Comunicación y lenguaje

Entre ver y pensar

 

 

 

3. Cohesión

 

 

 

 









3.1. Introducción a la cohesión: la unidad y la estructura sintáctica


Las oraciones se componen de palabras dispuestas de manera particular, y por lo general cualquier lector se puede dar cuenta cuando esas palabras no están ordenadas correctamente:


1). Él, mi hermano, sabía, porque había visto la pregunta antes, la respuesta.


Algo no está bien aquí. La frase es gramaticalmente correcta, pero el uso de un específico mal tiempo la hace incoherente, sus elementos no trabajan juntos para formar un todo significativo. Si trata de hablar de esta manera, es probable encontrar que nadie está entendiendo. Nuestro cerebro puede interpretar estas frases de muchos modos. Pero debemos tratar de no forzar al lector al hacer la obra del escritor coherente.


2). Mi hermano sabía la respuesta, porque había visto la pregunta antes.


Esta sentencia suena normal con ella no podrían acusarnos de tener algunas células cerebrales invertidas. La sentencia 2) es coherente porque se forma de una manera que hace que el punto tratado sea directo y accesible de inmediato.


Los lectores se sienten frustrados si ordenamos las palabras de modo que no pueden reconocer y entender fácilmente su significado producto de su combinación. Las oraciones que se deben leer dos veces tienden a carecer de cohesión, incluso si son gramaticalmente correctas.


Escribir cohesivamente puede ser una cuestión de pequeños grados. Rara vez se encontrará con algo parecido al ejemplo anterior en el lenguaje ordinario, pero probablemente verá algunas frases como las siguientes:


A) El rey, disfrazado de campesino, huyó del país.


B) El rey abandonó el país disfrazado de campesino.


Ninguna de estas frases es muy compleja. Se diferencian principalmente en cómo el sujeto se refiere a la acción - como "el rey" se refiere a "huir". En la frase A, estas palabras se separan. En la frase B, aparecen al lado una de la otra, lo que permite al sujeto y la acción funcionar sin problemas.


La claridad nos pide que analicemos los bloques separados por comas, y la cohesión nos pide  asegurar que se pegan entre sí de una manera que es a la vez intuitiva e informativa.

 


3.2. Posición del tema


Cuando sea posible, coloque el tema en su sentencia de texto, hacia el comienzo de la oración.


El tema identifica el foco de una frase o texto. En una frase, el tema por lo general, pero no siempre, se corresponde con el sujeto gramatical.


Puede dirigir la atención de sus lectores a un tema, si lo coloca cerca del comienzo de una frase. Si el tema no aparece en las primeras palabras de una frase, los lectores pueden encontrar más difícil de entender su punto.


Ejemplo 1:


Original:

Es difícil explicar la cuántica.


Revisión:

La cuántica es difícil de explicar.

Explicación:

En la primera frase, el sujeto gramatical “es”. El tema es “cuántica”. Revisamos moviendo el tema al comienzo de la oración y se logra mas cohesión.


Ejemplo 2:


Original:

Tratando de cumplir con el requisito de la página que el profesor había prescrito, el estudiante no prestó atención a lo que estaba diciendo.


Revisión:

El estudiante no prestó atención a lo que estaba diciendo porque él estaba tratando de cumplir con el requisito de la página que el profesor había prescrito.


Explicación:

En la primera frase, el sujeto y el tema son idénticos ("el estudiante"), pero no mencionan "el estudiante" hasta el final de la frase. Como resultado, los lectores no descubren quién o qué trata la oración hasta después de la cláusula dependiente ("Tratar ... Profesor"). La revisión reorganiza la misma información para mostrar de inmediato que la sentencia se trata sobre "el estudiante".


Ejemplo 3:


Original:

A medida que la placa del Pacífico se mueve sobre un ”punto caliente", se dan nuevas formaciones de islas en el mar.


Revisión:

Nuevas formaciones de islas en el mar se dan, conforme la placa del Pacífico se mueve sobre un "punto caliente".

Explicación:

El tema tanto de la sentencia original y la revisión es la formación de nuevas islas en el mar. Sin embargo, la sentencia original presenta la cláusula dependiente, "A medida que la placa del Pacífico se mueve sobre un punto caliente”, al principio. Esta colocación retrasa el tema, la prevención de los lectores para comprender lo que trata la oración, está revelada hasta que llegue al final.

 


3.3. Aclarar el tema


Cuando sea posible, coloque el tema de su sentencia, ya sea como el sujeto o el objeto de esa frase.


El "tema" identifica lo que la frase o el texto se aproxima en sentido, el fondo del asunto se expresa, o la cuestión que  se responde. En una frase, el tema por lo general, pero no siempre, se corresponde con el sujeto gramatical.


Si el tema no es ni el sujeto ni el objeto, usted tiene la oportunidad de aclarar a sus lectores lo que trata la oración reposicionandolo de manera más prominente. Posicionar el tema central, como el tema de su sentencia, hará que sea más reconocible el posicionamiento de su tema como el objeto, ello permite guiar a los lectores sobre lo discutido.


