos obliga a revertir este prejuicio; no es la vida de Proust lo que encontramos en su obra, son sus obras la que encontramos en su vida. Leer el libro de Painter (que tiene calidad de trasparencia extrema), no es descubrir el origen de su diseño, es leer un duplicado de la novela, como si Proust hubiera escrito la misma obra dos veces: en su libro y en su vida. No nos decimos esto a nosotros mismos (al menos esa es la sensación que tenemos).


En otras palabras (al menos con Proust), no es la vida la que informa sobre la obra, es la obra la que irradia, explota en la vida y dispersa en ella los mil fragmentos que parecen preexistirla. El mundo de Proust es un mundo platónico (mucho menos que al modo de Borges), está poblado de esencias y son esencias las que se dispersan en la obra y la vida de Proust: la esencia en pequeñas frases, sin alteración, sus tramas intimidadas se alojarán en apariencias de las que al final no importan si son ficticias o reales. Entonces entendemos que es inútil buscar las “claves” del diseño vinculante entre obra de arte y artista. El libro como obra no proporciona las claves, el libro abre el mundo. Ciertamente la vida del escritor ofrece un campo privilegiado a la dispersión de conexiones entre obra y vida, pero este campo no es el único posible. 


Cada una de nuestras vidas particulares puede ofrecer para recibir esencias proustianas; de ahí esta la sensación constante de encontrar el mundo de Proust en nuestras vidas. La verdad del escritor no proviene de una copia brillante de la “realidad”, sino de una reflexión filosófica sobre las esencias y el arte de posibilidad de su obra. Además, a pesar de la paradoja, cuando el lector lee la vida del escritor no como anterior, sino como posterior a su obra, es del quien tiene razón y no el crítico quien trataría de explicar la obra de Proust por su vida. 


Podemos renunciar a esta paradoja biográfica de otra manera: las vidas de la persona y del escritor constituyen dos planos ofrecidos a la dispersión de las mismas esencias; pero lo que ya no es paralelo entre ellos, porque único, confuso, idéntico, es la escritura: es donde se encuentran los paralelos. Cuando el lector se encierra en el libro, no es como cuando el escritor se encierra a escribir; el narrador que compone piezas de textos se despide del mundo y crea otro, es para finalmente comenzar su libro desde un modo de transe psicológico de habitar la estética de una ficción o la imaginación teórica de los hechos. En otras palabras, es solo entonces que las dos vidas paralelas se unen indisolublemente con sus tiempos: la escritura del narrador es literalmente la escritura de la persona: no hay autor ni personaje, solo hay un escrito como una forma de arte. La biopelícula, la biopolítica, la bioescritura… sugieren la idea de parcialidad entre biografía obra-vida del autor[1]. 


Saben los que nos gusta la literatura, que “La búsqueda del tiempo perdido” es la historia de un escrito. Esta historia, quizás no sea inútil recordarla para entender mejor cómo se desenredó, ya que este desenlace figura lo que, al final, permite el escritor escribir. En síntesis obra y vida del autor estamos hablando de que nos hay conexiones biográficas esenciales como muchos podrían esperar, por la tanto, resulta vulgar censurar la obra del profesor escritor, por su vida crítica social.


¿Cuánta ansiedad hemos cargado a los aspirantes a escritores académicos antes de que se escriba algo, incluso antes de que se introduzcan sutilezas como las ideas en la conversación en las aulas? ¿Y qué efecto tiene esta carga en aquellos que necesitan escribir?


Parálisis. Inseguridad. Insuficiencia a escala industrial. Alguien o algo —la cultura, el sistema educativo, los padres, los profesores— ha paralizado tantos jóvenes que no pueden pensar y comunicar por escrito en su propia lengua materna. Los hemos atado en nudos. En algún lugar de entre sus cerebros y la página o pantallas con la literatura disponible. Algo terrible sucede. Sus dedos se atan con el ruido del mundo, y las palabras tartamudean y se tambalean su razonamiento, se desconecta la lógica de metáforas, proposiciones, cláusulas, frases y narrativas estructuradas. O se apresuran a cortar y pegar (plagio) o ensalada de palabras donde la conciencia parece teme pisar. O lanzan espaguetis lingüísticos contra la pared con la esperanza de que algo dé resultado, cree un orden o método. Esta situación es frustraste para todos los profesores revisores de manuscrito de novatos universitarios.


¿Cómo llegamos a este lamentable estado? Hay tantos investigadores y otras voces contestadoras en la academia que hacen análisis. Escuchamos y encontramos una alineación de los sospechosos habituales: la muerte de la lectura regular y sostenida, demasiado tiempo frente a la pantalla, la mala educación, un divorcio entre pensar escribir, personas y palabra escrita divorciados. Creemos, sin embargo, que el principal culpable es la coacción. Entre las edades de 5 y, digamos, 23 años, la única experiencia que la gran mayoría de las personas tienen con la escritura es por coerción. Sobre todo, esa fuerza es impuesta por las instituciones educativas (escuelas y universidades), pero a veces proviene de la presión familiar. El resultado de toda esta compulsión es que la mayoría de las personas nunca escribe para sus propios fines, nunca encuentran placer, alegría o creatividad a través de la escritura, nunca experimentan diversión jugando con las palabras dentro de generos literarios. ¿Es de extrañar que sus esfuerzos suenen como gritos de ayuda? 


Parece que es requisito dejar de escribir, se desvanece porque estamos fuera de la escuela. El mundo más allá de la escuela está lleno de escritos requeridos: informes de laboratorio, trabajos de solicitudes de empleo, anotaciones casuales, mensajería electrónica, obituarios, comunicados públicos, elogios… El mundo, al parecer, está repleto de escritura que no es divertida y no opcional, que debe hacerse sin importar cómo se sienta el desventurado escritor al respecto. 


¿Es de extrañar que cualquier tarea de escritura llene de temor a tanta gente? Ya es hora de una justicia epistemológica y dejemos encontrar placer y satisfacción en la escritura desde dentro de sí mismo. Mejor aún, es hora de producir una generación de escritores en desarrollo con la confianza y la capacidad de generar su propia escritura con estatus de disertar y creer en ella. La escritura es un significado más allá de la aflicción de la asignación de producir cuerpos de texto.


¿No deberíamos contar siempre narrativas para que su especificidad revele alguna verdad más amplia? Y sin embargo, cuántas veces ha estado al tanto de conversaciones entre otros escritores en las que nos burlamos del concepto mismo. Nos decimos que escribir no se trata de promulgar un tipo de terapia. Somos intelectuales. Somos artistas, científicos… Queremos decir, la gente no está interesada en vulgares mensajes. ¿Qué clase de narcisista monstruoso cometería ese error? Escribir es trasformarnos en una forma de progreso ético a nuestra persona.


5.2 ¿Qué se siente escribir en la educación universitaria?


Más al punto, sin embargo, nosotros, los profesores y estudiantes, practicantes de toda la vida de la comunicación escrita podemos comenzar a hacer tareas onerosas un poco menos al hacer que el trabajo sea significativo para las personas que lo realizan, ubicando el Yo en el centro de la “escritura”. ¿Qué implica una inyección de lo personal? Por un lado, significa que creamos espacio para que la inteligencia y la personalidad y el lenguaje del escritor florezcan dentro de la tarea universitaria. Es como encontrar la “voz” del escritor divorciada de todo lo demás, puede convertirse en una preciosa autoindulgente virtud. Más allá de eso, entendiendo que hay un “Yo-idea” responsable de escribir un manuscrito, se hace evidente que debe haber un Usted en algún lugar que existe y que, posiblemente también está baja convulsión, leerá estas palabras que el escritor produce. Incluso los artículos científicos deben tener lectores. Cuando lo miramos desde esta perspectiva, vemos lo que ya deberíamos saber: cada acto de escritura es en el fondo un intercambio entre personas, un escritor y un lector. Incluso las audiencias de millones son simplemente audiencias de uno, repetidas una y otra vez.


Con demasiada frecuencia la escritura se ha abordado como un conjunto de habilidades para perfeccionar o incluso fórmulas de cortar y pegar según sea necesario. Los resultados, la mayoría de la veces, son rancios, pálidos y aburridos textos. Piensa en cualquier versión de los temas de dos o tres párrafos que le enseñaron en la escuela. En el mejor de los casos, esos producen composiciones superficiales pero rara vez inspiran literatura; en el peor de los casos, intentos texto sin vida en un patrón de copias. En todas sus variaciones, el objetivo del tema de tres o cuatro párrafos, nunca fue fomentar la brillantez del arte literario, sino nada más, ordenar en el cerebro un glosario de un adolescente extraviado. Sin embargo, muchos de nosotros vamos por la vida pensando que tal imposición es la única manera de escribir y que de alguna manera no hemos logrado comprenderla en lugar de entender que fue la escuela la que nos falló. Tanto los jóvenes como adultos en la universidad merecemos algo mejor que memorizar y cortar-pegar texto.


No le vamos a mentir, la escritura tiene sus días bueno y malos. Los días malos se siente como andar en la maleza de un pantano, o tal vez, simplemente ahogarnos en nuestra distracción del ruido. No hay manera, piensas, que los buenos días pueden compensar esta miseria. Pero luego llegan un buen día, o tal vez solo un buen par de horas, y eso borra toda dureza y autodesprecio, y piensa, tal vez, no somos tan malos en esto. Te sientes realizado y exitoso e incluso, de vez en cuando, brillante. Porque lo eres. Incluso entonces, sabes que los tiempos oscuros están tan cerca como mañana. Irá por ese camino mientras escribas. Los fracasos pueden venir más a menudo que los éxitos, pero no te detendrán, porque la sensación es gratificante por derecho propio. 


El punto es que el acto de escribir no debe ser un trabajo pesado. Sí lo es así, no lo está haciendo bien, y puedo garantizar que no es su culpa. Escribir en la universidad, siempre será un trabajo difícil pero placentero si vive su arte de pensar. Como cualquier actividad, es más difícil lograr algo, cuando previamente se nos enseño mal. El talento no duele, la escritura debe ser satisfactoria y enriquecedora. Mejorarás con la práctica, y la práctica será más fácil si tienes a la mano su teoría. Sí queremos que aprenda a escribir como un académico eficaz en el arte de pensar, es decir, aprender a escribir de la mano de los héroes del pensamiento que la literatura disponible coloca a su alcance. Una vez que lo logras, estos maestros de la literatura de ficción o de la academia, el resto son solo pinceladas de detalles.


