Texto universitario


 

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LOS RECTORES  

DANIEL TRUJILLO MESINA
1990 -1994
José Napoleón Guzmán Ávila
Instituto de Investigaciones Históricas
UN JOVEN QUE LLEGÓ DE CHINICUILA DEL ORO
Y SE CONVIRTIÓ EN ABOGADO Y RECTOR

Es una tarde apacible, recorro el Jardín de "Las Rosas" en el centro histórico de Morelia y encamino mis pasos a una casa remodelada en la que hasta hace poco tiempo atendía el notario público, hoy retirado, Daniel Trujillo Mesina. Ahora la responsabilidad recae en su hijo Adolfo Trujillo Martínez, pero sigue conservando un espacio en el que se refugia a leer y de vez en cuando platicar con amigos y conocidos. Lo encuentro revisando un folleto con gran interés, me dice que es una descripción histórica y geográfica del suroeste de Michoacán. De manera expresiva comparte conmigo detalles de aquella apartada región que representa tanto para él, en ella están sus raíces, menciona.

Pocas veces había tenido oportunidad de conversar con el ahora ex rector de manera más íntima, franca, sin que lo agobiara la preocupación de que lo expresado pudiera trascender y comprometer su vida política. Le pregunto en dónde nació y su rostro se ilumina -en el Zapote de Fernández, dice-, un caserío que alcanzó la categoría de rancho, localizado en Chinicuila del Oro, hoy municipio de Villa Victoria, Michoacán. Exultante recuerda paisajes y escenarios que a pesar del tiempo transcurrido no ha podido olvidar: las montañas, las barrancas, las minas, el río Hihuitlán, Huizontla, Paso de Potrerillos, el Salitre de Copala, el camino que lleva a Aquila. Luego rememora cuando en un lejano 1960, Manuel Trujillo Mesina, su hermano, lo llevó a registrar en la cabecera municipal, quince años después de su nacimiento.

 

Calle principal de Villa Victoria, (AFAP).

Ese año tiene un significado especial, fue cuando llegó a la ciudad de Morelia e ingresó a la Secundaria dependiente de la Escuela Normal Urbana Federal. Después cursó el segundo y tercer año en la Escuela Secundaria de la Universidad Michoacana, cuando la Casa de Estudios ofrecía ese nivel educativo. El tránsito al Colegio de San Nicolás fue algo natural, en éste permaneció los años de 1963 y 1964, en el Bachillerato de Derecho y Filosofía. Al concluir esa etapa, prosiguió su formación en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, de donde egresó en 1969.

Aquellos años fueron difíciles. Aunque no participó activamente en los movimientos estudiantiles, tiene una imagen fresca de las manifestaciones y actos de protesta en los planteles universitarios, de cómo los estudiantes encontraban refugio y amparo en el Colegio de San Nicolás, de los enfrentamientos entre aquellos que apoyaban a Elí de Gortari y quienes, respaldados por el Gobierno del Estado, hacían objeto de escarnio y calumnias al rector que había encabezado una propuesta progresista.

El joven licenciado en Derecho decidió que lo suyo era el ejercicio de su profesión, convirtiéndose en actuario del Juzgado Segundo de lo Civil de Morelia.

Más adelante, entre 1969 y 1971, ocupó el cargo de secretario del mismo Juzgado y más tarde fungió como defensor de oficio. En esa etapa, reconoce, recibió el apoyo de su querido maestro Guillermo Morales Osorio, reconocido abogado, profesor universitario y funcionario público que siempre estuvo dispuesto a prestar ayuda a jóvenes estudiantes venidos del sur de Michoacán, por ser él originario de Coalcomán. Fue así como Daniel Trujillo fue abriéndose paso en la vida.


En 1972 comenzó a impartir clases en la Escuela Preparatoria "Ing. Pascual Ortiz Rubio", haciéndose cargo de la materia de Economía Política. Posteriormente se le dio la misma asignatura en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, por lo que su carga docente la tuvo en dos dependencias universitarias. Luego concentró su carga horaria en el plantel del que había egresado, añadiéndose los cursos de Derecho Procesal Civil y Clínica Procesal Civil. Fue hasta 1984 que se involucró en otro tipo de tareas universitarias, al designársele director del Bufete Jurídico de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, responsabilidad que lo obligó a solicitar permiso en varias de las materias que impartía.


Uno de los momentos más importantes de su trayectoria universitaria, se percibe en el tono de su voz y en sus gestos al recordado, fue cuando el rector Raúl Arreola Cortés le notificó que la Comisión Integradora del Consejo Universitario le confería el nombramiento de director provisional de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, en febrero de 1986.1

 

Director de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, (AFDTM).


Como director y en su calidad de representante ante el Consejo Universitario, mantuvo una postura en favor de la administración encabezada por Arreola Cortés. En su momento, estuvo de acuerdo con el amparo que interpuso la autoridad universitaria en contra de los actos emprendidos por el Gobierno de Michoacán. Desde entonces surgió entre ambos una relación amistosa que se prolongó hasta el deceso del distinguido historiador nicolaita.


La separación de Raúl Arreola y el arribo del ingeniero Leonel Muñoz Muñoz a la rectoría de la Universidad Michoacana en 1986, no modificó la comisión dada a Trujillo Mesina. Como responsable de una de las facultades más influyentes y con mayor peso político en el medio universitario, supo conducirse en los círculos políticos estatales, fortalecer vínculos con el ex rector Genovevo F. Zamudio, titular del Poder Ejecutivo de Michoacán, y mantener una buena relación con actores y grupos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), del que es militante. Su nombramiento como rector interino de la Universidad Michoacana, en octubre de 1990, puede explicarse a partir de estos elementos y de la percepción que la Comisión de Rectoría y diversos sectores universitarios tenían de él, en el sentido de que era un hombre prudente, mesurado e institucional.

 

 

En el despacho de la rectoría, (AFDTM)
UN ESBOZO DE LA ADMINISTRACION

Rector interino por unos meses, confirmado después como rector definitivo. En esos años comenzó a darse la tradición de que el rector se separara antes de concluir su compromiso, dando lugar a la designación de un interino que en un corto tiempo tenía que tejer una serie de relaciones y alianzas que le permitieran ser ratificado como definitivo. De esa forma la Comisión de Rectoría creía garantizar la estabilidad universitaria y, al mismo tiempo, medir la capacidad y alcances de la persona recién nombrada. Trujillo Mesina enfrentó ese momento, conoció las presiones de los diferentes grupos universitarios y las manifestaciones políticas internas y externas que amenazaban a la institución.


La buena relación que mantenía con el gobernador Figueroa Zamudio (1988-1992) se tradujo en la obtención de recursos financieros que le permitieron impulsar un buen número de obras materiales, lo mismo que satisfacer necesidades relacionadas con las tareas sustantivas y demandas sindicales de distinto tipo, sobre todo incrementos salariales y dotación de terrenos para los agremiados del Sindicato de Profesores de la Universidad Michoacana (SPUM) y el Sindicato Único de Empleados de la Universidad Michoacana (SUEUM). También, gracias a los buenos oficios del mandatario estatal, la Casa de Estudios pudo acercarse a la Federación y obtener apoyos que redundaron en beneficio de la academia, la investigación y los procesos administrativos y financieros. Con el arribo de Ausencio Chávez Hernández a la gubernatura (1992-1995), no se alteró la relación entre la Institución de Educación Superior y el Gobierno de Michoacán; ayudó mucho que los personajes involucrados en esta trama, tuvieran afinidad política.

