Texto universitario

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1. La síntesis, la práctica intelectual de la reflexión  

Una educación más allá del neoliberalismo y sus infinitas soluciones burocráticas de simulación intelectual

 


Hacemos un llamado para que desarrollemos nuevos estándares y evaluaciones que no midan simplemente si los estudiantes pueden llenar un formulario de prueba, presentar diapositivas, procesar mecánicamente datos,  sino, si poseen habilidades del siglo XXI como la disertación: fundamentar, justificar, demostrar, discutir, sintetizar, calcular, explicar, narrar… dentro del prendimiento crítico en procesos creativos intelectuales abiertos a ser observables por la sociedad toda.  Esta prioridad educativa humanista y científica subraya la importancia del pensamiento crítico lingüístico, literario, matemático, computacional, artístico… un tipo de educación del arte de pensar o virtud intelectual como reflexión y sabiduría.


Las universidades se enfrentan a un desafío de un tamaño y alcance que no se ha encontrado desde el siglo XX. En esos años, las universidades se sintieron obligadas en propósito a satisfacer la modernización de las sociedad mexicana. Hoy cambios significativos en nuestra sociedad han dado lugar a nuevas presiones que requieren una nueva reflexión sobre el contenido, procesos intelectuales, métodos de instrucción en libertad académica y su papel en la vida de sus sociedades. 


Desde el primer gran periodo de transformación, México a pasado a ser una nación más importante en el concierto internacional, cada día se ve más afectada en lo positivo y negativo por los acontecimientos en otras partes del mundo. Nuestra economía ha evolucionado de una base agrícola a una industrial, pero no ha podido dar el paso a un sistema basado en el conocimiento, dado que su sistema educativo no exige habilidades intelectuales más sofisticadas del tipo de disertación STEM. La empresas compiten en mercados de conocimientos cada vez más globales, al tiempo que utilizan metodologías intelectuales apoyadas en matemática, física, biología o química  avanzadas y apoyadas en computadoras, robots, inteligencia artificial y en una sólida capacidad intelectual en el estilo y actitud científica. 


La división entre ricos y pobres a promoción casi récord, deprimió las tasas de movilidad ascendentes en esta tierra de oportunidades, a niveles por debajo de los muchos otros países avanzados. Estos acontecimientos han producido una democracia desalentadora de atender las demandas de la nación orgullosa de su historia. La sociedad busca graduados que puedan adaptarse con éxito a cambios rápidos en la naturaleza social y material, resolver problemas creativamente, trabajar en habilidades con diversos perfiles de colegas y manejar riesgos creados por el cambio económico, ambiental, de violencia social constante. Los padres quieren que sus hijos posean las cualidades que necesitan para obtener no solo buenos trabajos, sino que aprendan a vivir con más decoro y virtud; seguir carreras exitosas en lo emergente y sobre todo, vivir felices y satisfechos de estar a la altura de los sueños de futuro de su sociedad.


Dado que las universidades llenan la mayor parte de los días y semanas de millones de jóvenes mexicanos durante la etapa crítica en su desarrollo intelectual y moral, los líderes académicos y sus facultades tiene la responsabilidad de considerar las demandas de la sociedad en la máxima seriedad de no simular. En el pasado los educadores consideraron que las cualidades útiles de la mente y el comportamiento eran fijas e inmutables mucho antes de que los jóvenes terminaran la educación básica, por lo tanto las universidades siguieron esta inercia terminal. En la última década la comunidad científica de psicólogos, expertos en ciencia cognitiva, neurociencia e investigadores educativos han encontrado que casi todas las capacidades deseadas pueden seguir cambiando al menos a través de la edad adulta temprana y seguir desarrollando su potencial en autonomía durante los años pos universitarios. Estos descubrimientos sobre el aprendizaje, junto con la incertidumbre cambiante de la sociedad y el medio ambiente, se busca responder a crear un mundo de oportunidades, esperanzas y expectativas a la sociedad. Al mismo tiempo también dan lugar a preguntas fundaméntales:


¿Qué tan exitosas en sus tradiciones intelectuales son las universidades de hoy en día en el desarrollo de las competencias y cualidades que sus estudiantes necesitan para tener éxito y florecer lo humano en sus carreras y ayudar a sus sociedades a enfrentar los desafíos de su tiempo?


¿Saben los educadores cómo desarrollar todas las cualidades de la mente y la actitud que las universidades están cada vez más llamadas a educar: creatividad en la realización de tareas disciplinares, de investigación, interacción social y adaptabilidad frente a la adversidad. Alcanzar los altos estándares de diseño experimental, éticos, de modelado, de automatización, de coherencia y paz en la vida pública y privada; y la sabiduría suficiente para decidir cómo vivir vidas intencionales y satisfactorias?


¿Qué ajustes tienen que hacer hoy las universidades en su plan de estudios, formación de profesores, desarrollo de contenidos literarios curriculares, plataformas tecnológicas y de estímulo a la libertad académica moderna? 


¿Cómo superar la visión neoliberal de atender los desafíos educativos con instrumentos burocráticos, que solo simulan desarrollo intelectual de profesores y estudiantes en el contexto educativo?



Sea lo que sea que traiga el futuro, una cosa es segura, sin libertad académica con propósitos intelectuales de crear una tradición y trasparencia en sus productos literarios y de progreso ético; las condiciones subyacentes de adversidad de hoy, consideran que debemos responder de prisa, con seriedad y logrando que la agenda política de la sociedad  empareje sus objetivos con los logros necesarios para poner al día a la universidad y dar esperanza a su futuro como agente fundamental de desarrollo humano y científico.

 

En las últimas décadas hemos visto una aceleración rápida en la creación de nuevos conocimientos junto a un acceso sin precedente a la información desde la Web. Sin embargo, los errores de juicio siguen acosándonos a nivel individual y social, uno en el que confunde conocer lo que dice un texto y el paradigma de lo que hace un texto para el intelecto, la creatividad y la democracia en la paz de una sociedad. 


Hoy en día, la información está disponible casi instantáneamente, pero cada vez es más difícil distinguirla de la desinformación, distinguir lo que es una verdad con fundamento, justificación y consenso de las comunidades científicas. Esto no garantiza, que poner al acceso datos, sea lo mismo a que son procesables intelectualmente por una conciencia que los sintetiza.  



Una educación que logre que todos encuentren comprender la voz de los textos literarios científicos, de ficción, de ingeniería…que nos invite a escuchar sus voces en una experiencia habitual en nuestras vidas. ¿Por qué querríamos hacer esto? Queremos reivindicar los valores de la lectura de forma institucional en la educación, difundir cotidianamente las razones por las cuales disertar nutre la visión de los estudiantes, profesores y la democracia. 


El discurso académico moderno, habla con estética, con convicción en su escritura, narra exploraciones en preguntas y contextos profundos y es un universo de literatura creada por mentes libres. Atender la dimensión intelectual de un texto, privilegiando procesos metodológicos consolidados en la ciencia, la teoría literaria, la lógica y la disertación en su escritura. Son tiempos de inmediatez y velocidad de información en la Web. Es hora de desarrollar una imaginación que aumente nuestras capacidades de escuchar los ritos de la buena escritura y sentir su pulso, lo que aumenta nuestro placer de lectura. Crear conceptos, frases, sentencias, cláusulas, inferencias, reflexiones, discusiones, justificaciones, cálculos, demostraciones, explicaciones, categorizaciones, fundamentos y modelos… 


Tomando otra arista del problema, podemos observar que leer configura la mente en voz más alta en complejidad. La prosa que normalmente inunda la literatura académica, para nada es una página silenciosa. Leer permite a los profesores y estudiantes crear un lugar para escuchar y aprender el arte de pensar formas originales de tradiciones intelectuales. En silencio, con los ojos mirando a través del texto abandonamos la superficie de lo real, al ganar profundidad, uno se permite el ritmo de palabra y frase; frase y párrafo; revelando las formas del pensamiento. Las habilidades resultantes son una mayor conciencia del lenguaje llevado a cabo en gran medida por el disertar al leer y escribir. 