Un sonido: el del teclado y la imaginación cantando entre las letras…



5.3 La fuerza radical de nuestro Yo-historia 


La propia historia no nos dejaría en paz. ¿Vea lo fácil que es hacer agujeros en esta lógica? Conectamos nuestras historias que consideramos más necesarias para muestro Yo-idea. Así la escribimos. Y era urgente un salto de honradez y autocrítica, pero no fácil. Así que debemos volver a caminar por lecciones de la vida desconcertantes y excavar por donde la memoria estaba entumecida en la primera observación. Es necesario una investigación intelectual sobre los propios temas de nuestra vida: la vergüenza, las adicciones, la economía precaria, la mala educación… En este ajuste de cuentas hay una oportunidad para crecer. Escribir es una expresión de nuestra necesidad de establecer nuevas conexiones entre esas historias que definen nuestro Yo-idea. Para responder a nuestras propias preguntas sobre “por qué”, compartir lo escrito es el poder de revelar secretos extraños, experiencias que creímos solo son nuestras y descubrir que no estábamos solos. Escribir nuestra memoria en forma de poesía, autobiografía, diario…, es para liberarnos, aunque el proceso de escritura lo hace. 


James W. Pennebaker en su famoso estudio de la teoría de la “escritura expresiva[2]”. Al pedir a pacientes escribir sobre traumas del pasado; pensamientos y emociones se dejan al descubierto en letra. Todos encontraron valioso y significativo leer las historias escritas que generaron ellos mismos. El monitoreo durante el año siguiente reveló que esos pacientes hicieron menos visitas significativas al psicólogo. Así, la teoría de Pennebaker revela que la escritura expresiva sobre el trauma fortalece el sistema inmunológico, disminuye el pensamiento obsesivo y contribuya a la salud general de estos escritores. 


Desde entonces, Pennebaker ha desarrollado su teoría, cómo efecto también pueden ser consistente a una escala mucho mayor, en comunidades que han sufrido las atrocidades de la guerra y otros eventos políticos. 



5.4  Sin libertad para escribir libros


El escritor que quiso ser invisible para la burocracia académica... Italo Calvino... Una metáfora para pensar en la vida de uno es conceptualizarla como un viaje. Uno de los compañeros de viaje es nuestro lenguaje. En la escolaridad reconocemos este esqueleto y su tejido, su gramática y estilo retórico. Nuestro vocabulario se hace más grande con la lectura y escritura. Descubrimos las grandes alturas que puede el lenguaje elevarse en las matemáticas, la poesía, la ciencia, la inteligencia artificial, máquinas de aprendizaje, biología y química sintética. 


¿Y luego qué? Para la mayoría de la gente, ese parece ser el final de la historia. Podemos optar por extender nuestra lengua materna en propósitos en los que seremos escritores (pensadores en el arte). El lenguaje es simplemente una de las muchas habilidades que podríamos poseer, como ser capaces de hacer ciencia, ingeniería o tocar la guitarra. Contrariamente a la creencia popular, el consenso de los investigadores que estudian el envejecimiento cognitivo, invertir en aprendizaje en los sistemas cognitivos del lenguaje, en gran medida a lo largo de la vida extiende memoria y conciencia: el lenguaje así no envejece[3]. Pero ¿qué significa esto que el lenguaje no se afecta con el envejecimiento? Es un fenómeno complejo que se basa en otros procesos cognitivos, como la percepción y la memoria. Cualquiera que tenga dificultad para recordar el nombre de alguien se acuerda de la dependencia del lenguaje con la memoria. Además, a medida que nos esforzamos por escuchar a nuestra amigo en un café ruidoso, la dependencia del lenguaje de la percepción también se vuelve clara. Puede ser útil introducir una analogía en este punto. Imagine que alguien ha construido un castillo de arena en la playa. El castillo en sí puede ser impresionante, pero los castillos de arena son tan fuertes como su base. Y a medida que la marea comienza a subir, los cimentos del castillo se ven amenazados. Las olas ahuecarán sus cimentos, y después de un tiempo, las elaboradas torres y arcos pueden posarse precariamente sobre una base cada vez más erosiona. Sin embargo, el castillo aún puede estar en pie, a pesar de que parte de sus cimentos arenosos han sido arrastrados.


Entonces, ¿cómo se mantiene el lenguaje a medida que la marea del envejecimiento desgasta la base de la percepción y la memoria? ¿Una mente cambiante presagia el declive de nuestras habilidades lingüísticas? Resulta que el lenguaje como un castillo de arena bien construido, puede mostrar una sorprendente resiliencia frente a la interrupción cognitiva. La historia completa del cambio del lenguaje en la edad adulta es una historia de declive, adaptación, resiliencia e incluso se mejora.


A las universidades que sus profesores no se les estimula a escribir literatura, envejece el lenguaje y a la larga esa universidad es derrumbada por las mareas del cambio en el tiempo de nuevos conocimientos…


5.5 ¿Cómo dar mantenimiento por envejecimiento del lenguaje?


Resultados aparentemente contradictorios son más fáciles de entender si conceptualizamos el lenguaje no como un fenómeno unitario, sino como un conjunto de componentes que interactúan. Visto en términos generales, el lenguaje literario consta de cuatro dominios principales: escachar al texto, hablar el sistemas de escritura, leer lento tomando notas y escribir en versiones de manuscritos borrador. Tenga en cuenta que cada domino es parte de un sistemas integrado y de multicomponente. El subdesarrollo de un dominio intelectual no significa que carezca de capacidad lingüística. Por ejemplo, en todo el mundo, muchas personas nunca aprender a escribir literatura científica-académica, leer y escribir literatura está fuera de sus vidas. Pero no caracterizamos a estas personas como que no tienen lenguaje. De hecho en la escala de la especie humana es literalmente un fenómeno relativamente muy reciente (5 mil años). Además, las personas ciegas y con baja visión experimentan la palabra escrita, pero lo hacen a través de otros sentidos. Del mismo modo, los sistemas de escritura son signos expresivos y ricos como cualquier lengua hablada en voz alta. 

Los investigadores que exploran la relación entre el lenguaje y el envejecimiento lo hacen utilizando una variedad de perspectivas. De una manera ciertamente simplista. podemos subdividir los enfoques en cuatro perspectivas amplias: el desarrollo, fisiológica, social y cognitiva. Obviamente estas formas de estudiar el lenguaje no son mutuamente excluyentes y muchos temas que discutimos se basan en las contribuciones de las cuatro. 


Desde la perspectiva de desarrollo, los investigadores se centran en cómo se adquieren los cuatro dominios y cambian con el tiempo. Por ejemplo, cuando estamos predispuestos a identificar los sonidos de nuestra lengua materna y pasar a dominar los rudimentos de hablar en nuestro segundo año de edad. La lectura y la escritura comienzan formalmente con el preescolar y el jardín de infantes, con la lectura dominada en gran parte en la educación primaria y secundaria, también aparece la escritura. Por supuesto, pocos afirmarían que alguna vez dominan totalmente la escritura incluyendo egresados de posgrado de la universidad moderna.


Desde una perspectiva fisiológica, la investigación sobre el lenguaje y el cerebro sugieren que los cuatro dominios son capaces de funcionar de manera algo independiente. Esto es quizás más evidente cuando consideramos los efectos de la lesión cerebral. Las interrupciones causadas por un accidente cerebrovascular o una lesión en la cabeza pueden ser sorprendentemente selectivas. Una persona que sufre un derrame cerebral podría perder la capacidad de leer, por ejemplo, pero puede tener por o ningún impedimento en la capacidad de hablar y entender el lenguaje, e incluso la capacidad de escribir puede ser preservada. 


Desde una perspectiva social, los investigadores tienen en cuenta los roles de la sociedad y la cultura para estudiar el uso del lenguaje. Por ejemplo, analizar los efectos de los estereotipos sobre el envejecimiento y las consecuencias sociales del edadismo. Estos investigadores también estudian las formas en que la demografía del envejecimiento está cambiando las sociedades de todo el mundo. 


Desde de la perspectiva cognitiva, los investigadores pueden centrarse en procesos constituyentes específicos del lenguaje, como la búsqueda de palabras. En otro extremo del espectro cognitivo, exploran cómo los dominios operan de manera más amplia, como al escribir. Debido a que los científicos se basan principalmente en la investigación de este campo, ahora mismo el entorno posverdad y procesos de sesgo cognitivo han adquirido enorme relevancia.


Es importante notar que el promedio de personas entre 60 y más allá tiene pérdida de memoria[4]. Por esta razón, es necesario atender el papel de la memoria en escuchar, hablar, leer y escribir. Por ejemplo, ¿es la dificultad para encontrar palabras de la que muchos adultos hablan un envejecimiento del lenguaje? El desarrollo de formas de escritura que permiten a las personas lograr una mayor autoconciencia y refrescar la memoria. Aumenta nuestra habilidad para comprender no solo nuestras propias experiencias y motivaciones, sino también las de los demás. El mantenimiento e incluso la mejora de algunas habilidades cognitivas sirven como contrapeso para compensar las disminuciones en los procesos cognitivos como la percepción y la memoria. El mantenimiento de la memoria, es fortalecido por los procesos de lectura y sobretodo escritura de naturaleza literaria: dado su riqueza de complejidad racional, emocional y estética[5].  


Si se lee con placer, ese texto seguramente se escribió con duro trabajo. Escribir un breve ”duro” requiere un trabajo inteligente, no trabajar solo muchas horas. Un abogado o un científico de la ciencias naturales, proclaman para una gran escritura de defensa de las ideas, que jueces y editoriales refieren como textos de fácil lectura para expresar la complejidad de conocimiento expresado. Superar la normas estéticas y racionales, sorprender, significa tomar diferentes decisiones de escritura, incluso inusuales. Por ejemplo, cuando un abogado discute las regulaciones de un sector productivo, cae en un abismo de detalles…, usa frases como “prioridad en competencia “, se de tiene allí en detalles. Una habilidad es romper con un punto y coma, y comenzar con “sin embargo”, “por tanto”, “la experiencia sugiere”. La mayoría escribe algo lento y plano. La educación universitaria debería ofertar educar su prosa con un lenguaje fresco, frases equilibradas y puntuación creativa. 


1. Tachuelas del texto inicial: Explique “quién”, “qué”, “cuándo”, “dónde”, “por qué”, “cómo”.

2. La lista corta: enumere su camino con fundamentos, evidencias, datos, justificaciones hacia su meta.

3. Dibuje con prosa: genero, argumentación, discusión, explicación, cálculo, demostración, narrativa, síntesis… diserte intentando ganar profundidad.


Vender respuestas rápidas a preguntas estructuradas desde el principio, deber ser el objetivo de todo escritor académico. Nada en una defensa de las ideas, es más satisfactorio que reducir una disputa o discusión a sus esenciales, casi como si estuviéramos preparando el “tema del caso” para un abogado, o el asunto de fondo para “”científico-académico”. Pero, ¿qué debería contener del “tema”? Para cuando estamos listos para comenzar a escribir, debemos preparar la mente leyendo, haciéndolo con preguntas en mente. Esas preguntas vivas en el flujo de leer y tomar notas, son las secciones estructurales de la lógica de nuestro manuscrito borrador. No es que debamos congelar nuestro manuscrito antes de escribirlo. Así como alteramos el condimento de una comida, debemos trabajar los ajustes en argumentos, estudiar nuevas evidencias o jurisprudencia en caso de un abogado. 


