Texto universitario


 

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LOS RECTORES  

 

 

 

 

 

FERNANDO JUÁREZ ARANDA
1979 – 1983

Sergio García Ávila

Instituto de Investigaciones Históricas

 

VIDA FAMILIAR

 

Fernando Juárez Aranda nació en la ciudad de Morelia, el 8 de mayo de 1939. Su padre fue el licenciado Crescenciano Iuárez García, originario de la Puerta de Jaripitiro, municipio de Coeneo. Sus abuelos paternos fueron José Iuárez y Zenaida García. Su madre María De Jesús Aranda Romero, originaria de Puruándiro, hija de Salvador Aranda y María Romero. Muy joven, el señor Crescenciano Juárez viajó con su tío materno Raymundo García a los Estados Unidos, para trabajar y aprender un poco de inglés. A su regreso a Morelia lo acompañó su madre y hermano menor para estudiar la carrera de Leyes en la Universidad Michoacana. Su hermano José se inscribió en la Escuela Normal Urbana Federal.


La señora María de Jesús Aranda; quedó huérfana de padre muy joven, por lo que con sus tres hermanos y su mamá, emigraron a la ciudad de Morelia y posteriormente a la ciudad de México, fijaron su residencia definitiva en la capital de Michoacán. María de Jesús Aranda estudió la carrera que entonces denominaban de Comercio, y posteriormente Enfermería en la Universidad Michoacana, donde obtuvo el título correspondiente.


Fernando Juárez nació en el viejo barrio del Santo Niño, donde residía la familia. Posteriormente se trasladaron a la casa ubicada en Constituyentes, cerca de la pila La Mulata, donde vivieron ocho años; convivió con sus hermanas menores Ofelia y María Eugenia. El fallecimiento de Crescenciano Iuárez obligó a la familia de Fernando a cambiar nuevamente de casa, esta vez a la calle de Allende, en el barrio conocido como del Hospital. En la casa de su primera infancia se alojaba los fines de semana su tío Erasto, profesor de primaria, que durante cinco días a la semana impartía clases fuera de Morelia, ya su regreso los sábados y domingos, se dedicaba a enseñar a Fernando Iuárez, con buen provecho. Con el correr del tiempo su tío Erasto calificó aquellos años como los tiempos maravillosos de su discípulo; su abuela materna y su mamá, le dedicaron también el tiempo necesario para su formación educativa. Su amor por los libros y su formación cultural le viene desde entonces, lo que le ha permitido el dominio de diversas áreas del conocimiento. Al terminar sus estudios formales, en el año de 1967, contrajo matrimonio con Eustolia Torres Calderón, quien ha sido su apoyo invaluable de toda la vida. De esta unión nació Fernando Juárez Torres.


PREPARACIÓN ACADÉMICA


En la década de los cincuenta, los dos primeros años de su preparación básica los estudió en la Escuela Normal Urbana Federal de Morelia, una de las dos escuelas públicas visibles de la capital.1 Continuó sus estudios en la escuela "Mariano Michelena", donde obtuvo reconocimiento académico a su desempeño. En 1947, la familia sufrió la pérdida de su padre Crescenciano, quien falleció a la edad de 35 años, por lo que la situación familiar se complicó en todos los sentidos, puesto que no tenía ningún asidero que le permitiera fácilmente resolver la difícil situación. Su madre la señora María de Jesús Aranda, tuvo que trabajar para sostener a sus tres hijos menores de edad.


Cursó los estudios de bachillerato en el Colegio Primitivo de San Nicolás, en el período de 1956 a 1958. El programa del Colegio manejaba lo que era el bachillerato único, de tres años, en donde los dos primeros que eran de estudios generales y el tercero de tendencia hacia una única especialidad. Entre sus compañeros se encontraba Genovevo Figueroa Zamudio, Marco Antonio Aguilar Cortés y Jorge Mendoza Álvarez, por mencionar algunos. El ingreso a las aulas de San Nicolás de Hidalgo, significó una de las etapas más importantes de su existencia, no sólo en el aspecto académico, sino en su vida personal, pues allí tuvo ocasión de conocer y relacionarse con varios de sus profesores, quienes coadyuvaron en su formación. Entre sus profesores se encuentran: el poeta Ramón Martínez Ocaranza, los ingenieros Héctor Aragón y Luis Silva Ruelas; así como los licenciados Martín Tavira Urióstegui, Alfredo Gálvez Bravo, Jesús Bravo Vaquero, el profesor Edmundo Vallejo, y los conocidos profesores desde la Escuela Normal: Tomás Rico Cano, Enrique González Vázquez y el licenciado Alberto Lozano Vázquez, así como el abogado Ángel Baltazar Barajas y el médico Brígido Ayala García. Con varios de ellos estableció amistad. En algunos casos era tanto el aprecio que le tenían, que Don Ramón Martínez Ocaranza se expresaba de él como: Fernando el Bueno.