Fomentar la lectura perceptiva y la escritura elocuente. En una enérgica defensa del valor de formar habilidades intelectuales y no la memorización, Thomas Newkirk sugiere que aprender el arte de disertar, logra todo lo que la lectura analítica y de placer hace, y más: ideas, estilo y belleza. Al reflexionar el texto en la lectura, se extiende el arte de los textos al tomar notas. Así que proponemos superar el ¿qué dice el texto?, por preguntar ¿qué hace el texto? 


Nos anima a examinar no solo los efectos que produce un texto, sino también la forma en que el escritor crea esos efectos de conocimiento. Preguntar qué hace un texto antes de preguntar lo que significa nos da tiempo para considerar su epistemología, ontología, sintaxis y pragmática. Al considerar su lenguaje y forma, hacer observaciones y conexiones entre sus datos, conceptos, teorías e imágenes de su estructura, se hace claro el propósito del texto y efecto de su puntuado. 


Preguntar qué hace un texto, es reconocer su poder expresivo, emocional y su capacidad para educar nuestro intelecto al despertar y provocar el pensamiento. Esta pregunta alienta la atención sobre cómo nos mueven los textos, cómo nos instruyen, nos dirige a su resonancia lógica y narrativa, así cómo su significado cognitivo. Podemos resaltar y ralentizar las cosas que atendemos en el texto, podemos comprender el texto a través de la compresión intelectual y la aprehensión emocional de ganar profundidad y concertación. Respondiendo al nuevo lenguaje que se nos presenta ganaremos los detalles textuales que nos exige el contexto de sus propuesta de conocimiento. 


Nuestra pregunta dominante para una educación fuera de las repuestas burocráticas que simulan entrenar el intelecto, es ¿qué hace un texto? Involucra muchos niveles: en el efecto de diseño para el profesor; el efecto personal en su lectura y colectivo en discusiones grupales para estudiantes-profesor. Objetivamente estos contenidos abiertos a la sociedad, objetivamente le permiten a la institución transparentar el grado de racionalidad y analítica con que se discuten y abordan los temas del plan de estudios. Los textos de literatura académica dicen sobre el grado de los propósitos intelectuales y hacen explícito los efecto pretendidos del texto en las habilidades intelectuales de cada pieza de disertación y narrativa. Nos invitan a inspeccionar sus palabras escrupulosamente y luego responder a sus múltiples placeres intelectuales. 


Podemos leer con preguntas de apoyo en la estructura e implicaciones conceptuales del tipo de texto: ensayo, tesis, artículo, revisión, reseña, resumen, síntesis, disertación, poema, cuento, novela, informe, biografía…Podemos considerar preguntas sobre propósitos de las estructuras, suposiciones de los géneros y formas. Las preguntas que surgen como proceso de lectura surgen a medida que leemos, experimentamos las afirmaciones, la evidencias, hecho, datos, tesis, cláusulas en su voz y tono, exposición de la discusión de idea y otras características de los procesos mentales de disertación. 

 

En su mejor momento, nuestras preguntas sobre lo que hacen los textos nos llevan a pensar en ellos de maneras más a fondo y más expansiva como práctica pedagógica de una triada didáctica: profesor-literatura-estudiante. 


Pensar es de hecho la esencia de lo que significa ser humano y nos define más que cualquier otra cosa como especie. Al pensar, y especialmente razonando a un propósito, podemos ejercer todo los formidables poderes de la inteligencia humana. La capacidad de razonamiento implica hacer suposiciones calculadas e inferir sus consecuencias. Esto puede ser complejo, involucra matemáticas, epistemología, ontología, lingüística y teoría literaria, entre los campos principales. Pero lo que hace que algo sea un gran pensamiento es tener la imaginación de síntesis para hacer las preguntas correctas o ver las cosas desde una perspectiva de disertación o arte completamente nueva.  Los filósofos y científicos reconocen tres formas de de inferencia: deducción, inducción y abducción. Esta última, la abducción es una inferencia inherentemente incierta. La inferencia deductiva es un estatus lógico hipotético especialmente importante para la disertaciones. La razón es que un argumento lógicamente válido garantizará una verdadera conclusión dadas las suposiciones (proposiciones) verdaderas. Típicamente suele haber axiomas y fundamentos en sus estructuras. Esta lógica deductiva funciona mejor en los dominios científicos donde las personas pueden ponerse de acuerdo en algunas suposiciones y prácticas básicas. Si solo tuviéramos inferencias deductivas para explorar, entonces nunca podríamos aprender nada nuevo, las deducciones simplemente sacan conclusiones que se derivan de lo que ya creemos o asumimos que es verdad.


La observación más profunda en la realidad es la inductiva, gradúa la verdad entre cero y uno de probabilidad… supera la producción automática de ideas, operando bajo un nivel de pensamiento consciente del sesgo la razón humana. Cuanto más he examinamos el trabajo de nuestra propia mente… cuanto más sabemos del papel que juega la conciencia humana, más advertimos de la subjetividad de probabilidad presente en la racionalidad, la probabilidad de Bayes es la reina de este paradigma. El pensamiento dominante científico a menudo descansa en la psicología cognitiva y en el diseño de audaces modelos de exportación matemática. 



Reflexionar es pensar de forma original y única de nuestra persona. Este es un acto de asombro. Es provocar la igualdad de pensar y ser, significa que somos irrepetibles, debemos por dignidad permanecer en la originalidad en todo acto de pensar esta seriedad. Reflexionar es un pensamiento que debe ser algo único. Aquí, pensar, en primera instancia, significa juzgar o afirmar que tal y tal es el caso, o que tal y tal no es el caso. Una vez que hemos eliminado los malentendidos que se interponen en el camino de que seamos capaces de reconocer que los silogismos del pensamiento y del ser son evidentes, entonces la singularidad del pensamiento de este texto es nuestro regalo para usted. Los fracasos en reconocer la singularidad del pensamiento, es como confundir a los estudiantes con seres que no son pensadores y por lo tanto la noción de juicio objetivamente válido, tan característicos del pensamiento científico queda cancelada. Reflexión que no produce originalidad hace ininteligible la validez de los pensamientos. 


No funciona pensar sin escribir en la ciencia. Esto resulta ser un problema. Sostendremos aquí que si queremos que nuestro lenguaje comunique algo, específicamente, lo que pretendemos que transmita nuestra reflexión, pero a menudo falla cuando no prestamos suficiente atención a cómo juntamos las palabras. Las palabras deben obedecer a un orden lógico en las sentencias (oraciones), las sentencias a un orden lógico en párrafos, así como crear mensajes más grandes y complejos entre párrafos, como manuscritos académicos, cartas, blog, informes, correos electrónicos y similares. Parte de esa atención implica emplear el carácter de nuestra persona para hacer lo necesario para abandonar la tentación de cortar y pegar texto, en lugar de ello podemos adoptar un sistema toma de notas que recoge premisas, hechos, datos, teorías y estableces conexiones lógicas entre ellos para discutir y sintetizar cualquier tema (Ver http://www.libertadacademica.com/EbookLetras15/elements/TablaContenido.html). Menudo lo llamaremos español con propósitos académicos, aunque es necesario escribir español formal en la universidad, debemos conocer los fundamentos del español correcto, esto tiene un valor en sí mismo para aprender a pensar con elegancia y rigor en la ciencia. 


