Texto universitario


 

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LOS RECTORES  

GENOVEVO FIGUEROA ZAMUDIO
1976-1979

José Napoleón Guzmán Ávila
Instituto de Investigaciones Históricas
DIRIGENTE ESTUDIANTIL Y RECTOR DE LA UNIVERSIDAD MICHOACANA


Genoveo Figueroa Zamudio nunca ha olvidado el día en que, acompañado por uno de sus hermanos, dejó Cuitzeo y encaminó sus pasos a Morelia, a estudiar la secundaria. Tampoco que Eleuterio Figueroa Ortiz, su padre, un hombre respetado que había ocupado el cargo de presidente municipal, los acompañó a su destino; atrás quedaban el vetusto convento, el templo de Santa María Magdalena y el lago y sus atardeceres. Ese momento trascendental "se inició aquel día cuando (su mamá) llena de esperanzas preparó las maletas de... Genovevo y Jaime para que de la mano de... (su) padre marcharan a inscribirse a la escuela secundaria".1


El joven inició sus estudios en San José, en el edificio que actualmente da cobijo a la Escuela Preparatoria Pascual Ortiz Rubio, después ingresó al Colegio de San Nicolás, y al concluir su bachillerato, a la Facultad de Medicina. Diez años de vida universitaria, donde también tuvo oportunidad de participar en el Consejo y la Sociedad de Alumnos de la dependencia universitaria formadora de médicos. Luego fue parte del Consejo Universitario y asumió la presidencia de la Federación de Estudiantes de la Universidad Michoacana (FEUM), entre 1962 y 1963.


 

El rector Genovevo Figueroa Zamudio, dirige un mensaje a los universitarios, (AH-UM).

Formó parte de la generación que vio nacer la Ley Orgánica de 1961, misma que establecía que el Consejo Universitario era la máxima autoridad de la Universidad Michoacana. Esta normativa fue en la que descansó la administración progresista del rector Elí de Gortari. Ante el conflicto suscitado en contra de la autoridad universitaria por parte de ciertos sectores vinculados a las áreas de Medicina, Derecho e Ingenierías, Figueroa Zamudio, como muchos otros estudiantes y profesores agrupados en la feum, el Consejo Estudiantil Nicolaita (CEN) y la Federación de Profesores, suscribió el acuerdo tomado en una reunión realizada en el Colegio de San Nicolás de Hidalgo de "apoyar al rector, continuar las clases, solicitar una asamblea inmediata del Consejo Universitario, y pedir que la Comisión de Honor y Justicia de ese órgano analizara las imputaciones al rector...".2

Las agresiones y vejaciones a De Gortari, la intervención del gobierno del Estado a cargo del licenciado Agustín Arriaga Rivera, la renuncia del rector, la modificación a la Ley Orgánica y la aparición de la Junta de Gobierno y los actos represivos de que fue objeto la comunidad universitaria, fueron acontecimientos que le tocaron vivir al dirigente estudiantil. 3


Esta etapa es recordada por el ahora ex rector nicolaita. "En ese entonces, la comunidad universitaria luchó por un proyecto académico, científico y cultural que pudo institucionalizarse cuando se aprobó la ley Orgánica de 1961.


Los nicolaitas de aquellos tiempos pretendíamos llevar a la Universidad Michoacana a una etapa más elevada de desarrollo académico, en la que jugaron un rol fundamental la investigación científica y la difusión de la cultura.


Los universitarios habían logrado un alto nivel de conciencia universitaria y estos anhelos de superación estuvieron debidamente representados por los líderes estudiantiles y magisteriales en el Consejo Universitario, en los Consejos de las Facultades y Escuelas, y en las Federaciones de Estudiantes y Maestros; recordemos que para esos años todavía no se formaban los sindicatos. Me tocó en suerte participar en esos movimientos universitarios que tendían a la superación académica y a la reforma de nuestra Institución, sigo pensando que el Proyecto de Universidad Moderna, como se le ha dado en llamar, se inició al aprobarse la Ley Orgánica... El documento institucionalizó la profesionalización de la planta docente y creó el Consejo de la Investigación Científica".4


La situación que privaba en la Universidad Michoacana era delicada. En un corto tiempo ocurrieron sucesos que trastocaron el ambiente universitario: el cierre de la Facultad de Altos Estudios Melchor Ocampo y la expulsión de distinguidos académicos, acusados de alentar o estar de acuerdo con las movilizaciones de protesta y la persecución en contra de aquellos que simpatizaban con Elí de Gortari.


Supervisión de dependencias de la Ciudad Universitaria, (AF-IIH).


Obligado por las circunstancias, Genovevo Figueroa emigró a la Ciudad de México, aunque siempre se mantuvo al tanto de lo que ocurría en Morelia. En la capital de la República hizo estudios de posgrado en Oftalmología en el Centro Médico Nacional del Instituto Mexicano del Seguro Social y regresó a Morelia en 1970, dedicándose al ejercicio profesional y a impartir en la Facultad de Medicina la materia de su especialización.

Ante la renuncia de Luis Pita Cornejo a la rectoría, la Junta de Gobierno resolvió que Figueroa Zamudio ocupara el cargo de manera interina, el 17 de enero de 1976.


En el acto de investidura, al que concurrió Samuel Chávez Fraga en representación del órgano colegiado y el rector saliente, el médico de 35 años abrió su intervención con una afirmación que sorprendió a los asistentes: "es una universidad sin problemas: donde no hay un problema importante". Ofreció buscar la unidad de los directores de escuelas y facultades, "y estimular a los estudiantes para que sean los promotores de superación de nuestra Casa de Estudios".

De igual manera, reprobó cualquier "interés extrauniversitario" y se dijo comprometido con el exhorto del presidente Luis Echeverría de impulsar planes de estudio avanzados y vinculados al campo mexicano. La alocución de cuatro minutos y medio, concluyó con una invitación al estudio y al trabajo. 5


Unos meses bastaron para que la autoridad universitaria se diera cuenta de que sí había problemas y no podían minimizarse, uno de ellos, el más importante, fue el proceso de selección e ingreso a la Universidad Michoacana que tropezó con la marcada oposición de estudiantes -muchos de ellos foráneos- que reclamaban un lugar en las aulas universitarias, particularmente en el área de la salud.


La difícil situación que enfrentó el rector interino y el modo como condujo las negociaciones, apoyado por el gobierno estatal, convenció a la Junta de Gobierno de que era la persona idónea para conducir los intereses universitarios de forma definitiva. El nombramiento fue dado a conocer por Humberto Urquiza Marín, titular de Difusión Cultural e Intercambio Universitario: "En sesión celebrada el día de hoy, la Junta de Gobierno de la Universidad resolvió, por unanimidad... nombrar Rector Definitivo al C. Dr. Genovevo Figueroa Zamudio, quien venía fungiendo como Rector Interino, por un período de cuatro años, a partir de esta fecha. Al tomar el acuerdo anterior, la Junta tuvo en cuenta las opiniones de la Comunidad Universitaria que le expresaron por escrito, durante el lapso de auscultación, iniciado el pasado 21 de octubre...".6

LAS PRIMERAS DEMANDAS UNIVERSITARIAS Y LAS CAUSAS SOCIALES


Tal como había ocurrido con quien lo antecediera en el cargo, la primera demanda planteada al nuevo rector fue la elaboración de una Ley Orgánica que eliminara la figura de la Junta de Gobierno.