La mente narrativa. Comience con un párrafo o dos que cubran lo que muchos abogados refieren: quienes son las partes; cuándo, dónde y cómo surgió la controversia; qué pregunta busca responder el litigio; cual es la posibilidad de que gane el cliente. O como un científico académico, cuales son los hechos entorno al asunto de fondo, el planteamiento del problema, hipótesis, métodos, diseño experimental, análisis de datos y conclusiones teóricas, ontológicas o tecnológicas. 


Con una lente lógica ensaye si es abogado, los puntos específicos que le harían a un juez que le dio 60 segundo para explicar por qué debería ganar. Si es un científico podría en 60 segundo exponer una justificación  Problema-Solución. ¿Por qué deberíamos atender construir una lente lógico epistémica y pragmática. Ofrecer a la corte una razón sólida para fallar a su favor; explicar con sólidos a priori y posteriori dentro de contexto metodológico y teórico del argumento hipotético  inductivo bayesianos. La lente contrastante dibuja lineas entre puntos de vista opuestos de las disputas y discusiones.


Con demasiada frecuencia, los abogados saltan directamente a los matices legales del caso sin explicar, en términos claros, el contexto legal dentro del sistema jurídico que surge el caso. Cuando más profundo esté en su litigio, más fácil será olvidar lo que el Tribunal suele llamar “contexto en el que surge el caso”. Es por eso que las declaraciones preliminares de algunos abogados hacen sentir como si estuviera siendo golpeado en la cabeza con un martillo. Imaginan que son un juez que recoge una moción y se topa con esta introducción de 60 segundos. 


Para evitar esta sensación caótica demasiado común, respire hondo y responda a las preguntas clave que tendrían si estuvieran leyendo sobre un caso o proyecto de investigación científica. ¿Quienes son las parte y los hechos jurídicos? ¿Cuales son los hechos naturales y los problemas implicados? ¿Qué preguntas se esta tratando de responder? ¿Por qué se debería considerar sólida la idea? Si se esta redactando un manuscrito en apertura, haga que esas respuestas sean el comienzo de su presentación para que pueda ayudar a orientar a la corte o los comités científicos. Y se puede hacer girar algunas de sus respuestas a la ventaja de su cliente o de la viabilidad científica de solución. 


Al destilar cada día dentro de su escritura el caso, el problema, usted adquiere nuevas conexiones de evidencias, datos, hipótesis, métodos, recursos legales, son omitir la objetividad de uno. Este problema se trata de… este caso se trata de… La narrativa a veces es posible que desee aprovechar al debate a través de una frase de apertura sobre cómo en estos casos suele suceder. Si desea terminar el párrafo con una preposición, asegure que es la indicada en el sentido que pretende abrir una discusión. Una apertura narrativa puede ser más que una forma de volver a comprometerse y orientarse en sus razonamientos: volver sobre los fundamentos bien alabados puede reforzar en sí sus ideas. Por ejemplo, la frase de apertura “tema fundamental”, esta alerta al lector que la narrativa inicial tendrá que hacer para resolver la discusión o disputa: comenzando a vender el interés en su lectura. 


A muchos les encanta las listas de viñetas: lista de hechos, argumentos, y sobre todo, conceptos. Creen que ayuda a resumir y mantener unido las evidencias, razones legales o el sentido común por las que debe prevalecer la propuesta de una idea. Pero, esto provocará razones circulares y, por lo tanto, poco persuasivas. En otras palabras, enumerar cosas y escribir basándose únicamente en viñetas, el escrito que está presentado, carece de discusión y justificación; corre el riesgo de ser considerado dogmático en sus propuestas. 


Un texto amplio y oneroso en justificación y discusión, prueba que está buscando documentos relevantes para poner los pies en la tierra. Así que hacemos en un prosa fina y coherente el flujo de razones, para que sean más específicas de lo que su instinto podría sugerir. Agregue la palabra “porque” en cada pieza de razón, incluya algunos detalles específicos de su propia discusión y no cualquier argumento en la línea de sus tesis. 


Para el desarrollo de listas de viñetas, evite hacer lo que hacen muchos, copiar los elementos involucrados sin establecer la lógica que los conecta y declarar como objetivos a cada uno de ellos.  A veces, el orden de sus razones es obvio no porque esté rastreando evidencias o justificando las ideas, sino porque tiene que resolver problemas de umbral como la posición o la disertación. En estos casos, argumente seguido de “se carece de evidencia solida” el operador “incluso sí”. Aún así se necesitará argumentar la desestimación, algunos habiles escritores llevan sus cruzada contra la voz pasiva. 


La forma de ordenar o estructurar su lista de evidencias, será tan obvia, particularmente cuando la discusión se centra en hechos controvertidos o en un estándar amplio de razonabilidad aceptado por la comunidad. Pero puede usar libertad de inferencias con nuevos razonamientos a su favor. Tenga en cuanta que la evidencia es el estándar de oro para estas listas. La idea es que su nueva inferencia no viola las cláusulas que fundamentan las leyes. Prosas donde los operadores son “en primer lugar”, “en segundo lugar”… “podemos inferir” o “finalmente”. Son formas discursivas que niegan selectividad o diversidad, sino son, demuestra conexiones lógicas legítimas, y finalmente explique cómo se puede alcanzar a demostrar con datos esto. 


Es aún más desafíense, e importante, apegarse a una lista de razones ganadoras cuando presenta una oposición o un manuscrito de respuesta que desarrolla la tesis que defiende. La mayoría de los científicos pasan resucitando los argumentos de otros, antes de intentar derribarlos, dejando así que otros dicten la estructura de su pensamiento. Sin embargo, buenos escritures, logran luchar contra ese instinto y mantenerse a la ofensiva. Una manera de lograrlo, es escribir respondiendo explícitamente en oposición a un documento específico, desestimando su enfoque. 


En lugar de retirarse a la postura ofensiva tan común en los escritores novatos, podemos dibujar la discusión de las ideasen juego, y amenazar estas posiciones con nueva red conexiones conceptuales y reconsideración de los datos por su debilidad ontológica. La decisión aquí es abrir nuevos caminos al pensamiento, aprovechar las grietas en la literatura disponible y proponer teoría alternativa, más que solo repudiar un enfoque. El operador “incluso si” es muy elegante, un signo de cláusulas independientes de la corriente dominante del pensamiento estándar. La mayoría de las discusiones de las listas de variables implicadas se resuelve justificando, persuadiendo y declarando grietas en el pensamiento disponible. 


La pendiente de un entubo enfoque es asombrosamente efectiva, pero también resbaladiza si su disertación es débil. Porque es importante, crear un nuevo enfoque, es importante explicarlo en las consecuencias si no lo hacemos así. 



¿Qué libro cambió su vida? Cuestión, como para poder comprender porque la autoridad de la UMSNH ponga todo tipo de obstáculos a los profesores para que no se escriban libros.


¿Qué fue primero, leer o escribir? Ninguna de las dos posibilidades es fácil, ni siquiera posible de responder. Podríamos discutir extensamente sobre lo que constituye “leer”  versus “escribir”. Si la primera vista de un bebe es el significado del rostro de su madre, la lectura gana, pero caso contrario, si el bebé estaba escribiendo pensamientos en su cerebro neonatal durante la gestación. Así sucede cuando pasamos mucho tiempo en las discusiones académicas. 


Una idea mucho más simple es que la mayoría de nosotros comenzamos como oyentes.  Nuestra sociedad puede no depender mucho de la tradición oral en estos días, pero las familias definitivamente lo hacen. No importa lo que suceda con los libros y las publicaciones, sabemos sobre el gran bien que proviene que los padres que leen hacia y con sus hijos. Escuchar lecturas de historietas ayuda a los niños a desarrollarse y formarse. Una casa que tiene libros en sus estantes y la lectura en voz alta, es una casa más propensa a formar personas curiosas, brillantes, contentas y autónomas. 


La emoción de leer por cuenta propia. Muchos escritores, en particular, recuerdan el primer libro que sostuvieron y decodificaron sin la ayuda de un adulto. La lectura ha sido descrita como todo, desde una fragata (Emily Dickinson) hasta un arcoíris (LeVar Burton), la idea común es una de trasporte mágico en la ficción, la ciencia y la ingeniería. Conversar sobre música, ciencia, poesía, novela, pintura: solo el texto literario en una página puede sostener disertación, narrativa, ontología, lógica, estética…, con tal extensión que una persona puede crear su propia versión simultáneamente. Las viñetas y los glosarios no tienen este poder de la narrativa elegante de la literatura científica, académica y de ficción. La lectura de narrativas tiene poder. Puede ser por educación o entrenamiento, consuelo o chispa, una sola vez o muchas veces. 


Los libros cambian la vida de las personas, incluso antes de que puedan pasar una página y mucho después de haber dominado lo que contiene esa página. Un aspecto sustantivo de la educación universitaria es alentar a los jóvenes a escribir, asegurarse de que tengan un lugar seguro, equipado y darles tiempo para crear tanto individualmente como en coautoria. Nosotros los profesores universitarios, todos lectores de literatura, queremos permitir que los jóvenes esperen un día sus esfuerzos puedan cambiar la vida de sus familias, comunidad y sociedad. Los libros que cambian la vida no vienen con etiquetas de “leer este por” adjuntas. Tienen que ver tanto que ver con la perspectiva del lector como con la voz filosófica, estética, epistemológica, narrativa del autor… la vida y la profesión implican una lectura y escritura profundas y sostenidas. Un libro, un artículo de investigación, una revisión, ensayo podría cambiar su vida: aseguramos por experiencia literaria y de vida propia, es una verdad del placer de vivir. 


5.6 El profesor se olvida que la literatura le permite al estudiante escacharse así mismo


Pasé por un largo perdido de adolescencia de ser atrapado por Edgar Allan Poe, ralamente enamorado de sus trabajos. Me cautivó la historia, la voz y la tensión en el corazón de la narrativa. En particular fue tan sutil y tan sensible, porque el narrador sigue tratando de tranquilizar al lector de que no está loco, pero sigue entregándose a sí mismo a través de abrir nuevos caminos de posibilidad. Y así, para un joven lector como lo fui, fue fascinante ver cómo funcionaba es, donde la psicología de personajes, la sensación de que puede caminar alrededor del personaje y puede mirar no solo su rostro, sino también la parte posterior de su cabeza (sin interior). 


Estos personajes revelan más de lo que se dan cuenta a través de sus discursos y acciones que asombra al lector. Es un recurso literario tan sutil, como efectivo en el contexto de algo como la condición humana frente así ignorancia. Este forma dramática, representa a la condición humana como un drama de desafío. Quiénes somos para juzgar el error de quienes tiene la voluntad de aprender y se equivocan algunas veces. Es algo de lo que intentamos reflejar en nuestro estudiantes universitarios. La idea de la escritura literaria, como mentor de los lectores, los libros saben más de lo que sabemos sobre sí mismos. Sentimos esto cuando escribimos realmente literatura académica. Y es difícil educar a universitarios, pero podemos con la literatura permitir que las personas sean amables con su ignorancia.