Ejemplo 1:


Original:

Es inusual que la audiencia esté completamente de acuerdo con los conferencistas.


Revisión:

La audiencia en general no está completamente de acuerdo con el conferencista.


Explicación:

El sujeto de esta frase es “inusual”, una palabra vacía que no contribuye en nada específico para la sentencia. No hay ningún objeto. El tema (“la audiencia“) no está como sujeto, ni objeto. La revisión posiciona el tema como el sujeto.


Ejemplo 2:


Original:

Usted puede ser que considere todos los aspectos de los doce efectos del calentamiento global.


Revisión:

Es posible considerar los doce efectos del calentamiento global.


Explicación:

El tema no es "Usted". El objeto es "todos los aspectos". El tema es "doce efectos del calentamiento global". Al revisar la sentencia, se posiciona el tema en el objeto.


Ejemplo 3:


Original:

Ahora es el momento de leer el siguiente capítulo.


Revisión:

Vamos a leer el siguiente capítulo ahora.


Explicación:

El sujeto de la frase original es “ahora”, que no es ni un sujeto, ni objeto. La revisión posiciona el tema leer, "el siguiente capítulo," como el objeto de la oración, la creación de una sentencia más cohesionada.

 

 



3.4. Verbos


El verbo es la parte más emocionante de la frase. Ya que describe la acción que se relaciona con otras partes de la oración, el verbo ata la frase junto a todo el resto de los elementos de la misma. Dado que el verbo es la parte más contundente de la sentencia, captura de inmediato la atención del lector y le ayuda a organizar otras partes de la oración en la mente.



Posicionar al objeto


Coloque el sujeto y el verbo tan cerca el uno del otro como sea posible.


Es posible confundir a los lectores si se separa el sujeto y el verbo principal de una frase con varias palabras o cláusulas. Puede aclarar la acción de un sujeto moviendo las palabras que separan el sujeto y el verbo al final de la frase.


Ejemplo 1:


Original:

Los exploradores descubrieron, después de un viaje marcado por el aburrimiento y mal dirigido por los mapas dibujados, el tesoro.


Revisión:

Los exploradores descubrieron el tesoro después de un viaje marcado por el aburrimiento, y mal dirigido por los mapas dibujados.


Explicación:

Una larga cláusula dependiente separa el verbo "descubierto" por el objeto "el tesoro". Por el momento los lectores llegan a "el tesoro", que pudiendo haber olvidado la acción (el descubrimiento) que corresponde al objeto (tesoro). En la revisión, se pasó el objeto inmediatamente después del verbo. "El tesoro" es un objeto directo ya que los exploradores actúan directamente sobre (descubrir) "el tesoro".


Ejemplo 2:


Original:

La compañía envió, a través del correo, a nosotros muchos anuncios.


Revisión:

La empresa nos envió muchos anuncios por correo.


Explicación:

El verbo ("envió") se separa de los objetos ("nosotros" y "anuncios") por la cláusula dependiente ("a través del correo"). Para hacer  el verbo y sus objetos adyacentes, se pasó la cláusula al final de la frase.


Ejemplo 3:


Original:

El sol no puede brillar, no importa lo brillante que sea por encima de las nubes, a través de esta niebla.


Revisión:

El sol no puede brillar a través de esta niebla, no importa lo brillante que sea por encima de las nubes.


Explicación:

En la primera frase, es una cláusula dependiente que separa de la expresión verbal ("no puede brillar")  su objeto ("niebla"). 

 

 

 


3.5. Vieja y nueva información


Hay un delicado equilibrio entre abrumar a sus lectores con información nueva y aburrirlos con cosas que ya saben. ¿Cuándo se debe repetir la información antigua? ¿Cuándo debe decirle a sus lectores algo nuevo?


Conocer a su público es una parte importante para lograr este equilibrio. Pero también hay una variedad de técnicas que se pueden emplear para ayudar a decidir cuándo volver a dar información, y cuándo introducir nueva información, y esta tiene que ver con el modelo de problema-solución. 


El modelo problema-solución, lo que propone es crear un estado de cosas, donde se informa sobre hechos relevantes ya conocidos, para enseguida intentar hacer una inferencia de conclusión en la cual exponer la nueva información. Esto es observable en la mayoría de los libros académicos, en los cuales los primeros capítulos son dedicados a exponer el problema, y de este modo sus lectores no solo están informados, sino que pueden reconocer el valor objetivo de la nueva información.


La mente del lector es un sistema que realiza múltiples composiciones de un texto formado por sentencias, dependiendo de la actitud proposicional, con la que el lector las utiliza para guiarse en el cálculo de sus significados; así lo cree Hilary Putnam[1]. La pregunta es, ¿será posible calcular la semántica producidos por un cuerpo de proposiciones?, es decir, ¿es posible anticipar el significado que produce un cuerpo de proposiciones?.  Es la proposición en la ingeniería y la ciencia el vínculo en la relación de significado entre la lingüística y la realidad.






[1] Putnam, H. (2016). Naturalism, Realism, and Normativity. Harvard University Press.