Texto académico

Deslizándose por las letras

 

 

1. La necesidad de una educación en el paradigma de la creatividad


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El profesor escritor cuando crea un libro responde a las preocupaciones de su tiempo por la educación, redibuja en una memoria más amplia la imagen a la luz de la literatura con conceptos, axiomas, teorías, estéticas, filosofía, historia, psicología e identidad cultural. Los libros en diversidad, escritos por los propios actores de la educación (docentes), son la respuesta moral e intelectual ante el problema común, una educación que reivindique el sentido de lo humano como creatividad. El aula es un organismo vivo, es la presencia de la sociedad tal como es, nacieron junto con los libros en el siglo XV, cualquier cambio real en la educación pasa también por crear nueva literatura para la propia sociedad. Umberto Eco nos dice que a pesar de los avances tecnológicos el libro se pronostica que como concepto ya pasó la prueba del tiempo en el que su evolución es garantizada y “nadie acabará con los libros[1]”. La docencia necesita del libro para refundar su historia sobre una base legítima y moral[2]. Los docentes que escriben libros como propuesta democrática de conocimiento, fortalecen su capacidad de expresar ideas y actuar para cambiar el destino de su sociedad, para el biólogo y filósofo Humberto Maturana la calidad de la educación pasa por la forma efectiva de llevar el discurso docente a los estudiantes, consciente del futuro de Internet y el libro escrito por docentes, estos últimos, agrega, son parte del futuro de una educación que recobra al profesor como un actor social que habla a su sociedad con su propia voz[3]. 


Especular en un mundo sin libros, es exponer al mundo a la ausencia de pensamiento original, creatividad y esperanza. Resulta difícil transcribir este instante de un peligroso espacio donde ya muy pocas palabras sobreviven dentro de la reflexión, y las pocas sobrevivientes han abandonado la unión del sentido de vivir y el sentido del pensar científico (bajos índices de lectura y escritura en México[4]). Escribir pasa de ser un placer repentino a ser una necesidad inminente, es el puente entre lo conocido y lo inexplorado. Es un reto de hoy en día para inmiscuirse en lo que una vez fue lo cercano y dejar de lado la novedad tecnológica para poder, a través de las barreras que nos ciegan, abrir fronteras literarias de progreso social. La escritura creativa es un proyecto que conspira a favor de la libertad, de la felicidad lúcida cargada de libros embajadores de nuevas realidades científicas, técnicas y culturales.


En este sentido J. M. Castellet nos dice que la literatura se rebela contra un mundo servicial que niega su valor y anula su función social, por ello, el estudiante en esta educación basada en la creatividad es “la hora del lector[5]”. Para aquellos docentes y administradores de la política educativa que creen ciegamente en el argumento de que leer en el aula no es la actividad más profunda de cambio que produce la educación, aquí fundamentamos desde la ciencia cognitiva que es un grave error:


La lectura es reconocer palabras que se reciclan y permanecen enmascaradas, inadvertidas en el acto de pensar. Sin embargo, estos hallazgos de la neurociencia de la lectura confirman la importancia para el desarrollo de un estudiante, es un progresivo reentrenamiento del lenguaje y de los circuitos cerebrales en el lector. La imagen del cerebro RMNf (resonancia magnética nuclear funcional[6]) demuestra que lectores adultos forman circuitos fijos, en el sentido de Vygotsky, la naturaleza humana se construye en una propagación de experiencias flexibles e inmersas en la cultura. Aprender a leer es absorber cultura modificando la arquitectura de circuitos de nuestro cerebro, en una forma de reciclaje de ideas, se modifica flexiblemente en cada reflexión lectora nuestra idea global de la realidad. La escritura es evolución darwiniana, consecuencia de la necesidad de ampliar nuestra capacidad emocional y racional de conocer el mundo para sobrevivir. 