El Anteproyecto de las Reformas y Adiciones a la Ley Orgánica, desarrollado durante la administración de Luis Pita Cornejo, había quedado en suspenso y no se sabía a ciencia cierta el estado en que se encontraba el proceso. Además, un grupo de directores de la División de Ingenierías, liderado por Bismack Rodríguez García, se hallaba molesto con la Junta de Gobierno y había mostrado su inconformidad en los periódicos locales. Esta situación obligó a Genovevo Figueroa a convocar a una sesión de Consejo Universitario para el 23 de enero de 1976.


El conflicto tenía su origen en la negativa para autorizar partidas presupuestales a las escuelas pertenecientes a esta área: "el problema se suscitó aproximadamente el mes de agosto del año pasado en que la Junta de Gobierno se tomó indebidas atribuciones; que desde aquella ocasión, las direcciones de las escuelas presentaron ante Rectoría sus presupuestos de necesidades y que sistemáticamente la Junta de Gobierno ha venido obstaculizando la aceptación de las partidas que se presentaron... por lo que se refiere a la creación de plazas de carrera, aun cuando se trata de profesores que tienen el tiempo necesario y los derechos para ser ascendidos; que... (los directores) tienen que dar toda clase de información a la Junta de Gobierno, respecto de las plazas propuestas, a quién se le iba a otorgar, qué situación guardaba la persona que la iba a ejercer... que ellos creyeron... que esos datos no eran de la incumbencia de la Junta de Gobierno ...".7

El malestar de los directores se acrecentó debido a la asignación anómala en que habían incurrido los integrantes del órgano colegiado, al otorgarse sueldo y aguinaldo. Este hecho provocó que los responsables de las dependencias mencionadas se inconformaran y solicitaran, en reiteradas ocasiones, una explicación a la Junta de Gobierno. Posteriormente, en la sesión exigieron que el Consejo Universitario emitiera un voto de censura en contra del organismo señalado. No lo hubo, sólo se integró una comisión para emitir el dictamen correspondiente.

El mismo criterio se utilizó cuando se abordó el tema relativo a las Reformas y Adiciones a la Ley Orgánica: crear una comisión que analizara el procedimiento a seguir para elaborar el anteproyecto, tomando en consideración el texto aprobado en la anterior administración. Los encargados de esta tarea, nombrados por el pleno del Consejo Universitario, fueron: Genovevo Figueroa Zamudio; Roberto González Delius, director de la Escuela Preparatoria Lic. Eduardo Ruiz; Bismack Rodríguez García, director de la Escuela de Ingeniería Química; José Antonio Rivera Navarrete; Francisco Aburto Sarabia, representante de Biología y José Juárez Ceja, secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Michoacana. Al final de la sesión, Jesús Escalera Romero, consejero de la Escuela Popular de Bellas Artes, propuso y fue aprobado: "dar al C. Rector de esta Casa de Estudios un voto de confianza con el fin de que permanezca en la Rectoría el tiempo necesario para propiciar la formulación de un anteproyecto de reforma a la Ley Orgánica de la Universidad". Esta decisión fue dada a conocer a Samuel Chávez Fraga, presidente de la Junta de Gobierno, unos días después. En los hechos, este pronunciamiento anticipaba que Figueroa Zamudio se convertiría, llegado el momento, en rector definitivo.8

Al margen de los problemas estrictamente universitarios, a la administración le tocó lidiar con las acciones emprendidas por estudiantes que se solidarizaron con movimientos huelguísticos o conflictos laborales, como los de las empresas Cepamisa o Química Michoacana,9 momentos álgidos se vivieron en Morelia al incrementarse las tarifas del transporte público, en junio de 1977. Los estudiantes hicieron un frente con diversos sectores sociales, desaprobaron la medida y se movilizaron contra los transportistas. El "secuestro" de trece camiones y ocho "combis" fue el inicio de un movimiento que desquició el centro histórico de la ciudad y en el cual también se inmiscuyeron alumnos del Instituto Tecnológico de Morelia.


Establecida una mesa de negociación, se llegó a una serie de acuerdos, pero un enfrentamiento entre estudiantes y transportistas dejó como saldo tres integrantes de la comunidad estudiantil heridos de bala, radicalizándose el movimiento.


La suspensión del servicio público y la quema de un automotor por parte de los estudiantes, complicó la negociación. Después de varios meses, en enero de 1978, los transportistas accedieron a renovar parte de su flota de camiones, en el entendido de que se les permitiría incrementar la tarifa.

El rector Genovevo Figueroa Zamudio y el ex-rector Alberto Bremauntz recorren un pasillo del Colegio de San Nicolás. (AH-UM).

La respuesta de los estudiantes fue apoderarse de dos de las nuevas unidades y bajo la amenaza de que serían quemadas. "Durante tres días se negoció llegando al acuerdo de que se mantuvieran los precios de un peso y cincuenta centavos por combi y camión, además de 50% de descuento a los estudiantes con credencial".10 Esta escena se repetiría infinidad de veces en los años venideros.

La solución contrarió a la iniciativa privada y en abril de 1978 inició una campaña periodística contra las Casas del Estudiante -Nicolaita, Camilo Torres e Isaac Arriaga-. ¡Ya basta!, exigía el autodenominado Frente Morel iano de Defensa Popular, haciéndose eco de la molestia expresada por transportistas y comerciantes del centro histórico, principalmente por los acontecimientos ya descritos. Pero también, como lo explica un especialista en la materia, aprovechaban la determinación tomada en la Ciudad de México de cerrar los albergues estudiantiles sostenidos por varias entidades federativas.11

En todo caso, el movimiento fue visto por lo menos de dos maneras: algunos universitarios, como los integrantes del comité directivo del Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad Michoacana, respaldaron a las Casas del Estudiante, las calificaron de necesarias y minimizaron los hechos, en tanto que otros -el Consejo Estudiantil Nicolaita (CEN), por citar un caso- reprobaron las actitudes vandálicas de los moradores y no dudaron en calificarlos de porros y drogadictos, además de acusarlos de sacar provecho económico y negociar con las autoridades gubernamentales y universitarias.

El conflicto suscitado entre las Casas del Estudiante y el CEN, afectó al rector, acusándosele de querer intervenir en la vida interna del Colegio de San Nicolás. Figueroa Zamudio se vio obligado a declarar: "En Michoacán no hay ninguna acción encaminada a desalojar las Casas del Estudiante ocupadas por universitarios".12 Aprovechó para informar que estaba en marcha una reestructuración de esos espacios y un reglamento "que normara su funcionamiento".

Reconocía, asimismo, la función social que éstas cumplían en favor de la clase humilde y necesitada.

