Texto universitario


 

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LOS RECTORES  

ENRIQUE ESTRADA ACEVES
1960-1961

Sergio Garcia Ávila

Instituto de Investigaciones Históricas

 

SU VIDA FAMILIAR

Claudio Enrique Estrada Aceves, nació en el pueblo de Ario de Rosales, Michoacán, el 7 de julio de 1906. Sus padres fueron el licenciado Enrique Estrada Villegas, quien se desempeñaba como juez de primera instancia en Ario de Rosales, Michoacán, y Elvira Aceves Ávila. Tuvo por abuelos paternos a José del Refugio Estrada y Ramona Villegas, mientras que los maternos fueron Alejandro Aceves y María Trinidad Ávila.

Para ese entonces el pueblo no era muy grande, ya que se contabilizaban sus habitantes en alrededor de 4,000, distribuidos en los cuatro cuarteles y en las 45 manzanas que comprendía el trazo urbano. Los niños y jóvenes disfrutaban del paisaje que ofrecía la naturaleza. El lugar se distinguía por ser elegante, aseado y pintoresco. Más alla de sus goteras, se apreciaban huertas, tierras de cultivo y ganado, arroyos y ríos, a donde los habitantes acudían los fines de semana para distraerse de las actividades cotidianas.

A pesar de la tranquilidad que siempre había caracterizado al lugar, ya para finalizar la primera década
del siglo pasado, las voces de descontento se dejaron sentir por diferentes partes del estado de Michoacán y del país. Ario de Rosales no fue la excepción.


Fue en este ambiente social y político que se desarrolló nuestro personaje. Debido a las relaciones que cultivó su señor padre, desde muy joven se incorporó al trabajo en la judicatura de Michoacán, combinando durante un largo tramo de su vida los estudios con el quehacer judicial. Ya estando en una edad madura contrajo nupcias con la señora Margarita Mejía Cervantes, a quien conoció desde años atrás en Ario y con quien procrearon a Jorge Humberto Estrada Mejía, quien también se convertiría en un destacado abogado. Ya para ese entonces Don Enrique se había radicado en la capital de Michoacán. Es muy común que dentro de una familia, sus miembros de generación en generación abracen la misma profesión. Los Estrada son un ejemplo de ello. Con el paso de los años el licenciado Enrique Estrada Mejía contrajo nupcias con la señorita Luz María Carrillo Mier, con quien procrearon a Patricia, Jorge Enrique, Eduardo Arturo y Lourdes Margarita. El penúltimo de ellos también ha seguido los pasos de su bisabuelo, de su abuelo y de su padre, ya que ha incursionado en el Poder Judicial del Estado.

 

SU TRAYECTORIA ESTUDIANTIL


Rodeado de los libros de jurisprudencia de su padre, desde muy temprano le nació el gusto por la lectura y el estudio, es muy probable que debido al ambiente en que se desarrolló, haya sido en el seno de su casa donde aprendiera las primeras letras. Sin embargo dadas las circunstancias de la alteración del orden que se comenzó a vivir en Michoacán y el país desde 1910, sus padres optaron por inscribirlo en la Escuela "Nicolás Bravo", de la ciudad de Morelia, donde continuó y concluyó de manera formal sus estudios de primaria en el año 1916.1 Uno de sus profesores fue Juan N. Martínez, quien también durante mucho tiempo se desempeñó como docente en el nivel de secundaria. Desde pequeño se distinguió por ser un estudiante dedicado y responsable, derivado del ejemplo paterno. Le dio seguimiento a su preparación escolar en el Colegio de San Nicolás, donde se matriculó en estudios de enseñanza media; allí mismo prosiguió con el bachillerato. Debido a la posición del licenciado Estrada Villegas, incursionó en la judicatura, desempeñándose desde los cargos más sencillos, hasta ocupar responsabilidades más importantes. Muestra de lo anterior fue una constancia expedida en septiembre de 1939 por el licenciado Luis Loya, secretario de la presidencia del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Michoacán, en donde le informaba a las autoridades del Colegio de San Nicolás, que el joven Enrique se había ausentado de la ciudad en los meses de febrero y marzo, cumpliendo tareas propias de sus funciones como secretario de la segunda sala de ese Supremo Tribunal.


