Comunicación y lenguaje

Entre ver y pensar

 

 

 

 

12. El plagio de textos en la vida escolar



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12.1. Presente y futuro


Así es esta historia:


1. El maestro asigna la fecha para entrega de tarea en debida forma.


2. El estudiante investiga un tema la noche antes de su vencimiento.


3. El estudiante experimenta varias salidas en falso.


4. El estudiante siente el estrés que le provoca producir el texto, y tiene pocas o ninguna idea del tema, por falta de investigación.


5. El estudiante decide buscar los papeles ya escritos sobre este tema en Internet.


6. El estudiante determina usar la escritura de otra persona, considera que vale la pena el riesgo, por lo que las copia y pega sin citar las fuentes.


7. El estudiante se ve atrapado, cuando el profesor emplea software de detección de plagio.


8. El maestro se enfrenta al estudiante, obtiene la confesión y determina la pena, que es casi siempre la anulación del trabajo, pero poco hace por ofrecer una alternativa de escritura creativa.


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Cambiar la historia:


1. El instructor diseña el tema, lo escribe de manera inédita.


2. En clase el estudiante busca asociaciones que resuenen con su propia experiencia e inteligencia, toma notas.


3. El instructor crea un ejercicio de revisión por pares donde los estudiantes pueden revisar los contornos de cada uno, de esta manera le enseña a investigar.


4. El instructor tiene presente que un primer proyecto de exploración se centró en el desarrollo de sus ideas, es tolerante a los errores naturales del primer borrador del estudiante.


5. El maestro revisa el proyecto con el estudiante en horario de oficina, centrándose en las decisiones que el estudiante haya realizado, sugiriendo entrenamiento autodidacta de aspectos de escritura creativa y método de investigación.


6. El estudiante aprende no sólo cómo escribir un papel, sino también la forma de gestionar un proyecto, cómo romper la complejidad en sus subpartes más pequeñas, y cómo alcanzar grandes metas en incrementos graduales.


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Los estudiantes necesitan experimentar la escritura como una oportunidad para explorar las posibilidades creativas del conocimiento. Para luego, confiar en las observaciones e inferencias que hacen y practicar la comunicación efectiva con los demás. Como docentes podemos ayudar a asegurar que tengan esta oportunidad mediante la participación en dialéctica con nuestros estudiantes; animándoles a tomar decisiones y asumir riesgos intelectuales; y, quizás lo más importante, dejando la reacción que les llevará no solo a revisar, sino también a convencerse que ella como acto creativo requiere de tolerancia al error.


Los escritos para fines escolares, formalmente llamados académicos, son un desafío para la originalidad de ideas y un combate frontal al plagio. Nuestra propuesta parte de reconocer en el plagio, un fenómeno lingüístico, antes que verlo solo de sus consecuencias legales y éticas,  sin reconocer sus consecuencias y ayudar a corregirlas aunque es cierto que el plagio es una infracción dentro de las conductas promovidas en las aulas, lo más grave es la consecuencia en materia de formación de ciudadanos críticos, creativos, y que practiquen la solidaridad gratuita[1]. El diccionario de la Real Académica Española refiere a plagiar: “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”. El plagio no está hecho hasta que se identifica que alguien hace pasar como suya propiedad intelectual. Usar un texto no es plagio, hacer pasar como propio un concepto, lucrar y ocasionar un daño al autor, sí que lo es. El plagio es por tanto, un tipo específico de lenguaje en uso en donde la autoría es suplantada, un fenómeno lingüístico proclamado de inmoral. Utilizar un trozo de texto escrito sin reconocer al autor, es un robo simple. Pero plagio es algo más, puede ser un error en el texto, un atentado contra las prácticas del aprendizaje, dado que quien corta y pega texto jamás aprende a crear ideas. 


“Los incidentes de plagio en la ciencia corrompen el alma del autor…, erosionan la integridad de la educación y disminuyen la autoestima de la mente del autor. Si se generaliza el plagio en la ciencia y la educación, ambas serán destruidas en su capacidad de traer progreso a la sociedad a la que se deben.[2] 


Estas conclusiones sobre el plagio, ilustran cómo en términos morales, los efectos de esta corrupción de orden académico, se considera más allá de los textos inmediatamente involucrados. En consecuencia, la mala práctica de plagio en nombre de un supuesto beneficio, es muy diferente de la respuesta a otros aspectos derivados del vicio generalizado en las comunidades académicas involucradas.