Al concluir el bachillerato ingresó a la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, donde estudió Leyes en el período 1959-1963. Durante su estancia en ese lugar, abrevó del conocimiento, opiniones y consejos de connotados profesionistas de las leyes, quienes fueron como sus mentores: Jesús Aguilar Ferreira, Guillermo Morales Osorio, Enrique Estrada Aceves, Jorge García López, Gonzalo Dorantes, Humberto Aguilar Cortés, Arturo Valenzuela, Gregorio Torres Fraga y Salvador Bolaños Guzmán, entre otros. A los 25 años de edad, el 14 de noviembre de 1964 obtuvo el grado de licenciado en Derecho, presentado a réplica el trabajo titulado: La Reforma Electoral. Los diputados del Partido.

 
Casi de manera paralela se matriculó en la Alianza Francesa de Morelia de 1964 a 1965. Algunos años más tarde se inscribió en la División de EstudiosSuperiores de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, para obtener su especialidad en Derecho Constitucional y Derecho Administrativo. A esto siguieron los estudios de Maestría y Doctorado en Derecho, que concluyó en 1973 en esa misma institución de educación superior.


VIDA LABORAL


En 1960, el regente del Colegio de San Nicolás, el maestro Octavio Ortiz Melgarejo, invitó a Fernando Juárez Aranda, para que colaborara con él en esa institución, como secretario de la misma; se desempeñó en el cargo hasta el cambio de administración general que tuvo la Universidad Michoacana. En ese mismo año, Ramón Martínez Ocaranza se ausentó de Morelia para viajar a la Unión Soviética para recibir atención médica. Por ese motivo el regente designó a Iuárez Aranda profesor de Historia de la Literatura Universal. Posteriormente se le nombró profesor de Economía Política e Historia de las Doctrinas Filosóficas. En esa misma década se convirtió en mentor y contribuyó a formar una generación de profesionistas destacados. Entre algunos de estos se puede mencionar a: Mauro Hernández Pacheco, quien fue Magistrado y Presidente del Supremo Tribunal de Justicia de Michoacán, el ingeniero Roberto Villa Lemus, el profesor Francisco Tejeda Ceballos y los ingenieros Octavio Aparicio y Eric Saldívar. Asimismo el médico Cuauhtémoc Olmedo Ortiz, quien fuera rector de la Universidad Michoacana. La opinión de sus alumnos lo califican como un profesor responsable, que acudía puntualmente a impartir su clase, atento en la preparación y actualización de la misma.



El rector Fernando Juárez Aranda entrega el nombramiento de Profesor Emérito al lng. Luis Silva Ruelas, 1980, (AFSB).


Era de los profesores que siempre pasaban lista de asistencia y preguntaba continuamente para ver el avance que se obtenía. Tenía la costumbre de que al abandonar el aula, se quedaba por largos espacios de tiempo intercambiando opiniones sobre los conocimientos impartidos o sobre alguna temática universitaria. Su experiencia como profesor lo ayudó a madurar como persona y profesionista.


Como secretario del Colegio de San Nicolás, Fernando Iuárez había dado muestra de su interés por las cuestiones ligadas a la cultura general. Se preocupó por la reconstrucción del Taller de Encuadernación, que se encontraba anexo a la Biblioteca Pública, establecimiento importante para la conservación principalmente de los fondos antiguos bibliográficos resguardados en aquel repositorio.2 En un tiempo relativamente corto se ganó el afecto y reconocimiento de la comunidad nicolaita como un profesor preparado y responsable.

El rector Fernando Juárez Aranda y el Dr. Santiago Cendejas Huerta, 1980, (AH-UM).