Estudiantes en la Biblioteca Pública Universitaria, (AH-UM).


Lo anterior para que se le justificaran algunas faltas en la asignatura de Botánica de los estudios secundarios. Por ello se entiende que hasta la edad de treinta y seis años abrazó la carrera de Leyes inscribiéndose en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Enrique Estrada, como muchos de sus compañeros cumplió estudios de primaria, sin embargo no se tenía el cuidado de solicitar o contar con el certificado correspondiente, de ahí que al pasar a los siguientes niveles superiores, enfrentaban problemas por la falta de regularidad en los cursos. Lo propio ocurría en los niveles siguientes. En ese sentido, Estrada Aceves inició sus estudios profesionales, pese a que aún no cubría todos los créditos del bachillerato. De ahí que el 17 de enero de 1940 se hiciera una solicitud para que se le permitiera presentar sus exámenes de bachillerato y al mismo tiempo los de la licenciatura. Durante el período 1943-1946 cubrió todos sus créditos de licenciatura y en enero de 1947 presentó su examen recepcional el 25 de enero, con la tesis: "Por la unidad de control jurisdiccional de la Constitución en Latinoamérica", fueron sus sinodales: Adolfo Alvarado, Miguel Ríos Gómez, Gregorio Torres Fraga, Carlos Reyes Galván y Jesús Aguilar Ferreira.2

 

SUS ANDANZAS LABORALES


Respecto a su vida laboral, mucho antes de concluir los estudios profesionales, tuvo la oportunidad de trabajar en el Poder Judicial de Michoacán. Sus pininos los inició en el Juzgado de Primera Instancia de Pátzcuaro, donde trabajó como escribiente, que era el nombramiento con el cual iniciaban todas aquellas personas que pretendían hacer carrera dentro de la judicatura. Meses más tarde se desempeñó como actuario y finalmente como secretario, todo esto ocurrió entre 1925 y 1928. Luego pasó a ser secretario en el juzgado de Ario de Rosales. A pesar de su corta edad, recorrió varios juzgados de Michoacán, también cumplió las mismas funciones en el juzgado de Uruapan. De 1929 a marzo de 1930 lo fue igualmente de Tanhuato, Tacámbaro y Ciudad Hidalgo. Como generalmente suele ocurrir en estos casos, la aspiración de quienes se mueven en la judicatura, es llegar a la capital del estado, para ocupar algún cargo en cualquiera de los juzgados de primera instancia, ya que luego es más accesible alcanzar una magistratura dentro del Supremo Tribunal de Justicia. Desde esa pocisión pueden proyectarse hacia otros horizontes dentro de la vida política. Así, en 1932 el licenciado Enrique Estrada, empezó a desarrollar las funciones de secretario del juzgado Segundo de lo Civil de Morelia. Con el apoyo familiar se le concedió el mismo nombramiento en la Tercera Sala del Supremo Tribunal de Justicia, donde permaneció cuatro años. Posteriormente pasó a ser secretario de la Segunda Sala, en 1936. En virtud de su experiencia y debido a que era conocido en el Poder Judicial del Estado, también tuvo una injerencia en la organización de los trabajadores. En 1939 formó parte del Comité Ejecutivo del Sindicato de Trabajadores del Poder Judicial de Michoacán, como secretario de organización. Enseguida de esa vivencia, avanzó un poco más en el cumplimiento de uno de sus sueños, en 1944 se le nombró magistrado sustituto.


Estando ya en la ciudad de Morelia tuvo la oportunidad de incorporarse la actividad magisterial. Desde 1943 lo encontramos desempeñándose como docente en el Colegio Primitivo y Nacional de San Nicolás, impartiendo la clase de Geografía Física y Geografía Humana.3 Ya comentamos que en 1947 obtuvo el título de licenciado en Derecho, y a partir de entonces también formó parte del cuadro de profesores de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Michoacana.