Trujillo Mesina tuvo un buen desempeño como rector. Comprometido, disciplinado y de buen trato, condujo a la Universidad Michoacana en un periodo en que Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), impuso una perspectiva neoliberal que trastocó al país en su conjunto -también a la educación. El nuevo esquema impuso condiciones distintas a las universidades, en aras de la llamada excelencia académica y el cumplimiento de estándares de evaluación y desempeño. La administración federal destinó recursos a las instituciones educativas siempre y cuando cumplieran con las directrices antes mencionadas.2


Los logros obtenidos durante la rectoría de Trujillo Mesina, fueron también el resultado de un trabajo colectivo, en el que destacaron, entre otros universitarios, Vicente Trujillo Méndez, responsable del área administrativa los tres primeros años; Javier del Toro Valencia, tesorero y gestor ante las instancias estatales y federales; Teresa Alanís Ugarte, quien independientemente de los cargos que desempeñó supo ser una eficaz interlocutora con directores, académicos y estudiantes universitarios; Rubén Larios González, al frente de los asuntos académicos; Armando Mauricio Escobar Olmedo, encargado de las tareas de difusión cultural y extensión universitaria, a las que le dio gran proyección; Jorge Octavio Ávila Ramírez que, apoyado por Víctor Espitia Moreno, atendió la difícil y desgastante Dirección de Asuntos Estudiantiles. Dos personas más que formaron parte de la administración y que no necesariamente compartían la orientación política e ideológica de los demás funcionarios de primer nivel, fueron Román Armando Luna Escalante, el secretario general, y Egberto Bedolla Becerril, a quien se le encomendó el rubro de la investigación científica.

LA ACADEMIA Y LAS INICIATIVAS DE MODERNIZACION EDUCATIVA

En junio de 1991 la Universidad Michoacana recibió por parte de La Voz de Michoacán la "Presea José Tocavén al Mérito Académico", al cumplir ese periódico 43 años de existencia. Por esa razón y con antelación a la entrega del reconocimiento, Daniel Trujillo Mesina concedió una entrevista exclusiva a Jaime López Martínez, en la que dio su opinión sobre el desarrollo académico de la institución educativa. El periodista develó aspectos interesantes de la personalidad del rector: vio en él a un profesionista de voz pausada, "nervioso por momentos", amable y con una "fe ciega en la casa nicolaita". También percibió a un universitario convencido de la necesidad de afrontar retos y, sin temor alguno, enfrentar la competencia, a propósito de la inminente instalación de dos universidades privadas en Morelia, La Salle y Latina de América.

Para el responsable de conducir los destinos universitarios, el compromiso inicial consistía en lograr la excelencia académica, "o por lo menos que se acerque a ella". Por eso, decía, era indispensable revisar cuidadosamente todos los programas de estudio, lo mismo que hacer algunas adecuaciones cuando se requiriera, como en el caso del bachillerato en donde habían surgido ciertos desajustes como consecuencia de la reforma de tres años. "Ello ha traído, como es normal, algunos problemas, pero con la participación en su conjunto, se han superado...".

En relación a la preparación académica de los universitarios, el rector aseguraba que pese a todo, existía un buen nivel. "Para que la Universidad pueda aspirar a mejores niveles es indispensable que cada sector cumpla su obligación. Sí, se ha detectado algún ausentismo, pero hemos remitido oficios a todas las direcciones para que exijan el cumplimiento cabal de maestros y empleados, así como para que inviten al alumnado también a cumplir sus funciones... no es alarmante y estamos ya aplicando las medidas para corregirlo...

Toda Universidad aspira a ser mejor, siento que la nuestra va en camino de esa mejoría".3 Por lo que hace al pronunciamiento del rector en favor de la excelencia académica, hay que hacer notar que en el Programa de Modernización Educativa dado a conocer por Salinas de Gortari se aludía a ésta y aparecían otros términos como evaluación, indicadores, eficiencia y productividad académica. Con el propósito de caminar por el mismo sendero trazado por la Federación, se le hizo una invitación a Manuel Bartlett, secretario de Educación Pública, para que presidiera una reunión con la comunidad universitaria y pudiera enterarse de la realidad de la Casa de Estudios.

El funcionario aceptó y lo hizo en el marco de la XX Asamblea General Ordinaria de la Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Estudios Superiores, celebrada en la Biblioteca Pública Universitaria, en septiembre de 1991. Al margen del encuentro que tuvo con las instituciones particulares, el titular de la SEP conversó con un selecto grupo de nicolaitas, funcionarios y directores de escuelas, facultades e institutos que le plantearon un conjunto de carencias, pero también hicieron de su conocimiento los logros obtenidos y los proyectos de desarrollo futuros.4

Como un reflejo de las nuevas políticas impulsadas por las autoridades federales, durante la gestión de Trujillo Mesina se adoptó la Beca al Desempeño Académico, no obstante la oposición de ciertos grupos universitarios y sindicales que no estaban conformes con ella pues consideraban, y no les faltaba razón, que el estímulo constituía una política de contención salarial.

Entrega de un reconocimiento al Presidente de la Republica Carlos Salinas de Gortari.
Atestigua el gobernador Genovevo Figueroa Zamudio, (AFIIH-UM).


A pesar de ello, la propuesta turnada al Consejo Universitario, fue aprobada. Posteriormente, en septiembre de 1991, 243 profesores fueron beneficiados con el pago de las becas cuyo monto ascendió a 773 millones 262 mil pesos, comprendiéndose el periodo de abril-septiembre del año referido. El rector externó a los medios de comunicación que esta medida se había aprobado desde 1990, pero que por diversas razones no había podido aplicarse en la Universidad Michoacana.5


Si de reconocimientos académicos hablamos, una iniciativa del rector que concitó la aprobación general de la comunidad universitaria y representó un esfuerzo económico para la administración, fue reconocer a los mejores estudiantes de licenciatura de la Universidad Michoacana mediante el Premio "Padre de la Patria". Sin duda que fue un acierto, al grado de que hoy en día sigue conservándose este estímulo que se entrega en el acto de aniversario de la máxima Casa de Estudios de Michoacán, el 15 de octubre.


Con una población estimada de 32 mil alumnos en 1991, el rector tenía claro que la principal función de la institución consistía en formar profesionales bien preparados y aptos para enfrentar los retos de la modernidad. Para hacerlo, tenían que fortalecerse los niveles de bachillerato y licenciatura, revisar los planes y programas de estudio y habilitar de la mejor manera posible aulas, bibliotecas y laboratorios. La posibilidad de abrir nuevas carreras fue valorada en su momento, aunque la disponibilidad económica no lo permitió. En cambio, comenzaron a darse pasos más consistentes, por lo que hace a la creación y desarrollo de estudios de posgrado.6


Un año después, en una prolongada sesión del Consejo Universitario, se aprobaron: la Maestría en Filosofía de la Cultura, avalada por la Escuela de Filosofía; la Maestría en Biología Experimental, propuesta por el Instituto de Investigaciones Químico Biológicas; las Maestrías en Farmacobiología Básica y Clínica, respaldadas por la Facultad de Ciencias Médicas y Biológicas "Dr. Ignacio Chávez", el CINVESTAV del Instituto Politécnico Nacional, la Secretaría de Salud, la Secretaría de Educación Pública y el CONACyr y, por último, la actualización de las especialidades de Ortodoncia y Endodoncia de la Facultad de Odontología. Como corolario, se creó el Instituto de Física y Matemáticas. Esta jornada fue calificada como un hito en la historia de la Casa de Hidalgo.7


Del mismo modo, y luego de una visita realizada por el rector al Estado de Morelos, se materializó un acuerdo con el CINVESTAVy la Universidad Autónoma de Morelos, que fue el punto de partida para que la Universidad Michoacana diera inicio a la Maestría en Matemática Educativa, en el marco del Programa Nacional de Formalización y Actualización de Profesores de Matemáticas. Este fue uno de los primeros esfuerzos interinstitucionales del que formó parte la Casa de Hidalgo.8


Otro logro en materia de posgrado fue el reconocimiento otorgado por el CONACyr a las Maestrías en Metalurgia y Ciencias de los Materiales, al incorporárseles al padrón de posgrados de excelencia. Este suceso dio pie para que Trujillo Mesina declarara que la Universidad Michoacana "está recuperando el prestigio de que antes gozaba, gracias al empeño que en la investigación, la docencia, la difusión y la extensión de la cultura viene realizando desde hace ya varios meses, lo cual se demuestra con los múltiples reconocimientos que sus dependencias han recibido a lo largo del presente año...".9

 

LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Y LA DIVULGACIÓN DE LA CIENCIA


Si bien es cierto que la investigación científica fue considerada desde un primer momento como tarea sustantiva universitaria, durante un buen tiempo esta actividad ocupó un sitio secundario por lo que respecta a las prioridades institucionales. En el periodo que nos ocupa y con la idea de darle mayor proyección a esta área, el rector designó a Egberto Bedolla Becerril como titular de la Coordinación de la Investigación Científica. El nuevo directivo había sido miembro fundador y director del Instituto de Investigaciones Metalúrgicas, responsabilidad ésta en la que tuvo fricciones y diferencias con la Junta de Gobierno. Sustituyó en el cargo a Gerardo Sánchez Díaz cuyo desempeño al frente de la Coordinación de la Investigación Científica había sentado las bases de una nueva etapa de esa dependencia universitaria.