Salvado este problema, los estudiantes plantearon otra demanda: el reconocimiento de la Preparatoria Popular Vladimir Ilich Lenin, en junio de 1978. El rector se negó a hacerlo y ello motivó la toma de la rectoría, finalmente y gracias a la actitud firme de la autoridad universitaria, el movimiento perdió fuerza y las instalaciones fueron entregadas, "la autoridad dejó claro que en la entrega del edificio no había ningún compromiso para resolver de manera favorable la petición planteada y que dicha solicitud sería analizada por el Consejo Universitario".13

Manifestación estudiantil frente al Colegio de San Nicolás, (AH-UM).

EL CRECIMIENTO DESBORDADO DE LA MATRÍCULA

Como resultado de la nueva política educativa impulsada por el presidente Luis Echeverría Álvarez (1970-1976), la mayoría de las instituciones de educación superior (lES) tuvo un crecimiento acelerado de la matrícula, proceso que ha dado en llamarse la masificación de la educación. Si bien es cierto que este hecho comenzó a darse durante la administración de Melchor Díaz Rubio (1970-1974), fue su sucesor, Luis Pita Cornejo (1974-1976), quien pidió la intervención de los gobiernos federal y estatal para atender un tema que tendía a convertirse en una severa problemática, dada la escasez de recursos económicos y humanos, y en infraestructura.

La renuncia de Pita Cornejo fue acompañada de manifestaciones estudiantiles que exigían, entre otras demandas, ingreso a la Universidad Michoacana, en especial a la Facultad de Ciencias Médicas y Biológicas Dr. Ignacio Chávez. Buena parte de los aspirantes provenían de los Estados de Sonora, Sinaloa y Guanajuato; argumentaban que en sus lugares de origen no existían condiciones para llevar a cabo estudios en el área de Medicina. Arropados por dirigentes estudiantiles y profesores que reclamaban una política de puertas abiertas que favoreciera a las clases des protegidas de la sociedad, los estudiantes venidos de esas entidades federativas crecieron en número y en presencia política.

Como suele suceder, en cuanto se dio a conocer la convocatoria de ingreso, hubo movilizaciones que reivindicaban el derecho constitucional a la educación pública. Consciente de las dificultades que enfrentaba el plantel en el cual había realizado sus estudios profesionales, el rector declaró que era necesario dar prioridad a los michoacanos, pues éstos se habían visto desplazados por los foráneos.

El fenómeno no era privativo de una facultad en lo particular. Según lo expresado por Figueroa Zamudio, en algunas dependencias universitarias 30 o 50% de la población no era originaria del Estado. La problemática había llegado al grado de que los maestros dedicaban hasta treinta minutos en pasar lista, muestra inequívoca de la sobre población escolar.

Ante esta circunstancia, la autoridad recurrió al Consejo Universitario y éste aprobó una serie de medidas, mismas que fueron dadas a conocer al gobernador del Estado: privilegiar el acceso de los michoacanos, siempre y cuando éstos demostraran tener vocación; no autorizar ningún trámite a estudiantes irregulares o con asuntos pendientes en el bachillerato; negar el ingreso a estudiantes de Estados "en los que existan escuelas, cuyos estudios pretendan llevar a cabo en la Universidad Michoacana, especialmente por lo que corresponde a la Facultad de Medicina", esta disposición obedecía a que en entidades como Guanajuato la matrícula en esa área era reducida -en León, Guanajuato, se aceptaban 75 alumnos, mientras en la Casa de Hidalgo la cifra era de 750.

La única posibilidad de autorizar una inscripción en este último caso, era que el aspirante acreditara la necesidad de su familia de radicar en Michoacán, por razones de trabajo. En palabras del rector, "no es que queramos cerrar las puertas a los estudiantes foráneos, sino esencialmente planear y tomar una mayor conciencia de la limitación y capacidad de la Universidad para educar y formar a los futuros profesionistas".14

Independientemente de estas consideraciones, el rector solicitó al gobernador Carlos Torres Manzo hacer el planteamiento a la Federación de impulsar la descentralización educativa y tecnológica en el país, con objeto de que todas las entidades se vieran favorecidas con la creación de instituciones educativas.

Otra petición fue incrementar el presupuesto asignado a las tareas universitarias. Sobre este punto, la Universidad Michoacana había ejercido 97 millones de pesos durante el año, pero requería 28,7 millones de pesos adicionales para el siguiente. La forma de resolverlo, como ocurrió en otras ocasiones, fue apelar a los buenos oficios de Torres Manzo con la federación. De esa forma pudieron obtenerse 25 millones de la Secretaría de Educación Pública (SEP), a cargo de Víctor Bravo Ahuja, y el resto lo absorbió el gobierno estatal. El agradecimiento no se hizo esperar: "con lo cual ha vuelto a poner de manifiesto su gran interés y apoyo porque la Universidad alcance una auténtica superación en todos los sentidos".15

Desde luego que la postura asumida por el Consejo Universitario no fue del agrado de parte de la comunidad estudiantil, y las manifestaciones fueron en aumento, No obstante ello, el órgano colegiado se mantuvo e incluso reiteró que las medidas eran aplicables para todas las dependencias universitarias, no sólo para la Facultad de Medicina.

También advirtió que no procedería "toda inscripción obtenida por recomendaciones o presiones de cualquier naturaleza". Los consejeros universitarios, convencidos de que era necesario poner un hasta aquí a las presiones ejercidas por los aspirantes, decidió que todo alumno que encabezara o propiciara la creación de grupos de presión, "le sea cancelada de inmediato su matrícula".16

La política de ingreso asumida por la rectoría desencadenó actos violentos, condenados no sólo por las autoridades universitarias, sino también por distintos sectores sociales.

Acto del 8 de mayo de 1977 en el Colegio de San Nicolás, (AH-UM).

El punto crítico se dio cuando veinticinco o treinta jóvenes que dijeron ser aspirantes, "llevando muchos de ellos botellas con gasolina y otros artefactos" -días después se aseguró que también armas de fuego-, hicieron acto de presencia en las instalaciones de la Escuela Federal Tipo David G. Berlanga, y encontraron el modo de introducirse a través del patio al edificio contiguo de Control Escolar (hoy Casa del Estudiante Lucio Cabañas Barrientos). Posesionados del inmueble, exigieron hablar con el rector, éste acudió acompañado por sus colaboradores Luis Iacobo García y Octavio Ortiz Melgarejo, y entabló el diálogo, aunque resultó infructuoso.

Los inconformes amenazaron con incendiar los expedientes escolares resguardados, ello provocó que un grupo de estudiantes afín al rector, decidiera desalojar a los ocupantes del edificio, lo cual se logró después de un breve enfrentamiento. "Luego, poco a poco y tras un breve lanzamiento de piedras contra el edificio, los estudiantes lograron penetrar en el mismo y obligar a los ocupantes a refugiarse en uno de los salones donde se encerraron. En la... zacapela que se originó resultaron lesionados levemente cuatro jóvenes, tres de ellos originarios de Hermosillo, Sonora... que fueron atendidos en la Cruz Roja local... el Rector... calmó los exaltados ánimos... y logró que los jóvenes ocupantes pudieran abandonar sin daño personal el edificio".17


El incidente dio lugar a una manifestación universitaria encabezada por Figueroa Zamudio en la avenida Madero, en repudio a la violencia y como una demostración de apoyo al rector. Según la crónica periodística, más de cinco mil universitarios concurrieron al acto; directores de escuelas y facultades, jefes de departamentos administrativos e integrantes de la Federación de Sociedades de Profesores y el Sindicato Único de Trabajadores al Servicio de la Universidad Michoacana, hicieron acto de presencia.