Bueno, algunos estudiantes consideran un tedio cuidar la gramática. Asumo que a mis estudiantes les importa el arte de pensar como científicos, universitarios y con este poder desarrollar todo su potencial racional. ¿Cuenta la gramática? Sí, sí, así es. Y esperamos que no se limite a cuidar la ortografía, sino estudiar el arte de producir sentencias, proposiciones, cláusulas y argumentos que son las piezas de texto del arte de pensar en la ciencia moderna. Esto es por lo que la gramática cuanta. Aunque con bastante frecuencia una versión de su idea como algo inútil, provoca que usted falte a la corrección que eleva su potencial de desbloquear su pensamiento complejo, sus textos dejarán profundamente desconcertado a su profesor. Usted mismo podría tener una buena idea, pero sus palabras no están trasmitiendo ello. 


Por ejemplo, generalmente los errores verbales impiden la comunicación distrayendo a su audiencia de su mensaje. Si bien, las erratas no se pueden eliminar por completo, debemos intentarlo, apoyarnos de verificadores de ortografía y alguna persona que nos ayude con la revisión del manuscrito. Otro tipo de distracción aumenta cuando un segmento de sus lectores, tropieza con una doble negación; un error de sujeto-verbo; un verbo no estándar; un error conjunción modal o forma de pronombre. Cuando hablas y escribes, tus palabras casi siempre producen respuestas emocionales y racionales. Idealmente estas respuestas son tus ideas, el contenido de tu mensaje en sí que te califica como una persona con el carácter de ser original. Y como sus palabras crean una imagen de ti mismo, un público (profesores y estudiantes) responderán naturalmente a esa imagen al mismo tiempo que responden a tus palabras como algo digno para invertir el tiempo de nuestra finita vida (sugerimos apoyarse en texto http://www.libertadacademica.com/Bachillerato2019Gramatica/pages/CursoGramatica1.html). 


Por lo tanto, les instamos a emplear un lenguaje que por sí solo despierte respuestas racionales y emocionales, que reduzca los tropiezos del fluido de nuestras ideas escritas. Que hablen, que tenemos el honor de que nuestra escritura hable bien de nosotros mismos. Desafortunadamente muchos desconocen que una escritura descuidada es evidencia de una mente no educada, cobarde de enfrentar sus limitaciones gramaticales. ¿Realmente a nuestros lectores les importará su orden de palabras, vocabulario y exactitud de las expresiones escritas? Ponte en la posición de quienes te leen. Piensa en quién podría estar en el extremo receptor de tus palabras. Por respeto espera una reflexión original de tu persona. Si un oyente o un lector toma demasiada atención en corregir tus erratas y descuidos gramaticales, seguramente tus ideas quedarán fuera del acto de juicio y tu esfuerzo será descalificado. Lo invitamos a usar cuidadosamente el lenguaje, mejora la calidad de las interacciones humanas y el arte de pensar en la ciencia. 


El terreno de la reflexión es un entrenamiento continuo en la práctica de nuestro intelecto. El sistema de pensamiento es determinante para el resultado intelectual de la capacidad de síntesis. Es necesario reconocer el problema, identificar fundamentos, variables, hechos, teorías y organizar una postura crítica. Síntesis no es una adición aritmética de cosas que habla un texto, no es un asunto de subordinación al texto, es convencernos que estamos dispuestos a identificar el problema, la solución y sacar conclusiones. La reflexión nos permite dar un paso atrás, ver nuestra perspectiva particular sobre una situación tal vez en la que no quedamos convencidos, al menos para ver si hay argumento en el camino de la discusión del texto revisado. Hacer esto correcto, es crear una pieza de ingeniería conceptual nueva, es decir, una contribución intelectual sería que sea evidencia de nuestro esfuerzo por aprender. 


La reflexión abre la vía a la crítica y toda la comunidad puede, unos apoyados en otros,  mejorar la profundidad de las ideas. De esta manera, las ideologías se convierten en círculos que se abren flexiblemente a otras posturas, hacer síntesis nos prepara la mente para nuestras propias interrogantes y caminos intelectuales futuros. 


Durante los últimos dos mil años la filosofía occidental adoptó la tradición de ser enemiga de complacencia acogedoras (promover el sometimiento mental de la juventud), es más una actitud de rebeldía elegante en las ideas. Ha insistido que la educación universitaria que no examina las ideas, no vale la pena vivirla. Insistimos en la universidad de la Ilustración, en el poder de la reflexión racional para eliminar los dogmas y prácticas abusivas del control de la conciencia de los académicos: profesor y estudiante. Se ha identificado la auto-reflexión crítica con las mejores prácticas creativas de artistas, científicas, académicas… Solo cuando podemos ver nuestras posturas intelectuales constantemente, podemos reconocer nuestro crecimiento en la educación universitaria, nos llaman licenciados, ingenieros, maestros en ciencias, doctores y posdoctores en ciencias…, nuestra voz y pensamiento mostrarán cómo usar el leguaje para disertar fundamentos, justificaciones, explicaciones, demostraciones, cálculos y soltura en discusiones y debates.


Marx dijo que al tratar de entender el mundo, en realidad lo estamos reflexionado, es decir, cambiando y, desmintiendo algunas ideas en la propia práctica intelectual, es que usted al sintetizar sabrá poco más que solo estar informado de un tema. En otras palabras, la habilidad de síntesis es una forma activa de aprendizaje del más elevado acto de complejidad, que hace para cada cual un conocimiento justificado y discutido. 


Sin reflexión, la imaginación es abandonada de toda racionalidad y ello instala al practicante pasivo de la información en el aburrimiento existencial. La realidad en la que vivimos puede ser una imagen creada artificialmente por propaganda y comunicación de mercados de consumo. La mayoría de los que logran sacudirse esta enajenación, son practicantes cotidianos de la síntesis de documentos de literatura de calidad científica y filosófica. ¿Cómo empezar a pensar en la relación entre apariencia y realidad objetiva? Es necesario llevar nuestra capacidad de reflexión a nuevos límites críticos sobre los fundamentos, hechos, conceptos, datos, teorías, cálculos, demostraciones. La actividad crítica entiéndase como realizar procesos de razonamiento que conduzcan a inferencias deductivas o inductivas, es una tarea que hace uso intensivo de la lógica matemática para fortalecer las ideas en cuanto a sintaxis y referencia con lo real. Su español ¿ es débil o fuerte respecto a su léxico de partículas discursivas? para saberlo por favor consulte el diccionario respectivo y evaluémoslo con  honestidad si está en su español esta riqueza lógica para el pensamiento científico (http://www.libertadacademica.com/EbookLetras10/elements/TablaContenido.html) 


Dejar de existir, es dejar de reflexionar 


Una síntesis es un conocimiento, el más cercano pensar el texto, descubriendo otros aspectos destacados en la propia reflexión. Todo inicia cuando Descartes introduce el “método de duda”. Resuelve que si quiere establecer algo en las ciencias que sea estable y probable que dure, debe demoler todas sus opiniones ordinarias, comenzando, directamente desde los cimientos de sus ideas, es decir, los fundamentos sobre los que descansa lo que para usted es verdadero. Descartes descubrió y dejó al descubierto que incluso sus sentidos lo engañan, es por ello, que debemos ser prudentes en desconfiar de nuestras ideas sin justificación o evidencia de respaldo; considera que solo los locos dicen que sus cabezas están hechas de vidrio (los locos eran evidentemente bastantes coloridos en el siglo XVII). Ellos niegan la evidencia más obvia de los sentidos. Esto nos recuerda que nuestros sueños, son representaciones de las cosas tan convincentes como lo hacen nuestros sentidos, pero que no guardan relación con la realidad.