Por lo general, la gente realmente lo entiende. Todo el mundo conoce a alguien que se involucró con la persona equivocada y rectificó con Edmundo literario. Podemos verlo cuando le sucede a otra persona, pero la persona involucrada nunca puede, porque está demasiado cerca de sí misma. 


Presentarme a Poe. Quién lo diría, que me diera voz este narrador lo hizo fascinante, fue un empujón para darnos cuenta que prestara atención al poder de la literatura. Supongo que me cautivo realmente la voz de la literatura, más porque crecí en un hogar ruidoso que no podía oírme a mí mismo.

 

5.7 Al científico lo educamos en el arte de pensar al escribir la ciencia


Frente a algo complejo como pensar al leer y escribir, un día a la vez, un paso a la vez, un detalle a la vez. Para los escritores científicos-académicos esto podría significar que el manuscrito se hace en una serie de borradores, una teoría o un artículo de investigación. Algunos de nosotros podemos tomar talleres de escritura, y aún así, podemos sentirnos inmovilizados por la magnitud de la tarea del arte de pensar al escribir, al menos a veces cuando originalidad y nuestro honor intelectual están en juego.


El mundo de la biología, la filosofía, las matemáticas, la poesía…, y el mundo de la literatura, el primer paso es escuchar. Hay mucho que leer con la imaginación interrogando textos. Y para releer y volver a escuchar. Es lo que necesitan tanto la escritura, la revisión de textos y hacer ciencia o poesía. Eso es lo que necesita cuando realmente trata con manuscritos borradores. Una versión a la vez, luego otra.


La buena escritura tiene una forma convincente, como una buena pintura, el trabajo de muchas capas. Se ve bien en las páginas. Suena bien. Ya lo sabe, ganó una profundidad digna. No es secreto que los escritores exitosos de alguna manera sean para sí mismos sus oficios creativos, considerados difusos. A menudo, pueden escuchar lo que hace que la escritura sea buena incluso antes de ser plenamente consciente del significado de una frase o la importancia de un argumento. Esa tampoco es una respuesta trivial a la escritura. 


Así que la mejor regla para revisar la escritura es la más simple: escuchar al texto. También es la mejor manera de escribir. Eso me llevó 20 años averiguarlo y la publicación de más de viente libros. Leer en voz alta, se refiere a todo tipo de cosas, así escuchará lo confuso que puede ser un texto. Léelo en voz alta y escucharas la ruptura de la narrativa, los puntos más fuertes y la falta de ritmo del puntuado de la prosa. Al leer en voz alta escucharás lo que está sucediendo en su texto, momento a momento en cada pieza de texto. Escucharás esa frase desconcertante que pone al lector en pie y luego se detiene en corto. El lugar donde su voz cambia tanto que es como si alguien más estuviera escribiendo por usted. Al leer en voz alta escuchará piezas de texto donde suenan frívolas y aburridas, y luego el lugar, justo allí, donde su energía y entusiasmo estalló en la página se convierte en sólida literatura. 


¿Puedo escuchar todo esto? Escribir no es solo un sonido bien estructurado, por supuesto. Es sonido sobre algo, sonido al servicio de razonamiento y emoción. Escribir y reescribir, la cosa y su revisión, dependen de lo que, podríamos llamar lectura acústica. Sonido más algo. De alguna manera, la buena escritura se convierte aún mejor cuando escuchas con dura concertación, escuchas como que remueves en fluido de narrativa de las ideas, hace pausas y vuelve a despegar, casi como si supieran más sobre dónde ir que uno mismos. Porque lo hace.


Cada escritor un héroe del conocimiento, del propio y de la integración del otro. Además, cada escritor debe encontrar su ángulo en las lecturas y toma de notas primero. Ya sea al comienzo de un proyecto o tardíamente, durante un largo segundo vistazo a lo que se ha redactado, tendrá que descubrir lo que quiere decir y por qué cree que otros querrán escucharlo. Revisar manuscrito borrador es la primera vez que realmente atiende lo que has estado escribiendo, pero definitivamente es la última vez que puede decirlo ante de entregarlo a sus profesores, editores o compañeros estudiantes. Lo que es cierto para lo que está escribiendo ha sido cierto para el texto que está leyendo ahora mismo. Dado este tema, creo que le debemos el menos decir que, este esfuerzo tan característico de las universidades de excelencia de educar el pensar al escribir, es el papel más esencial para la autonomía intelectual de los estudiantes y el aprendizaje más estructurado, de disertación y de agencia epistemológica que hemos querido pesar para usted. Lo más importante de revisar la escritura es ganar complejidad y elegancia. Y, francamente, no pudimos encontrar nada que tuviera más peso para la vida de un científico-académico. Revisar nuestras piezas de escritura es afinar nuestros modos intelectuales de pensar. 


¿Se nos presentó una brecha para considerar nuestro texto literatura? ¿O fue la revisión demasiado difícil de escribir? Una cosa es revisar el trabajo de un estudiante u ofrecer una lectura comprensiva del borrador de trabajo de un colega, pero ¿qué podría decir exactamente, y queremos enfatizar esa cualidad elusiva de exactitud aquí, sobre la revisión de la escritura que un escritor profesional, o estudiante avanzado no sabría ya? 


Soy profesor investigador. Durante los últimos quince años, he estado trabajando con estudiantes y colegas inteligentes en coautoría, donde les recuerdo a mis estudiantes lo más suave posible, nadie es admitido en la universidad por ser grandes escritores. Trabajo con los estudiantes de primer año junto con la lectura, la escritura de crear sentido la síntesis de la mente escrita. 


¿Qué creemos que estamos haciendo cuando escribimos y cuando reescribimos? Conseguir que nuestras piezas de texto alcancen a ser literatura. Es un desafío para que nuestras páginas redactadas, mediante revisiones exhaustivas de trabajos, resuelvan fracturas de prosa, destinos de puntuado, que sus costuras lógicas y semánticas escachen las líneas hacia lo que necesitamos decir. No es atender una guía de estilo de revisor, Se incorporan la filosofía de disertar y el pensar científico; desde luego adoptar un estilo de literatura al propio manuscrito de manear efectiva, tendríamos que aprender el sistema de escritura, elaborar versiones de borradores y aprender a ser un lector que recoge de la propia literatura la guía literaria de la buena escritura. 


Si cada cosa que vale la pena que lees por cualquier medio, en cualquier lugar, es simplemente la última versión de un borrador manuscrito, esa es literatura que fue sometida a revisión editorial, de pares y colegas coautores. Incluso si piensa en cada texto publicado como versión final de un proceso de revisión, involucrará el oficio más fino de pensar al escribir. El texto final es cortado por editores y colegas, es un lamento necesario pero, esta verdad es simple y dura. Es por eso por lo que la revisión de textos, es un trabajo duro, incluso para los más experimentados. 


Pero, cómo pasar de borradores de estudiantes de lo más novatos, de su agitación de palabras sin rumbo aparentemente a los principios rectores de la mejor literatura. El proceso no solo es mecánicamente gramática y puntuado; requiere teoría literaria, epistemología, doxástica, lógica modal, ontología… y mucho trabajo duro de lectura, toma de notas y revisión de piezas de texto, escritura de la disertación y el estilo literario. Para cualquier escritor, se crea el instinto en estos campos del saber mediante prácticas intelectuales en medio de una comunidad intelectual que tutela su arte. El instinto en la prosa se siente, en la disertación se somete y en el ritmo narrativo se hace un flujo de virtud. El instinto creativo es el término que damos a la formación de cada habilidad esencial de escritura que de otra manera no podemos identificar.


5.8 Escribir texto académico: es pasar por revisiones de borradores de un manuscrito 


Las habilidades identificables, las técnicas prácticas, notas de trabajo, tecnología de asistente de procesamiento de texto y sobretodo el instinto dentro del estilo propio. No hay ninguna herramienta para ello, para abrirse camino en un borrador, es más importante que simplemente leer autores consolidados y cuidadosamente buscar rasgos de esta buena literatura en su manuscrito, leer y escuchar su texto, mantenerse enfocado en lo que pretende disertar y narrar. Digamos, no solo explique, justifique o argumente, su borrador requiere algunos efectos literarios. La revisión es menos una cuestión de corregir erratas mecánicas u ortográficas, más claramente es pensar su escritura desde cero, como un cuerpo de texto con el poder de disertar, narrar, presentar…, un estilo literario dentro de una tradición intelectual. Porque un manuscrito pretende llevar al lector a laguna asunto estético, lógico, semántico, tecnológico…, por qué llevará a su lector a un lugar con usted a su imaginación. 


La revisión es un ajuste fino de la escritura. A menudo, ajusta el curso de su pensamiento, narrativa y efectos literarios. Sentencias, cláusulas, frases, metáforas…, parágrafos y párrafos, se calculan dentro de un puntuado rítmico, una ruta del meta argumento del texto (estructura de capítulos, sesiones), hasta que se dé cuenta de que el revisar su lectura en voz alta, ha alejado los baches de tedio, ambigüedad, incoherencia semántica y argumentativa. Se recalca la la ruta con suficiente frecuencia y se piensa en ella como una habilidad instintiva de quien posee experiencia lectora en las obras de significación en su campo. Aprender de la literatura especializada es empezar a dejar de estar perdido, incluso cómo para no perderse. También puede aprender nuevos modos literarios de expresar, fortalecerá su instinto y atención en sintaxis y pragmática. 


Si escribir es crear un buen primer borrador, es una especie de escucha informada, entonces una revisión de un borrador es más de lo mismo, solo que con menos bits desordenados. Cuando haya llegado al borrador final (digamos la versión 8 o 9), seguramente el texto funciona como un cuerpo de literatura. 


5.9 Los escritores son pensadores y aprendices también por toda la vida


De borrador a buena literatura. ¿Así que acabas de terminar tu primer borrador? Independientemente del género o forma, la escritura mejora cuando el escritor vuelve a repasarla. Revisar no solo pulula la escritura. Cuando revisa, alguno sucede. Al igual que algo sucede en el aula o en la pintura de cuadro: 


…entendemos que el aprendizaje es mucho más como un acto de revisión de las ideas. Todos nuestros estudiantes traen a nuestras clases ciertas ideas sobre el mundo y sobre nuestro tema, y estas ideas preconcebidas son una parte crucial del proceso de aprendizaje de ligar unas nuevas y más sólidas ideas. Para que a un estudiante se le enseñe, debe revisar su comprensión, no sucede automáticamente, es necesario revisar sus fundamentos, justificaciones, conceptos, hechos, evidencias… 


STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics), no solo es el paradigma de la excelencia de la educación universitaria moderna, la escritura es el proceso, revisar literatura es una metáfora bastante poderosa para el aprendizaje complejo.  El meollo de esta teoría de la educación basada en el arte de pensar los modos científicos, técnicos, matemáticos y de diseño; se trata de apoyar a los estudiantes a volver a comprender algo, con rigor y elegancia intelectual, es decir, ayudar a sí mismos a ganar autonomía creativa. En este contexto, revisar manuscritos borrador es volver aprender justificado y discutiendo nuestras ideas a la luz de la literatura disponible. No solo volver comprender, sino también reconocer conceptos, filosofías, hechos, teorías, métodos. No solo volver sobre los pasos de compresión, por extensión, su relación con sus notas nuevas establecerá nuevas conexiones lógicas, el conjunto de notas se mueve a través de lo que ha puesto en la página. Al menos en parte, somos lo que escribimos (pensamos). A medida que revise su texto también estará revisando una parte de sí mismo. 