Siendo pasante de Leyes, el joven profesor solicitó de manera comedida la asignación de un nuevo grupo de Literatura Universal. Por respuesta no sólo se le atendió de manera favorable su petición sino que se le concedieron además las clases de Lógica y Ética. Unos meses después el rector Alberto Bremauntz, teniendo en cuenta "los altos méritos culturales y el espíritu de colaboración de Iuárez Aranda", lo invitó para formar parte de la Comisión Organizadora de los festejos del Bicentenario del Natalicio del Siervo de la Nación, y el cuarto Centenario del fallecimiento de Don Vasco de Quiroga.


Al obtener el título tuvo oportunidad de ser juez de primera instancia, sin embargo optó por probar suerte en la capital del país, donde ingresó a la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, que dependía de la Secretaría del Trabajo. Esta actividad fue determinante para muchas de las responsabilidades que, como funcionario universitario y público estatal viviría en años posteriores.

Las exigencias de estudiar, leer y dictar diariamente, fueron para él una escuela, no obstante la trascendencia de esta labor, para ese entonces el médico Genovevo Figueroa Zamudio, quien se desempeñaba como rector de la Universidad Michoacana, le extendió una invitación para incorporarse como funcionario de esta institución de enseñanza superior. El propósito del rector era que Fernando Juárez ocupara la secretaría general.

 

El gobernador Carlos Torres Manzo y el rector Fernando Juárez Aranda
en un recorrido por dependencias universitarias, (AH-UM),

 


En ese tiempo transcurría el periodo de Carlos Torres Manzo como gobernador de Michoacán, quien brindaría apoyo a la Universidad. A su llegada a la ciudad de Morelia, se desarrolló un conflicto en la Facultad de Filosofía, motivo por el cual el rector consideró que, dadas sus cualidades como conciliador en la Junta Federal, Fernando Juárez era la persona indicada para resolver esa problemática. Fue así como durante nueve meses del año referido, cumplió funciones de director en esa dependencia académica. Los resultados no pudieron ser mejores, se logró apaciguar los ánimos entre la comunidad de Filosofía.3 Reinició en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales como docente, por lo que luchó tantas veces, como una de sus vocaciones más auténticas y profundas, impartiendo Derecho Constitucional, Derecho Administrativo y Ciencia Política. Posteriormente para el 12 de abril de 1977 se le designó secretario general de la Universidad, sustituyó al licenciado Eugenio Aguilar Cortés; dicho cargo lo desempeñó hasta 1979, cuando concluyó la rectoría de Genovevo Figueroa Zamudio. A los pocos días de asumida la secretaría, le tocó enfrentar una difícil situación, cuando los moradores de la Casa Nicolaita se quisieron apropiar del edificio que actualmente ocupa la escuela preparatoria "Melchor acampo".


Al hacer uso de sus dotes como negociador y en su calidad de secretario general, propició que los jóvenes estudiantes desistieran de su empeñó. Cabe aclarar que ese edificio acaba de ser desalojado por la Escuela de Contaduría, que funcionó en ese espacio físico durante mucho tiempo. Más tarde se estableció allí otra escuela del bachillerato, que fue la mencionada anteriormente, también conocida como la Prepa 5. Por su parte el doctor Guillermo Soberón Acevedo, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, apoyó a la Universidad Michoacana en forma notable, haciendo realidad el epíteto que lleva de ser nacional.

RECTOR DE LA UNIVERSIDAD

Debido a las capacidades demostradas en la secretaría general, donde recae una gran responsabilidad en la conducción de los destinos de la Universidad, la Junta de Gobierno, el 3 de marzo de 1979 lo eligió como rector interino, cargo que luego se le concedió de manera definitiva y que desempeñó hasta el mes de marzo de 1983, al concluir el cuatrienio señalado en la Ley Orgánica.