Las tareas de investigación, reguladas por el Consejo de la Investigación Científica, estaban concentradas en los Institutos de Investigaciones Metalúrgicas, Químico Biológicas e Históricas, a los que se integró el de Física y Matemáticas, más adelante. Sin embargo, lo anterior no significaba que no se realizaran en escuelas y facultades, por ello fue trascendente la decisión del órgano colegiado de apoyar, en la medida de lo posible, iniciativas presentadas por áreas que hasta ese momento habían permanecido al margen del presupuesto universitario.
El crecimiento en materia de investigación científica podía verse, según la apreciación del coordinador, en el número de proyectos de investigación aprobados por el Consejo: 25 en 1985; 49 en 1989 y 1990; 72 en 1991. Claro que el recurso económico era insuficiente, razón por la cual invitaba, como continúa haciéndose en la actualidad, a que los sectores productivos aprovecharan ese potencial, "el coordinador de la Investigación Científica, expresó su confianza en que paulatinamente los sectores productivos del estado consideren como parte de su desarrollo, los trabajos de los investigadores nicolaitas quienes por su sólida formación académica están facultados para abordar y resolver los problemas que frenan el progreso de la industria, el comercio, los prestadores de servicios y en general, de todos los sectores de nuestra economía".10


Los proyectos de investigación y el presupuesto a ejercer, aumentaron de manera significativa. En 1993 fueron aprobados por el Consejo de la Investigación Científica 73 trabajos, destinándose la suma de 3 mil millones de pesos viejos. A tono con la nueva política adoptada por el citado órgano colegiado, los apoyos se diversificaron y las escuelas y facultades pu- dieron integrar de mejor manera y consolidar sus núcleos de investigación. Ello ocurrió con la Escuela de Biología que, entre otras acciones, intensificó su presencia en la costa michoacana en especial en los campamentos tortugueros. Trujillo Mesina mostró interés por las labores que los biólogos llevaban a cabo en Colola y Maruata para la preservación de quelonios, incluso visitó La Placita, Coahuayana "para constatar el trabajo que desarrollan biólogos nicolaitas en coordinación con elementos de la decimosexta zona naval militar, con sede en el puerto de
Lázaro Cárdenas". 11


Fruto de ese trabajo, fue el premio al "Mérito Nacional Forestal de Vida Silvestre 1993" concedido a la Escuela de Biología por la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulico (SARH). A la ceremonia que se verificó en el salón "Adolfo López Mateos" de Los Pinos y que estuvo presidida por el presidente Salinas de Gortari, acudió el rector acompañado de Miguel Martínez Trujillo, director de la dependencia universitaria, y veinte académicos más.



"Además del reconocimiento a la labor desarrollada... la Escuela de Biología recibió un premio en efectivo por 10 mil nuevos pesos que serán destinados a continuar el desarrollo de los programas… emprendidos por la institución en la costa de Michoacán... Para el otorgamiento del importante premio…fueron tomados en cuenta los cuatro programas que ahora desarrolla el referido centro de estudios: conservación de la tortuga marina; cultivo de la iguana; ecoturismo y educación ambiental".12


Pese al esfuerzo desplegado por la administración universitaria, los recursos financieros resultaban insuficientes para satisfacer todas las necesidades derivadas del quehacer científico de la Universidad Michoacana. Por lo anterior, la Coordinación de la Investigación Científica se dio a la tarea de recurrir a variadas fuentes de financiamiento. En la búsqueda y consecución de esos apoyos, contó con la valiosa colaboración de Javier del Toro Valencia, quien no sólo mantenía excelentes relaciones con distintas dependencias de gobierno sino que también estaba convencido de respaldar este tipo de actividades. Así, se fortaleció la relación con la SEP, el CONACyT y con un número importante de Instituciones de Educación Superior (lES), nacionales y extranjeras.


En otro orden de ideas, de gran trascendencia, por las repercusiones que tuvo años después, fue el acuerdo que se dio con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en septiembre de 1994. Desde tiempo atrás y como parte de una política de descentralización impulsada y aprobada por el Consejo Universitario de la máxima Casa de Estudios del país, se había tomado la decisión de dar cobijo a ciertos grupos de investigación para que pudieran instalarse formalmente en Morelia, con la idea de que en un futuro mediato se creara un campus universitario. La propuesta de la UNAM fue bien vista por el gobernador Ausencio Chávez Hernández, aunque éste sugirió al rector y reconocido científico José Sarukhán Kérmez, que se llegara a un acuerdo con la Universidad Michoacana, por ser ésta la principal institución pública de educación superior en la entidad. Este punto fue resuelto luego de que ambas autoridades universitarias convinieran en impulsar un ambicioso proyecto de colaboración para que 35 investigadores de las áreas de Matemáticas, Ecología y Astronomía, radicados en la Ciudad de México, pudieran instalarse en la capital del estado. Con el tiempo, la propuesta original fue más allá, no sólo contempló tareas de investigación sino que derivó en una oferta educativa con programas de licenciatura y pos grado, convirtiéndose en lo que hoy es la Escuela Nacional de Estudios Superiores, Unidad Morelia(ENES- UNAM).13


Por otra parte, los avances y resultados de los proyectos de investigación elaborados en la Casa de Estudios de Michoacán fueron dados a conocer a través del Encuentro Universitario de Investigación Científica, Tecnológica y Humanística, que se convirtió en un importante foro de expresión universitaria. Organizado por primera ocasión con motivo del XXX Aniversario de la Investigación Científica en la Universidad Michoacana, en el Aula Mater del Colegio de San Nicolás en noviembre de 1991, contó con una nutrida asistencia, según refieren los medios de comunicación. En los años subsiguientes se continuó con este ejercicio, contándose con el apoyo de la rectoría que, pese a las limitaciones presupuestales propias de una institución pública, hizo el esfuerzo para respaldar proyectos de investigación, actividades de divulgación científica y construcción de laboratorios y espacios dedicados a la ciencia y la tecnología.14


Otro suceso digno de mención, fue la celebración en el Centro Cultural Universitario del décimo aniversario del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), en agosto de 1994. En ese entonces la Universidad Michoacana contaba con poco más de treinta académicos que formaban parte de dicho organismo. El Consejo de la Investigación Científica consideró importante reconocer a ese grupo, por lo que se organizó un evento especial que fue presidido por Trujillo Mesina, Ausencio Chávez Hernández, gobernador de Michoacán, y José Yacamán, director adjunto de CONACyT.


Por única vez, los investigadores recibieron, además de la constancia correspondiente, un apoyo económico. De igual manera, fue editada una memoria que incluyó los datos curriculares de los homenajeados, preparada por Gerardo Sánchez Díaz y el responsable de estas líneas.15


Un apartado al que se prestó un apoyo sin precedentes, fue a la divulgación científica. Daniel Trujillo tuvo el tino de respaldar las iniciativas que en ese sentido le planteó Alexandra Sapovalova, una universitaria entusiasta y con una clara visión del papel social que debe asumir la Universidad. Ella fue quien propuso que pudiera establecerse un convenio entre la Casa de Hidalgo y El Colegio Nacional, a sugerencia del astrónomo Arcadio Poveda Ricalde. Así nació el programa "Presencia de El Colegio Nacional en la Universidad Michoacana", que por fortuna ha tenido continuidad a través de los años. Personajes de la talla de Ruy Pérez Tamayo, Miguel León Portilla, Guillermo Soberón Acevedo, Luis Villoro Toranzo, Héctor Fix Zamudio, Luis González y González y Luis Felipe Rodríguez, por mencionar algunos, visitaron el campus universitario y ofrecieron conferencias, seminarios, cursos, mesas redondas y exposiciones.