La tarea de revisión para retocar, remodelar, reconstruir y mejorar es en parte deliberada, en parte automática. A veces revisamos deliberadamente, conscientemente, como un ciclo en la producción del texto. Sentado en la pantalla de su computadora, sin embargo, esa sensación, puede ser difícil de alcanzar. Eres solo tú, volviendo solo a un borrador. O tal vez consigues ponerlos ojos exteriores a que miren lo que has hecho. Te tomas en serio el aliento y la crítica, y vuelves a la pantalla y tus palabras, una vez más, para hacer el borrador sea un poco mejor.


5.10 Escribir es revisar texto exaustivamente


Para ser honesto, no siento que haya escrito bien en el primer borrador. Incluso después de varias versiones del borrador, aún encontramos formas en que podría hacerse más fuerte o más claro, partes que podrían modificar una vez más. Una razón para no mirar su trabajo que fue ya publicado, es que no podemos revisarlo más, así que ¿qué caso tiene? Está hecho, y habrá otros proyectos en los cuales ensayar estas mejoras, tener presente que la revisión del texto es el proceso crucialmente importante por el cual llevamos el trabajo a ese punto. En un trabajo publicado, mire las correcciones aplicadas, el replanteamiento de ideas, la intensidad del compromiso, la intensidad de intervenciones en piezas de texto… todo esto nos dice que el método de escritura es sobre un proceso de revisión y versiones de borradores.


Aprovechamos las herramientas digitales para aplicar, retroceder o sugerir nuevas correcciones. Sin embargo, revisamos no solo para descubrir lo que realmente pensamos o lo que una audiencia aceptaría, sino para descubrir también lo que la escritura en sí nos requiere atender. Cualquiera que sea el equivalente de un pulso de escritura de estilos de vanguardia, deseamos que nuestras piezas de texto lo tengan. ¿Qué tan diferente podría pensar la escritura si tuviera que imaginar su idea como un ser casi vivo que necesita cuidado, aseo, nutrición? ¿Una criatura grande y bestial que nunca podemos realmente “domar” pero con la que quieres coexistir? Cuando escribimos algo que vale la pena el tiempo que hemos pasado armándolo, no solo hemos organizado las palabras bien. También hemos encontrado una idea. Si lo hemos hecho bien, esa idea nunca se ha pensado y dicho exactamente de esa manera antes.


La escritura que funciona se siente como si contuviera todas las partes que son necesarias y ninguna que no lo es. Avanza, presenta su idea, demuestra la validez de un argumento, desmantela un concepto erróneo, hace una pausa para dar al lector la oportunidad de respirar y absorber lo que se acaba de decir. Para que eso suceda, debe escuchar lo que ha redactado y reconocer cuándo todavía hay trabajo de revisión por hacer. Escuchar. El oído interno y mental, es la herramienta más valiosa del revisor.


Al revisar queremos proteger lo que es especial acerca de esa idea casi viviente. Revisar es ver lo que no funciona, lo que no es pertinente y relevante. Mirar. Escuchar. Aprender a revisar significa aceptar que todos los escritores, incluidos los más venerados, a veces logran ideas pésimas, buenas o no, simplemente no se ajustan a lo que se está escribiendo. Por eso revisan. Así es como aprenden de su propio trabajo en progreso.


¿Qué es un escritor universitario? Aquí hay una definición un poco perversa: un escritor es un conjunto de oídos excelentes en varios temas con habilidad de mecanografía adecuada. Sí, pensar y discutir, tamizar y dar forma, son parte del material de la escritura, así, es escuchar lo que ha redactado marcará la diferencia. Revisar es volver a una pieza de texto de escritura y tratar de escuchar lo que hay en las palabras que tiene hasta el momento. Lo que falta, lo que está en el camino, lo que está en el lugar equivocado o en la voz equivocada. Lo que hay que decir, lo que hay que decir completo o implicar, lo que hay que asombrar al lector al decir. 


Para hacer eso, duplicamos nuestras propias áreas de especialización, pero también podemos llegar a nuestros archivos individuales, estudiar transversalmente disciplinas profesionales, o explorar el conocimiento metafórico estudiando otros campos y otras fuentes. Escuchar incluye cosas sin voces: letras, números, pinceladas. Los geólogos nos ayudan a entender lo que las rocas nos dicen al examinar la evidencia de cómo surgió una formación rocosa. Desde el comienzo de la agricultura, los agricultores han sabido lo que la tierra tiene que decir. Una mazorca de maíz puede decir algo, digamos sobre el suelo y el cambio climático si solo hacemos las preguntas correctas con las herramientas intelectuales adecuadas y escuchamos atentamente las respuestas estéticas, lógicas, numéricas… Un borrador de manuscrito, que a su manera es tan mudo como un trozo de roca o una mazorca de maíz, también puede decirnos cosas. 


Pero escribir no es piedra o material vegetal. Escribir es una paradoja: es verbo mudo, hasta que alguien lo lea, y luego nunca deja de hablar. Como escritores, queremos que nuestra escritura parlante diga lo que estaba destinada a decir, y revisar para que eso sea posible. Es por eso por lo que necesitamos escuchar nuestras palabras, no solo las palabras en sí, sino sus capas de disertación u orígenes, sus grietas, brechas y ritmos de pausas, las formas grandes y pequeñas que forman ideas. ¿Quieres ser buen escritor? Escucha entonces más de cerca lo que hacen las palabras al disertar.


Escribir resulta ser algo colectivo, algo que opera entre nosotros, en todas sus experiencias e ideas, y su sentido de la escritura que admiran. Todo eso es parte de lo que podemos llamar una práctica de escritura. Tu propia práctica de escritura es algo que aprendes a hacer una y otra vez, repetidamente y con ajustes, como calentamientos en el gimnasio o ejercicios de teclado, o tal vez de la forma en que las aves aprenden a construir nidos años tras años. Haces esto para que el lenguaje y las ideas puedan permanecer en su lugar el tiempo suficiente para que otros, invisibles sin número, desconocidos, puedan interactuar con ese lenguaje, esas ideas. Quieres escribir mejor para que otros puedan leer mejor tu escritura. Puedes escribir solo, en lo que sea cualquier espacio que cuente como tu mesa de trabajo, pero cuando escribes estás entre literatura, si solo. No solo para sus lectores, sino entre héroes del pensamiento en sus literaturas.


Algunos escritores redactan y revisan en papel, otros apoyados en computadoras. La forma en que trabaje con su borrador puede alterar su capacidad para escucharlo. La forma de educar su escucha, es el resultado de leer lento y tomar notas de manera habitual. Se mueve usted a través de borradores más deliberadamente que dejan marcas de revisión, aunque a veces se siente terrible el número abundante de ellas en la primer versión. La escritura siempre será un desafío inédito para cada texto. Puede mirar las páginas como si ya estuvieran en un libro, un truco visual que ofrece un poco de aliento. Pero un manuscrito borrador exige que busque, no erratas de eliminación suave, sino el fundo del habla del texto. En hojas o páginas la escritura se despliega lentamente, diciendo lo que tiene que decir. Incluso en forma de borrador en copia impresa, llama más la atención para algunos.


Revisar en pantalla es diferente. Un borrador de papel está bloqueado, en su lugar. Con un borrador digital, puede mantener pestañas abiertas, copiando y pensando de otros textos referencias, notas, síntesis… ¿esto hace que el borrador sea más fácil de trabajar? En muchos sentidos, sí. Todos hemos interiorizado el sonido de las campanas y el silbato, de nuestros programas de procesamiento de textos favoritos: nuestros dedos bailan sobre teclas, el texto se ajusta a nuestras especificaciones de diseño discursivo en un sonido que nos alerta. Y, sin embargo, incluso el diseño más sofisticado en pantalla puede sentirse como pobre frente al extenderlo en papel en nuestro escritorio. En cualquier caso, sin embargo, en papel o en digital, su borrador es un texto que debe escucharse tanto como verse.  


Escuchar atentamente su borrador le dirá lo que necesita escuchar, pero si hay otros dispuestos a leer su trabajo y darle retroalimentación, tendrá el beneficio adicional de en la objetividad. Esa retroalimentación es una d ellas razones por las que los grupos de escritura son tan valiosos. La otra es, por supuesto que en grupo la escritura la revisión de borradores es más prospera. Escribir para un lector real y encarnado puede ser la motivación concreta que necesita. No solo acepte consejos de escritura, búsquelo. Francamente la mejor manera de aprender sobre la revisión de borradores es probablemente leer a muchos buenos escritores en su campo. Eso significa leer con mucho cuidado, de manera especial para encontrar los modos de expresión y pensamiento. Cuando encuentre algo que le parezca particularmente bien redactado o argumentado, detecte y tome notas de su diseño. Léelo en voz alta, toma notas. ¿Qué tiene de especial esa escritura en que se presentan palabras o ideas?


Cuanto más pueda decirse a sí mismo sobre su respuesta a esta pregunta, más cerca estará de comprender como hacer elegante y sólido el suyo. Si los autores publicados que leer han hecho bien su trabajo, no verá mucho tormento detrás de las palabras en la página impresa. No se deje engañar. La revisión del borrador viene con tormentos de correcciones. Las personas que consideramos “buenos escritores” sudan para obtener las palabras correctas en la página, y porque lo han hecho, podemos aprender de ellos. Así  así, la mayoría de nosotros también recurrimos a libros sobre escritura para pedir consejo. Un consejo, es la claridad en el comienzo de oraciones y secciones, énfasis en la conclusión. Es natura concentrarse en los movimientos de apertura, pero los desmotanjes también son cruciales para una escritura efectiva. Se supone que los lectores deben notar la estructura, entendida de esta manera, el lector desmonta el metaargumento del texto, la prosa desarrolla una armadura oculta en esta estructura. La publicación científica por lo general deja ver en sus cabeceras la estructura de sus densas páginas y cargadas de datos; no así el ensayista académico que juega con ocultar la estructura. 


Para el ensayista, la narrativa es una herramienta esencial, aunque ingeniosa y líricamente disfrazada, manteniendo la escritura en su lugar; para el escritor académico, el argumento y la evidencia suelen ser lo primero, y la narrativa es la discusión que apuntala la tesis. Reivindicamos que en la estructura académica la relación problema, hipótesis y solución es algo esencial del campo. La narrativa académica tiene un estilo persuasivo. Ya sea que esté trabajando en un artículo o un libro o ensayo, el proceso de revisión requiere decidir, conocer, contar, realizar, convencer. Si escribe constantemente sería lo deseable que tenga un pequeño número de libros sobre la escritura. 