Teniendo en consideración que la función sustantiva de la Universidad era la de impartir la enseñanza del nivel medio superior y profesional, transmitiendo el saber científico y humanista, formar profesionistas aptos para resolver los problemas propios de su área, así como de la sociedad en su conjunto, uno de sus principales logros fue el incremento de la matrícula estudiantil, que de 33,760 alumnos correspondientes a la gestión anterior, pasaron a poco más de 43,131 durante su administración, es decir que el ingreso creció en alrededor del 25%. Con ello, más jóvenes, no sólo del estado de Michoacán, sino de otras partes de la República, se vieron beneficiados con estudios de bachillerato y licenciatura. Es importante destacar, que ya desde entonces, en sus informes, el licenciado Fernando Iuárez Aranda, llamaba la atención, respecto a que la población estudiantil, para poder ser bien atendida, no debería exceder de los 50,000 alumnos.4 Ponía énfasis en que la institución debería crecer de manera armónica, ordenada y adecuada. De tal forma que se ofreciera a los muchachos una educación de gran nivel académico, a los empleados administrativos, condiciones convenientes de trabajo, y a los académicos los elementos necesarios para el cabal cumplimiento de la enseñanza.


En el aspecto cultural sobresale la implernentación de los "Jueves Universitarios", llevados a cabo cada semana en el teatro José Rubén Romero y en donde se ofrecía a todo el público exhibiciones de teatro, cine o la intervención de algún grupo musical. Así la Universidad cumplía con la sociedad moreliana, al presentar espectáculos de calidad para toda la población. El rector Iuárez puso especial cuidado en la Editorial Universitaria, para que funcionara como el brazo ejecutor de todo lo relativo a la propaganda, difusión e información de lo acontecido en la Casa de Hidalgo. Vale la pena recordar que todas las actividades llevadas a cabo en la Universidad eran conocidas a través del periódico El Universitario. La Editorial Universitaria por su parte, funcionaba al máximo imprimiendo carteles, el periódico, apuntes de estudios que los profesores llevaban en los distintos cursos de bachillerato y licenciatura, prácticas de laboratorios, los kardex de los alumnos y hasta las listas de asistencia, ya que en ese tiempo aún no se capturaban de manera electrónica, pues lo común era el empleo de la máquinas de escribir mecánicas. Es menester reconocer el establecimiento del Centro de Estudios Sobre la Cultura Nicolaita en el año de 1980, dependencia mediante la cual se pretendió fortalecer la cultura y el espíritu nicolaita, a través de la organización de diferentes eventos: seminarios locales, nacionales e internacionales, conferencias, coloquios, cursos, y sobre todo la publicación de investigaciones relativas a la Universidad y su comunidad.
 


Reunión de trabajo en Planeación Universitaria, (AH-IIH).


El rector Fernando Juárez Aranda preside una reunión de trabajo, (AH-IIH).

 

Bajo la batuta del doctor Juan Hernández Luna aparecieron a la luz pública las Obras Completas de José Torres Orozco.


En la colección de la Biblioteca de Nicolaitas Notables se llegaron a ofrecer alrededor de veinte títulos más, entre los cuales se pueden mencionar los siguientes: Enrique Arreguín Oviedo. Historia del Monumento a Don José María Morelos y Pavón; Manuel Bernal R. G. Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Datos históricos de su fundación; Ramón Martínez Ocaranza. Autobiografía; Jesús Díaz Barriga. Su pensamiento sobre la Educación Socialista y la Nutrición Popular; Juan Hernández Luna. Imágenes Históricas de Hidalgo; Pascual Ortiz Rubio. Memorias; la muy consultada obra clásica de Pablo G. Macías Guillén. Luces y Sombras. Testimonios Nicolaitas; Apolinar Martínez Mújica. Isaac Arriaga, Revolucionario Nicolaita; y Enrique Arreguín Vélez. Páginas Autobiográficas.5 De singular trascendencia fue la obra coordinada por la maestra Esperanza Ramírez Romero, Construcciones artísticas, civiles y religiosas de Morelia, que recibió el apoyo de la Universidad Nacional Autónoma de México, así como el libro del doctor Raúl Arreola Cortés, sobre La Universidad Michoacana.


No obstante que solamente existían dos institutos, se procuró apoyar y darle un nuevo impulso a la investigación, para ello se firmaron diferentes convenios con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACy'T), la Subdirección Científica de la Secretaría de Educación Pública, la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Enseñanza Superior, así como la Organización de Estados Americanos. No menos importante fue el apoyo proveniente de los recursos propios. Durante el ejercicio de 1979 se destinaron a la investigación científica $29,173,781.00, al ser una de las cifras más altas destinadas a ese rubro, en toda la historia de la Universidad Michoacana. Con la finalidad de tener una relación y coordinación permanente con el CONACy'T, la SEP y otras instituciones de educación superior, se estableció el Departamento de Vinculación y Desarrollo. Entre otras cuestiones esa dependencia tuvo a su cargo lo relativo a un programa de apoyo para la formación de los profesores de la Universidad.