De igual manera, en aquellos años se llevaron a cabo actividades como "Ciencia para niños y sus papás" y "El tianguis de la ciencia" -consideradas como un modelo a nivel nacional-, los trabajos del grupo "Ciencia para todos", las Jornadas de Astronomía y las reuniones convocadas por la Sociedad Mexicana de Divulgación de la Ciencia y la Técnica. Tampoco pueden olvidarse las exposiciones montadas en el Museo de Historia Natural de la Ciudad de México ni la "Presencia Universitaria" en el Túnel de la Ciencia, en el Sistema de Transporte Colectivo Metro. Sobre esta última, cabe mencionar que hasta la fecha no ha habido iniciativa alguna organizada por la Universidad Michoacana que haya alcanzado la repercusión de aquélla. Organizada por la Coordinación de la Investigación Científica y la Secretaría Auxiliar de la Rectoría, mostró la naturaleza y la labor desarrollada por una universidad pública estatal.16

LA DIFUSIÓN DE LA CULTURA Y LA EXTENSION UNIVERSITARIA


Una característica de este periodo fue la atención que se prestó a las actividades culturales y de extensión. La Universidad Michoacana vivió uno de los momentos más intensos en ese sentido. Armando Mauricio Escobar Olmedo, titular de la Secretaría de Difusión Cultural y Extensión Universitaria, supo darle forma a un variado programa que involucró a la ANUlES y universidades públicas del país. También cobraron fuerza diversas manifestaciones de la creatividad universitaria. Otro detalle que no puede olvidársenos, fue la celebración del 75 aniversario de la fundación de la máxima Casa de Estudios de Michoacán. Además de la ceremonia oficial que se llevó a efecto en el Colegio de San Nicolás y que revistió gran solemnidad, se ofreció un concierto de gala con la Orquesta Sinfónica de Michoacán, contándose con la presencia de varios rectores de universidades públicas estatales, entre otros, los del Estado de México, Querétaro, Guanajuato y Guerrero.17

 

En ocasión del 450 aniversario de la fundación de Morelia, en 1991, la Universidad Michoacana colaboró de manera entusiasta con el Ayuntamiento para desarrollar ciclos de conferencias, exposiciones, muestras fotográficas, el certamen "Crónicas de la Vida Moreliana" y un programa editorial que contempló la reedición facsimilar de La Relación de Michoacán, a cargo de Escobar Olmedo, y la impresión del libro Morelia, Patrimonio de la Humanidad, bajo la coordinación de Silvia Figueroa Zamudio.18


La Feria y Encuentro Nacional Universitario de Ciencia y Arte impulsada por la ANUlES, encontró en la Universidad Michoacana un aliado natural para mostrar la labor cultural desarrollada por las universidades públicas nacionales. Los foros y recintos universitarios acogieron exposiciones fotográficas y plásticas, obras de teatro, conciertos musicales, ballets folclóricos, expresiones dancísticas, ferias del libro, conferencias y mesas redondas. Debido al éxito alcanzado, en 1993 Trujillo Mesina propuso la institucionalización de esta actividad que no sólo estaba pensada para la comunidad universitaria sino para la sociedad en general. Por desgracia, esta iniciativa no pudo concretarse, en gran medida por el cambio de políticas al interior de la asociación.


Por lo que hace a la extensión, éste fue un renglón por el que siempre mostró interés el rector. Precisamente por esa razón, la ANUlES y la Subsecretaría de Educación Superior de la SEP, designaron a la Casa de Hidalgo como sede de la Reunión Nacional de Extensión de la Cultura, en 1992.19


De las múltiples actividades realizadas en aquellos años, destacaron dos homenajes. El primero se rindió a Elí de Gortari, en noviembre de 1991. Con la presencia del gobernador Genovevo Figueroa y de varias personalidades, incluidos ex rectores, se develó una placa en honor del filósofo y científico en el Aula Mater del Colegio de San Nicolás, distinción que le fue concedida a Hira de Gortari, su hijo. En su alocución, Trujillo Mesina "habló acerca de la Rectoría de Elí de Gortari... que pese al breve tiempo que duró, significó cambios profundos y trascendentales en el ámbito nicolaita en los que el principal motor fue elevar la calidad de la educación nicolaita... se abrieron... nuevas carreras y nuevas escuelas y procedimientos y se impulsó la difusión de la cultura y la investigación".20


El otro reconocimiento fue para Silvio Zavala, distinguido historiador e integrante de El Colegio Nacional. De él se destacaron sus innumerables obras dedicadas a la historia de México y, en particular, el empeño mostrado para difundir la vida y obra de Vasco de Quiroga, fundador del Colegio de San Nicolás, "ha dedicado toda su vida -expresó el rector- en dar a conocer nuestras profundas raíces que yacen, las más de las veces olvidadas...".21


LOS LOGROS EN MATERIA DE EQUIPAMIENTO E INFRAESTRUCTURA


Es de reconocerse la labor realizada en el periodo de Daniel Trujillo en cuanto al equipamiento, restauración y construcción de espacios propios para la academia, la investigación y la cultura. En febrero de 1991, Carlos Salinas de Gortari visitó Michoacán y tuvo una comida con la comunidad universitaria. En ella se le hicieron una serie de planteamientos, sobre todo en el renglón de equipamiento. El presidente de la República se comprometió a brindar apoyos extraordinarios por el orden de 5 mil millones de pesos, para que pudieran ser utilizados en "necesidades prioritarias de la institución". La autoridad universitaria acordó con los directores de las dependencias universitarias destinar esos recursos al equipamiento de laboratorios, arreglo de cubículos para investigadores y la adquisición de acervo bibliográfico. Transcurrido un año, la rectoría entregó 3 mil 900 millones de pesos en equipos varios y 500 millones de
pesos para la compra de materiales bibliográficos. Cabe señalar que estos apoyos se dieron conforme a un proyecto previamente elaborado y bajo la supervisión de un comité especial universitario.22


Consecuente con la política de dotar a los institutos de investigación de la infraestructura necesaria, se construyó e inauguró, en marzo de 1993, el edificio del Instituto de Investigaciones Históricas.

Al entregar la obra, Trujillo Mesina recordó los inicios de esa dependencia universitaria, sus logros académicos y editoriales y las dificultades enfrentadas por carecer de un espacio propio. Del mismo modo, pidió a los integrantes del mismo dar continuidad a la obra de "hombres distinguidos como Me1chor Ocampo y Pascual Ortiz Rubio... Corresponde a los historiadores recoger y difundir el nicolaicismo, espíritu y acción en que se sustenta la Universidad".23


El Instituto de Investigaciones Químico Biológicas, creado en 1976, también se vio favorecido, proporcionándosele dos edificios para que pudiera trasladarse a Ciudad Universitaria y dejara de funcionar en instalaciones facilitadas temporalmente por la Escuela de Químico Farmacobiologia.24


En vísperas de concluir su periodo, el rector insistía en la necesidad de prestar "mayor atención a la investigación científica", razón por la cual, recordaba, se habían construido y dispuesto espacios físicos destinados a esta área. "Se habilitó y acondicionó un edificio y construyó otro para el Instituto de Investigaciones Químico Biológicas. Al Instituto de Investigaciones Históricas se le construyó su edificio, lo mismo que a la Coordinación de la Investigación Científica. Del mismo modo se encuentra en proceso de construcción el del Instituto de Física y Matemáticas".25

 

 

Vista del espacio donde se construyó el Centro Cultural Universitario, (AFIIH-UM),


La difusión de la cultura recibió un estímulo importante con la construcción del Centro Cultural Universitario. Esta iniciativa se planteó por primera vez durante la gestión de Genovevo Figueroa Zamudio, en la década de los setenta. Posteriormente, cuando Leonel Muñoz Muñoz ocupó la rectoría (1986-1990), el Consejo Universitario autorizó la compra de un edificio en contra esquina del espacio que actualmente ocupa, en la Avenida Madero. Por problemas sucesorios se canceló la operación. Sin embargo, la inquietud prevaleció entre algunos sectores universitarios. Fue entonces que la CUL decidió recuperar un terreno que pertenecía a la Universidad Michoacana, situado frente al Colegio de San Nicolás, mismo que en algún momento había sido gasolinera y luego, ya en estado de abandono, empezó a ser utilizado por comerciantes ambulantes para resguardar enseres y mercancías. Quienes utilizaban el terreno estaban agrupados en la Unión de Fuerzas Populares "Carrillo Puerto", liderada por Marcial Rodríguez.