Revisar mucho es tomar en serio lo que sabes que es cierto sobre la escritura y ahora estás listo para ponerlo en práctica. Aquí hay algunos principios, pensados no como revelaciones, sino simples recordatorios de lo que usted como escritor ya sabe. 


Corregir no es revisar. No hay mayor mal entendido sobre cómo la escritura llega a ser mejor. La corrección es pequeña, local, instantánea. También es esencial, porque nada aparece en el ojo del lector tan rápido y bruscamente como un error ortográfico. Esto la sabemos con nuestra propia prosa no inmortal. Las erratas aullan.


Rigurosa y lenta, la corrección se trata principalmente de reglas. Es, su allí, su ¿qué es tan gratificante como un error tipográfico corregido rápidamente? Si tiene un ojo especialmente bueno para tales tareas, detectará errores simples en una lectura cuidadosa. O tal vez ha tenido ayuda de un profesor o un editor mirando sus páginas marcadas con notas: fragmento de texto incomprensible; asegurar la cita sea fiel a la referencia; modificar redacción; esta fuera de lugar… 


Es fácil confundir la corrección de erratas con la revisión de las ideas y al reconfiguración de la forma de texto.  No es que la corrección no sea importante. Todos hemos sido entrenados para vivir bajo la regla del corrección ortográfica, pero muy pocos en la corrección lógica argumental, ontológica, doxástica y epistémica. Si hubiera un culto de carga para escritores académicos sería la idea de encontrar apoyo más allá del corrector ortográfico.


A veces es difícil una línea entre una pequeña revisión y una gran propuesta de corrección. Es difícil resistir a la historia tan repetida sobre el escritor que pasó una mañana agotadora sobre el escritorio y lo que estaba escribiendo lo freno, al no saber si introducir un punto y coma, o un punto y seguido. La anécdota a menudo se atribuye a los que aman el proceso de escritura limpio en su gramática. La mayoría de las veces, es probable que pensemos en colocar comas como un medio para corregir errores gramaticales o, si es opcional, simplemente como una cuestión de estilo. Para nosotros, una coma insertada o eliminada cuenta como revisión. Los revisores corrigen, piensan como lectores exigentes y elegantes. La corrección de la racionalidad y los recursos literarios es definitivamente la etapa de revisión final. 


Escribir es pensar, y para los eruditos, pensar significa escribir. Escribir es lo que hacen los eruditos más humildes. Revisar es un proceso similar, escribir como pensar como escribir, pero hecho con una mayor autoconciencia que mantiene su ojos en el receptor desconocido e incognoscible del texto. 


¿Qué estabas pensado cuando se escribió este borrador? Una buena revisión tiene tanto que ver con el por qué de escribir y el cómo pensar al escribir. No son solo tus movimientos en la prosa, son el baile de disertación de tus ideas, te pueden decir mucho sobre ese baile, la literata es un baile de ideas elegante y riguroso en el caso académico científico. Si quieres ser un buen bailarín, baila imitando a los grandes escritores de tu campo. Incluso si encuentras que escribir es fácil, revisar es un proceso de proponer innovación en el pensamiento. 


Sintetizar grandes ideas en piezas pequeñas de texto,  es el pan de cada día del científico y académico. Estirar grandes ideas escritas en pequeños párrafos es la tarea de los grandes escritores de ensayos, editoriales curriculares universitarias. Encontrar nuevas conexiones y eliminar otras que no son importantes, lo hace todo escritor. Convertir algunas páginas en un párrafo o un párrafo en muchas páginas de justificación es algo habitual. O simplemente enfrentar el dolor de que lo que hemos escritor no alcanzo a ser y lo desecharemos de nuevo desde cero. 


Prosa =palabras en el mejor orden del flujo de ideas.

Poesía = las mejores palabras en su mejor orden.


Este arte de escribir para pensar es lo que lo ayudara a encontrar la mejor versión de su borrador que la que tiene ahora. Escribir es un ejercicio de pensar, comunicar es un ejercicio de estilo literario, ambos son necesarios, pero reconocer sus diferencias se vuelve esencial para un buen escritor.


5.11 La buena escritura es la escritura persuasiva   


El primer acto del escritor, establece la voluntad de escribir en el placer. El segundo, se ocupa de la impotencia de escribir y alcanzar el estadio de “literatura”, el talento es puesto al límite.  Es decir, la impotencia es sobre trasformar la sensación en arte. Y el tercer acto, incide en disuadirlo a escribir liberado de cualquier obligación que lo instala en la frivolidad del mundo creativo de algún tipo de fama (best seller, factor de citas a su documento fuente, número de descargas o vistas Web). Es aquí dónde uno verdaderamente cambia. Es aquí donde un cambio verdaderamente dramático, alcanzado en las profundidades mismas de al renuencia, el escritor encontrará, ofrecido a su alcance, el poder de la escritura más viva. El escritor se esfuerza sistemáticamente por explorar los signos que ha recibido en su propio tiempo, y así comprender, con un solo movimiento, el mundo y el libro. Un suspenso abriendo los ojos al escribir, percibe con asombro que las piezas de texto encanto son escritas envejecen ¿se pregunta si vivirá lo suficiente para concluir la obra? Sí, se es consciente en retirarse del mundo a tomar distancia y escribir, para salvar su vida como escritor.


El cruzar la literatura que nos fascinó con la propia escritura, es un viaje de iniciación, lleno de asombro cuando uno aprende a leer identificando el acto creativo de lo literario; desmitificando el estilo de otros, en unidades que podemos intentar combinarlas… pero, escribir siempre exige un tiempo sin desesperación, al final el tiempo encontrado es un aplacer creativo. No buscamos aquí explicar la vida del escritor, nos ocupamos únicamente de compartir la experiencia de actos internos del diseño discursivo mismo. Es necesario que el fundamento de la escritura por reminiscencia (tomar notas y revisar textos) corresponda a identificar conexiones nuevas en la investigación. ¿Cuál será el nuevo cemento que dará la gran unidad discursiva a tantas unidades discontinuas de notas dispersas? 


Los dos discursos, el del narrador y el del autor en su vida, son homólogos, pero no análogos. El escritor se proyecta al futuro del texto y esto lo mantendrá en un orden de existencia, no de habla; está luchando con una ciencia, filosofía…, no con una técnica de escritura. El autor por el contrario, escribe; luchando con categorías del lenguaje, estilos y efectos literarios, madurando y haciéndose de mejores experiencias creativas. Pero juntos estos discursos crean objetos de literatura asombrosos. 


Este aprendizaje del acto de escribir siempre conoce dos momentos (en la pasión, en el arte de pensar, en el esnobismo): una ilusión y una decepción; de estos dos momentos nace la verdad, es decir, la escritura; pero entre el sueño y el despertar, antes de que surja la verdad, el escritor debe realizar una tarea ambigua (porque se conduce a la verdad a través de muchos errores), que consiste en cuestionar localmente los signos emitidos por la obra de arte, por ser teorías, conceptos, fundamentos, hechos, datos, evidencias… son pistas que designan verdad, sin un significado desarrollado. Los signos, se ofrecen a una exploración, a un desciframiento de los términos, en el que uno debe sumergirse, bañarse de la semántica, lógica y cultura de los signos. 


5.12 Regresemos a casa estudiante universitario


Nada más hace tanto por la mayoría de la gente que la literatura, esta forma de arte de la ciencia, la poesía, la novela…, nos hace una especie de prolija. Las palabras son las alas sobre las cuales vuelan tanto tecnologías, ciencias y herramientas intelectuales de la imaginación. La música, la danza, las artes visuales, todas las artes son fundamentalmente para el desarrollo humano y el bienestar de su sociedad, y ningún arte o habilidad intelectual es un aprendizaje inútil; pero para entrenar el aprendizaje de desplegar la mente en realidades o ficciones, nos exige volver de ella (la literatura) con una nueva compresión y una nueva fuerza, nada es igual a poema o artículo científico. 


A través de la literatura, cada sociedad se define a sí misma y educa a sus jóvenes cómo ser personas y miembros virtuosos de su comunidad… somos los hijos de las letras. Somos personas de nuestro tiempo viviendo en el centro del mundo. Una persona que no vive en el centro del mundo, como definen sus científicos o poetas, están divulgando por caminos frívolos. El centro del mundo es donde vivimos plenamente el arte de la literatura, donde sabes cómo se hacen las cosas con arte, cómo se hace lo correcto, si se hacen bien.


Un joven que no sabe dónde está el centro, no está en su hogar cultural. Un hogar no es donde debemos entrar. El hogar, imaginado, viene a ser. Es real, más real que cualquier otro hogar, pasión e inteligencia, pero no podemos crearlo a menos que nuestra gente muestre cómo imaginarlo, sea quien sea su gente son los héroes del pensamiento. Es posible que su gente hable otros idiomas. Puede que estén muertos durante mucho tiempo. Puede que sean solo páginas con letras impresas, fantasmas de voces, sombras de mente. Pero pueden guiarte a casa. Tu gente es la comunidad humana. Todos tenemos que aprender a inventar nuestras vidas, imaginar sus posibilidades creativas. Necesitamos aprender las habilidades intelectuales más finas, necesitamos guías de procesos creativos, que nos muestren cómo. Sin ellas (literatura), nuestras vidas son compensadas por otras personas virtuosas de este hogar.


Los seres humanos siempre se han reunido para imaginar la mejor manera de vivir con dignidad (ciudades, universidades, parques, bibliotecas…) y se ayudan mutuamente a llevar a cabo el plan. La función esencial de la comunidad humana es llegar a algún acuerdo sobre lo que necesitamos, lo que debe ser la vida de virtud, lo que queremos que nuestros jóvenes aprendan y sean capaces de ser creativos, lo que queremos colaborar en aprendizajes y enseñanzas mediadas por literatura, con ellos damos pasos por algún camino a nuestro hogar (el camino correcto).


Las comunidades que aprecian poco la literatura, con tradiciones fuertes en caminos de dogmas y formas autoritarias, son buenas en enseñar esto. Pero una tradición humanista científica solo puede cristalizar en la imaginación más rigurosa y estética hasta el punto que las personas imaginan alternativas de progreso ético, en ser nuevo hogar se reinventan en sus propias formas de vivir con justicia epistemológica como motor de cambio.


Sin embargo, a medida que proliferan las alternativas, estos jóvenes asumen la responsabilidad de sus vidas apoyados a hombros de gigantes de la literatura; si encuentran poco consenso social en las sociedades dogmáticas, su desafío adolescente encuentra el coraje intelectual y moral sobre lo que debería ser progreso ético, lo que nosotros consideramos el deber ser. El encuentro entre voces nuevas, imágenes y palabras reproducidas con nuevos conceptos, se utilizan para reinventarnos, poseernos, moderarnos, y gestionar mediante efectos literarios emociones que encuentren una manera de superar todos los que dirán que vivimos el fin de la historia (en inmundo de dogmas). 