Esta demostración fortaleció la posición de la autoridad universitaria y logró concitar la simpatía de la ciudadanía hacia el joven rector, "es la confirmación del apoyo que el grueso del estudiantado nicolaita ofreció a las autoridades universitarias que encabeza el Rector... para la preservación de una Universidad Nicolaita para los michoacanos, y de condena a la violencia en todas sus formas, que ayer trataron de ejercer como forma de presión los señalados jóvenes norteño…".18

No obstante las dimensiones y la repercusión social alcanzada por la manifestación, la demanda de ingreso por parte de estudiantes originarios de Sonora y Sinaloa, principalmente, persistió. El problema ya no era de índole estatal, tenía implicaciones nacionales, sobre todo a raíz de que Genovevo Figueroa planteó al secretario de Educación Pública, la imperiosa necesidad de que los rectores de las universidades de los Estados de donde procedían los aspirantes, se hicieran cargo de ellos.

El funcionario federal también fue informado de que la comunidad universitaria, además de rechazar categóricamente la violencia y la provocación, había tomado la decisión de paralizar las actividades académicas y administrativas, "como una medida para evitar la escalada de violencia, se... (acordó)... realizar un paro general de labores ... a partir de las 21:00 horas del martes, hasta el jueves 30 del presente mes".

Mientras el rector exponía la situación en la Ciudad de México, Luis Iacobo García, secretario general de la Casa de Estudios, daba a conocer a los periodistas en Morelia información más detallada sobre la procedencia de los estudiantes. Así, se pudo saber que 21 % de la población universitaria tenía como punto de origen Guanajuato, Ciudad de México, Sinaloa, Guerrero, Jalisco, Sonora, México, Baja California Norte y Colima. En el caso de los tres primeros, habían obtenido matrícula 1,151, 502 y 332 alumnos, respectivamente. Desde luego que otro porcentaje no lo había logrado y formó lo que empezó a denominarse como el movimiento de rechazados.19

Las movilizaciones que parecían no tener fin, cesaron. La visita del presidente Echeverría Álvarez a Michoacán el 30 de septiembre, abrió cauce a una negociación con los sectores inconformes. Una regla no escrita de la política mexicana establece que ante la visita del jefe del Ejecutivo no puede darse ningún tipo de manifestación de inconformidad, el gobernador de cualquier entidad federativa está obligado a dar una imagen de paz y tranquilidad, demostrar que tiene la capacidad para mantener en calma al Estado bajo su responsabilidad. En ese contexto, el gobernador Torres Manzo, que desde un primer momento había demostrado su apoyo a Figueroa Zamudio, intervino para que el paro de labores concluyera.

Gracias a la mediación del gobernador, el presidente Luis Echeverría recibió a una comisión universitaria a la que pidió -respetando la autonomía universitaria- poner en práctica una política de fraternidad, lo mismo que ensayar medidas más audaces para resolver los problemas. A los directivos universitarios les dijo que se requería unificar criterios y enfatizó que todo tipo de planteamiento universitario tenía que ser canalizado a través del rector. Por la respuesta que más adelante dio al "cuadro general de requerimientos", queda claro que la autoridad universitaria entendió que a cambio de flexibilizar el ingreso y restablecer la vida universitaria, se atenderían otras demandas: aumentar el presupuesto general, continuar con las obras de Ciudad Universitaria y atender las peticiones de incremento salarial de los trabajadores académicos y administrativos.

Un punto que debe subrayarse es que el rector demostró oficio político en la reunión e impidió que algunas voces discordantes pusieran en riesgo los acuerdos que seguramente se habían logrado con anterioridad.
 
Al final, tal como estaba previsto, se obtuvieron recursos financieros para dar satisfacción a necesidades universitarias varias, no todas, porque como lo advirtió el secretario de Educación Pública, "ante las condiciones económicas que vivimos es preciso establecer una ruta crítica para que se vaya cumpliendo conforme sea posible, con un sentido de solidaridad social". Esta declaración aludía a la crisis económica y la escalada inflacionaria que aquejaba a la administración federal, en vísperas del arribo de un nuevo presidente.20

Unos días después, coincidentemente el 2 de octubre, Víctor Bravo Ahuja declaró que la máxima Casa de Estudios de Michoacán había alcanzado un presupuesto sin precedentes, mayor al otorgado a las Universidades de Guadalajara y Nuevo León durante ese año. Cuestionado sobre los problemas que recién había enfrentado la Universidad Michoacana y la posibilidad de que la sep respaldara por medio del pago de mensualidades a los estudiantes foráneos y así evitar la disminución del presupuesto universitario, expresó: "(La Secretaría) interviene en función de buscar subsidios y asesoría académica, pero en problemas que corresponden a la autonomía universitaria no los tocamos".21

El Mtro, Ariosto Aguilar Mandujano explica al rector los avances de construcción de la Ciudad Universitaria, (AF-IIH).

PLANEACIÓN UNIVERSITARIA Y LOGROS

Para Figueroa Zamudio, la modernización de la Universidad Michoacana sólo puede entenderse si reconocemos la política de planeación universitaria que comenzó a darse a fines de la década de los sesenta del siglo xx. En agosto de 1969 -recuerda- se llevó a cabo el I Seminario de Planeación Universitaria y Organización Académica en la Ciudad de México, al que asistieron, por parte de la Universidad Michoacana, el licenciado Jesús Bravo Vaquero, el contador Alejandro Ambriz y el químico Ariosto Aguilar Mandujano. Fueron estos dos últimos quienes realizaron un diagnóstico general de la Casa de Estudios, que comprendía el periodo 1960-1969.

Esta actividad se repitió en 1970, pero ahora tuvo como sede a Morelia. La importancia de esta reunión fue que la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUlES) conoció de cerca las dificultades y carencias que enfrentaba la mayoría de las instituciones de educación superior, incluida la nuestra.

El entonces profesor de la Facultad de Ciencias Médicas y Biológicas Dr. Ignacio Chávez, estuvo atento al desarrollo de aquella jornada. "Recuerdo todavía el éxito del Seminario, la manera en que se comentaban detalles y pormenores del mismo entre autoridades universitarias, directores y maestros de escuelas y facultades; los líderes estudiantiles, sobre todo aquellos que participaban en los Consejos Técnicos y en el Consejo Universitario, también mostraban entusiasmo por los resultados obtenidos. Como resultado de este Seminario, las autoridades universitarias, con gran visión y sensibilidad, decidieron apoyar a la Comisión de Planeación Universitaria y nombraron como titular de la misma al maestro Ariosto Aguilar Mandujano".22


Al igual que para su antecesor, la Comisión de Planeación Universitaria jugó un papel relevante en la rectoría de Figueroa Zamudio. En varias ocasiones he tenido la oportunidad de conversar con él sobre su gestión, cuando repasamos aquellos momentos refiere de manera detallada la labor de esta dependencia universitaria, la construcción de Ciudad Universitaria, las gestiones realizadas en la capital de la República y, sobre todo, el aporte de Ariosto Aguilar a la modernización de la Universidad Michoacana. Sin una política de desarrollo universitario, considera, el Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas (CAPFCE) no hubiera respaldado las peticiones que en materia de infraestructura presentó la Universidad Michoacana.