Aún así, los sueños, si los oponemos a nosotros mismos como pinturas abstractas. Un pintor puede reorganizar las escenas, pero en última instancia representan cosas derivadas de cosas reales, aunque solo sean colores reales. Por un razonamiento similar, dice Descartes, incluso las cosas más familiares como agua, viento, perro, roca, gato… sin imaginarlas, estas parecen ser objetivas y universales, pero aún deben justificar que son reales. ¿Pero qué cosas son reales? Descartes piensa que “no hay ninguna creencia nuestra” en la que no se pueda plantear debidamente una duda. Y esta etapa, es un acercamiento de juicios y experimentos sobre cosas externas, desafiando al Demonio Maligno, que juega por debajo de la realidad para engañarnos.


Una vez planteada esta aterradora posibilidad por Descartes, su única defensa es decididamente protegerse de creer en cualquier cosa que no sea fundamentada, justificada y discutida con otros; debemos asumir como conocimiento científico el demostrado dentro de grados de verdad. Reconoce que es difícil de hacer este proceso de razonamiento, dado que una especie de pereza no nos permite salir de la vida cotidiana y las ideas comunes que en ella existen, su único recurso es trabajar desde la escritura inextricable de los problemas que ha de plantearse.


Si me convenzo que no tengo cuerpo y que no existo, esto se resuelve con el famoso “Cogito, ergo sum”: Pienso, por lo tanto, existo. Después de haber salvado su yo del Demonio Maligno, Descartes ahora se pregunta qué es este yo. Mientras que antes, pensaba que sabía lo que era su cuerpo y pensaba en sí mismo a través de su cuerpo, ahora se ve obligado a reconocer que su conocimiento de sí mismo no se basa en el conocimiento de su existencia encarnada. En particular, va a encontrar problemas cuando trata de imaginarlo. La imaginación es una cuestión de contemplar la forma o imagen de una cosa corpórea extendida en el espacio-tiempo, y estos también son parte de la reflexión. Pero en esta etapa, no sabemos nada de cosas corpóreas. Así que imaginar el yo por cómo nos vemos al espejo, es inadecuado. Entonces, ¿cuál es la base de este conocimiento del yo? ¡Pensando! 


Por fin descubrió, pensó; esto es inseparablemente de mí. Yo existo, esto es cierto. ¿Pero por cuánto tiempo? Mientras yo esté pensando existo. Porque podría ser, que sí yo dejara de pensar, debería dejar de existir… Soy, entonces, en sentido estricto solo una cosa que piensa.


La investigación ahora toma un curso ligeramente diferente. Descartes reconoce que una concepción de uno mismo como una cosa encarnada, viviendo en un mundo espacial extendido de objetos físicos, volverá casi irresistiblemente delgada a la frontera entre el yo y la realidad. Este desconcertante yo, no puede ser fotografiado por la imaginación. Así que consideremos las cosas que la gente comúnmente piensa que entiende más “claramente”, son los cuerpos y cosas que puede tocar, ver, oler. Algo importante es que el saber del yo es visto por Descarte como un asunto estrictamente individual del intelecto. Entonces, un cuerpo no es estrictamente percibido por los sentidos, sino por el intelecto por sí solo, y esta percepción no deriva de su ser visto o tocado, sino de su comprensión.


¿Cómo leer una filosofía como esta? Comenzamos viendo a Descartes tratando de motivar su método de extrema duda o ahora conocido como duda cartesiana, o hiperbólica por lo excesivo de su profundidad. Pero, ¿es satisfactoria la motivación? Sí, dado que los sentidos siempre nos engañan. El punto de partida o la premisa es cierta, pero la conclusión parece muy improbable. E incluso hay forma de argumentar donde la premisa es verdadera, pero la conclusión no puede ser cierta.


Así que un conocimiento es válido cuando no hay manera de que las premisas, o puntos de partida, pudieran no ser verdaderas sin que la conclusión sea verdadera. Si es válido, tiene verdaderas premisas, en cuyo caso su conclusión es también cierta. En el argumento o dicho de una manera coloquial, la idea, es su proceso de validez lo que fortalece su verdad o lo debilita. La conclusión es una inferencia sobre cualquier experiencia de una idea particular. Ya no es la conclusión de que toda nuestra experiencia puede estarnos engañando. Puede ser cierto que no podemos detectar ocasiones de ilusión y error en una observación racional. Pero, ¿es cierto que no podemos hacerlo en un tiempo instantáneo? Por el contrario, parece cierto que podemos hacerlo aprendiendo a desconfiar de las ilusiones que deseamos y los espejismos típicos que mucha gente nos inculca, pero tendremos que invertir tiempo de reflexión. Descartes está presentando que en primer lugar una síntesis, es reflexionar sobre la verdad de lo que se conoce.


Para descubrir el error en nuestras creencias, debemos mirar más profundo, hasta los cimientos de las premisas: datos, fundamentos, conceptos y teorías. Tal vez por eso, Descartes introduce la idea de sueño. Dado que dentro de un sueño tenemos experiencias que se parecen a las de la vida ordinaria, pero no pueden responder a un juicio de lo real. Podemos decir que los acontecimientos en la vida cotidiana exhiben una escala y una coherencia que los sueños no exhiben. Los sueños tienen poco o ningún ritmo racional. La experiencia, por otro lado, tiene una continuidad regular o al menos eso creemos. Sin embargo, el Demonio Maligno, es el experimento de pensamiento más famoso de la historia de la filosofía de la ciencia. Es un experimento de pensamiento diseñado para alertarnos de la idea en la que respecto de la verdad, toda nuestra experiencia podría ser un sueño, ideas totalmente desconectadas del mundo, esto es terrible para nuestras vidas. Esta es la tarea de todo universitario, encontrar fundamentos del conocimiento, de asegurar que sus creencias estén sobre una base sólida de evidencias, datos, hechos, conceptos, teorías y cálculos. Descartes nos pide, que consideremos pensar evaluando las posibilidades de que lo que creemos está justificado.


¿Cómo se adquieren las habilidades de pensamiento? 


Pensar es una cuestión que implica aplicar las estructuras básicas del pensamiento: lo numérico, lo geométrico, categorizar, lo lógico y lo probabilístico. Al hacerlo bien no se adquiere conocimiento de estas estructuras más allá de ellas mismas, es más como tocar el piano, es un saber del arte creativo con estas estructuras. El personaje más famoso del mundo clásico, Sócrates en los diálogos de Platón, no se enojó con este último, por lo mucho que sabía el primero. Por el contrario, se enorgullecía de ser el único que sabía lo poco que sabía (reflexión). Lo que era bueno para estimular esta reflexión era exponer las debilidades de las pretensiones de los otros por saber. Procesar bien los pensamientos es una cuestión de ser capaz de evitar confusiones, detectar ambigüedades, mantener las cosas en la mente una a la vez y hacer argumentos confiables que las conectan, tomar conciencia de alternativas, y así sucesivamente. En resumen, nuestras ideas y conceptos se pueden comparar con las lentes a través de las cuales vemos el mundo. En ciencia la lente en sí misma es el tema de estudio, sus criterios de verdad y existencia. El éxito significa tomar en serio las implicaciones de las ideas. El tejido de este pensamiento se llama teoría. Markus Gabriel refiera a esta teoría en concreto: “mirar las conexiones de la naturaleza por le hecho de que aportamos ya conceptos que nos hacen accesibles como unido el ámbito de objetos de nuestras investigaciones empíricas”… Marckus refiere a un proceso de construcción de propiedades que explican la forma lógica de lo que existe en enunciados portadores de verdad, sujetos a operadores modales e inferencias[1]. 