Leer literatura no es algo pasivo como oír o ver. Es un acto: lo haces en inteligencia y pasión. Lees a tu ritmo interrogando textos, a tu propia velocidad, no a la incesante, incoherente, balbuciante y gritona de la educación que todo lo desea rápido y sin reflexión. Tomamos de la literatura lo que podemos comprender y asimilar en forma de reescritura, no lo que nos empujan fuerte, rápido y abruma nuestra mente y controla sus caminos de imaginación. Al leer una narrativa, es posible que te digan algo, pero no te están vendiendo nada. Y aunque generalmente la disertación es un asunto de estar solo cuando lees, estás en comunión con tras mentes al leer con adulterio literario. La literatura no te está lavando el cerebro, te estás uniendo en imaginación con otras mentes. No conocemos ninguna razón por la que nuestras universidades no pueden crear una comunidad de conocimiento que educa la imaginación desde lo literario, como lo hacen los centros de investigación científica.


5.13 El libro en el corazón de la virtud humana


La gran mayoría de la literatura está libre de cooptación, en parte porque muchos libros fueron escritos por personas de otros tiempos (muertas), que por definición no son codiciosas. Y muchos poetas y científicos vivos, aunque sus editores pueden estar influyendo, continúan motivados por el deseo de hacer un mundo mejor, es decir, practicar el arte: hacer algo bien y confiable. La literatura sigue estos valores de honestidad y honor a la confianza. 


Los “libros” pueden ser tinta en pulpa de madera, o formas electrónicas en la palma de la mano. La tecnología no importa. Las palabras son lo que importa. El compartir palabras. La activación de la imaginación a través de la lectura de palabras en narrativas, disertaciones… La guía más útil para un país que estamos haciendo un mejor hogar, es visitar y crear una tradición intelectual en la vida del aprendizaje de las sociedades. 


5.14 ¿Qué pasa con los motivos para convertirse en científico en primer lugar?


Las personas que se creen preparadas para una vida científica a veces cuando no hay placer en ello, están consternadas y deprimidas por, en palabras de Sir Francis Bacon: “En la sutiliza de la naturaleza, en los recovecos secretos de la verdad, la oscuridad de las cosas, la dificultad del experimento para validar hipótesis que más tarde alguien más demostrara que estaba sesgada o infundada”. Tiempos en que el financiamiento y los políticos son precarios, son días de cielos grises para la ciencia. Para los jóvenes  universitarios un consejo, estar dispuestos a tener más de una cuerda en el arco de posibilidades de su formación y estar dispuestos a aceptar la evidencia científica a pesar de muchos  que no. 


Es especialmente importante que ningún novato se deje engañar por tergiversaciones anticuadas de considerar a la ciencia como improductiva y lejos de un ejercicio intelectual cimentado en la lectura y la escritura de literatura (modos de pensar científicos). Sea lo que se haya alegado que es, en realidad es emocionante, bastante apasionado y, en términos de horas de trabajo, una ocupación muy exigente y, a veces, agotadora en el placer de explorar lo real y las posibilidades de lo real.  También es probable que sea duro para la pareja, hijos y familia lo que se invierte en tiempo el oficio de investigador científico. Pero una vez que el científico experimenta la euforia de un hallazgo y la ratificación del reconocimiento de la comunidad científica a través de la aceptación de la publicación del trabajo, ese sentido más profundo que llamó Freud “sentimiento oceánico” del artista del pensamiento, es la recompensa por cualquier avance real de la compresión, entonces está enganchado con el placer científico y ningún otro tipo de vida lo hará. 


Este es el tipo de tema sobre el cual se podría esperar que los psicólogos hagan algún pronunciamiento. La sabiduría convencional siempre ha dicho que la curiosidad es la fuente principal del trabajo de un científico. Esto siempre nos ha parecido un mito inadecuado; la curiosidad es una palabra infantil. “La curiosidad mató la gato”, una especie de consuelo de lecho de muerte. La mayoría de científicos capaces que conozco tiene algo para lo cual la pulsión exploratoría no es una descripción demasiado grande. Immanuel Kant habló de un “esfuerzo inquieto” por llegar a la verdad de las cosas, aunque en el contexto del argumento, no del todo convincente de que la naturaleza difícilmente habría implantado tal ambición en nuestros cerebros, sino hubiera sido posible gratificarla. Una fuerte sensación de inquietud e insatisfacción siempre va con la falta de compresión. Los laicos también lo sienten; ¿de qué otra manera podría explicarse el alivio que sienten cuando se enteran de que se puede explicar algún fenómeno extraño e inquietante? No puede ser la explicación en sí misma la que trata el alivio, ya que puede ser fácilmente de naturaleza técnica para ser ampliamente entendida. No es el conocimiento en sí, sino la satisfacción de saber que algo se sabe. Los escritos de Francis Bacon y de Jan Amos Comenius, dos filósofos de la ciencia moderna a cuyos escritos nos referimos a menudo, están impregnados de imágenes de luz. Tal vez la inquietud de un adulto a la que estoy escribiendo es un equivalente al miedo infantil a la oscuridad que se puede disipar, dijo Bacon, solo encendiendo una luz en la naturaleza. 


A menudo nos preguntan qué nos hizo interesarnos en la ciencia. Pero no puedo estar suficientemente lujos de mí mismo para dar una respuesta realmente satisfactoria, porque no puedo recordar claramente un momento rn el que no pensara que un científico es lo más emocionante posible de una vida humana. Ciertamente de niño nos conmovimos con Julio Verne y H.G. Wells en neutro camino de niños afortunados  que leen incesantemente y que siempre están estudiando detenidamente los libros. Los trabajos de la ciencia también ayudan a la felicidad humana, efecto del conocimiento de el electrones, átomos, moléculas, circuitos de estado solido en computadoras, la salud del suelo agrícola, medicamentos y comunicaciones entre otros. Literalmente también tiene los adultos medio a la oscuridad de la ignorancia y si nuestra conjetura es correcta, eso también puede ayudarlo. 


Debido al hábito socialmente engendrado de que un científico es un cerebro inteligente  sobriamente, se auto-depreda, produce en los interesadme una ansiedad que bien podría ahorrarse a sí mismo, porque uno no neceaba ser terriblemente inteligente para ser un buen científico. Una antipatía  o una diferencia de ideas abstractas pueden tomarse como contraindicaciones, sin duda, pero no hay no hay nada en el raciocinio  o un don sobre sobre natural para el razonamiento deductivo o inductivo. Del sentido común del que uno no puede prescindir, y uno sería el mejor por poseer algunas d esas virtudes anticuadas que parecen inexplicablemente  haber caído en el descrédito. Nos referimos a la aplicación, la diligencia, el sentido de propósito, el poder de concentrarse, perseverar y no ser derribado por la adversidad, al descubrir después una larga hipótesis muy querida “de índices IQ de inteligencia” que son en gran medida erróneos. 


5.15 El científico no puede ser excluido del arte pensar en el laboratorio


Una prueba de inteligencia. Para una medida completa interpolamos una prueba de inteligencia, cuyo rendimiento diferenciará entre sentido común y los intelectos vertiginosamente más altos que a veces se cree que los científicos son capaces o necesitan en su disertación, diseño experimental, ciencia de datos y modelado. A muchos ojos, esta explicación es epistemológica, es decir, tiene que ver con los valores y teoría del conocimiento. 


No queremos subestimar la importancia de las habilidades en la ciencia, pero preferimos habilidades intelectuales que sobrevalorarlas en un grado que pueda asustar a los nuevos reclutas. Las diferentes ramas de la ciencia requieren habilidades bastantes diferentes, de todos modos, pero después de sonreír sobre la idea que existe algo como un científico, no debemos hablar de “ciencia” como si fuera una sola especie de actividad en el arte de pensar. Recolectar y clasificar escarabajos, hongos… requiere habilidades, talentos e incentivos muy diferentes de, no decimos inferiores, a los que entran en la física teórica o la bioestadística. El orden jerárquico dentro de la ciencia, ciertamente califica la física teórica por encima de la taxonomía de los escarabajos, tal vez porque en la colección y clasificación de escarabajos se cree que el orden de la naturaleza nos ahorra cualquier gran hazaña de juicio o talento: ¿no hay espacio esperando a cada escarabajo encaje?  


Sin embargo, cualquier suposición de este tipo es meramente mitología inductiva, y un taxónomo experimentado aseguraría a un principiante que la taxonomía bien hecha requiere una gran deliberación, considerables poderes de juicio y un talento para el discernimiento de afinidades que solo pueden venir con la experiencia y la voluntad de adquirirla. En cualquier caso, los científicos no suelen pensar en sí mismos como personas brillantemente inteligentes, y a algunos, al menos, no les gusta confesarse bastante falibles. Sin embargo, esta es una afectación transparente, a menos que algún reconocimiento incómodo de la verdad los tiente a buscar tranquilidad. Ciertamente muchos científicos no son intelectuales. Debido que muchas ciencias experimentales requieren el uso de habilidades manipulativas, es parte de la sabiduría convencional declarar que una predilección o competencia en el juego mecánico o constructivo presagia una actitud especial para la ciencia experimental. No podemos decir si el enjuiciamiento exitoso de tal experimentación ralamente presagia una carrera de investigación científica exitosa porque solo ellos se convierten en científicos que no se enteran del diseño experimental como un arte del pensamiento. Sin embargo, no sentimos que un novato deba ser rechazado de la ciencia por torpeza o incapacidad para reparar un instrumento. Un rasgo incompatible con una carrera científica es considerar el trabajo manual como indigno o inferior, o creer que un científico ha logrado el éxito solo cuando empaca tubos de ensayo, apaga el quemador Busen y se sienta en el microscopio a ver. Otra creencia científicamente incapacitante es esperar poder llevar a cabo investigaciones experimentales emitiendo instrucciones a los mortales menores que corren de un lado a otro para cumplir sus ordenes. Lo que es incapacitante acerca de esta creencia es la incapacidad de darse cuenta de que la experimentación es una forma de pensamiento ontológico y epistemológico, así como una expresión práctica del pensamiento en términos matemáticos.


Exclusión voluntaria del arte de pensar. El novato que prueba suerte en la investigación y se encuentra indiferente o aburrido por ella, deja la ciencia sin ningún sentido de justificación de las ideas. Esto es bastante fácil de decir, pero en la práctica las calificaciones son más valoradas que el pensamiento científico especializado, requiere tanto tiempo para su estudio que no califica para asumir el pensamiento instrumental aplicado como algo tonto, forma más un irreflexivo universitario que un científico. Un novato de científico que se retira de la literatura para justificar su diseño experimental o, puede sentirse liberado de pensar o, renuncia a una vida científica decorosa. Científicos que dirán desde el acto de pensar la experimentación, que es placentero profundamente la investigación científica como práctica profesional. 


5.16 ¿Cómo puede equiparse el intelecto para ser un buen científico?


El número y complejidad de las técnicas y disciplinas de apoyo utilizadas en la investigación son tan grandes que un novato puede asustarse fácilmente a posponer la investigación para continuar con el proceso de “equiparse intelectualmente”. Como no se sabe de antemano a dónde puede conducir una empresa de investigación y qué tipo de habilidades requerirá a medida que se desarrolle, este proceso de “equiparse” no tiene límites predeterminados y es una mala política dejar de aprender, de todos modos siempre necesitamos saber más y comprender muchas más habilidades de las que ahora poseemos. El gran incentivo para aprender una nueva habilidad o disciplina de apoyo, es una necesidad urgente de usarla. Por esta razón, muchos científicos no se instalan en un confort que los atrofia. 