Con la experiencia que había obtenido en su amplio recorrido por la judicatura michoacana y estos primeros años en la docencia, muy pronto empezó a ser reconocido como uno de los profesores de mayor prestigio en esa dependencia universitaria. Durante casi treinta años fue titular de la cátedra de Derecho Internacional Público y Derecho Administrativo. Asimismo impartió los cuatro cursos de Derecho: Civil, Contratos, Internacional y Privado, de 1957 a 1969. A manera de dato curioso y con base en la información resguardada en el Archivo Histórico de la Universidad Michoacana, a finales de los años cincuenta del siglo pasado, los profesores de la universidad que asumían la titularidad de alguna asignatura, estaban obligados a rendir protesta ante el rector, para desempeñar leal y patrióticamente sus quehaceres. Un profesor por horas ganaba 330 ps. mensuales, y estaba obligado a dar tres horas a la semana.


Como se dijo anteriormente, desde que se trasladó a Morelia, conjugó las actividades de profesor y juez. En septiembre de 1946 participó como secretario del Supremo Tribunal de Justicia, y de 1947 a 1957 fungió como titular del Juzgado Primero de lo Civil de Morelia. Su carrera judicial la continuó como juez segundo menor municipal de Morelia en 1952. A mediados de 1953 tuvo que disminuir su actividad laboral a causa de una enfermedad que lo aquejó. Entre otras cuestiones, solicitó permiso en la Facultad de Derecho, para ausentarse de las clases de Derecho Procesal Civil, Contratos y Derecho Internacional Privado. Una vez recuperado del malestar físico que lo aquejó, volvió a retomar su antiguo ritmo de trabajo. Ya para 19561encontramos como magistrado supernumerario del Supremo Tribunal de Justicia de Michoacán. De manera paralela fue juez segundo de lo penal de Morelia durante algunos meses de ese año. Su estancia dentro de organización sindical de los trabajadores de la judicatura estatal, le permitieron familiarizarse con ese tipo de asuntos, conocimiento que le fue útil posteriormente, ya que de 1956 a junio de 1959 ocupó el cargo de presidente de la Junta de Conciliación y Arbitraje.

FUNCIONARIO NICOLAITA y RECTOR

Durante la década de los cincuenta del siglo pasado, se dio una alternacia en la rectoría entre los médicos y los abogados. Para 1956 se desempeñaba como tal el médico Luis Mora Serrato, quien duró muy poco tiempo. El 25 de abril de ese año fue nombrado rector de la Universidad Michoacana, el licenciado Alfredo Gálvez Bravo. Meses después arribaría a la gubernatura otro egresado de la Universidad Michoacana: el también abogado David Franco Rodríguez. Toda parecía indicar que la Máxima Casa de Estudios de Michoacán, tendría un futuro promisorio con la participación de estos personajes en esos dos niveles, máxime que eran abogados y se conocían. Luego de cuatro semestres de gestión, el 1 de abril de 1958 el rector nombró como su secretario general al profesor Enrique Estrada Aceves. Desde su arribo a esa responsabilidad se ocupó de llevar a cabo los trabajos necesarios encaminados a reformar la Ley Orgánica.


Dentro de la administración universitaria existía la preocupación de encontrar el mejor método de cómo enseñar a los estudiantes. Para ello el Departamento Técnico Pedagógico revisó los planes de estudios de la Escuela de Iniciación Universitaria, del Colegio de San Nicolás, y de las carreras de Comercio, Químico Farmacobiología y Enfermería. Este quehacer se complementó con la celebración de la VIII Asamblea Extraordinaria de la Academia Mexicana de la Educación. En el quehacer desplegado por las autoridades centrales de rectoría, cumplió una función importante el secretario general, sobre todo en relación al mantenimiento del orden en la vida universitaria. A lo largo de dos años se llevó bien la política interna universitaria, sin embargo después de ese lapso aparecieron las inconformidades. Como ya era costumbre y tradición en la Universidad Michoacana, en junio de 1959 se llevarían a cabo las elecciones para diputados locales, situación que repercutiría en esa Casa de Estudios, pues los políticos la utilizaban como plataforma para alcanzar sus beneficios particulares. Dicha intervención generalmente se daba por medio de los jovenes estudiantes, quienes siempre han sido fácil de manipular.