Este efecto se generaliza en especial por la falta de prevención de originalidad en la evaluación de rubricas escolares, discutidas en todos los niveles educativos, lo que provoca la ley del desprecio a la escritura creativa. Se pueden instrumentar manuales para docentes, paquetes de software de detección del plagio dirigidos a todos los actos académicos de estudiantes y profesores, solo así podríamos hablar de prevención del plagio, y por consecuencia promoción de la lectura  y la escritura. Ya que el plagio es la escuela de la corrupción, es deseable poner énfasis, y muy razonable en la idea de prevenir este fenómeno lingüístico. Como consecuencia se observa en términos de nuestra experiencia formando escritores, que de inmediato surge la necesidad de atender el componer  argumentos, razones, narrativas y retóricas académicas como modo de aprendizaje creativo. La ausencia de plagio en la vida académica, significa que esa sociedad está progresando significativamente, garantizando la paz y libertad necesarias para la consolidación de la democracia avanzada. 


La escritura escolar es una habilidad creativa y las fuentes de la escritura, es decir, la literatura, es para estos escolares la advertencia en la hoja de copyright. Suelen los estudiantes ser reprendidos por el delito que implica el plagio, pero  solo queda en advertencia y se hace referencia a menudo a la hoja de declaración de derechos de autor que cita la ley. En lugar de advertir, a los mismos docentes que es una fuerte señal de que requieren los estudiantes ser formados con las habilidades en escritura creativa e investigación científica. Esto lo podemos probar cuando a estudiantes que previamente se les ha dicho lo funesto de cortar y pegar, haciéndose pasar por autor de alguna idea, deliberadamente regresan al camino del plagio en la práctica escolar, como resultado de que la institución educativa no instrumenta la formación de sus docentes y políticas informáticas de detección oportuna de esta mala práctica[3]. El plagio se define tradicionalmente como un fracaso del sistema educativo, por su negativa legítima de no instrumentar controles de este fenómeno lingüístico, pero la propia pedagogía sea la corriente del pensamiento que sea, constructivista, cognitiva,  humanista, operatoria, crítica, conductiva, tradicional, entre otras, todas ellas, refieren al aprendizaje como algo no mecánico, como podría ser transcribir texto[4].


Otros problemas mayores relacionados al anterior, es identificado por estudios científicos que estos han detectado que los estudiantes que reportan en sus textos códigos escritos dados en clases por los profesores, que después son incluidos en sus reportes de tareas, arrojando la sorpresa que también hay docentes que para preparar sus clases incurren en cortar y pegar, aunque ellos argumentan que no comenten plagio porque citan a las fuentes, sin embargo, esta rutina provoca que el estudiante típicamente recurra al plagio fomentado por el propio docente[5].


En estos dos casos, la falta de formación de los estudiantes y la falta de originalidad con la que los docentes hablan a los estudiantes, existe una cuestión común clave, que es la intención de engañar como práctica, ya que permite obtener créditos y certificaciones sostenidas en calificaciones numéricas no ligadas a la creatividad. Una estrategia para evitar el plagio en los procesos de enseñanza aprendizaje, es promover en todas las asignaturas un control estricto vía software de detección de plagio y capacitación continua a docentes y estudiantes en materia de escritura creativa. La estrategia para tener éxito, requiere tener tolerancia inicial, y la humildad de reconocer que la ciencia ya probó que la errata ortográfica del texto original es inevitable, pero también es un patrón que señala que estamos frente a un texto original[6].


Además, se requiere instruir en la importancia de estar habilitados para emplear con maestría citas y referencias. El uso de palabras e ideas de otros autores, sin atribuir su correspondiente derecho, es una intención de engañar. Demostrar la intención de engañar no es sencillo, aunque en ciertos casos puede ser cuestionada, en muchos también es involuntaria, producto de lecturas que no se cuidó el registro de notas y referencias adecuadas, para su posterior empleo en algún texto. El plagio textual se da en el orden de las palabras y cuerpos de textos de otros autores, sin citar a la fuente. La simulación textual es, cuando el orden del texto, ejercicios, ejemplos, entre otras piezas de texto,  y a pesar de no ser de la misma identidad, está siendo empleada con exceso de imitación, si bien, no es un delito legal, si lo es académico, dado que pretende hacer engañar sobre conocimientos y competencias que en realidad no posee el que reporta tal texto.