Un punto que merece destacarse, es el que se refiere a las finanzas universitarias. Al inicio de su gestión, 1976, el presupuesto ordinario fue de 97 millones quinientos cincuenta y cinco mil ochocientos cincuenta y tres mil pesos, a lo que se sumaron 10 millones de pesos aportados por la federación.


En 1977, la suma se incrementó hasta 155 millones seiscientos noventa mil ciento sesenta y ocho pesos, en tanto que en 1978 el presupuesto gestionado fue del orden de 211 millones doscientos setenta y dos mil novecientos noventa y seis pesos.

En cuanto a presupuesto extraordinario, en 1976 se autorizó por parte del Gobierno Federal 71 millones ciento ochenta y nueve mil quinientos noventa y seis pesos, y al año siguiente 48 millones setecientos sesenta y ocho mil setecientos ochenta y cuatro pesos. Estos aportes se recibieron para la construcción de diversos edificios en Ciudad Universitaria.

En el informe que presentó ante la Junta de Gobierno y el Consejo Universitario, Genovevo Figueroa afirmaba que, de acuerdo con el área contable de la Universidad Michoacana, el presupuesto había tenido un incremento de 115%, tomando como referencias el año en que arribó a la rectoría y el siguiente 1977.

Además, resaltaba las gestiones realizadas ante la presidencia de la República, la Secretaría de Educación Pública, la Secretaría de Programación y Presupuesto, la Secretaría de Obras Públicas y Asentamientos Humanos, CAPFCE, CONACyT, ANUIES y el gobierno del Estado de Michoacán. Los apoyos obtenidos, según lo consignado en el documento, sirvieron "para equipar laboratorios, construcción de edificios, programa de investigaciones, de formación de profesores; de servicio social y de cooperación y ampliación de diversas áreas universitarias, que incluyen a la propia administración".23

La modernización de la Universidad Michoacana también tenía que ver con la incorporación de nuevas tecnologías en la estructura administrativa. Esta tarea le fue encomendada a la recién creada Comisión de Cómputo y Proceso de Información Universitaria. En primera instancia se recurrió a un equipo de cómputo proporcionado por el gobierno del Estado en calidad de préstamo, después la Secretaría de Educación Pública autorizó una suma de poco más de seis millones de pesos para la adquisición de un sistema moderno que pudiera satisfacer las necesidades administrativas, pero también docentes y de investigación. De acuerdo con la información proporcionada por esta dependencia universitaria, las áreas más beneficiadas fueron las de Control Escolar.

Darle continuidad a la diversificación de la oferta académica, fue un tema al que se prestó atención. En 1976 inició sus cursos la Escuela de Economía que aprobara el Consejo Universitario un año antes. La naciente dependencia fue bien recibida no sólo por los universitarios, sino también por el gobernador, que en varios momentos había sugerido la creación de ésta, dada su formación de economista. En el diseño del plan de estudios y programas académicos tuvo mucho que ver el reconocido economista Ricardo Torres Gaitán, originario de Coalcomán, como el gobernador, y con una dilatada trayectoria académica y profesional, tal como lo refiere una fuente de la época: "Se ha contado con la asesoría del distinguido economista... con quien los profesores, los estudiantes y la dirección de la escuela, han revisado cuidadosamente los planes y programas de estudio y la estructura del Centro de Economía Aplicada, el cual quedó inaugurado en una primera etapa, para afirmar prácticamente los conocimientos adquiridos a través de la teoría económica". En el acto inaugural de la dependencia universitaria, Torres Manzo ofreció la primera cátedra en torno a temas de su especialidad.24 Dos años más tarde, abrieron sus puertas las Escuelas de Arquitectura y Enfermería.

Una demanda sentida de la comunidad universitaria atendida, fue ampliar la cobertura del nivel bachillerato. La saturación en las cuatro escuelas preparatorias ya existentes, propiciada en gran medida por el ingreso de alumnos foráneos, era motivo más que suficiente para reclamar la creación de otro plantel. Así lo planteó Roberto Rico Pantoja, regente del Colegio de San Nicolás: "El problema es serio, pero no podemos cerrarnos a encontrar la solución, una de las medidas que debe tener estricta aplicación a partir del próximo ciclo, debe ser la selección de estudiantes y no permitir el ingreso de estudiantes de otras entidades, mientras no esté garantizado el de los michoacanos".25

 

Este punto fue motivo de análisis en el Consejo Universitario. En sesión del 23 de agosto de 1976, el comité directivo de la Federación de Estudiantes Preparatorianos Universitarios de Michoacán solicitó la creación de un nuevo plantel de bachillerato, para dar cabida a un número creciente de estudiantes privados de la posibilidad de estudiar.


Los consejeros manifestaron su aprobación por unanimidad, resolviéndose que "se establezca a partir del presente año lectivo una nueva Escuela Preparatoria dependiente de esta Casa de Estudios, que funcionaría provisionalmente en el edificio donde se encuentra la Escuela Secundaria Melchor Ocarnpo.26

Con base en la resolución de la máxima autoridad universitaria, la Comisión de Planeación Universitaria recomendó que la dependencia en ciernes fuera habilitada como una Escuela Preparatoria Experimental, para lo cual presentó una propuesta de plan de estudios. No obstante la celeridad que ameritaba el caso, los trabajos, coordinados por Roberto Rico Pantoja, Evodio Romero Rodríguez y Ariosto Aguilar Mandujano, contaron con la participación y opinión de un buen número de profesores y alumnos de las escuelas preparatorias ya existentes, en especial del Colegio de San Nicolás.

También, y es un dato que vale la pena destacar, colaboró un selecto grupo de estudiantes: Gaspar Aguilera Díaz, Joaquín Flores Cisneros, Fernando Ramírez Aguilar, Miguel Ángel Melchor, Arturo Molina García, José Mendoza Lara, Joaquín Ortiz Esquivel, Mario Teo Ramírez Cobián, Arturo Raya Morales y Wenceslao Victoria Soto. Con el paso de los años, varios de ellos se convirtieron en académicos, investigadores y creadores reconocidos. En esas circunstancias nació la Escuela Preparatoria Isaac Arriaga, en noviembre de 1976.27

La Coordinación de la Investigación Científica, bajo la responsabilidad de Luis Pita Cornejo, mostró avances importantes. En principio, se trabajó en la elaboración de los reglamentos del Consejo de la Investigación Científica y de investigadores. La creación de siete plazas de investigador aprobadas por la Dirección de Educación Superior e Investigación Científica de la Secretaría de Educación Pública, fue un logro que recibió el reconocimiento de los universitarios. En cuanto al Instituto de Investigaciones Metalúrgicas, continuó su posicionamiento en el entorno estatal y nacional, fortalecido con la construcción de la primera etapa del complejo localizado en Ciudad Universitaria.