Al tomar posesión de la superficie, los moradores solicitaron que en ese lugar se levan- tara un foro que difundiera el arte y la cultura universitarios. El rector le planteó el proyecto al mandatario estatal Figueroa Zamudio, quien lo acogió con entusiasmo. "Una vez que me encontraba como Gobernador del Estado y siendo Rector... el Lic. Daniel Trujillo Mesina, se retomó con gran entusiasmo el antiguo proyecto... contando con el apoyo que otorgaron los líderes estudiantiles de ese entonces, quienes se sumaron al proyecto de la edificación de un Centro Cultural. Con gran decisión se logró la recuperación del espacio, el cual desde fines del mes de noviembre de 1991, se encuentra en posesión de su legítimo dueño, la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo".26


En los primeros días del año de 1992, se colocó la primera piedra de la obra que desde el punto de vista histórico fue concebida por el arquitecto Manuel González Galván. En el acto estuvo presente Trujillo Mesina acompañado de los ex rectores Fernando Iuárez Aranda y Nicanor Gómez Reyes, quienes fueron informados de las características del proyecto por el ingeniero Tavera Montiel. Un aspecto que conviene mencionar es que la propuesta recogía algunos elementos estilística s del antiguo Colegio de San Nicolás, punto que sería motivo de polémica más adelante.27


La construcción inició con el respaldo financiero del Gobierno de Michoacán, sin embargo pronto afloraron algunos problemas. El Ayuntamiento de Morelia clausuró los trabajos porque se carecía de la licencia de construcción y no se habían presentado en tiempo y forma documentos probatorios del título de propiedad y los permisos de suministro de servicios básicos. Subsanado este problema, surgió otro de mayor alcance: el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), mostró su objeción por ciertos elementos -principalmente una de las fachadas- que, consideraba, eran una copia de un edificio antiguo, lo que de acuerdo a la normatividad en la materia no podía hacerse. Lo anterior provocó que la obra fuera clausurada temporalmente. El arquitecto González Galván enfrentó las críticas y argumentó: "La obra que se efectúa... se basa en un antiguo proyecto elaborado en la Junta de Conservación del Aspecto Típico y Colonial de la ciudad de Morelia, en el año de 1977, el cual recibió la aprobación, tanto de las autoridades universitarias, como... de la ciudadanía informada... dentro de la normatividad legal vigente... no existe ningún ordenamiento que prohíba la réplica o reproducción de elementos arquitectónicos tomados, de monumentos existentes o desaparecidos, sobre todo cuando existe una intención didáctica o histórica de consolidar la conciencia e identidad de un pueblo".28


La integración del Patronato pro Construcción del Centro Cultural Universitario, también fue motivo de controversia.


La incorporación a éste de varios miembros de la Iniciativa Privada, de manera señalada el empresario Enrique Ramírez Miguel, dio lugar a que la cul y otros sectores universitarios comenzaran a hablar de la privatización del espacio universitario. Pese a todo, las labores continuaron" de día y de noche", como consignaba la prensa.

Inicio de los trabajos de construcción del Centro Cultural Universitario, (FOTO DE MARCO ANTONIO ARÉVALO).

Pese a los esfuerzos de la administración para que el edificio fuera concluido en 1992, con motivo del 75 aniversario de la fundación de la Universidad Michoacana, los trabajos llegaron a su fin hasta septiembre de 1993. El retraso se debió a que el presupuesto original se incrementó y tuvo que solicitarse un apoyo extraordinario al Gobierno Federal. La oportuna intervención de la tesorería de la Universidad, que supo hacer los trámites adecuados y justificar por qué se requerían recursos adicionales, logró salvar la situación. Al final, la obra requirió 10 mil millones de viejos pesos: 4 mil fueron aportados por el Gobierno de Michoacán y los 6 mil restantes por la Federación, a través del CAPFCE, en dos ministraciones.29


La inauguración, contrario a los deseos del rector, fue sencilla, austera, se redujo a la presencia de autoridades y miembros de la comunidad universitaria en las afueras del Centro Cultural Universitario. Sin mayor protocolo, se abrieron las puertas del inmueble y dieron paso al grupo que esperaba impaciente ese momento. Lo anterior se debió a que la CUL cuestionaba algunos aspectos relacionados con el uso y aprovechamiento del edificio, por esa razón y como medida conciliadora se creyó oportuno proceder de esa manera. Fue hasta fines de septiembre de 1993 en que se celebró en el Auditorio Nicolaita un magno concierto inaugural ofrecido por la Orquesta de Cámara de la Ciudad de México, a la que asistieron, entre otras personalidades, el gobernador Ausencio Chávez Hernández y el ex rector Figueroa Zamudio.30

 

Otro espacio que se incorporó a las tareas académicas y culturales, fue el ex convento agustino de Tiripetío. Reintegrado al patrimonio universitario en la rectoría de Leonel Muñoz Muñoz, Trujillo Mesina puso especial empeño en devolverle su primigenio esplendor y darle el uso adecuado. Detrás del proceso de restauración del primer Colegio de Estudios Superiores de América, estuvo el historiador Armando Mauricio Escobar Olmedo, quien con gran empeño y dedicación logró darle forma a una obra de extensión universitaria que hoy en día pervive. Como lo expresara el rector al concluir el rescate: "El día de hoy, se cumple un importante anhelo de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo; un sueño largamente acariciado comienza a ser realidad. El poder reintegrar a Michoacán una parte del venerable recinto fundado hace más de 450 años y en el que estuvieron grandes humanistas de la talla de fray Alonso de la Veracruz, Diego de Chávez y Basalenque".31


El Gimnasio de Usos Múltiples de la Unidad Deportiva, comenzó a construirse en la rectoría a la que nos hemos estado refiriendo. Con una capacidad para 2 mil 700 personas, fue concebido desde 1990 con la idea de favorecer las actividades deportivas bajo techo de los universitarios, principalmente halterofilia, gimnasia, artes marciales y basquetbol. Un detalle importante fue que en el anteproyecto se contó con la colaboración de estudiantes de la Facultad de Arquitectura. La magna obra fue concluida en la administración del maestro Salvador Galván Infante, cumpliéndose así un anhelo de la comunidad nicolaita.32


LOS CON FLLCTOS UNIVERSITARIOS


La administración de Trujillo Mesina no estuvo exenta de problemas de distinta naturaleza: conflictos en escuelas, facultades e institutos provocados por peticiones de exámenes especiales; dificultades en la integración de consejos técnicos; desconocimiento de autoridades; presiones de las Casas del Estudiante que perseguían apoyos para "viajes de estudio", compra de inmuebles y la satisfacción de demandas que encubrían planteamientos políticos y partidistas; movilizaciones de índole sindical que, en no pocas ocasiones, paralizaron a la institución. Vale la pena, aunque de manera resumida, exponer algunos de esos momentos que trastocaron la vida universitaria.


Motivo de preocupación en el medio universitario, fue el incremento de cuotas de inscripción y servicios en la Universidad Nacional Autónoma de México, en el año de 1992. La política adoptada obedeció a la presión cada día más insistente del Gobierno Federal, de que las universidades públicas incrementaran la partida de recursos propios. Ante esta situación y ante el rumor de que la Universidad Michoacana emularía esa medida, y no obstante que Trujillo Mesina no veía con total desagrado la adopción de esa política, tuvo que declarar públicamente que seguirían cobrándose las mismas cuotas, a fin de evitar movilizaciones y protestas que se veían venir.33


Las tomas y la suspensión de labores por la designación de directores o por no estar de acuerdo con el desempeño de los mismos, fue una práctica que se repitió una y otra vez. En ese sentido y sólo para ilustrar esta problemática, cabe mencionar dos casos.