Naturalmente que los acomodos de ese año estaban relacionados también con el próximo relevo en la rectoría nicolaita. A principios de marzo de 1960 la Federación de Estudiantes presentó un pliego de peticiones al Gobierno del Estado. Ante la falta de una respuesta el 6 de abril los alumnos tomaron las instalaciones de la Universidad.4 Dadas las circunstancias, el rector Gálvez Bravo, renunció a su cargo, la cual no le fue aceptada por el Ejecutivo estatal. Mientras tanto, los paristas declararon que en lo sucesivo sólo reconocerían al licenciado Enrique Estrada Aceves para las negociaciones. La Federación de Profesores brindó su apoyo a los estudiantes, y fue así como el gobernador David Franco Rodríguez se vio orillado a reconocer la renuncia del rector. Atendiendo a las disposiciones de la Ley Orgánica, tocaba al Consejo Universitario presentar una terna para la designación del nuevo rector, sin embargo ese cuerpo colegiado sostuvo como interino a Estrada Aceves, mientras eran resueltas las peticiones de los paristas.


 

Inauguración de los cursos de 1961, (AH-UM),


Para presionar al nuevo rector, los estudiantes moradores de casas, organizaron una "Feria de Muebles", sacando de las habitaciones las camas, colchones, roperos, trastos, máquinas de escribir y ropa usada y sucia, para exhibirla en el centro de la ciudad. Inmediatamente presentaron un nuevo pliego petitorio, donde reducía muchas de sus demandas, que sólo alcanzaban la cifra de $1,823,636.00, mismo que fue resuelto por el gobierno del estado. Al existir esa respuesta, los muchachos entregaron las instalaciones universitarias, reanudándose las actividades. Así quedó de manifiesto que la movilización
estuvo encaminada a destituir al licenciado Alfredo Gálvez Bravo, quien era reconocido por su disciplina y rigidez en los asuntos financieros.


A pesar de lo anterior, el Consejo Universitario se mantuvo en su actitud de sostener interinamente a Enrique Estrada, absteniéndose de enviar al Ejecutivo Estatal una terna para designar rector definitivo. Ya para ese entonces el argumento que utilizaron era que, se nombraría rector definitivo hasta que se redactara una nueva Ley Orgánica, actividad en la que se venía trabajando desde unos meses atrás. El licenciado Estrada se dio a la tarea de dar continuidad a lo que se había hecho hasta el momento, para poder contar con una nueva ley en el menor tiempo posible y así regularizar la situación administrativa universitaria.


La situación económica de la universidad, dependían en gran medida del apoyo proveniente de las instancias estatal y federal. Sabedor de ello, el rector Estrada Aceves, quien ya tenía un recorrido amplio en el ámbito político, promovió una visita a la ciudad de México, haciéndose acompañar de algunos integrantes del Consejo Universitario, para invitar al presidente de la República, Adolfo López Mateos, al significativo acto del 8 de mayo en el Colegio de San Nicolás. Su proyecto no se limitó sólo a la invitación, sino que promovió la entrega del grado de Doctor Honoris Causa. Como era de esperarse el representante del Ejecutivo Federal aceptó. El día del evento fue significativo y de gran relevancia por la presencia del presidente, quien en el Aula Mater del Colegio, recibió el reconocimiento. Posteriormente, como era costumbre, presidió el acto de aniversario del natalicio de Hidalgo, en el segundo patio, donde resaltó la idea del nicolaisismo. Indiscutiblemente que este hecho significó un apoyo importante para el rector interino, quien aspiraba a ocupar el cargo de manera definitiva.

Aparte de las cuestiones ordinarias que le correspondía atender,
Estrada Aceves retomó con nuevos bríos las tareas de la reforma
a la ley Orgánica, pues estimaba que esa sería otra de sus cartas
fuertes, en la carrera hacia la definitividad.