Teniendo en consideración que sin las bibliotecas las instituciones de enseñanza están condenadas al fracaso o al estancamiento, también fue preocupación y ocupación del rector, fortalecer los repositorios internos de libros y en general todo el sistema bibliotecario de la Universidad. Entre otras acciones llevadas a cabo, se integraron las bibliotecas del Área de la Salud, del Área de Ciencias, Ingeniería y Humanidades y la de la Escuela Preparatoria "Melchor Ocampo". De los 81,000 volúmenes existentes en 1979, se incrementaron a 106,000 al año siguiente. Asimismo se concedieron todas las facilidades al personal de bibliotecas para concurrir a los cursos especializados que se impartieron en la Universidad Nacional Autónoma de México. En virtud de que la Universidad contaba con un gran número de libros antiguos, heredados de colecciones religiosas y civiles, se estableció un Laboratorio de Conservación y Restauración de Libros y Documentos, ubicado en el edificio de los Laboratorios Central, en la calle Álvaro Obregón No. 85. De igual forma fue inaugurado un Taller de Encuadernación, localizado en el edificio de la Biblioteca Central.


Respecto a la eficiencia administrativa, en el año de 1980 se creó la Contraloría y la Dirección de Auditoria Interna, que tuvieron como función vigilar de mejor manera la administración de los recursos financieros, así como supervisar la buena marcha de las direcciones y departamentos administrativos. Internamente en la tesorería, comenzaron a funcionar las direcciones de Administración Financiera y la de Programación y Presupuesto. La primera comprendió los departamentos de Prestaciones al Personal, Nóminas y Caja General; mientras que la segunda abarcó los departamentos de Presupuesto, Glosa, Ejercicio Presupuestal, Convenios y Subsidios. Sobre este renglón de las finanzas, hay infor- mación de que al ejercicio presupuestal de 1979 correspondió la suma de $360,761,656.00, yal año siguiente se incrementó a $496,078,761.00.6


Así como se cuidó el fomento de las actividades académicas y culturales, y el ejercicio transparente de los recursos monetarios, también se puso atención en las labores deportivas. Se integraron comités deportivos en cada una de las dependencias, para coordinar los principales torneos y competencias deportivas.


Particularmente en el año de 1981, la Universidad participó en el Torneo Centroamericano de Atletismo, celebrado en Santo Domingo y República Dominicana; en la Universiada desarrollada en Bucarest, Rumania, y en el torneo internacional de Basquetbol, que tuvo lugar en Argentina. Ya casi para finalizar su administración se logró la gestión de $24,000,000.00 para empezar a construir el gimnasio de que actualmente podemos presumir los nicolaitas en Ciudad Universitaria. De igual manera se destinaron $2,000,000.00 para levantar las canchas de basquetbol en ese mismo complejo universitario. Mediante todas estas acciones se logró incrementar en más de un 100% los recursos destinados al Departamento de Educación Física, demostrándose así, que Ciencia, Cultura y Deporte, es la mejor inversión para la juventud.
Al doctor Iuárez Aranda le correspondió dar continuidad al proyecto de construcción de Ciudad Universitaria, razón por la cual durante su gestión se dio un impulso sin igual a las obras materiales. Varios de los edificios con arquería, que le dan un toque distintivo a esa área, se levantaron en esos años. El edificio "T", donde se instalaron 12 aulas y 2 departamentos. Se inició la construcción del edificio "P" con la finalidad de que allí funcionaran 4 aulas, 4 talleres para dibujo y 2 departamentos académicos. Levantamiento del edificio "W", con 17 aulas para 60 alumnos cada una, 4 talleres de dibujo, 2 aulas para idiomas, 4 aulas para 90 alumnos cada una y una sala audiovisual. Edificio "Q" para albergar a la Comisión de Planeación Universitaria y a la Coordinación de Investigación Científica. Se realizó la obra exterior consistentes en los jardines, accesos y su estacionamiento vehicular. Fueron remodelados los laboratorios de Electrónica, Dinámica, Térmica y Materiales de la División de Ingeniería. Se inició la construcción de la segunda etapa del Instituto de