A mediados de 1976, esta área se vio fortalecida con la aprobación del Instituto de Investigaciones Químico Biológicas, por parte de la Junta de Gobierno. Esta medida contó con la aprobación del CONACyT, de la ANUlES, del Centro de Investigaciones y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (CINVESTAV) y de la Organización de los Estados Americanos (OEA), instituciones con las que se suscribió un convenio. Como dependencia de nueva creación, poco a poco comenzaron a gestionarse algunos apoyos. "Con el auxilio de la Organización de Estados Americanos se está enriqueciendo la Biblioteca del área biológica. Los laboratorios se han ido acondicionando gradualmente en la medida en que se reciben las aportaciones correspondientes".28


Las labores de investigación no sólo se desarrollaban en los institutos, también en las Divisiones y de manera particular en algunas escuelas y facultades se hacían esfuerzos por llevar a cabo proyectos de investigación, formalizar convenios de colaboración con instituciones de educación superior y asistir a congresos nacionales y extranjeros. Así, a manera de ejemplo, en Biología gracias al empeño de sus profesores investigadores se habían obtenido apoyos externos para el estudio del lago de Cuitzeo y el valle de Morelia, y estaba por inaugurarse el jardín botánico. Medicina Veterinaria y Zootecnia, por su parte, consciente de la necesidad de impulsar este tipo de actividades, decidió que se impartiera a su planta académica el Taller de Metodología Científica, "para mostrar a los docentes, la necesidad del manejo metodológico, con el fin de llevar a cabo cualquier tipo de investigaciones dentro de la misma escuela y concretamente en la posta zootécnica". Por último, en la Escuela de Historia funcionaba ya una Sección de Investigaciones, coordinada por el maestro Ángel Gutiérrez Martínez.29

La docencia y la investigación se vieron favorecidas con la creación y el funcionamiento de diecinueve bibliotecas, localizadas en distintos espacios universitarios.

Supervisión de obras en la Ciudad Universitaria, (AF-IIH).

Para las autoridades, no obstante el avance registrado por la tecnología educativa, "el libro seguirá siendo insustituible como instrumento de cultura". En ese renglón, se hizo un esfuerzo por adquirir fondos bibliográficos, libros de texto y especializados, a la vez que se procuró la capacitación del personal asignado.

La obra de mayor envergadura en este rubro fue la construcción de la biblioteca de la Unidad de Ciencias, Ingeniería y Humanidades, que alcanzó un costo de cuatro millones setecientos veinte mil pesos. Convencido como estaba el rector de la importancia de difundir el quehacer y la cultura universitaria, siguió dándosele respaldo a los grupos artísticos, al Ballet Folklórico y a la Estudiantina de la Universidad, y entró en funcionamiento Radio Nicolaita. La radiodifusora cumplía así el objetivo de "informar y cultivar al pueblo", con transmisiones diarias por espacio de diez horas, contemplándose ampliar su programación a mediano plazo. 30


LAS ORGANIZACIONES UNIVERSITARIAS Y LAS RELACIONES LABORALES


Cuando Genovevo Figueroa se hizo cargo de la rectoría, se dio cuenta de que las demandas estudiantiles tenían el respaldo de dos organizaciones fundamentalmente: la Federación de Estudiantes de la Universidad Michoacana (FEUM), que enfrentaba en ese momento un periodo difícil debido a las diferencias y contradicciones de sus integrantes, y el Consejo Estudiantil Nicolaita (CEN).

En el ambiente se advertía la fragmentación de la primera organización y el avance de las Casas del Estudiante, también el choque ideológico entre aquellos que reivindicaban prácticas políticas afines al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y estudiantes que hacían suyos planteamientos que tenían que ver con el marxismo-leninismo, el trotskismo, la guerrilla y la Revolución Cubana.


Reunión de trabajo del rector con directores en el Colegio de San Nicolás. (AH-UM).

Los albergues estudiantiles habían logrado avances importantes por lo que se refiere a su presencia en el ámbito universitario, incrementándose ésta a partir de las movilizaciones de los alumnos foráneos. Laaparición del Comité Universitario en Lucha, el CUL, no fue sino la confirmación de que el movimiento estudiantil vivía una etapa distinta que habría de formalizarse con la creación de la Coordinadora de Universitarios en Lucha, la CUL. 31


Por su parte, los trabajadores académicos y administrativos también se encontraban en una fase de organización. Buena parte de los profesores estaban contratados por horas, sin embargo poco a poco se habían comenzado a incorporar profesores de carrera, incluso -como se recordará- la Junta de Gobierno había negado la autorización de algunas plazas de ese tipo, lo que fue motivo de una agria discusión entre la División de Ingenierías y el referido órgano de gobierno.


Las inquietudes magisteriales se expresaron de distintas maneras, sólo a guisa de ejemplo, Marco Antonio López López, en representación de la Sociedad de Profesores de la Escuela Preparatoria Ing. Pascual Ortiz Rubio, exigió en una de las primeras sesiones del Consejo Universitario que quedara contemplada en el Reglamento General del Profesorado de la Universidad Michoacana la obligatoriedad de preservar la libertad de asociación, para lo cual sometió a la consideración del pleno el siguiente texto: "Los profesores de la Universidad Michoacana gozarán del más amplio derecho de asociación. La Universidad, en sus relaciones colectivas de trabajo con el personal académico, tratará con la organización que acredite representar la mayoría del número total de profesores de carrera, de planta, ordinarios e interinos en servicio. Dicha mayoría será reconocida por dos tercios de los votos de los miembros del Consejo Universitario, previo dictamen de una comisión de tres consejeros maestros que el propio Consejo designe... ".32 El punto no fue aprobado porque los consejeros consideraron que no era atribución del órgano colegiado, tratar asuntos de índole laboral.

 

Sin embargo, las manifestaciones sindicales siguieron dándose hasta que se logró la conformación del Sindicato de Profesores de la Universidad Michoacana (SPUM), el 13 de octubre de 1976.


La sesión constitutiva fue convocada por el Comité Ejecutivo de la Federación de Mesas Directivas de Maestros Universitarios, contándose con 204 solicitudes de ingreso. No es el propósito de este texto detallar los pormenores de esa primera asamblea, baste decir que el Comité Ejecutivo fundador estuvo constituido de la siguiente manera: Belisario Piña Martínez, secretario general; Francisco Chávez Alfaro, secretario de organización; Eugenio Aguilar Cortés, secretario de trabajo; Germán Anaya Martínez, secretario de prensa y propaganda; Isidro Romero Silva, secretario de relaciones exteriores; Esther Silva Guillén, secretaria de finanzas; Juan Manuel Madrigal, secretario de asuntos académicos y Álvaro Miranda García, secretario de actas, archivo y estadística. Aunque no formaron parte de los cargos directivos, tuvieron una activa participación Naborina Colín, Octaviano Alanís, Víctor Hugo Barriga, Moisés García, Alejandro Ambriz, Luis Ponce y Carlos Ávila, entre otros.