“La teoría representa las conexiones entre hechos y pensamientos proyectados en inferencias sobre realidades despojadas de inferencias”. 


¿Cuál es el punto aquí con la síntesis?


Está muy bien decir esto, pero ¿por qué molestarse? ¿Cuál es el punto? La reflexión no hace las negociaciones lógicas sobre el mundo. No mueve un coche o cocina un taco. ¿Por qué simplemente tirar las preguntas reflexivas a un lado y seguir adelante con otras cosas? Esbozaremos la respuesta desde un terreno alto. 


En terreno alto, cuestionamos la pregunta, una estrategia típica de la ciencia, porque implica subir el nivel de reflexión. ¿A que nos referimos cuando preguntamos cuál es el punto? La reflexión no mueve un coche, pero tampoco lo hace la arquitectura de la música, el arte o la literatura. Es solo que queremos entendernos a nosotros mismos. Queremos esto por nuestro propio bien, así como un científico o matemático puede querer entender el comienzo del universo, o la teoría de los conjuntos, por su propio bien, o simplemente como un músico o contrapunto solo por su propósito bien innovar en las creaciones de sus obras. No hay un solo ojo en ninguna aplicación práctica. Nuestra vida es de hecho una cuestión de crear, es tiempo de apreciar la virtud humana del pensamiento creativo. Cuando nuestra salud física es buena, disfrutamos de hacer ejercicios físicos. Cuando nuestra salud mental es buena en su capacidad creativa, disfrutamos del ejercicio mental de imaginar al crear ciencia, matemática, química, literatura…


Aquí se revela que la reflexión es importante porque es continua con la práctica intelectual. La forma en que piensas en lo que estás haciendo, afecta cómo lo haces en lo absoluto. Puede dirigir su investigación, o su actitud a las personas que hacen las cosas de manera diferente, o de hecho toda su vida. Por poner un ejemplo, si sus reflexiones le llevan a creer en fundamentos, hechos, evidencias, datos, teorías, métodos… sobre la muerte celular programa, es posible que estés preparado para enfrentar persecuciones de muchos que cuestionan que esto es un caso universal en los seres vivos. Dicho políticamente, también puede expresar una recompensa con el bajo estatus otorgado en segmentos de la sociedad con baja escolaridad y esto puede recompensar a las personas de mayor estatus en el rigor de sus pensamientos más sólidos con la verdad justificada. 


Toda la verdad pasa por tres etapas. Primero se ridiculiza. En segundo lugar, se opone violentamente. Tercer lugar, se acepta como evidente que solo un ciego no puede ver. 

Schopenhauer 


La relación humana con la verdad es compleja. Por un lado, la mayoría de nosotros creemos firmemente en el concepto de verdad e incluso podemos enfadarnos cuando sentimos que se nos está reteniendo: cuando nuestro gobierno nos miente, cuando un médico sustituye a hablar feliz por un diagnóstico genuino, cuando un profesor realza plagio con sus notas y declara al estudiante culpable de plagiar su tarea. Por otro lado, la mayoría de nosotros solicitamos más recursos para salud, educación, carreteras, policías…, pero hacemos todo lo posible por mentir en nuestra obligación de impuestos, cuidar el ambiente y reducir la violencia. Pero qué decir, entonces, acerca de aquellos casos en los que, si somos seres racionales, tal disonancia debe ser resuelta en el acto, porque tener la verdad delante de nosotros…. sin embargo, nos resistimos  de todo modos. Por ejemplo, un director de facultad universitaria con estudios de doctorado en ciencias, que argumenta cada día estar favor de la ciencia y a la vez no hace nada por mejorar la educación intelectual de los estudiantes… ¿Por qué hay tanta dificultad no solo en encontrar la verdad, sino en aceptarla una vez que ha sido descubierta, corroborada por grupos independientes? Este último tipo de problema, es precisamente el que está en contexto con los simuladores y populistas que inundan nuestra realidad social actual.


Uno podría pensar que la creencia en la verdad, a diferencia de su descubrimiento, sería un asunto bastante trivial. Porque a pesar de nuestra renuncia a escuchar verdades no deseadas, parece plausible que el profundo deseo humano compensatorio de conocer la verdad eventualmente resultaría en aceptación, una vez que las cosas se nos demostraran. Pero, por supuesto, con los humanos nunca es tan simple. Como nos ha demostrado la historia de la ciencia, el descubrimiento de una mejor verdad es difícil, pero la aceptación de la verdad puede ser aún más difícil. 


Pero siempre lo hemos sabido. Incluso cuando la ciencia y la filosofía estaban en su infancia, la naturaleza humana ya se estaba volviendo fuerte. En el diálogo de Platón Euthyphro, vemos al gran Sócrates amonestar a un joven  por profesar saber algo que no está en posición de saber: ¿Qué es justicia? A lo largo del diálogo, Sócrates demuestra una y otra vez que Euthyphro no tiene idea de lo que está hablando, que jamás construyo la justificación para sí mismo, cuando argumenta que sería justo para  él enjuiciar a su propio padre por asesinato, dadas algunas evidencias de bastante mala calidad sobre su causalidad y el hecho de que Euthyphro ni siquiera puede definir el significado de rectitud. Esto es tan común en el estudiante universitario, que por una deficiencia en su educación, está acostumbrado a nombrar ideas que nunca las discutió en sus justificaciones para hacerlas suyas; pero como las escucha de muchas gentes, consideró por error que no podrían ser falsas estas ideas. Con este criterio para sí mismo, el estudiante cancela su aprendizaje, es decir, no reconocer ignorancia como sinónimo de no disponer de la justificación de verdad de una idea, ocasiona esta ceguera cognitiva. 


¿Por qué es importante? Aquí Platón, está enseñando una lección central sobre la búsqueda del conocimiento que tendrá ramificaciones posteriores no solo para la ciencia, sino también para cualquier búsqueda posterior de la verdadera creencia que da criterios a la convivencia social. El verdadero enemigo de la verdad no es la ignorancia, la duda o incluso la incredulidad: es un conocimiento falso en nuestra mente. Cuando profesamos saber algo incluso con evidencia ausente o contradictoria,  sin jamás haber construido su justificación, es cuando dejamos de buscar la verdad. 


Sócrates se pregunta, ¿la ignorancia o la convicción de que no necesitamos aprender nada nuevo es el verdadero problema? Si somos ignorantes, tal vez estemos motivados para aprender. Si somos escépticos, podemos seguir buscando respuestas. Si no creemos, tal vez otros puedan convencernos. Y tal vez incluso si honestamente nos equivocamos, y presentamos una propuesta que está abierta a la refutación, podemos aprender algo cuando nuestra creencia anterior es derrocada por nuestros interlocutores. Si el estudiante no expone su creencia y es derrotada por el libro o por el profesor, este jamás aprenderá a derrocar con mejores ideas sus prejuicios. Pero cuando somos deliberadamente ignorantes, cuando nos negamos a considerar nuevos datos porque nada podría convencernos de abandonar lo que ya creemos, es cuando la verdad está más en peligro. Cuando elegimos aislarnos de cualquier nueva idea o evidencia porque pensamos que ya sabemos lo que es verdad, es cuando es más probable que creamos una falsedad. 