Una palabra visual enciende un circuito cerebral por solo unos instantes del resto de los milisegundos leíbles. Sin embargo, cuando la misma palabra se presenta en el cierre de la proximidad espacial y temporal con otros estímulos visuales, se pone indistinta o incluso invisible, un fenómeno perceptor llamado enmascaramiento. La evidencia conductual indica que las propiedades visuales, ortográficas y fonológicas de palabras enmascaradas, e incluso su significado, pueden extraerse bajo enmascaramientos condicionales que no salen conscientemente entre los pasos del procesamiento de la escritura[7].,(Nota al pie no adjunta)[8], Esto[9] sugiere que el enmascarado de las palabras puede activar parte de las redes cerebrales inconscientemente en el procesamiento de textos. Sin embargo, no se entiende por qué no se saca a la conciencia. Las investigaciones demuestran cómo palabras enmascaradas inadvertidas activan las regiones extraestriado, fusiforme y precentral, y causan una reducción significante en el tiempo de la respuesta y en la actividad del cerebro a las palabras conscientes subsecuentes[10].


Leer un texto es reconfigurar la mente, escribir es profundidad compleja en esta reconfiguración, esta premisa es fundamental para discutir entre producción vs creatividad dentro de la pedagogía de la escritura creativa. Pudiera parecer sencillo que un novel escritor, reconozca que la sustancia de sus creaciones está en su mente narrativa, distinguiendo desde ella ideas y significados. Una composición creativa implica, hacernos de la valentía para liberarnos de pensamientos dogmáticos obsesivos. En México un señor llamado Samuel Ramos en “El perfil del hombre y la cultura en México” en 1934, no lo consideraría algo sencillo de lograr, la vida original, esos deseos virtuosos de enorme valentía para su práctica social, están en oposición a modas y a emociones destructivas. La enajenación es la prisión de la mayoría hoy mismo, aquí ellos viven aburridos en un solo relato de historia ya escrita, un materialismo egoísta tan cruel que vacía el alma en nombre del dinero, los bienes carnales y un perfil protocientífico que jamás amó la verdad tanto como a los títulos académicos. El propio George Orwell en su obra intitulada 1984, reconoce este asalto a la voluntad humana. De la misma manera Robert K. Merton lo llama Efecto Mateo. Y aseguramos, es uno de los demonios más fuertes que cabalgan en la sociedad moderna. Aquí la escritura creativa, es la semilla de un combate frente a la instrumentación del educador, es dotar de voz original a los sin voz, es libertad en la sensación de exilio que produce el libro oficial, ese dogma dictado desde el gobierno. 


Un antecedente de éxito de la editorial académica es el programa de escritura creativa estadounidense de la posguerra, en la educación superior es la clave para entender la explosión de literatura original en este país, la elevación de la calidad y el interés por la literatura norteamericana, problemas científicos, técnicos, estéticos, económicos, fueron explorados por la sociedad a mayor profundidad, se llamó “The Program Era[11]” . En el campo dominante de instituciones burocráticas de la educación superior norteamericana de la posguerra, dicho programa, adoptó los principios de la escritura modernista, fue la academia quien demandó libertad a través de sus propias obras literarias, dando nuevos significados a la narrativa desde el punto de vista del desarrollo creativo del espíritu humano. El famoso escritor Vladimir Nabokov fue uno de tantos que alzó la voz  “estoy harto de enseñanza, enfermo de la enseñanza, enfermo de enseñar”, revelándose contra la literatura que supuestamente está a favor de la “didáctica”, que desprecia el talento estético, detalles del lenguaje, de estilo y estructura del pensamiento[12]. Movimiento que llamó a liberar la imaginación sin intentar distraer con enseñanza lo que debía ser aprendizaje, así en los años 40’s la escritura creativa nace como un amor prohibido bajo el Program Era. 


Los liberados de los estrujes de una pobre mente irreflexiva como actitud en el aula, son aprendices de la expresión artística de la ciencia y la literatura, cuya complejidad ética es una forma de desafío autoral. Nada podría ser más limitador que una pedagogía centrada en la memoria y en aprender recetas de producción. La educación mexicana está anclada en una burocracia de producción como sinónimo de calidad de egresados, para ello tesis, artículos, ponencias,…, cuya contribución original a la literatura es preocupante, se enmarcan como rúbricas antes que como evidencia de aprendizaje complejo. Ante esta realidad, el movimiento posracionalista del siglo XXI encabezado por biólogos de la ciencia cognitiva, impulsan la escritura creativa en todas sus modalidades, como modos de conocimiento efectivo, en los que autonomía y creación, son una alternativa moral a los estudios de dictados de memoria, fragmentación de la obra literaria en bocados digeridos en diapositivas, jornadas de estudio para exámenes estandarizados, que conciben erróneamente la mente no con propósitos de crear ideas, inventar o escribir ciencia o poesía. Ese mundo de maquinaria burócrata, en su versión clásica somete y desquebraja cualquier intento de innovación educativa a través de la literatura original en diversidad y caducidad. 