Un aspecto que no puede pasar desapercibido, es que el spum retornó elementos sustantivos del sindicalismo de la unam. Piña Martínez lo reconoció en un testimonio ofrecido hace algunos años, al recordar que a principios de la década de los setenta había hecho estudios de posgrado en la Universidad Nacional Autónoma de México y atestiguó la efervescencia sindical que se vivía en aquella institución. Alentado por lo que acontecía en la universidad pública más importante del país, se dio a la tarea de conformar la nueva organización, pero su propuesta contrastaba con la de Figueroa Zamudio que, influido por un grupo de ingenieros, entre los que destacaba Carlos Ávila, se inclinaba por una Asociación de Mesas Directivas de Escuelas y Facultades.

El primer secretario general también afirma que la idea original consistía en fundar un sindicato que agrupara a maestros y empleados, "la idea que yo manejaba, y que todos manejábamos, era crear un solo sindicato, todos en un apartado... y logramos que los trabajadores tomaran conciencia de eso". La iniciativa se frustró, según su opinión, porque el líder de los empleados, Agustín Tena, así lo acordó con las autoridades universitarias.

No obstante lo anterior, la relación que mantuvo con el rector y el gobernador fue respetuosa. Las siguientes líneas nos permiten conocer mejor los orígenes de la organización. "Las relaciones fueron de atención, se nos atendía, el gobernador, a pesar de lo que he dicho, de que fue real lo de las presiones e intimidaciones, nos atendía; y el doctor también nos atendía, pero no por ganas sino porque nos lo habíamos ganado... éramos ya titulares de la relación laboral... y por Ley tenían que escucharnos; se supone que yo era abogado y que varios del comité éramos abogados y sabíamos de eso... También logré conjuntar profesores, empleados y estudiantes, nunca dejé de lado a los estudiantes, siempre ellos de alguna manera estuvieron presentes con nosotros, de manera muy destacada las Casas del Estudiante. Yo soy ex morador de casa de estudiante y gracias a ello logré terminar mi carrera y ser lo que soy: ahí me formé y quizá ahí tomé yo las inquietudes que siempre he mantenido... nosotros conseguimos, en primer lugar, un convenio laboral que suscribimos con Genovevo, mismo que se publicó en el periódico que teníamos en el sindicato".33

Al obtener la titularidad, el SPUM pudo negociar en otras condiciones mejoras salariales y prestaciones, una de ellas fue el año sabático para los profesores de carrera, al igual que 253 lotes otorgados por el gobierno del Estado en favor de los agremiados.

Algo similar ocurrió con los trabajadores administrativos y de intendencia, que lograron avances significativos por lo que hace a la revisión de su contrato colectivo, apoyos para actividades deportivas, un seguro de vida y 175 lotes. Pero el logro más importante para ambas organizaciones sindicales fue el aguinaldo de dos meses de manera definitiva.34

Guardia ante el Monumento a Hidalgo en el Colegio de San Nicolás, 8 de mayo de 1978, (AH-UM),

EN BUSCA DE UNA CARRERA POLÍTICA

La gestión de Genovevo Figueroa llegó a su fin en marzo de 1979, cuando éste decidió participar como candidato por una diputación federal, respaldado por el Partido Revolucionario Institucional, remplazándolo el licenciado Fernando Juárez Aranda, quien había sido su colaborador.

La decisión no fue del agrado de muchos universitarios, quienes la criticaron por considerar que el rector había utilizado el cargo como trampolín político. Sin embargo, es innegable que el funcionario universitario había logrado, durante su administración, tejer una serie de vínculos políticos que le dieron una proyección que iba más allá del ámbito universitario. Arropado por el gobernador Carlos Torres Manzo, quien seguía manteniendo excelentes relaciones con la clase política nacional por su anterior desempeño como secretario de Economía, incrementó el presupuesto universitario de manera significativa y obtuvo partidas adicionales para proseguir con las obras de Ciudad Universitaria.

En su calidad de autoridad universitaria, entendió que las decisiones importantes se tomaban en la Ciudad de México, aprovechó sus ires y venires, y estableció una sólida amistad con Guillermo Soberón Acevedo, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México y referente político nacional, así como con diversos integrantes de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior.



El gobernador Carlos Torres Manzo en el edificio de la biblioteca de la Unidad de Ciencias. Ingenierias y Humanidades. (AF-IIH).

Como rector enfrentó momentos difíciles, pero los pudo sortear gracias a su oficio político. Además, logró conformar un grupo que lo acompañaría más adelante en otras tareas, entre los que pueden mencionarse a Fernando Iuárez Aranda, Carlos Ávila Figueroa, Roberto Villa Lemus, Francisco Octavio Aparicio Mendoza y Francisco Tejeda Ceballos.


Estableció nexos con moradores de Casas del Estudiante, más tarde fundadores de la Coordinadorade Universitarios en Lucha, como Humberto Arróniz Reyes; les prestó ayuda en ciertos momentos, lo que le valió granjearse su amistad, varios de ellos lo recuerdan con agradecimiento y un dejo de admiración, como puede advertirse en el siguiente testimonio: "Así conocí por primera vez al doctor Genovevo Figueroa Zamudio; él era un personaje que visto de cerca se alejaba mucho de la imagen del político tradicional del sistema. De hecho todos los políticos que hasta ese entonces yo había tratado en las distintas negociaciones como representante estudiantil, eran en su actitud prepotentes y autoritarios. En cambio el doctor Genovevo no actuaba como un político, sino más bien como si fuera cualquier persona, con mucha sencillez y comedimiento; con respeto y hasta confianza. Sin duda alguna se salía del marco tradicional del político priísta forjado en la cultura intolerante del sistema político mexicano".35

La trayectoria política de Figueroa Zamudio es conocida: secretario general y gobernador del Estado de Michoacán; senador de la República en las Legislaturas LVI y LVII; coordinador de los senadores del pri y presidente de la Gran Comisión del Senado, etapa donde se convirtió en referente de la política nacional. Después se hizo cargo de la embajada de México en Argentina. En 2002 renunció a su militancia priísta y colaboró como secretario de Turismo en las administraciones de Lázaro Cárdenas Batel y Leonel Godoy Rangel, emanadas del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Su última incursión en la política estatal ocurrió en 2011, cuando contendió por la presidencia de Morelia, con un resultado adverso.





Ex-rectores Luis Pita Cornejo, Cuauhtémoc Olmedo, Elí de Gortari, Genovevo Figueroa Zamudio y Luis Silva Ruelas, (AH-UM).

Alejado de los cargos públicos, pero no al margen del acontecer nacional y estatal, disfruta de la compañía de su familia en Morelia, de los amigos que lo visitan y conversan con él sobre tópicos varios, de las delicias culinarias y la gastronomía tradicional michoacana. Prefiere no abordar temas universitarios, sonríe cuando le pregunto si es verdad que tuvo tanta influencia en la vida universitaria y asegura que algún día platicaremos largo y tendido sobre la Casa de Estudios en que se formó y forjó su trayectoria política.