 

Investigaciones Metalúrgicas, así como la primera parte del correspondiente al Instituto de Investigaciones Químico Biológicas, donde funcionarían 6 laboratorios. En la zona de las Ciencias de la Salud, situada en los alrededores del Bosque Cuauhtémoc, se levantó un edifi- cio con 8 aulas y 2 salas audiovisuales, para la Facultad de Medicina y Ciencias Médicas "Dr. Ignacio Chávez".7 En la Escuela de Enfermería se amplió la dirección, se dispuso una sala de juntas y 9 cubículos para profesores. Muy cerca de allí, en la Facultad de Derecho se hizo una espacio para aulas y la implementación de seminarios. En la escuela de Químico Farmacobiología se edificó el laboratorio de Análisis Clínico de Servicio Social y una sala de lectura. Laboratorios los hubo también en la quinta etapa de la Posta Zootecnia. Los beneficios llegaron hasta Uruapan con la construcción del Centro de Información en la Escuela de Agrobiología. Dentro de la obra material también se destaca la construcción de la Escuela Preparatoria "Isaac Arriaga", que surgió dentro del programa de preparatoria periféricas, y que estaba llamada a ser una escuela modelo. De la misma forma, iniciaron las labores del levantamiento del ac- tual edificio de rectoría, el cual fue inaugurado y ocupado por el siguiente rector.


No obstante los avances logrados en muchos aspectos, las autoridades centrales de rectoría, con una visión futurista empezaron a elaborar planes para seguir con el crecimiento y consolidación de los estudios superiores, siempre cuidando de que éstos correspondieran a las necesidades que demandaba la sociedad michoacana y mexicana en su conjunto. Considerando que Michoacán era un estado eminentemente agrícola, se pensó en establecer las carreras de ingeniería en: irrigación, ecología, conservación de alimentos, agro industrial, así como la de administración y comercio agropecuario.


El rector Fernando Juárez Aranda preside un acto de aniversario, (AH-UM)

Debido a que también era factible la promoción y aprovechamiento de los bellos recursos natu- rales de la entidad, se creyó conveniente formar personal que impulsara el desarrollo turístico y hotelero, para ello se creía necesario ampliar esta oferta educativa al municipio de Zamora, en cuya capital residiría la sede de esta escuela. Otro gran polo de desarrollo era Lázaro Cárdenas, para lo cual se pensaba en la conveniencia de implementar allí las carreras de ingeniería: pesquera, portuaria, de transportes y abastos, así como las de administración portuaria y pesquera, la de técnico en refrigeración e ingeniero metalúrgico.


En 1981 se celebró en la Universidad Michoacana, el Congreso Nacional de anuies, contando con la presencia del presidente licenciado José López Portillo, de varios secretarios de estado, y desde luego con la de todos los rectores de universidades públicas y directores de institutos tecnológicos del país. La planeación universitaria creció extraordinariamente; tuvo un desarrollo importante de grandes consecuencias para la Universidad y una influencia positiva para la región de occidente. Así lo informaron diversos documentos de carácter nacional.

En este periodo rectoral, se negociaron los primeros contratos colectivos de trabajo, con el Sindicato de profesores de la Universidad Michoacana y con el Sindicato Único de Empleados de la misma; que han contribuido para la regulación de las relaciones laborales en la institución, con sus trabajadores.


En 1981 y 1982, el Consejo Universitario aprobó la iniciativa del rector Iuárez Aranda, sobre el Manual de Organización y el Manual de Procedimientos de la Universidad Michoacana; que fueron también aprobados en los artículos transitorios de la Ley Orgánica de 1986. Se crearon la Secretaría Académica, la Administrativa y la de Difusión Cultural y Extensión Universitaria. De igual forma se integró la dirección de Asuntos Estudiantiles y se dotó a todos los departamentos, direcciones y jefaturas, de los elementos orgánicos y de funcionamiento para el cabal cumplimiento de sus atribuciones.

 

OTRAS ACTIVIDADES


En su época de estudiante escribió y publicó varios artículos en el periódico Vida Nicolaita, sobre temas relativos a la Reforma Electoral, con Miguel Hidalgo, el marxismo, Mao Tse Tung, etc. De manera independiente dio a conocer otros ensayos: "Honorato de Balzac", "Acerca de la Teoría de la Enajenación", "La Democracia", "La Perfección" y otros más.