La literatura académica de la educación mexicana, en este periodo de la era de calidad, está obsesionada con la producción individual sin evidencia de impacto social o verdadera originalidad. Olvidaron que la literatura es para la educación su presencia social, una especie de marca de agua. El desafío para formar profesores escritores es que la educación sea un nuevo lugar que forje aprendizajes desde la escritura creativa, como compromiso con la importancia de la creatividad individual y la colaboración no sometida. Cuando mi Yo escribe, se multiplica el espíritu del virtuoso sociable, así que una educación basada en la escritura creativa replica el esfuerzo común y de mutua influencia propia del contexto social que crea la literatura original.


La tarea de la educación es encontrar su voz a través de la literatura, que construye socialmente su comunidad; abrir un sistema de escritura creativa, es un hecho empírico que hace que las instituciones tiendan a formar comunidad[13]. Un programa así, reclama que cada estudiante sea capaz de establecer su propia habla, interpretando y reconstruyendo como alegoría de su existencia, profundidades íntimas en el conocimiento. En medio de la creatividad nace una conciencia de comunidad, manteniendo la dinámica de tensión intelectual necesaria para un ambiente académico progresista. El argumento escrito, que lógicamente explica y defiende una idea controvertida, parece estar desapareciendo como la forma académica de discurso. Para revitalizarlo y preservar su aporte moral a la formación de hombres de consciencia libre, debe impulsarse un sistema de escritura creativa rigurosa en el currículo de las escuelas, institutos y universidades en su conjunto como elemento transversal de todos sus programas. Sus estudiantes, parte esencial del cambio en cualquier sociedad, en su vida cotidiana harán del argumento un entorno de análisis de tópicos, evaluación de fundamentos, comprensión axiomática y construcción de conocimiento. Un programa de escritura creativa revitaliza a la pulverizada aula, relegada a torre de marfil donde una sola voz desde el ático expresa “conocimiento” y solo logra a penas informar en el mejor de los casos. 


Por otro lado, investigadores de primera línea como Anne Case y Christina Paxson[14] reconocen que la pobreza cuando se combate con nutrición (abatir el hambre), se refleja en la estatura de los niños en su adultez, sin embargo, el estar potenciados para mayores coeficientes de inteligencia (CI) producto de la nutrición, no se traduce en más medallas olímpicas, patentes, literatura y nuevas tecnologías; es debido a que la comida no hace una mente productiva; por ello, el historiador y premio nobel de economía Robert Fogel mostró que el suministro óptimo de calorías para una población no es suficiente para sacarlos de la franja de pobreza alimentaria para siempre, puesto que, son incapaces de realizar trabajo creativo; en este sentido John Strauss descubrió que no necesariamente la salud y la nutrición son directamente proporcionales al incremento de la productividad de los trabajadores, concluyendo que a lo mucho mejoran en 4% su productividad[15]. Cuando las estadísticas nos han mostrado que no hay cambios significativos entre mejor comida y salud respecto al ingreso de los individuos, la ciencia traduce esta realidad, asegurando que hay otros factores más importantes a considerar si realmente se desea la justicia social. La pobreza no es abstracta, son personas concretas que saben lo que hacen, generalmente individuos que realizan mecánicamente labores manuales. Se sabe que en los hogares que han repuntado en su poder de ingreso, no mejoran en automático la calidad de su nutrición, es decir, compran con el criterio de lo sabroso[16]. Regalar despensas de comida con contenido de calidad nutricional, es decir, no mejora las condiciones de pobreza[17], de acuerdo con los datos del Poor Economics en estudios comparativos entre más de cien países, los pobres invierten lo poco que tienen en alcohol, tabaco y fiestas como un resultado de no poseer competencias intelectuales para manejar a su favor el conocimiento científico, técnico y literario[18].