 

Acto celebrado en la Escuela Preparatoria "Melchor Ocampo",
al centro el gobernador Ausencia Chávez Hernández, (FOTO DE MARCO ANTONIO ARÉVALO),

 

El primero, ocurrido en septiembre de 1992, cuando un numeroso grupo de alumnos denominado Frente Estudiantil por la Reivindicación de la Facultad de Contabilidad y Administración, decidió tomar las instalaciones de rectoría demandando la inmediata sustitución de Efraín Sosa Villanueva, por "un director que sí cumpla con sus funciones". Los manifestantes manifestaron, por si alguien desconfiaba de sus verdaderas intenciones, "que su movimiento es totalmente ajeno al de cualquier partido político y que el objetivo es lograr el desarrollo académico, cultural y social de la Facultad".34


El segundo caso, tenía su origen en la designación que el Consejo Universitario había realizado en favor de Juan Serrato Rodríguez como director del Instituto de Investigaciones Metalúrgicas. Dividida como estaba esa dependencia universitaria en dos grupos, uno de ellos desconoció el acuerdo del órgano colegiado y paralizó Ciudad Universitaria por tiempo indefinido, "en protesta por... (las) votaciones manipuladas". Este movimiento, considerado como atípico por ocurrir en un área de investigación, creció al punto de exigirse más adelante la salida de tres funcionarios de rectoría -el coordinador de la Investigación Científica, en primer término- presuntamente involucrados en el curso de los acontecimientos. La disputa interna trascendió a otro nivel cuando la CUL y varias escuelas y facultades brindaron su apoyo a quienes pedían la destitución del director. Luego, un grupo de consejeros universitarios alumnos se pronunció públicamente porque se aplicara la normatividad universitaria y se liberaran las instalaciones de Ciudad Universitaria. Finalmente, el director pidió licencia y ello permitió que se nombrara en su lugar a quien en ese momento ocupaba el lugar de decano.35


La escalada de tomas en el ciclo escolar 1992- 1993, obligó al rector a reconocer que se vivían momentos difíciles pero pese a ello prevalecería el diálogo con los inconformes. "¿La Ley Orgánica de la um no contempla sanciones para aquellos que interrumpen la actividad educativa?, cuestionó una reportera.

 

Claro que existen, aclaró el rector, pero buscamos que a través del diálogo y la concertación que estamos teniendo con las partes involucradas, se den soluciones satisfactorias... Trujillo Mesina declaró que a pesar de las huelgas, tomas y problemas... se están cumpliendo los objetivos y se llegará a 'feliz término' en todas las áreas de la Universidad".36

Lo cierto es que este tipo de prácticas -incluido el secuestro de autoridades universitarias- se convirtió en algo cotidiano que, por desgracia, lastimó el quehacer universitario y dio una imagen negativa ante la sociedad. El rector mismo, fue retenido en varias ocasiones para que cumpliera pliegos petitorios y demandas estudiantiles o docentes. Un suceso de este tipo aconteció en octubre de 1993, cuando un numeroso contingente de estudiantes de la Escuela Preparatoria "Licenciado Eduardo Ruiz" acudió al edificio de rectoría reclamando la destitución inmediata del director de ese plantel. Como la respuesta obtenida no fue la que esperaban, secuestraron a Trujillo Mesina y ocho de sus colaboradores cercanos desde el mediodía de un viernes hasta la tarde del sábado. La liberación de los funcionarios se logró gracias a la presencia y mediación de miembros del Consejo Universitario que dialogaron con los inconformes y la firma de un acuerdo que se tradujo en la separación del director, unos días después.37


Pero el tema que ocupó la atención de la administración durante prácticamente cuatro años, fue la petición de un sector de la Escuela de Enfermería de separar los niveles -técnico y de licenciatura- que ofrecía esa dependencia universitaria. La solicitud de separación o in dependencia fue presentada durante la administración de Leonel Muñoz, pero no fue aceptada porque prevaleció la idea de que acceder a ella contravenía el proyecto que le había dado origen y además se formarían dos escuelas de Enfermería.


Supervisión de obras en la Escuela Preparatoria "Eduardo Ruiz",
(FOTO DE MARCO ANTONIO ARÉVALO),


                      


Trujillo Mesina retornó los dictámenes elaborados anteriormente, sin embargo la presión ejercida por la licenciatura fue en aumento e incluyó la toma de rectoría, el bloqueo de calles, las pintas en diferentes partes de la ciudad y el volanteo en el campus universitario. Ante esto, el rector resolvió que previa entrega de un documento con el debido sustento, el Consejo Universitario sería la única instancia para tomar una decisión al respecto. "Agregó que para creación de la escuela de Enfermería se requiere de un estudio serio y detallado que fundamente la creación de la nueva institución y que dicho estudio sea analizado y discutido... (en el seno) del Consejo para en base a ellos tomar una resolución. Manifestó su confianza para que una vez emitido el dictamen, sea cual fuere, las disposiciones sean acatadas...".38


El documento "serio y detallado", fue turnado al Consejo Universitario en febrero de 1991. No obstante, las comisiones permanentes de Planeación, Técnico Pedagógica y Organización y Métodos no aprobaron la separación, postura que fue respaldada por el pleno del órgano colegiado. El dictamen final integrado por siete puntos, establecía en líneas generales: no a la separación, porque "eso llevaría duplicar esfuerzos y gastos a los que la Universidad Michoacana no puede hacer frente"; proceder a una reestructuración académica y administrativa, diferenciándose los dos niveles de manera clara y dotándoseles a cada uno de ellos de sus respectivas juntas académicas; conservar un consejo técnico y un director únicos; elaborar un reglamento de funcionamiento para la dependencia y garantizar que los programas de estudio de los dos niveles fueran distintos.39


La decisión, como era de esperarse, no fue aceptada por el núcleo de licenciatura. Apelaron el dictamen, valiéndose de una frase que a la letra decía: "en este momento no procede la separación". La rectoría no tuvo otra opción que aceptar la entrega de nuevos documentos para que, integrados al expediente, fueran motivo de análisis por parte de las comisiones permanentes. Al mismo tiempo, arreciaron las protestas y movilizaciones en favor de la separación. El movimiento se fortaleció con la incorporación de las Escuelas Preparatorias "Isaac Arriaga" y "Melchor acampo", así como las Casas del Estudiante "Espartaco".40


La problemática de Enfermería rebasó con mucho el ámbito universitario, la población docente y estudiantil de Licenciatura tomó el centro histórico y principales avenidas de Morelia, obstruyendo la circulación vial. La prensa urgía a las autoridades a tomar una decisión con base en la legislación universitaria; poner un hasta aquí al caos imperante en la Casa de Estudios. Por otra parte, la rectoría recibía constantes "sugerencias" del Gobierno del Estado para que se resolviera, cuanto antes y de manera definitiva, el espinoso tema de la separación.


La decisión final se dio en julio de 1994. El Consejo Universitario respaldó los dictámenes de las comisiones permanentes que recomendaban separar a los dos niveles. Fue un momento difícil, en el que estuvieron presentes intereses extra universitarios que, como siempre, pretendían desestabilizar a la Universidad Michoacana.


La relación con las Casas del Estudiante tampoco fue tersa. Al hacerse cargo de la rectoría, Daniel Trujillo se dio cuenta que los albergues estudiantiles no sólo habían crecido en número, también tenían presencia política y reclamaban apoyos financieros que excedían bastante lo que se pretendía ejerciera la Dirección de Asuntos Estudiantiles. Los dos grandes bloques eran la CUL y las Casas del Estudiante "Espartaco", aunque también existían las independientes.

Los apoyos que se les brindaban no eran pocos: becas, despensas, condonaciones de inscripciones y servicios, "viajes de práctica", traslados a diferentes puntos de la República para entrar en contacto con futuros moradores, compra de colchones, libros y publicaciones, actividades culturales y artísticas, gastos de aniversario, mejoras materiales de los inmuebles, renta y adquisición de casas.