Tres años después de haber concluido su administración, participó en la reforma a la Ley Orgánica de la Universidad, que sería sancionada en 1986. En ese momento, algunos sectores universitarios cuestionaron mucho la presencia de la Junta de Gobierno, que era el órgano encargado de elegir al rector. Fue por ese motivo que se sustituyó por la Comisión de Rectoría, donde ya hubo mayor apertura, pues estuvo conformada por ex rectores, profesores y alumnos.


En 1987, el gobernador Luis Martínez Villicaña lo propuso como magistrado para ocupar la Tercera Sala Civil del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Michoacán, y durante el período 1991-1996 fungió como su presidente.8 Particularmente me interesa decir que el maestro Fernando Iuárez, fue quien hizo posible la conformación del Archivo Histórico del Poder Judicial del Estado de Michoacán, al generar un espacio propio y plazas de trabajo para los historiadores que llevaron a cabo tan loable actividad. Asimismo fomentó la investigación histórico-jurídica, respaldando la publicación de varios libros relacionados con esa temática. Actualmente el Archivo Histórico del Poder Judicial, es uno de los mejor organizados en el ámbito nacional.


Siendo un hombre dedicado a las leyes, las letras y la academia, a lo largo de su trayectoria ha recibido distintos reconocimientos. Entre otros podemos mencionar los siguientes: meda- lla de honor otorgada por la Alianza Francesa en 1964; segundo lugar con diploma y medalla de plata en el concurso celebrado por el gobierno del Estado de Michoacán, en el aniversario del fallecimiento de don Vasco de Quiroga, con el trabajo titulado: "Vasco de Quiroga Frente a la Encomienda", en 1970; diploma de estudios superiores otorgado por la Facultad de Derecho de la Universidad Michoacana en 1972; Miembro de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística en 1973; diploma de superación académica otorgado por la Facultad de Administración de la Universidad Michoacana en 1979; diploma como maestro fundador del posgrado de la Facultad de Derecho de la Universidad Michoacana en 1990. En cuanto a sus publicaciones podemos mencionar: Apuntes de Literatura Universal, en 1967; La Autodeterminación y la No Intervención en el Derecho Internacional, en 1965. Vasco de Quiroga Frente a la Encomienda, en 1970; así como diversos ensayos y discursos. Ha realizado diferentes conferencias sustentadas en la Universidad Michoacana y en varias universidades de la capital de la República; asimismo ha concretado viajes en calidad de investigador por dieciocho países de Europa y Asia. El 14 de enero de 1970 ingresó a la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística.


Fernando Juárez Aranda ha servido a la Universidad Michoacana, en diferentes comisiones y encargos. El más duradero ha sido en la Comisión de Rectoría de la propia institución, cuyo desarrollo ha sido materia de su especial atención, en virtud de que se considera que este órgano le ha otorgado a la Casa de Hidalgo estabilidad y el mejor funcionamiento para su actividad académica.


Juárez Aranda es un nicolaita de corazón, que reconoce lo mucho que le debe a la Universidad, gracias a la cual se formó como persona útil y culta, la considera como una segunda madre, a la que le debe todo su aprecio y gratitud permanente.

 

 

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1 Entrevista al Dr. Fernando Juárez Aranda. 4 de abril de 2017.

2 AHUM, Fondo: Secretaría Administrativa, Sección: Personal Universitario, Serie: Docentes y Administrativos, Caja 66, Exp. 1334.10 de diciembre de 1962.

3 Entrevista al Dr. Fernando Iuárez Aranda. 4 de abril de 2017.

4 Informe Rectoría 1979-1982. Lic. Fernando Juárez Aranda, Morelia, Universidad Michoacana, Impresos y Papeles de Michoacán, 1982, pp. 5 - 6.
5 Informe Rectoría 1979-1982..., pp. 16 - 17.
6 Informe Rectoría 1979-1982..., p. 44.

7 Raúl Arreola Cortés, Historia de la Universidad Michoacana. Morelia, Universidad Michoacana, 1984, p. 231.

8 Sergio García Ávila, Iconografía del Supremo Tribunal de Justicia. Morelia, ABZ editores, 1992, p. 98.