El ascenso económico de toda persona, es un desarrollo de la conciencia individual de responsabilidad y cultura. La vida sube de nivel con la inspiración creativa, el libro es ese agente de beneficio que contribuye como recurso para la imaginación, su ausencia limita al mercado productivo de una nación[19]. Mejorar el rendimiento laboral y crear nuevos empleos pasa por agregar crédito creativo a las prácticas laborales, diseño, innovación, nuevos conceptos de productos y servicios en el seno de las pequeñas empresas; el libro es un agente de fomento económico, de inversión de capital humano; más cuando llega al contexto de producción de riqueza de las familias. Los efectos del conocimiento como influencia de gestión de nuevos empleos y la mejora de los negocios familiares vinculan el rompimiento de los círculos de pobreza con el libro. El modelo de crecimiento económico “Growth Theory” del investigador Adhijit Banerjee del Massachusetts Institute of Tecnology, muestra la evidencia extensiva a los efectos de la literatura con el crecimiento de las microeconomías[20]. Esta literatura contribuye con nuevos conocimientos a las ya labores de producción de la microeconomía de talleres de herrería, panadería, sastrería, carpintería, agricultura familiar, albañilería, ... la preparación en nuevos enfoques de técnicas productivas adicionales a las heredadas por la familia, aumentan el poder adquisitivo de quienes incluso tienen un empleo no formal[21]. 


Al introducir literatura enfocada en enriquecer las técnicas de producción en la microeconomía de las familias, el libro resulta crítico para el fomento económico. Hay evidencia de que el libro como agente de aprendizaje modifica a favor el talento de producción de los más desfavorecidos del desarrollo, sin embargo, es una realidad que introducirlo dentro de las propias prácticas laborales de la empresa familiar de pequeños talleres, comercios o granjas, puede tener consecuencias a razón de disminuir los riesgos expuestos por la pobreza. Es importante reconocer que el riesgo de los pobres no se limita a ingresos económicos, nutricionales y salud, también los cambios vertiginosos de las nuevas tecnologías modifican la topología del trabajo. Esta vulnerabilidad dada por la variable de formación técnica presiona para alcanzar mejores trabajos de mayor valor agregado, la remuneración está en función de la creatividad que supera servicios y productos tradicionales de bajo valor agregado[22]. 


Trabajar mayores jornadas al día para compensar las caídas de ingresos es una salida como efecto de la pérdida de ingresos de las familias, la alternativa es aumentar la capacidad creativa en el grado de complejidad de las prácticas productivas. 


Respirar libros para una sociedad es un fascinante vínculo con el mundo que amplía competencias sociales. ¿Qué es un libro? No nos referimos al objeto material, nos referiremos al objeto moral, esa esencia que justamente corresponde a verdades particulares que la conciencia habitó en su creación. El libro en las manos de un lector, es luz en forma de proposiciones sobre lo conocido (conocimiento) o tal vez sea esa luz de metáforas que se deslizó en medio de lo humano, explicando la experiencia de vivir. Un enunciado, un párrafo, su encadenamiento auténtico de juicios que ascienden a expresar la virtud humana de interrogar hasta agotar la existencia, para revelar los muchos otros mundos. Cada objetivo de escritura, exige interrogar con talentosas preguntas, hacer tambalear todo argumento hasta que lo obvio resulte solo ser apariencia perezosa.


El libro por dentro. Es forma y contenido; sombras de las criaturas de la imaginación, es ese resistir al escribir, es un significado de un orden moral de liberación, al escribir podemos descubrir cómo un niño normal se convirtió en Beethoven o en un Octavio Paz, ellos crearon caminos alternativos para la música y la poesía respectivamente. Cuando nos han preguntado ¿para qué escribir?, muchas veces les decimos que es para sacar lo mejor de nosotros mismos, aunque no seamos conscientes de quiénes somos hasta que somos en el texto. El que escribe sabe que cada texto fortalece la democracia y la libertad necesarias para la paz, el arte, la justicia y la esperanza de todos los hombres; pero también sabe, que cuando una sociedad crea para el oficio de escribir candados, castigos y una educación simuladora, se vive en una dictadura de modas de subordinación.