Es la falta de esta presión obre ellos que siempre se están “equipando” y que muestran una ominosa tendencia a convertirse en “habitúes de clase nocturna” lo que a veces los cansa y los desanima a pesar de todos sus grados y distinciones de competencia. 


Leer, lecturas lentas y toma de notas. Consideraciones muy similares se aplican a la inclinación de un novato a pasar semanas o meses “dominado la literatura”. Demasiado aprendizaje de libros puede confinar y confinar la imaginación, y estudiar detenidamente sin fin la investigación de otros a veces es psicológicamente un sustituto de la investigación, al igual que leer poesía puede ser un sustituto del romance de la vida real y una fuerza con el amor por la ciencia. Los científicos tienen puntos de vista muy diferentes sobre “la literatura”; algunos leen muy poco, confiando en la información de viva voz, en los “preprints” circulando en seminarios y en la paliza que piensa es ponerse al día en los avances en la ciencia. 


El novato debe leer, pero con atención de reconocer que escribir tiene una función de pensar. La mejor manera de llegar a ser competente en la investigación es seguir adelante en ella, si es necesario pidiendo ayuda con tanta insistencia que a largo plazo, es más fácil para un colega ayudar a un novato que intenta excusas para no hacerlo. 


Psicológicamente lo más importante es aprender a sentirse cómodo en la incertidumbre, lograr alegría en el camino de obtener resultados, incluso sin no son originales. Obtener resultados, incluso repitiendo el trabajo de otro, trae consigo una gran adhesión de confianza en sí mismo; el joven científico se siente por fin uno del club, puede contribuir en seminarios y reuniones científicas con “mi propia experiencia fue…” o “obtuve exactamente los mismos resultados”. A medida que adquiere experiencia, los científicos llegan a una etapa en la que miran hacia atrás a sus propios comienzos en la investigación y se preguntan cómo tuvieron la temeridad de embarcarse en los nuevos tiempos de hacer ciencia, considerando cuán completamente ignorantes y mal equipados eran. Es muy posible que así sea; pero, afortunadamente, sus temperamentos deben haber sido lo suficientemente optimista como para asegurarles que no era probable que fallaran donde tantos otros no muy diferentes a ellos habían tenido éxito, y lo suficientemente realistas, también, para comprender que su equipo nunca estaría completo hasta el último paso de su vida, que siempre habría lagunas y deficiencias en su conocimiento y que para ser buenos tendrían que seguir aprendiendo toda su vida. No conozco a ningún verdadero científico de ninguna edad que no se regocije en la oportunidad de aprender continuamente y probar su carácter intelectual en cada momento con alegría.


Aparato de disertación. Los científicos anticuados a veces insisten en el valor disciplinario de que un científico haga su propio aparato filosófico, ontológico, epistemológico y literario. Esto no es una cuestión de juntar partes. La tecnología es muy compleja y sofisticada, solo bajo las circunstancias intelectuales muy especiales estas tecnologías entran en el arte del diseño experimental. Idear y construir el montaje de experimentos, el novato debe comprender que el funcionamiento tecnológico, fundamentos y principios físicos, químicos, electrónicos…, una buena carrera científica debe tratar de embarcarse en ambos. No debería tener tiempo para adentrarse la instrumentación tecnológica y ensayar su aparato de disertación.


Los científicos suelen no ser ricos, por supuesto, pero la escala de sus convenciones suele ser tan ajustada que sea posible comprar el equipo que necesitan al gestionar proyectos.


El arte de lo soluble. No debemos malinterpretar casi deliberadamente que esto significa que sugerimos solo el estudio de problemas fáciles que produzcan resultado rápidos. Lo que queremos decir, es que el arte de la investigación es el de hacer que un problema sea soluble al descubrir formas de llegar a él. Muy a menudo, una solución gira en torno a idear algún medio para cuantificar fenómenos o estados que hasta ahora han sido evaluados en términos de “bastante más”, el caballo de batalla para enriquecer el arte de pensar, el más robusto es la literatura científica. La cuantificación como tal no tiene ningún mérito excepto en la medida en que ayuda a resolver problemas teóricos. Cuantificar no es ser un científico, pero la humildad, ayuda. 



5.17 Ensayar, el verbo de la síntesis 


Un síntesis comienza llamando la atención sobre el tema, definiéndolo, justificando su interés, delimitando su alcance, dando cuenta de sus orígenes y explicando lo que mantiene unidas las contribuciones. Todas estas tareas siembro, van en contra del espíritu del ensayo, que es misceláneo y antisistemático. Definir ensayo es notoriamente difícil, de hecho, menudo se sugiere que el único hecho comúnmente aceptado sobre el ensayo es que la indeterminación está relacionada con su esencia[6]. 


Todas estas tareas, sin embargo, ensayar sobre el ensayo han sido una característica de la forma desde el principio. El ensayo es resistente a la definición exhaustiva, y sin embargo, por lo tanto, continuamente plantea y reposa lo que tule llamarse la pregunta más importante ¿qué es un ensayo? En ensayista, como nos dicen los títulos de sus publicaciones periódicas, es guardián, espectador y egoísta; un libre pensador, el duelo de su propio ingenio, pero también el mero proveedor de lugares comunes todos de otros. Género de paradoja, el ensayo se acerca así al sinsentido, un tipo de escritura con la que tiene afinidades; y así como comienza donde quiera, así es siempre para continuar, nunca concluido. El ensayo le preocupa lo cotidiano, lo trivial, y lo extraño, interesado a la vez en la tradición y la efímera contemporánea. Que una propuesta sea caos o miscelánea agradable, sugiere tanto el problema como los placeres de la variedades y nombrar el tropo ensayista de miscelanidad que realiza la propia lista. 


Desde una perspectiva, deveria ser más fácil definir el ensayo y proporcionar una historia de sus orígenes, que para cualquier otra forma. A diferencia de otros tipos importantes de literatura, el momento del origen  del ensayo, es claro. Cuando Montaigne publicó un groso volumen de tratados sobre diverso temas en 1580, lo tituló Essais, y así inauguró una tracción intelectual.  Antes de él, la palabra “ensayo” no se usaba par aun tipo compasión literaria; después de él, proliferaron los ensayos. Pero el título de Montaigne plantea más problemas que los que resuelve. Aunque los ensayos están llenos de características del “Yo” y el estilo de Montaigne, y de sus usos sugiere “ensayo” como verbo, el autor como ensayista. No ofrece definición. De hecho, la tradición parece fundada por accidente. Dado que el propio Montaigne en ninguna parte se refiere a uno de sus discursos individuales como un ensayo, es habitual en la erudición referirse a las obras individuales como “capítulos[7]”.  Y aunque nuevo como nombre para la literatura, el sustantivo francés “ensayo” preexistía como aplicación a una especie de escritura. En ausencia de una indicación clara de lo que Montaigne pretendían, ha convertido en un tropo, incluso un cliché, de ensayos sobre el ensayo para alcanzar la historia de la apalabras como un ruta hacia una caracterización de la forma. El francés “Essais” derivado en última instancia del latín exagium, un pasaje, podría significar “prueba”, “intento”, “sondeo”, “muestra”, “tentación”, “riesgo”, “aprendizaje”, o irónicamente, dada su resistencia: “preludio”, “comienzo[8]”. Colocarlo en la portada de los ensayos er, por lo tanto, una especie de topos de modestia: los discursos impresos en estas páginas, sugirió que Montaigne, no serían argumentos técnicos o controvertidos, y no deberían tomarse demasiado em rigor sistemático, como ideas con inferencias finales y resueltas del autor, aino que se entenderían como tentativas, justificaciones o discusiones experimentales, la voz de un pensador aficionado o aprendiz pensador en voz alta y susceptible de corrección. Montaigne juega con toda la gama de sus posibilidades ensayísticas como una forma tentativa, arriesgada y experimental de rechazar la autoridad y ejercer libre arte del pensamiento del autor. Más bien un estilo y actitud que una forma, más frecuentemente en verbo que en sustantivo[9]. 




Referencia



[1] Moulin, Joanny. (2016). Biophoty: The Biofilm in Biography Theory. Revue LISA / LISA e-journal. 10.4000/lisa.8959.

[2] Dominguez, Benjamin. (1995). Emotion, Disclosure and Health. James W. Pennebaker. Editor.

[3] Shafto, Meredith & Tyler, Lorraine. (2014). Language in the Aging Brain: the Network Dynamics of cognitive Decline and Preservation. Science (New York, N.Y.). 346. 583-7. 10.1126/science.1254404.

[4] Ritchie, Stuart & Dickie, David & Cox, Simon & Hernandez, Maria & Corley, Janie & Royle, Natalie & Pattie, Alison & Aribisala, Benjamin & Redmond, Paul & Muñoz Maniega, Susana & Taylor, Adele & Sibbett, Ruth & Gow, Alan & Starr, John & Bastin, Mark & Wardlaw, Joanna & Deary, Ian. (2015). Brain volumetric changes and cognitive ageing during the eighth decade of life. Human Brain Mapping. 36. 10.1002/hbm.22959.

[5] Viera, Anthony. (2022). Preventing Cognitive Decline. American family physician. 105. 13-14.

[6] Gualtieri, Elena. (2000). The Essay as Form. 10.1057/9780230599147_3.

[7] SHEVCHENKO, Tetiana & FILIPENKO, Olha & YAKUBOVSKA, Mariia. (2021). “The Essays” by Montaigne: Postmodernist Interpretation. WISDOM. 20. 188-199. 10.24234/wisdom.v20i4.567

[8] Scholar, Richard. (2021). Chapter 14 Montaigne’s Essais, Shakespeare’s Trials and Other Experiments of Moment. 10.1515/9781474458252-019.

[9] Lestringant, Frank. (2018). Montaigne commentateur de lui-même dans Les Essais. Revue italienne d’études françaises. 8. 10.4000/rief.2251.

 

 

 

Autores:
Eduardo Ochoa Hernández
Nicolás Zamudio Hernández
Gladys Juárez Cisneros
Héctor Javier Anselmo Villegas Moreno
Rogelio Ochoa Barragán
Lizbeth Guadalupe Villalon Magallan
Salomón Eduardo Borjas García
Ana Cecilia López Bejarano
Estrada López Brittanny Dayan
Berenice Yahuaca Juárez
Juan Alejandro Cortez Rangel
Dyonisos Castillo Valle
Daniela Fernández Gómez
Marco Antonio Alemán Méndez
Nestor Alejandro Muñoz Ruiz
Neftali Rangel García
Nicolás Abraham Zamudio Durán
José Fabián Sánchez López
Mitzi Arismel Pérez Díaz
Pedro Gallegos Facio
Filho Enrique Borjas García