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3. Aprender el diseño discursivo académico

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Comprender el discurso nos invita a observarlo desde el acto de comunicación y desde su contenido. Foucault nos ilustra que el discurso es un sistema de pensamiento o conocimiento[1]. El diseño del discurso está situado en un gran debate académico, con la dificultad que radica en la enorme empresa de la variedad de campos de pensamiento y su práctica creativa. El contenido es el producto más importante a nuestro entendimiento, en el discurso, significa la búsqueda de la verdad, utilidad circunstancial, propuesta emergente…, se centra en el intelecto de cómo lograr, haciendo hincapié en la primera intensión, un efecto o trasmitir un camino de ideas para la reflexión y la crítica. La instrumentación del contenido, lo reconoce como un medio a través del cual se crean innovadores propuestas de textualidad. En el discurso, las ideas son capaces de sostener un conjunto de perspectivas, de competencias y de valores; por lo tanto, decimos que trata temas sustantivos, primero se comienza con la revisión del estado del arte, esto despeja el terreno sobre el cual puede construirse un sistema de ideas y prácticas discursivas innovadoras.


La revisión de la literatura consiste en realizar intensas tareas de generación de premisas, parafraseo de síntesis y toma de notas textuales. Empezar a escribir, requiere pasar por un proceso de toma de notas dentro de procesos permanentes de revisión de la literatura disponible. En una segunda fase, las premisas se integrarán en argumentos (ideas) y estos estarán guiados por lo menos por un argumento de tesis (minitexto). Como tercera fase, se crean conexiones discursivas al modo de una conversación avatar que une las ideas. El diseño discursivo académico funciona como memoria narrativa que puede ser leída por el estudiante como experiencia de conocimiento.


¿Qué es discurso? La respuesta a este tópico tiene muchos siglos de trabajo, aunque en especial en el siglo XX la disciplina de la tradición académica hizo grandes progresos. Participaron realistas, positivistas, marxistas, estructuralistas, modernos, posmodernos, posracionalistas. Y de cada una de estas perspectivas emanan propuestas científicas, semióticas, lingüísticas, psicologismo, sociológicas y antropológicas. Estos estudios se recogen por la teoría literaria, estudios profundos organizados en sistemas de explicación que mantienen puentes comunicantes con muchas de las ya citadas perspectivas. 


Un concepto elemental y común a la hora de estudiar al discurso, es abordar a las nociones de lenguaje y conversación dentro de un acto creativo de composición y, en los efectos dentro del intercambio de comunicación. Dentro del discurso académico, los profesores suelen definirlo como cuerpos de texto en base a procesos intelectuales de discusión. La lingüística y otras disciplinas académicas de investigación, hacen del análisis del discurso oral, textual o medio por tecnologías su objeto de estudio. Los investigadores, en especial los de la perspectiva semiótico-social, consideran al discurso como diseños de modos que afectan el contexto sociocultural; nosotros aquí, con el interés por comprender la complejidad y la multimodalidad del discurso, lo discutimos para lograr una visión de esta poderosa forma de comunicación. 


Para el diseñador, la idea operativa de ver al diseño del discurso como una forma de crear conversación, discusión y comunicación puede ser muy útil. Pero está consciente de que es algo mucho más complejo. En parte esto se reconoce en la práctica de la escritura creativa como el habla, un estilo de pensamiento con enfoques de una conversación con múltiples interlocutores. Así, la noción del discurso, trata de la actividad de discutir, influenciada por Foucault. 


El discurso como contenido de la discusión, son sistemas de pensamiento o conocimiento, estos generalmente más situados en el rigor y estilo de una tradición intelectual científica, son más que aquellos dentro de simples conversaciones. El diseño crea innovadores instrumentos textuales para influir en las maneras de conversar. El lenguaje es sin duda fundamental para producir, comunicar y consumir discurso, pero, debe ser acompañado de un estilo de pensamiento, por ejemplo, el científico o el poético, eso ayuda al diseñador, para que además de dominar el lenguaje como sistema de escritura, se mueva más allá del lenguaje mismo. El discurso es en su diseño un propósito para abordar cuestiones sustantivas, capaz de sostener un complejo de valores y perspectivas racionales sistematizadas. El diseño del discurso académico no es esotérico, inconsistente con las tradiciones intelectuales o caprichos del diseñador, o menos aún, mera elocución verbal. El discurso en su contenido es un sistema de ideas articuladas por la lógica modal, pero además, manifiesta valores epistémicos y emociones de diversas formas al escribir, hablar, actuar y mediante un avatar. Para el diseño del discurso, el narrador de las ideas, es una poderosa fuerza que guía la experiencia de las ideas. En el discurso académico, es un avatar el narrador, a través de él, el profesor expresa su habla de una manera discreta en omnipresencias que median los objetivos del discurso. 


Un discurso desde Foucault, es un dispositivo que se constituye de habla humana, que son ineludibles y cruciales en la existencia social y su transformación. El discurso está conectado a la experiencia y a la condición humana. Por ello, los diseñadores del discurso académico deben estar fuertemente conectados con la literatura de su propio tiempo. Un punto de partida del diseño del discurso académico, refiere a un enfoque creativo que surge del dominio escrito del lenguaje y en conjunto con el estudio del modo de crear conocimiento. Además, los diseñadores deben estar alerta de los cambios discursivos de la literatura más recientes en sus respectivas disciplinas. Tradicionalmente, los diseñadores son habilitados en su primer paso de entrenamiento a nivel lingüístico, en el sentido del sistema de escritura: estructura gramatical de las palabras, arquitectura de sintaxis de sentencias, en las semánticas del discurso objetivo, en la ortografía y el puntuado[2].