Se conformó una comisión integrada por el propio rector interino y el licenciado Guillermo Morales Ossorio, quien era su camarada de profesión y con quien llevaba una buena amistad. Para darle presencia y seriedad a este organismo, incluyó al ex rector, médico Luis Mora Serrato, así como a los alumnos Alejandro Conejo y José de Jesús del Toro Cuevas. La idea era que la comisión redactara un proyecto de Ley Orgánica, para presentarla y discutirla al interior del Consejo Universitario y posteriormente remitirla para su análisis al Congreso. Hubo una amplia participación de los universitarios en esta iniciativa, pues los profesores, por medio de la Federación de Estudiantes Universitarios, prepararon otro proyecto a cargo de su Comité Ejecutivo, encabezado por el licenciado Ángel Baltazar Barajas. Una tercera propuesta corrió a cargo del ex rector Alfredo Gálvez Bravo, quien había iniciado estos trabajos durante su administración; luego entonces tenía suficientes elementos para elaborar un proyecto de ley. Los alumnos por medio de la Federación de Estudiantes de la Universidad Michoacana hicieron lo propio.


En los primeros meses de 1961 el Congreso tenía en sus manos todas las propuestas, y el 31 de julio del mismo año fue expedida la nueva Ley Orgánica de la Universidad Michoacana.5 Este nuevo marco
jurídico causó muchas expectativas, pues hacia casi veintidos años que no había sufrido modificación alguna. Con estas disposiciones se pretendía iniciar un proceso de modernización en la Universidad. De las cuestiones a destacar estuvo la creación del Consejo de Investigación Científica, presidido por un Coordinador. Entre sus objetivos se encontraban: fomentar el interés y orientar la vocación de los estudios científicos en todos sus niveles de la enseñanza; dirigir y organizar los trabajos de la investigación científica; plantear las necesidades de efectuar investigaciones y promover su realización en los centros adecuados.6


La administración de Estrada Aceves le dio continuidad a muchas de las tareas que se habían iniciado durante el rectorado anterior de Alfredo Gálvez Bravo. Desde la perspectiva material, prosiguió con la construcción del edificio para la Facultad de Derecho, ubicada a un costado del Bosque Cuauhtémoc, instalaciones donde ahora se encuentra la Facultad de Odontología, sobre la avenida Ventura Puente. El acto inaugural ocurrió el 7 de mayo de 1960, justo un día antes del aniversario del Natalicio de Miguel Hidalgo. Cabe decir que el levantamiento de este edificio en ese lugar, obedeció a que uno de los grandes proyectos de las autoridades nicolaitas, era conformar en esa parte de Morelia, la Ciudad Universitaria, pues hacia el oriente se ubicaban varias de las escuelas. Por cierto, muy cerca de la de Derecho, estaba la Facultad de Medicina, donde se estableció un Laboratorio de Criminología, que complementaría la actividad de los abogados en los procesos penales vinculados a homicidios o heridas.
La Universidad empezó a diversificar la organización de eventos académicos para involucrar a sus profesores y alumnos. Destacan por su trascendencia, los seminarios que organizó el Departamento Técnico Pedagógico, sobre Problemas de Enseñanza de Lenguas Extranjeras. En esa reunión participaron la Universidad Nacional Autónoma de México, la Escuela Normal Superior, el Centro Internacional de Estudios Pedagógicos y el Instituto Mexicano Norteamericano de Relaciones Culturales, estableciéndose las raíces de lo que más tarde fue el Departamento de Idiomas, vinculado al área de las ingenierías y que con el paso de los años se independizó, para conformar la dependencia universitaria que conocemos en la actualidad y que ofrece la enseñanza de más de diez idiomas, con reconocimiento a nivel internacional. El mismo departamento organizó un curso intensivo sobre Química de Suelos, contando con el apoyo de la Secretaría de Agricultura, el Colegio de Pos graduados de Chapingo y la Escuela de Agrobiología de la Universidad Michoacana.