De acuerdo a reportes de investigación científica de personajes de talla reconocida como los premiados con el nobel de economía, cultivar la mente creativa es la única forma objetiva de romper los círculos de pobreza.14-18 Sanar el corazón profundo de Michoacán con el arte y el placer de la literatura, es un camino de éxito; el investigador de Harvard Steven Pinker, asegura que esta idea es una verdad científica demostrable con datos de doscientos años de estadística entre la relación consumo de literatura vs violencia, mayor consumo de literatura, menores índices de violencia[23]. Los libros, son los productos de la cultura que provocan en el hombre la responsabilidad de su existencia, es decir, hacen de la capacidad de sentir vergüenza un retorno al desarrollo; es por esto que es tan difícil hacer un programa cultural que modifique en el corto plazo lo que en el largo plazo se abandonó.





[1] Umberto Eco & Jean Claude Carriére (2010) Nadie acabará con los libros. Barcelona: Lumen

[2] Rivas, Axel (2014) Revivir las aulas. Buenos Aires: Debate

[3] López M., Miguel; Humberto Maturana; et al. (2003) Conversando con Maturana de educación. España: ALJIBE

[4] Zaid, Gabriel (2006). La lectura como fracaso del sistema educativo. Letras libres. Recuperado de http://www.letraslibres.com/revista/convivio/la-lectura-como-fracaso-del-sistema-educativo

[5] Castellet, Josep Maria (2010) La hora del lector: Barcelona: Península

[6] Ferrand, L. & Grainger, J. Effects of orthography are independent of phonology in masked form priming. Q. J. Exp. Psychol. A 47, 365-382 (1994). (PubMed)

[7] Forster, K. I. & Davis, C. Repetition priming and frequency attenuation in lexical access. J. Exp. Psychol. Learn. Mem. Cogn. 10, 680-698 (1984).

[8] Bowers, J. S., Vigliocco, G. & Haan, R. Orthographic, phonological, and articulatory contributions to masked letter and word priming. J. Exp. Psychol. Hum. Percept. Perf. 24, 1705-1719 (1998).

[9] Greenwald, A. G. Three cognitive markers of unconscious semantic activation. Science 273, 1699-1702 (1996).(PubMed)

[10] Stanislas Dehaene, Lionel Naccache, Laurent Cohen, Denis Le Bihan, Jean-François Mangin, Jean-Baptiste Poline & Denis Rivière. Cerebral mechanisms of word masking and unconscious repetition priming. Nature Neuroscience, Volume 4 Number 7 pp752–758. (2001) Consulta: 4 de marzo de 2014: http://www.unicog.org/biblio/Author/DEHAENE-S.html

[11] McGurl, Mark (2009) The Program Era. Massachusetts: Harvard University Press

[12] Karshan, Thomas (2006). Nabokov and Play. DPhil Thesis Oxford University. Recuperado de https://www.academia.edu/610059/Nabokov_and_Play

[13] Berger Peter L. & Luckmann Thomas (1991). The Social Construction of reality. New York: Penguin. Recuperado de http://perflensburg.se/Berger%20social-construction-of-reality.pdf

[14] Case, Anne & Paxson, Christina (2008) Stature and status; height, ability and labor market outcomes. Journal of political economy, 166 (3): 499-532.

[15] John Strauss (1986) Does better nutrition raise farm productivity? Journal of political economy 94:297-320.

[16] Marshall Alfred (2006) Principios de economía. Madrid: Síntesis.

[17] Jensen, Robert & Miller, Nolan (2008) Giffen behavior and subsistence consumption. American economic review 98 (4): 133-162. Consultado 10 de junio de 2013, de http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2964162/

[18] Poor Economics. Consultado 7 de junio de 2013, de http://pooreconomics.com

[19] Zaid, Gabriel (2013) Dinero para la cultura. México: Debate

[20] Abhijit Banerjee y Esther Duflo (2005) Growth theory through the lens of development economics. In Steve Durlauf and POhilippe Aghion, (eds.), Handbook of economic growth. Elsevier Science ltd.-North Holland: 1ª: 473-552. Consultado 7 de mayo de 2014, de http://economics.mit.edu/files/521

[21] A.D. Foster y M.R. Rosenzweig (1996) Technical change and Human capital returns and investments: evidence from de greem revolution. American Economic review 86(4) 931-953.

[22] Jensen Robert (2010) Economic opportunities and gender diferences in human capital. NBER W1602. Consultado 10 de junio de 2013, de http://www.nber.org/papers/w16021

[23] Steven Pinker (2012) Los ángeles que llevamos dentro: el declive de la violencia y sus implicaciones. Barcelona: Paidós