La gramática del texto y el discurso, ambas competencias lingüísticas no se limitan a estructurar sentencias, cadenas de razón o argumentos de alcance amplio. Estas competencias alcanzan el nivel de textual, como son, lograr una semántica coherente, una la narrativa que exprese experiencia de conocimiento y, una estructura metaargumental como el ensayo, el artículo, la revisión, la tesis, la reseña, la disertación…, 


Por otro lado, la psicolingüística del discurso nos aporta la comprensión y producción desde estudios cognitivos de la memoria, el aprendizaje, los efectos emocionales del discurso y la seducción racional de los argumentos[3]. Hace puntual atención en el papel de la forma en que es adquirido, expresado y justificado el conocimiento. Esta relación triangular entre conocimiento, su expresión y el mundo, es para el diseñador del discurso académico, algo que lo hace directamente responsable de reconocer su propósito en la educación. Se propone primero atender el hábito de justificar nuestras propias creencia y en ese proceso de revisión, entonces expresar nuevos enfoques en su diseño discursivo al modo de crear nuevos argumentos de tesis y validación epistemológica de las ideas.


La epistemología, desde sus cimientos ha debatido la naturaleza del conocimiento académico y cómo es que este puede distinguirse de meras creencias u opiniones. Además, hace un intenso trabajo sobre los valores epistémicos como el de la verdad, originalidad, la libertad académica y el respeto a los derechos de autor, entre otros. El conocimiento desde la academia, es definido como un discurso verdaderamente justificado, fundamentado, discutido, calculado, demostrado y sobre todo narrado. El discurso desde la epistemología nos sirve principalmente para interpretar lo que se denomina estilos de razonamiento, es decir, modelos mentales involucrados en la comprensión del discurso, su producción y comunicación. El discurso académico persigue el ser objetivo, coherente, riguroso y producir un impacto en la formación de los estilos de pensamiento en sus usuarios. El discurso académico es una forma de interacción social y al mismo tiempo, expresión y reproducción cognitiva de estilos de pensamiento.


Un profesor a través de la lectura reflexiva del proceso de consumo de literatura, socialmente comparte con su comunidad, su experiencia de conocimiento; el lenguaje propio de la disciplina; las ideologías y los modelos mentales personales. En el paso histórico de la lingüística, primeramente, convirtió a la gramática normativa a un estudio empírico del lenguaje natural y luego, desde la década de los 60’s, la inscribe en estudios formales sobre cómo lograr objetividad y más recientemente en el uso del lenguaje, lo instala en el discurso de comunidades epistémicas de personas reales. Esto significa, que ahora, en lugar de una noción abstracta de conocimiento definido en extremo teórico absoluto sobre la verdad, el estudio del lenguaje natural y artificial combinados, tienden a ser más relativos a ganar profundidad científica desde el psicologismo[4]. En esta postura, se lucha contra el sesgo cognitivo y la falta de observación de los valores epistémicos.


Tratar al discurso como un estilo de razonamiento, nos ayudará a iniciarnos en el diseño concreto del discurso académico. Es decir, centrarnos en sistemas de proposiciones, inferencias, validación de la objetividad y argumentos de tesis, nos permite vincular el sistema de escritura con la epistemología del discurso científico, todo ello, como parte esencial del discurso académico. Además, necesitamos dar cuenta de cómo en la escritura se adquiere y se reproduce en el texto natural como habla de la razón, es decir, expresada desde la palabra, la sentencia, cadenas de razón, argumentos y sistemas de argumentos. Dicho esto, el primer paso del diseñador del discurso es tener claro el propósito de este en el ámbito de la literatura académica. Así que, la propuesta de aprender el discurso académico pasa por el taller de escritura creativa.  Este taller atiende una variedad de tipos de recursos discursivos, que son su combinación y que están presentes en la narrativa pedagógica de la literatura curricular.


En resumen, el proceso de justificación de nuestras creencias utilizadas y la relación con nuevos discursos disponibles, además del apoyo en su escritura creativa,  generan el espacio de trabajo inteligente que posibilita ensayar la escritura académica. Es crucial para la supervivencia y reproducción de un organismo y su especie, su adaptación a su entorno específico. Dicha adaptación no solo es una interacción evolutiva con elementos de un ambiente distinto al acostumbrado. Sino que es necesario hacer hábitos intelectuales para consolidar el oficio del diseño del discurso académico, mismo que posibilita crear cuerpos de discurso y modificar su entorno disciplinar. Por lo tanto, se escribe bajo criterios básicos del sistemas de escritura, normas editoriales y métodos que mejoran la exactitud de la objetividad de sus razonamientos hasta el punto de crear una textualidad que recrea una experiencia de conocimiento.

 

 


[1] Foucault, M. (1982). The Archaeology of Knowledge: And the Discourse on Language (3988th ed.). Vintage.

[2] Fairclough, N. (2010). Critical Discourse Analysis: The Critical Study of Language (2 ed.). Routledge.

[3] Searle, J. R., & Willis, S. (1983). Intentionality: An essay in the philosophy of mind. Cambridge university press.

[4] Crane, T. (2013). The Objects of Thought (1 ed.). Oxford University Press