Por último, existe otro tipo de plagio que se caracteriza por adoptar una práctica de cambiar por sinónimos, mezclando las piezas del texto e intentando hacerlo pasar por un nuevo texto. En este tipo de plagio, se cae en sofisticados intentos por cambiar la voz pasiva o activa. En resumen, es una práctica de copiar texto alterando la estructura gramatical y combinando sinónimos. Algunos investigadores dicen que esta práctica de plagio textual en principio les beneficia a los que la llevan a cabo, pero solo  más tarde, el daño emerge, en el hecho que estos escribas nunca pueden adoptar un propio estilo en la escritura[7]. En este tipo de plagio por imitación, como un subproducto del proceso de aprender a escribir en un nuevo contexto, lo delatan tres cosas; primero, que contiene ideas parafraseadas que están en la misma configuración de otro texto; segundo, quedan palabras con un orden de secuencia que las delatan; y tercero, la relación estadística entre dos textos, por lo tanto, es un elemento importante que objetivamente da prueba de plagio textual. La similitud entre dos textos no puede en ningún caso ser coincidencia, cualquiera que esté familiarizado con los procesos de escritura creativa tiene conocimiento de esto. 


El plagio textual, se observa en un conjunto de relaciones simétricas en el índice temático, en el comparativo entre obras, estos individuos que están dispuestos a romper las leyes, son muy conscientes de ello. El propósito del engaño es lograr algún tipo de beneficio, pero este intento de crear un discurso distinto, en una evaluación oral del supuesto autor, resalta que no emplea los mismos términos con que su texto fue escrito, dejando al descubierto su engaño.


Imitar textos es una práctica común en los primeros pasos de un escritor, este ejercicio le permite aplicar nueva terminología a su conversación. Pero, no debe perder de vista que esta estrategia de escritura es plagio, si bien es un recurso ante el déficit del escritor, se debe tener presente que el desafío es lograr construir un nuevo discurso, con nuevas fuente de información y desde distintos enfoques.  


El enfoque de ver al plagio como un acto deshonesto, oculta la dificultad de evitarlo en la escritura académica. Alguien podría pensar que solo es cuestión de dejar todo texto donde está. Sin embargo, prácticamente todos los géneros académicos, ya sean tesis, artículos, ensayos consultan otras fuentes, así que escritores preocupados por el plagio, simplemente no pueden evitar el uso de otros textos ajenos. Evitar el plagio implica saber utilizar adecuadamente las fuentes, emplear la escritura creativa y aprender un estilo en la manera de crear un discurso. Para quien es sorprendido haciendo plagio en sus tareas escolares, debería tener como consecuencia una corrección de carácter pedagógico, tal como cursar asignaturas objetivas de escritura creativa.


“Durante los años recientes ha habido una explosión de escritores empleando estrategias de copia y apropiación, con la computadora alentando a los escritores a imitar sus funcionamientos. Cuando cortar y pegar son integrales al proceso de escritura, sería una locura imaginar que los escritores no explotaran estas funciones en formas extremas no deseadas por sus creadores”[8].  En esta idea de Kenneth Goldsmith, aparece implícita una nueva revolución literaria, una que reconoce que la creatividad esta atascada en un fango de imitación. 

 

 

 

    

12.2. URL’S

 

 

https://plagiarismcheck.org

http://www.plagiarismsoftware.net 

https://www.plagtracker.com/upload/

http://www.plagiarismchecker.com 

http://www.ithenticate.com 

http://www.scanmyessay.com/plagiarism-detection-software.php 



[1] Peters, R. T. (2014). Solidarity Ethics: Transformation in a Globalized World. Fortress Press.

[2] Betts, D. D. (1992). Retraction of an article published in the Canadian Journal of Physics. Canadian Journal of Physics, 70, 289. Retrieved from http://adsabs.harvard.edu/abs/1992CaJPh.70Q.289B

[3] Reynolds, J. F. (1992). Classical rhetoric and the teaching of technical writing. Technical Communication Quarterly, 1(2), 63-76. Retrieved from http://www.tandfonline.com/doi/pdf/10.1080/10572259209359499

[4] Reynolds, J. F. (1992). Classical rhetoric and the teaching of technical writing. Technical Communication Quarterly, 1(2), 63-76. Retrieved from http://www.tandfonline.com/doi/pdf/10.1080/10572259209359499

[5] Chen, D.-T. ?. V., Wang, Y.-M., & Lee, W. C. (2015). Challenges confronting beginning researchers in conducting literature reviews. Studies in Continuing Education, 1-14. doi:10.2307/376613.

[6] Ferrand, L. & Grainger, J. (1994) Effects of orthography are independent of phonology in masked form priming. Q. J. Exp. Psychol. A 47, 365-382

[7] Harwood, W. N., & Hudnall, J. C. (2000). Writing & Editing School News (5 Student ed.). Perfection Learning.

[8] Goldsmith, K. (2011). Uncreative Writing: Managing Language in the Digital Age. Columbia University Press.