En la búsqueda de la verdad, no es mera incredulidad lo que explica por qué la verdad es tan a menudo irrespetada. Es la actitud de uno, el carácter intelectual que nos hemos formado. El concepto es conocido por la ciencia como el “problema de ignorancia intencional”. 


Nuestros problemas son muchos con la verdad. No solo somos ignorantes de ella, o descuidamos en no molestarnos en utilizar métodos confiables para encontrarla, sino que también a veces elegimos activamente no creer las cosas incluso cuando sabemos muy bien que probablemente son verdad o tienen a nuestro alcance fuentes de información fácilmente disponibles que nos permitirían averiguarlo. Cuando se niega la mala calidad de la educación, la violencia contra las mujeres, el cambio climático…, este tipo de enfoque sin sustento es el de meter la “cabeza en la arena”, el de la evidencia científica hecha a un lado por nuestros gobiernos. 


El problema de la ignorancia intencional, por lo tanto, no es mera ignorancia de cualquier hecho particular sobre virus, violencia o economía, sino más bien una hostilidad generalizada a no buscar métodos confiables para obtener verdaderas creencias, lo que demuestra una falta de respeto por el concepto de verdad en primer lugar. Refleja la voluntad de aferrarse a la falsedad incluso cuando las buenas fuentes de información están fácilmente disponibles o a nuestro alcance. Más allá de equivocarse, es probable que las creencias terminen siendo irracionales. El problema de la ignorancia intencional no es mera ignorancia de la verdad; es la voluntad lo que es preocupante.


Como hemos visto, nuestra relación con la verdad es complicada. Podemos buscarla activamente, aceptarla cuando la vemos, dudarla, rechazarla, no creerla, girarla, mentir abiertamente sobre ella, mantenernos indiferente, elegir permanecer ignorantes de ella, o fingir que no está allí. Lo interesante a tener en cuenta aquí es que si elegimos no indagar en la verdad, y solo creerla cuando está disponible como acto de fe, nuestra actitud hacia la verdad puede caer a ambos lados de un eje marcado por el respeto o honestidad, que solo tiene una relación ortogonal con los términos clásicos de creencia o incredulidad. 


La mayoría de las personas piensan en la verdad en términos de creencia o incredulidad, pero esto es demasiado simple. Incluso cuando creemos en algo que es cierto, podemos hacer mal uso de ese conocimiento de varias maneras, algunas de las cuales son hostiles a la verdad. Incluso la verdadera creencia, es decir, puede ser manipulada de una manera que no sea respetuosa. Cuando creemos que algo es cierto podemos usar ese conocimiento honestamente para corregir nuestras teorías o incluso para cambiar el mundo. Pero también podemos usarla deshonestamente para engañar a otros, ya sea mintiendo abiertamente o simplemente engañando a ellos para que podemos perseguir algún otro propósito atractivo. Alternativamente, podemos decidir suprimir la verdad, manteniéndola en secreto o fingiendo que no es verdad. Incluso cuando sabemos la verdad, podemos no respetarla.


La incredulidad también puede ser compleja. En algunos casos podemos no creer algo basado en juicios genuinos, aunque tal vez defectuosos, sobre si es cierto. Esto está bien y, aunque estemos equivocados, esto revela un cierto respeto por la verdad. Pero en otros casos podemos mostrar una tendencia a no creer algo a pesar de la abrumadora evidencia positiva, de tal manera que levanta sospechas sobre nuestra integridad. En tales casos, es posible que nos den cuenta o nos resulte atractivo equivocarnos o permanecer ignorantes mucho después del momento en que habría sido posible determinar pruebas suficientes para resolver el asunto. En otros casos, podemos negarnos rotundamente a creer algo que entra en conflicto con las creencias que  sentimos sagradas. Tales reacciones también revelan una falta de respeto por la verdad. 


Así que vemos que, creamos o no en la verdad, muchas de nuestras reacciones a la verdad pueden ser hostiles. Si creemos en algo más que usar este conocimiento para conectar con otros, estamos siendo hostiles a la verdad. Si rechazamos la verdad porque tenemos miedo de entablar una investigación, somos igualmente hostiles. De hecho, cualquier cosa que no sea la búsqueda abierta y activa de las creencias verdaderas, con la integridad completa de creerlas sí y solo si pensamos que son verdaderas, demuestra cierto grado de hostilidad hacia la verdad. 


Por supuesto, al mayoría de nosotros nos quedamos cortos en este objetivo muchas veces. Sin embargo, casi ninguno de nosotros se atreve expresar el sentimiento de que no nos importa la verdad. ¿Por qué es esto? Creemos que es porque en el fondo cada uno de nosotros probablemente cree que la verdad importa, tanto que existe como la posesión de la misma es valiosa. A pesar del hecho de que a veces la tratamos brutalmente, o solo le damos servicio de retórica, es rara la persona que está preparada para abrazar la idea de que no hay importancia en la formación de verdaderas creencias. Aunque muchos la tratan descuidadamente, pocos abandonan la verdad. ¿Por qué? Porque, resulta que el concepto de verdad es útil para la supervivencia de nuestra especie y en algún nivel la mayoría de nosotros propiamente reconoceremos que no podríamos haber llegado a este punto en nuestras vidas o civilización humana sin ella. Es decir, si una persona asume la actitud de negarse la verdad, con ello destruye su ser, degrada las intuiciones de gobierno, universidades…, y compromete la sustentabilidad de nuestra especie. 


Tan complicado como nuestro cerebro, el patrón de negarnos la verdad puede estar posiblemente inhabilitado cuando nuestro carácter intelectual es débil. Pero las lecciones de tragedia, muerte, dolor, sufrimiento que a lo largo de las historia del hombre que hemos vivido, nos enseñan justo en el precipicio a valorar la verdad como el medio más ético. Y esto es algo bueno, porque aseguramos que de no ser así habríamos perecido hace mucho tiempo sin alguna plataforma de conocimiento objetivo.


Nuevas ideas, significa que los científicos y los ciudadanos no deben estar cerrados al poder que les implica el desafío a su antigua forma de pensar. Desde luego que un ciudadano no siempre es un científico, lo deseable es que su educación le provea de la actitud para asumir el respeto por estilo de verificar las justificaciones y fundamentos de la verdad. Si los científicos están obligados a basar sus creencias en evidencia, entonces deben estar si lo son en verdad, abiertos a cambiar de opinión. Pero, a medida que continuamos observando, uno no debe estar tan abierto a nuevas ideas que no hayan pasado el filtro de la discusión abierta de las comunidades de conocimiento. Así, estos dos principios debemos adoptarlos simultáneamente: apertura y escepticismo. 


¿Cuál es la diferencia entre el negacionismo y la pseudociencia? 


Sobre un pseudocientífico, diría Popper, es un crédulo de todo. Sin embargo, prácticamente todos los sistemas de pensamiento hacen de un examen de credibilidad científica a través de fuentes de apoyo probatorio. ¿Cuál es el problema? No es que no estén abiertos a nuevas ideas, sino que de alguna manera son demasiado abiertos hasta el grado de no verificar el rigor del pensamiento que las respalda. Elegir unos hechos favorables e ignorar los otros no es una buena práctica científica. Si la ciencia está abierta, es que tales afirmaciones merecen una audiencia crítica. Pero el problema es que prácticamente todos los casos en los que los falsos escépticos han investigado tales afirmaciones novedosas, las pruebas no ha sido reveladas. No son llamadas seudocientíficas porque las ideas son nuevas, sino porque se les cree sin evidencias suficiente. 