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1 Ma. Guadalupe Figueroa Zamudio, Recuerdos Imborrables: Mi pueblo, Cuitzeo del Porvenir, Morelia, Editorial Morevallado, 2011, p. 107.

2 Miguel Ángel Gutiérrez López, Itinerario de la Autonomía en la Universidad Michoacana, Morelia, Universidad Michoacana, 2016, p. 125.
3 Nombres como Alfredo Gálvez Bravo, Guillermo Morales Osorio, Adolfo Mejía González, Efrén Capiz Villegas, Arnaldo Córdova, Salvador Bolaños Guzmán, Armando Chávez Chávez, Leonel Muñoz Muñoz, Virgilio Pineda Arellano, Cuauhtémoc Olmedo Ortiz, Hiram Ballesteros Olivares, Ioel Caro Ruiz, Raúl Galván Leonardo y Óscar Trasviña, entre otros, están asociados a las movilizaciones estudiantiles de aquel entonces. Véase al respecto: Luis Sánchez Amaro, Aproximaciones teóricas para el estudio del movimiento estudiantil nicolaita y caracterización de su desarrollo histórico. Recuperado de servicio.bc.uc.edu.ve/postgrado/manongo44/artos. pdf Fecha de consulta 6 de junio de 2017.

4 Genovevo Figueroa Zamudio, "La Modernización en la Universidad Michoacana". Conferencia ofrecida en el Centro Cultural Universitario, en diciembre de 2014. Esta actividad fue organizada por la Secretaría Académica y el Centro de Estudios sobre la Cultura Nicolaita-Archivo Histórico de la Universidad Michoacana.
5 La Voz de Michoacán, Morelia, 18 de enero de 1976, p. 1. ´
6 La Voz de Michoacán, Morelia, 13 de noviembre de 1976, p. 1.

7 Archivo Histórico de la Universidad Michoacana (AHUM), caja 35, Fondo: Consejo universitario, Sección: Secretaría, Serie: Actas, Caja 35, Libros 172-175, años 1975-1976
8 AHUM, Fondo: Consejo universitario, Sección: Secretaría, Serie: Actas, Caja 35, Libros 172-175, años 1975-1976.

9 Al respecto, véase Lucio Rangel Hernández, La Universidad Michoacana y el movimiento estudianti/1966-1986, Morelia, Universidad Michoacana, 2009, pp. 248-249.

10 Luis Sánchez Amaro, Universidad y Cambio. Ensayo y testimonio sobre el movimiento estudiantil nicolaita en los 80, Morelia, Ediciones Rumbo Nuevo-Movimiento Patria Libre, 2002, p. 53.
11 Luis Sánchez Amaro. Universidad y Cambio..., pp. 54-55.
12 La Voz de Michoacán. Morelia, 28 de abril de 1978. p. 2.

13 La Voz de Michoacán, Morelia, 2 de julio de 1978, pp. 1 y 14.

14 La Voz de Michoacán, Morelia, 20 de agosto de 1976, p. 1.
15 La Voz de Michoacán, Morelia, 20 de agosto de 1976, p. 12.
16 La Voz de Michoacán, Morelia, 11 de septiembre de 1976, pp. 1-12.

17 La Voz de Michoacán, Morelia, 22 de septiembre de 1976, pp. 1-12.
18 La Voz de Michoacán, Morelia, 21 de septiembre de 1976, pp. 1-2; La Voz de Michoacán, Morelia, 22 de septiembre de 1976, pp. 1-12.
19 La Voz de Michoacán, Morelia, 23 de septiembre de 1976, pp. 1-2. En esta misma edición puede leerse un interesante artículo intitulado "Fin al desorden a que están sometidas las Universidades del país", que alude a las reformas propuestas por Guillermo Soberón Acevedo, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, para modificar el Artículo 123 Constitucional y agregar un Apartado C, para regular las relaciones laborales del personal académico y administrativo, dando "término al desorden en que viven los centros superiores de educación".

18 La Voz de Michoacán, Morelia, 21 de septiembre de 1976, pp. 1-2; La Voz de Michoacán, Morelia, 22 de septiembre de 1976, pp. 1-12.
19 La Voz de Michoacán, Morelia, 23 de septiembre de 1976, pp. 1-2. En esta misma edición puede leerse un interesante artículo intitulado "Fin al desorden a que están sometidas las Universidades del país", que alude a las reformas propuestas por Guillermo Soberón Acevedo, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, para modificar el Artículo 123 Constitucional y agregar un Apartado C, para regular las relaciones laborales del personal académico y administrativo, dando "término al desorden en que viven los centros superiores de educación".

20 La Voz de Michoacán, Morelia, 30 de septiembre de 1976, pp. 1-2.
21 La Voz de Michoacán, Morelia, 2 de octubre, p. 2.

22 Genovevo Figueroa Zamudio, "La Modernización en la Uni- versidad Michoacana".
23 J. Genovevo Figueroa Zarnudio, Informe Rectoría 1976-1977. Morelia, Universidad Michoacana, 1978, pp. 49-52.
24 Genovevo Figueroa Zamudio, Informe Rectoría 1976-197..., p. 28. El 3 de septiembre de 2013, la Facultad de Economía de la Universidad Michoacana decidió que el auditorio del plantel llevara por nombre Carlos Torres Manzo, como un justo reconocimiento a quien en su momento había promovido su creación. Véase: www.prensa.umich.mx?p=6079
25 La Voz de Michoacán, Morelia, 21 de mayo de 1976, p. 1.
26 AHUM, Consejo Universitario, acta Núm. S, 23 de agosto de 1976.
27 AHUM, Consejo Universitario, acta Núm. S, 23 de agosto de 1976. Oficio dirigido al Dr. Jaime Genovevo Figueroa Zamudio, rector de la Universidad Michoacana, por el Mtro. Ariosto Aguilar Mandujano, director de la Comisión de Planeación Universitaria, Morelia, 11 de octubre de 1976.
28 Genovevo Figueroa Zamudio, Informe Rectoría 1976-1977..., pp. 36-38 y 59.
29 Genovevo Figueroa Zamudio, Informe Rectoría 1976-1977..., pp. 17, 19 y 31.

30 Genovevo Figueroa Zamudio, Informe Rectoría 1976-1977..., pp. 42 y 44.

31 Sobre las organizaciones estudiantiles, véase Luis Sánchez Amaro, Universidad y Cambio..., pp. 44-53.
32 AHUM, Fondo: Consejo Universitario, Acta 5, 23 de agosto de 1976.

33 Historia del SPUM 1976-2001 (Amalia Ávila Silva, Coord.), Morelia, Sindicato de Profesores de la Universidad Michoacana, 2001, pp.90-10l.

34 Genovevo Figueroa Zamudio, Informe Rectoría 1976-1977..., pp. 61-64

35 Luis Sánchez Amaro, Universidad y Cambio..., p. 193.