La mejor manera de obtener una respuesta favorable a sus pliegos petitorios era el recurso de las tomas y bloqueos. Así sucedió con las Casas del Estudiante Espartaco que en los primeros días de septiembre de 1991 irrumpieron de noche en un inmueble localizado en la Avenida Madero que ocupaba la Facultad de Filosofía, la Secretaría de Difusión Cultural y Extensión Universitaria y la Librería Universitaria, apoderándose de él bajo el argumento de que les pertenecía. La acción fue repudiada por la comunidad universitaria, en especial por académicos y estudiantes del plantel educativo.41


Los moradores, como solía darse en estos casos, aprovecharon para plantear a la rectoría una serie de demandas. Solicitaban la admisión inmediata de alumnos que no habían logrado aprobar el examen de admisión a la Universidad, el ingreso a los que habían reprobado los cursos propedéuticos y a quienes no habían realizado los trámites correspondientes. Sin embargo, el punto central consistía en la petición de que se les compraran dos casas pues argumentaban sobre cupo en los cuatro espacios de que disponían en Morelia. La respuesta del rector fue negativa, se les ofreció la renta de una casa, "propuesta que los representantes de este grupo de jóvenes rechazó por considerar que no resuelve el problema". 42


Fue hasta mediados de septiembre, cuando ya había iniciado el ciclo escolar, que aceptaron la propuesta de la autoridad, en el entendido de que "cuando menos de manera provisional dará solución al sobrecupo (cuarenta moradores) que afectaba a los referidos estudiantes". Como puede verse, el exceso de estudiantes no era tal, si tomamos en consideración que podían distribuirse en las casas existentes. Por otro lado, la palabra provisional dio pie para que meses después los moradores insistieran en la compra de un inmueble, lo que finalmente ocurrió.43


La CUL tampoco era ajena a estos usos y costumbres. La Casa del Estudiante "Emiliano Zapata", por ejemplo, hizo acto de presencia en rectoría en noviembre de 1991 y solicitó 20 millones de pesos viejos para los gastos de aniversario. Como las autoridades les negaron la cantidad señalada, decidieron tomar el edificio y secuestrar a varios funcionarios. Esta actitud fue cuestionada por los directores de escuelas y facultades que pidieron se aplicara el Código Penal en contra de los infractores. Otro suceso en el que se vio involucrada la misma organización estudiantil sucedió en vísperas de salir de vacaciones de diciembre de 1992. Aproximadamente cien moradores de distintos albergues bloquearon los cuatro carriles de la carretera Morelia-Pátzcuaro, en solidaridad con la Escuela Preparatoria "Isaac Arriaga" que enfrentaba problemas en la integración del Consejo Técnico. Trujillo Mesina se vio obligado a trasladarse al sitio en el que se encontraban para solicitarles que abrieran la circulación. Después de establecer el compromiso de que se daría continuidad al diálogo en el campus universitario, finalizó el bloqueo.44


Un acontecimiento que cimbró a todo el país, fue el surgimiento del movimiento zapatista en Chiapas, en enero de 1994. El Gobierno de Michoacán declaró de inmediato que en el estado no existían indicios de que hubiera grupos afines. De cualquier manera, el área de Gobernación estuvo atento a cualquier manifestación que pudiera darse en la Universidad -especialmente en las Casas del Estudiante- que tuviera visos de reivindicaciones étnicas.

 

Vista a uno de los laboratorios del Instituto de Investigaciones Químico Biológicas,
(FOTO DE MARCO ANTONIO ARÉVALO),


Pese a la presencia de moradores de Chiapas y Oaxaca en los albergues estudiantiles, no hubo pronunciamientos en ese sentido. Pero probablemente por el clima político y social que se vivía en esos momentos, las acciones emprendidas por la CUL fueron más radicales. Una muestra de ello fueron los actos protagonizados por miembros de la Casa del Estudiante "Madre Latina" de Uruapan, quienes apoyados por organizaciones solidarias como el Movimiento Democrático del Magisterio y colonos de las tenencias Morelos y Santa María, secuestraron vehículos oficiales, así como unidades de Seguridad Pública y del autotransporte federal en protesta por el alza de las tarifas del transporte urbano en Uruapan y Morelia.


Al secuestro siguieron movilizaciones en diferentes partes de Morelia, una marcha y un mitin frente a Palacio de Gobierno y la quema de una motocicleta de Seguridad Pública. La indignación de los manifestantes tenía su razón de ser en el incumplimiento de acuerdos por parte de las autoridades estatales, "aseguraron que su actitud se debía a la falta de respeto a los acuerdos firmados por el gobierno del Estado, en el sentido de que no se aumentarían los precios del transporte público, pues a los pocos días de acordado esto, se giró un oficio firmado por el director de transporte, Ramiro Peña Díaz, en el que se autorizaba el incremento violando con ello las minutas acordadas".45


Esta acción no fue la primera ni la única, durante estos años la CUL asumió la "defensa de los intereses de la sociedad michoacana" y encabezó movilizaciones que tuvieron ese desenlace. Aunque este tipo de problemas no tenía que ver con la Universidad Michoacana, el hecho de que estuvieran involucrados los albergues estudiantiles le obligaban a participar en las mesas de negociación y enfrentar la campaña mediática que aseguraba que no se tenía control de esos grupos.

 

La gestión de Trujillo Mesina llegó a su fin de manera anticipada en octubre de 1994. El rector presentó su renuncia y la Comisión de Rectoría, integrada por los ex rectores Leonel Muñoz Muñoz, Luis Pita Cornejo, Raúl Arreola Cortés, Alberto Lozano Vázquez y Nicanor Gómez Reyes, resolvió que su sucesor fuera el médico veterinario zootecnista Salvador Galván Infante.


El profesionista que un día ya lejano arribara de Chinicuila del Oro, concluía un ciclo en su vida. Nuevos retos afrontaría en los años venideros, pero ahora en el servicio público: la Contraloría del Estado de Michoacán y la delegación de la Secretaría de Educación Pública en Michoacán. Mantiene, sin embargo, un vínculo con la Universidad Michoacana, actualmente es miembro de la Comisión de Rectoría. Pero al margen de esa ocupación, disfruta de su vida familiar en compañía de María del Carmen Martínez Gallardo, su esposa, quien siempre lo apoyó, aun en los momentos más difíciles. También, se da tiempo para convivir con sus hijos y nietos, lo mismo que para leer literatura y descubrir autores como José Saramago.

 

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1 Archivo Histórico de la Universidad Michoacana (AHUM), 22-131/499. Exp. Personal Docente de Daniel Trujillo Mesina.
2 A propósito de los recursos financieros entregados a las instituciones educativas, en junio de 1992 el Congreso de los Estados Unidos Mexicanos decretó la creación de una nueva unidad del sistema monetario equivalente a mil pesos, que entró en vigor en enero de 1993, por lo cual se eliminaron tres ceros a la moneda. En el texto, respetando la naturaleza de los documentos, se habla indistintamente de viejos y nuevos pesos.
3 La Voz de Michoacán, Morelia, 18 de junio de 1991, pp. 1 y 29-A.
4 La Voz de Michoacán, Morelia, 26 de septiembre de 1991, pp. 2-A, 3-A y 30-A.