Esta forma de ver la pseudociencia permite un contraste fascinante con el negacionismo. Un negacionista no es que sea lo suficientemente escéptico, sino que no está suficientemente abierto a nuevas ideas. Está cerrado a nuevas ideas, especialmente a cualquiera que aporta evidencia que pueda desafiar sus creencias ideológicas, usted no está siendo científico en este caso, es un negacionista, es decir, cerrado a aprender nuevas ideas, a declarar el fin de la historia de las ideas y hacer hostil contra todos los que aporten nuevos horizontes científicos. 


La psicología epistémica basa su atención en lugar de actitudes propositivas, en la atención esencial para el conocimiento y esta atención es fundamentalmente agencia del conocimiento. Este enfoque defiende un cambio en la psicología epistémica, dirigido a la unidad básica de modos de atención: deber ser el agente. En otras palabras, el conocimiento requiere atención en forma de albedrío de todos sus modos de justificación, demostración, cálculo, fundamentos y explicaciones. 


Podemos distinguir dos razones fundamentales para agregar sobre la base de los argumentos una nueva creencia N al conjunto S de las creencias de uno.  Consiste en haber encontrado un argumento deductivamente válido (una deducción) que conduce a N a los miembros de S. El otro consiste en haber encontrado un argumento inductivamente válido (una inducción) que conduce a N a los miembros de S.


1. Si S sube P, entonces S ha asistido activamente a P. Principio para lograr el conocimiento, requiere atención del agente a un contenido. 

2. Atención en la selección cognitiva u acción.

3. Selección constitutiva de premisas, requiere de agencia.

4. Por lo tanto, el conocimiento requiere albedrío.


Este principio para lograr conocimiento, se pretende como una partida trivial, similar al altruismo que el conocimiento de P requiere la creencia de que P, capturado ahora con la psicología de la atención en lugar de actitudes propositivas. Este cambio a la atención como objeto principal de análisis es quizás el compromiso más importante de la investigación actual para explicar en negacionismo, ya que examina las implicaciones de peso a una psicología que considera la agencia como vía para lograr nuestro conocimiento en lo individual. Se afirma que el sentido pertinente de “atender a” es una especie de selección de premisas, por lo tanto, requiere algún tipo de selección para lograr la construcción de un conocimiento. Entendiendo por conocimiento, el concepto de Frege: como algo que tiene que ver con una red de proposiciones verdaderas. Un pensamiento verdadero cumple con la coherencia de su sintaxis y con los hechos aceptados en la vigencia del tiempo presente. Una red de proporciones es una forma lógica de razonamientos sobre lo que existe y sobre lo que es lógico. El espacio de significado es la ventana por la que nuestros conceptos nos permiten mirar al mundo. No podemos tener conocimiento, sin atención, caso contrario es falso, dado que la información que ostentamos decir, no ha pasado por una agencia de libre albedrío. En el caso falso, somos parte de los espectadores de un mundo que no participa con sus propias ideas. La tradición académica universitaria considera a los estudiantes  en el plano de la psicología epistémica, como agentes con el carácter de agenciar su propio conocimiento.


Si hay atención sin libre selección, se pierde la conexión entre conocimiento y libre albedrío, en otras palabras el estudiante no tiene libertad académica. La agencia es una acción libre dentro de toda experiencia cognitiva posible. La construcción de ideas, es desde la libre asociación de conexiones entre predicados (premisas en la literatura disponible), entonces, cada justificación está en línea directa con una inferencias de estas conexiones libres. Tenga presente que la realidad extralingüística o material está libre de inferencias, las inferencias pertenecen al ámbito del observador que conecta hechos y pensamientos.  


Una comprensión adecuada de los procesos de atención puede demostrar que la agencia es un proceso reflexivo de cálculo de inferencia, que le implica al agente la selección libre para construir conocimiento. Construir es un procedimiento de lógica modal (oradores lógicos discursivos) y lógica epistémica sobre las redes de conceptos que intentemos autentificar su verdad. De este modo cada estudiante dispone de una identidad única por lo que logra para sí mismo discernir en las construcción (agencia  de las ideas) al conjunto S de las creencias de uno. 


Si no hay conciencia en la selección libre de premisas, la selección no fue de un agente, por lo que el estudiante se queda con información y no con conocimiento, dado que no se garantiza el libre albedrío necesario para el conocimiento. Los estudiantes pasivos y ciegos de las justificaciones que dan sustento a las ideas que se les enseña, carecen de conciencia de todo o en la mayor parte del estilo de pensamiento que construye al conocimiento. 


Un estudiante sin agencia de su conocimiento, puede identificar de forma fiable ciertas propiedades de los objetos en su campo ciego, puede captarlos con éxito físicamente aunque en su abstracción este ciega. Lo que se propone es un caso de procesamiento selectivo libre de notas confiable en la literatura disponible, es una forma plausible de llegar a conocer las cosas, pero requiere estar consciente de ellas en tanto a sus hechos como a sus pensamiento. Cuando nos referimos a sus pensamientos, hacemos síntesis de fundamentos, explicaciones, demostraciones, categorías,  justificaciones, discusiones, narrativa de hechos.


Un caso relevante, es un breve contacto perceptivo donde no hay conciencia de un objeto material a la vista, pero donde la mente, sin embargo, registra la agencia de esta información con características estructuradas de pensamiento selectivo libre. Esto a menudo, es un ejercicio de laboratorio mental meramente teórico accesible por modelos de explicación, simulación y por algún universo de causalidad que vincula los conceptos implicados en las ideas. 


Axioma 1: No se puede pretender realizar una síntesis sin atender nuestra debilidad en gramática: "Seguir según una regla" es fundamental para la institución del lenguaje. Aprender un lenguaje es dominar las técnicas regidas por reglas de los usos de sus expresiones. Comprender el significado de una expresión es poder usarla correctamente [a saber, haber dominado sus técnicas gobernadas por reglas en el contexto. No se puede seguir una regla que no se conoce ni se comprende la gramática. Por tanto, las reglas que determinan y son constitutivas de los significados de las expresiones no pueden ser desconocidas, esperando ser descubiertas por el lector, por ejemplo, distingue: determinativos, sustantivos, adjetivos, verbos, adverbios, preposiciones, conjunciones e intersecciones (en  nuestras inserciones de sentido al leer o escribir[2]). 



Axioma 2: Al defender el aprender a pensar, nuestra trinchera está fuera de la pasividad del intelecto en la educación universitaria. Pensar la disertación como principio del análisis de las ideas. Defender con alegría la actividad de reflexión, la tolerancia al error y la búsqueda de formar mejores estudiantes críticos universitarios. Argumentamos que todas las inferencias son conscientes y que muchas veces ellas son inconscientes, solo cuando por la fuerza del hábito normativo de la disciplina provoca esto. Participar en un razonamiento deliberado de los contenidos académicos, es ser conscientes de los fundamentos y justificaciones que nos llevará el análisis de las ideas de otros. Toda inferencia implica representación de un procedimiento lógico de justificación, es el hito más relevante para lograr la comprensión de la evolución intelectual de la mente. 