5 La Voz de Michoacán, Morelia, 21 de febrero de 1991, p. ll-A; 28 de septiembre de 1991, pp. l l-A Y 26-A.
6 La Voz de Michoacán, Morelia, 2S de junio de 1991, p. 12-A.
7 La Voz de Michoacán, Morelia, 17 de diciembre de 1992, pp. 9-A.
8La Voz de Michoacán, Morelia, 27 de agosto de 1993, p. 13-A Y 36-A.
9 La Voz de Michoacán, Morelia, 17 de noviembre de 1993, p. 13-A Y 36-A

10 La Voz de Michoacán, Morelia, 11 de agosto de 1991, p. 2.
11 La Voz de Michoacán, Morelia, S de julio de 1993, p. ll-A; 24 de noviembre de 1991, p. 7-A.
12La Voz de Micnoacán, Morelia, 24 de noviembre de 1993, p. l0-A.
13 La Voz de Michoacán, Morelia, 22 de septiembre de 1994, p. 1.
14 La Voz de Michoacán, Morelia, 8 de julio de 1992, p. 8-A.
15 La Voz de Michoacán, Morelia, 26 de agosto de 1994, p. 11-A.
16 La Voz de Michoacán, Morelia, 30 de noviembre de 1993, p. 2.
17 La Voz de Michoacán, Morelia, 17 de octubre de 1992, p. l-B.
18 La Voz de Michoacán, Morelia, 29 de enero de 1991, p. 1-B y 8-B.
19La Voz de Michoacán, Morelia, 14 de agosto de 1992, p. 21-B.
20La Voz de Michoacán, Morelia, 23 de noviembre de 1991, p. 12-A.
21 La Voz de Michoacán, Morelia, 4 de septiembre de 1993, p. 24-A.
22Identidad Nicolaita, Suplemento de la Universidad Michoacana, Año 1, No. 11, La Voz de Michoacán, Morelia, 9 de marzo de 1992, p. 10-17; La Voz de Michoacán, Morelia 12 de marzo de 1992, p. 12-A.

23La Voz de Michoacán, Morelia, 25 de marzo de 1993, pp. 14-A y 36-A.
24La Voz de Michoacán, Morelia, 22 de septiembre de 1993, pp, 14-A y 36-A.
25La Voz de Michoacán, Morelia, 27 de agosto de 1994, pp. 1 y 25-A.

26 María de la Paz Hernández Aragón y Fernando Tavera Montiel, Centro Cultural Universitario. Historia de su construcción, Morelia, Universidad Michoacana -Centro Acero de Michoacán, S.A. de C. V., 2012, p. 7.
27 La Voz de Michoacán, Morelia, 4 de enero de 1992, p. 8-B.
28La Voz de Michoacán, Morelia, 22 de abril de 1992, pp. l-B, 8-B y 9-B; María de la Paz Hernández Aragón y Fernando Tavera Montiel, Centro Cultural Universitario..., pp. 26-34.
29 Información proporcionada por el contador Javier del Toro Valencia, quien en ese entonces ocupaba la tesorería de la Universidad Michoacana. 30La Voz de Michoacán, Morelia, 26 de septiembre de 1993, p. 2S-A.
31 La Voz de Michoacán, Morelia, S de diciembre de 1991, pp, 1-A Y 29-A.

32 La Voz de Michoacán, Morelia, 24 de diciembre de 1992, p. 1-B.
33 La Voz de Michoacán, Morelia, 17 de junio de 1992, p. l3-A. 1 Archivo Histórico de la Universidad Michoacana (AHUM), 22-131/499. Exp. Personal Docente de Daniel Trujillo Mesina.
2 A propósito de los recursos financieros entregados a las instituciones educativas, en junio de 1992 el Congreso de los Estados Unidos Mexicanos decretó la creación de una nueva unidad del sistema monetario equivalente a mil pesos, que entró en vigor en enero de 1993, por lo cual se eliminaron tres ceros a la moneda. En el texto, respetando la naturaleza de los documentos, se habla indistintamente de viejos y nuevos pesos.
3 La Voz de Michoacán, Morelia, 18 de junio de 1991, pp. 1 y 29-A.
4 La Voz de Michoacán, Morelia, 26 de septiembre de 1991, pp. 2-A, 3-A y 30-A.

5 La Voz de Michoacán, Morelia, 21 de febrero de 1991, p. ll-A; 28 de septiembre de 1991, pp. l l-A Y 26-A.
6 La Voz de Michoacán, Morelia, 2S de junio de 1991, p. 12-A.
7 La Voz de Michoacán, Morelia, 17 de diciembre de 1992, pp. 9-A.
8La Voz de Michoacán, Morelia, 27 de agosto de 1993, p. 13-A Y 36-A.
9 La Voz de Michoacán, Morelia, 17 de noviembre de 1993, p. 13-A Y 36-A

10 La Voz de Michoacán, Morelia, 11 de agosto de 1991, p. 2.
11 La Voz de Michoacán, Morelia, S de julio de 1993, p. ll-A; 24 de noviembre de 1991, p. 7-A.
12La Voz de Micnoacán, Morelia, 24 de noviembre de 1993, p. l0-A.
13 La Voz de Michoacán, Morelia, 22 de septiembre de 1994, p. 1.
14 La Voz de Michoacán, Morelia, 8 de julio de 1992, p. 8-A.
15 La Voz de Michoacán, Morelia, 26 de agosto de 1994, p. 11-A.
16 La Voz de Michoacán, Morelia, 30 de noviembre de 1993, p. 2.
17 La Voz de Michoacán, Morelia, 17 de octubre de 1992, p. l-B.
18 La Voz de Michoacán, Morelia, 29 de enero de 1991, p. 1-B y 8-B.
19La Voz de Michoacán, Morelia, 14 de agosto de 1992, p. 21-B.
20La Voz de Michoacán, Morelia, 23 de noviembre de 1991, p. 12-A.
21 La Voz de Michoacán, Morelia, 4 de septiembre de 1993, p. 24-A.
22Identidad Nicolaita, Suplemento de la Universidad Michoacana, Año 1, No. 11, La Voz de Michoacán, Morelia, 9 de marzo de 1992, p. 10-17; La Voz de Michoacán, Morelia 12 de marzo de 1992, p. 12-A.

23La Voz de Michoacán, Morelia, 25 de marzo de 1993, pp. 14-A y 36-A.
24La Voz de Michoacán, Morelia, 22 de septiembre de 1993, pp, 14-A y 36-A.
25La Voz de Michoacán, Morelia, 27 de agosto de 1994, pp. 1 y 25-A.

26 María de la Paz Hernández Aragón y Fernando Tavera Montiel, Centro Cultural Universitario. Historia de su construcción, Morelia, Universidad Michoacana -Centro Acero de Michoacán, S.A. de C. V., 2012, p. 7.
27 La Voz de Michoacán, Morelia, 4 de enero de 1992, p. 8-B.
28La Voz de Michoacán, Morelia, 22 de abril de 1992, pp. l-B, 8-B y 9-B; María de la Paz Hernández Aragón y Fernando Tavera Montiel, Centro Cultural Universitario..., pp. 26-34.
29 Información proporcionada por el contador Javier del Toro Valencia, quien en ese entonces ocupaba la tesorería de la Universidad Michoacana. 30La Voz de Michoacán, Morelia, 26 de septiembre de 1993, p. 2S-A.
31 La Voz de Michoacán, Morelia, S de diciembre de 1991, pp, 1-A Y 29-A.

32 La Voz de Michoacán, Morelia, 24 de diciembre de 1992, p. 1-B.
33 La Voz de Michoacán, Morelia, 17 de junio de 1992, p. l3-A.

34 La Voz de Michoacán, Morelia, 22 de septiembre de 1992, pp. 5-A y 25-A.
35 La Voz de Michoacán, Morelia, 20 de mayo de 1993, p. l1-A; 2S de mayo de 1993, p. 5-A.

36 La Voz de Michoacán, Morelia, 22 de mayo de 1993, p. 15-A.
37La Voz de Michoacán, Morelia, 3 de octubre de 1993, pp. 1 y 25-A.


38La Voz de Michoacán, Morelia, 10 de febrero de 1991, pp. 12-A Y 24-A.
39La Voz de Michoacán, Morelia, 19 de febrero de 1991, p. l l-A.
40La Voz de Michoacán, Morelia, 3 de abril de 1992, p. l3-A.
41 La Voz de Michoacán, Morelia, 5 de septiembre de 1991, p. l0-A; 7 de septiembre de 1991, p. l2-A.
42La Voz de Michoacán, Morelia, 9 de septiembre de 1991, p. l2-A.
43 La Voz de Michoacán, Morelia, 13 de septiembre de 1991, p. ll-A.
44 La Voz de Michoacán, Morelia, 15 de noviembre de 1991, p. l3-A; 6 de diciembre de 1992, p. S-A.
45La Voz de Michoacán, Morelia, 3 de marzo de 1994, pp. 1, 2-A y 34-A.
UNAS LÍNEAS FINALES