 

Si los científicos están obligados a basar sus creencias en evidencias, entonces deben estar abiertos a la posibilidad de que nuevas evidencias puedan cambiar su opinión. Pero, a medida que continua observando, uno no debe estar abierto a ideas que no sean verificadas. Los científicos no pueden ser crédulos y deben reconocer que “la gran mayoría de las ideas son simplemente erróneas”. Así, estos principios deben ser adoptados simultáneamente muestra están en tensión. Con diseños experimentales como árbitros, un buen universitario es abierto y escéptico. A través del proceso crítico, podemos clasificar el trigo de la paja. Como se dice, algunas ideas son realmente mejores que otras. 


Algunos pueden quejarse de que esta exposición es demasiado simple, y sin duda lo es, pero creemos que captura para los estudiantes la idea esencial del éxito en sus vidas profesionales como científicos. Sin embargo, la mejor medida de la profundidad de esta visión es examinar su implicación para aquellas áreas de investigación que no son abiertas o no escépticas. Es necesario dar más pasos en definir el negacionismo 


Faltas clásicas de una mala práctica de síntesis:


Observaciones estandarizadas


1) Una síntesis es una reflexión, no una narrativa que da cuenta de la suma aritmética  de los hechos del propio texto que usted identificó. La síntesis es un género que exige no salirse de los términos con que habla el texto, me nos aún salirse del propio discurso del texto en análisis.

2) No es necesario realizar citas y referencias en un resumen, reseña o síntesis porque es obvio que es un trabajo que exige mantener la integridad de nuestro análisis al propio texto que hacemos referencia.

3) Su síntesis debe dar cuenta e identificar los fundamentos, argumentos y hechos centrales que se discuten en texto. 

4) El trabajo de síntesis no debiera pasar de una unas cuantas páginas, es por la razón de que usted razone el texto, elabore con sus notas e investigaciones un nuevo texto para precisar sus ideas, en el cual no puede salirse el discurso qué está analizando. Cuide usar los términos especializados con cuidado de no caer en falsos sinónimos como educación a distancia y aprendizaje en línea, el primero es resolver solo la distancia y seguir haciendo clases en conferencias MEET o Zoom tal como en el aula clásica. Es obvio que el propósito de este texto es ofrecer una justificación científica del aprendizaje en línea que involucra motivación, autonomía intelectual y muchos procesos intelectuales del arte de pensar. 

5) Además de un mejor verificador de ortografía, apóyese en la revisión de algunos compañero o familiares, debido a que nuestros cerebro nos engaña ocultando las erratas cuando estamos atendiendo la semántica del texto (ver por favor esto: http://www.libertadacademica.com/EbookLetras24/pages/LibroContenidoA1.html ). 

6) Si el encadenamiento de las ideas es deficiente, requiere utilizar operadores modales del español, procure redactar sin viñetas. Cada punto debe ser un párrafo con coherencia entre enunciados, le sugiero consulte los operadores discursivos modales del español, que le hacen falta su léxico para fortalecer con rigor racional su texto, aquí un texto para ello (consultar por favor http://www.libertadacademica.com/EbookLetras10/elements/TablaContenido.html).

7) Si el texto mostró una síntesis aceptable, pero requiere más compromiso con el texto en su reflexión, se indica que los conceptos con que explicó a su juicio no son los más relevantes, deberían estar en el apartado de conclusión como parte del cuerpo de la síntesis. Desde luego empleados con naturalidad para dar evidencia de que domina estos términos como parte de su inferencia de conclusión.

8) La síntesis es un género que exige no salirse de los términos con que habla el texto, menos aún, salirse del propio discurso del texto en análisis, es decir, no es un resumen de los puntos tratados en forma de viñetas, sino su posición que argumenta a favor o en contra. De lo contrario es de lo más superficial su síntesis y un claro ejemplo de falta de trabajo de reflexión. 


Declaración: Las piezas de texto que te escribimos son una narrativa frágil como cristales de copas, elegantes y subyantes a muchas realidades. No es la narrativa simple de la experiencia, es el arte de pensar, sentir e imaginar. Hemos inventado textos más que cortar y pegar. Hemos construido una conversación desde el texto que se nutre de nuestra tradición intelectual, para que se agencie conocimiento, y no solo la memorice como simple información. La invención de un discurso escrito es la alternativa del aprendizaje en línea. La conferencia MEET y Zoom no es educación en línea, a lo sumo solo es educación a distancia, es decir, que atiende solo una distancia geográfica y no una distancia del enseñar a pensar: epistémica y ontológica. Porque los estudiantes Nicolaitas, antes de soñarse como empleados, se sueñan como líderes científicos, sociales y tecnológicos. 


Criterios de evaluación cualitativos de la síntesis


A) Se valora más la síntesis lograda que cualquier intento de resumen. 

B) Define el estudiante claramente su posición crítica frente al texto.

C) Distingue con precisión hechos, conceptos, evidencia y teoría.

D) Redacta alejado del uso de viñetas que son un claro reflejo de falta reflexión.

E) Es fiel a trabajar en los márgenes del habla del texto.

F) Atendió la gramática, ortografía y puntuado correcto.



Preguntas de autoevaluación del texto "Síntesis".


¿Cómo se adquiere el conocimiento?

¿Cuál es la herramienta para mirar profundo en el conocimiento?

¿Cuál es el mecanismo de confiabilidad para nuestras creencias?

¿Qué tipo de palabra gramatical es un operador modal?

¿Cuál inferencia es más deseable en las ciencias exactas: deductiva o inductiva?

¿Por qué a la experiencia se le considera una continuidad regular?

¿Quién es considerado un negacionista?

¿Qué características tiene un mensaje preciso?

¿Cómo es la atención en el conocimiento en forma de albedrío?

¿En qué consiste la agencia de conocimiento?

¿Qué es en una persona su carga de ideologías?

¿Qué es un fundamento para la práctica del pensar científico?

¿De qué piezas está hecho un juicio racional?

¿Qué es asumir una actitud propositiva para nuestra forma de pensar en las ciencias?

Para hacerse de evidencia, ¿cuál es el mecanismo sobre el cual se construye?

¿Qué debe contener la evidencia para desafiar una creencia?

¿Cómo es la vida de un estudiante sin libertad académica para agenciar sus ideas?

¿Cómo distinguir la actitud crítica del pensamiento en una persona?

¿Qué hace que una idea sea universalmente válida: axioma?

¿Cómo es una persona con actitud científica considerada un escéptico?

¿Por qué es preocupante que una persona por voluntad renuncie a la búsqueda de la verdad?

¿Por qué la agencia de las ideas crea una identidad única en los estudiantes?

¿Cómo elegir los hechos favorables para justificar las ideas?

¿Qué es para la ciencia la epistemología? 

¿Qué es un juicio genuino?



“Aunque ser culto en general no es una garantía para vivir mejor, ni tener planes de vida más razonables, al despreciar la cultura, es carecer de armas para enfrentar a la brutalidad que todos llevamos dentro”.  Vitoria Camps 


Referencias



[1] Soerensen, Anders & Draeby, Anders. (2020). Markus Gabriel: Neo-Existentialism. 31. 188-191.

[2] Hacker, P. M. S. (2001) ‘Wittgenstein and the autonomy of humanistic understanding’, in R. Allen and M. Turvey (eds) Wittgenstein, Theory, and the Arts , Routledge, pp.39–74.

 

 

Autores:

Eduardo Ochoa Hernández
Nicolás Zamudio Hernández
Lizbeth Guadalupe Villalon Magallan
Mónica Rico Reyes
Abraham Zamudio Durán
Pedro Gallegos Facio
Gerardo Sánchez Fernández
Rogelio Ochoa Barragán