En un esfuerzo por vincularse y llevar la cultura a la sociedad more liana, la Escuela de Bellas Artes estableció: Una Hora de Apreciación Musical, consistente en la ejecución de alguna obra, y en donde al finalizar, los expertos brindaban explicaciones detalladas al público. La propia Universidad fue sede de la Segunda Reunión Nacional de la Asociación Mexicana de Gastroenterología. En la propia Facultad de Medicina se realizó un curso de Cirugía Nasal a cargo de especialistas de las universidades de San Luis Missouri, Yale y Baylor Texas. A decir del licenciado Estrada, con toda esta serie de actividades la Universidad se orientaba por el camino de la modernización. Comentaba que aunque con paso lento, pero en la Casa de Vasco de Quiroga e Hidalgo se vivía un proceso de superación creando laboratorios, enriqueciendo bibliotecas y abriéndose nuevos estudios.

Traslado de las reliquias de Melchor Ocampo. 3 de junio de 1961. (AH-UM).
 
ENTRE LA ACADEMIA Y LA JUDICATURA


El 5 de agosto de 1961 concluyó su gestión como rector, dejándole la responsabilidad al doctor Elí de Gortari. Inmediatamente se consagró a la atención de sus clases en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. Luego de un año de docencia, interrumpió de nueva cuenta sus cátedras normales, cuando el 17 de septiembre de 1962 se le dio el nombramiento de presidente del Supremo Tribunal de Justicia. Al mismo tiempo fue magistrado de la Primera Sala de esa judicatura. Al cumplirse los doce meses, fue reelegido para un año más como presidente de ese cuerpo judicial. A lo largo de todo este tiempo, como lo hizo siempre, alternó sus actividades de funcionario público con las de mentor en la Universidad Michoacana. Parte de su tiempo como académico lo dedicó a la redacción de un trabajo, que posteriormente fue publicado con el título de: Derecho Internacional Privado Mexicano, que sirvió de texto en las Universidades de Ciudad Iuárez, Durango y en la Michoacana.7 El 28 de agosto de 1971 se le concedió el nombramiento de director de su querida Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, en su carácter de decano de esa dependencia. Desafortunadamente a la edad de 65 años su estado de salud vino a menos, de tal forma que en el mes de agosto de 1972 inició trámites para promover su jubilación en la Universidad. Al parecer tenía la enfermedad de cardiopatía arteriodema, que lo imposibilitaban para continuar desempeñando normalmente sus actividades profesionales y como docente, así lo hizo saber uno de los mejores cardiólogos de Morelia Santiago Barajas. Falleció el 23 de noviembre de 1973.


El gobernador David Franco Rodriguez y el rector Enrique Estrada Aceves, (AH-UM) .

 

 

El rector Enrique Estrada Aceves entrega el nombramiento de Doctor Honoris Causa
al presidente Adolfo López Mateos, 8 de mayo de 1960, (AH-UM).

 

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1 Archivo Histórico de la Universidad Michoacana (AHUM), Fondo: Control Escolar, Sección: Estudiantes universitarios, Serie: Expediente de estudiante, Caja 748, Exp. 1,20 de junio de 1937, f.4.

2 AHUM, Fondo: Control Escolar, Sección: Estudiantes Universitarios, Serie: Expediente de estudiantes, Caja 748, Exp. 1,22 de enero de 1947.
3 AHUM, Fondo: Secretaría Administrativa, Sección: Personal Universitario, Serie: Docentes y administrativos, Caja 11, Exp. 146, 16 de abril de 1943.

4 En casi toda la bibliografía que habla sobre los movimientos estudiantiles, se refiere equivocadamente a una huelga. Lo correcto es: "paro de actividades" o "toma de Instalaciones", pues el concepto huelga es de otra connotación.

5 Raúl Arreola Cortés, Historia de la Universidad Michoacana, Morelia, Universidad Michoacana, 1984, p. 173.


6 Leyes Orgánicas de la Universidad Michoacana de..., Recopilación, textos introductorios y presentación de Ángel Gutiérrez. Morelia, Universidad Michoacana, 2001, p. 104

7 Sergio García Ávila, y Saúl Raya Ávalos, Los Estudios de Derecho en MoreIia y los Abogados de Michoacán, Morelia, Universidad Michoacana, Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Michoacán, Editorial Morevallado, 2007, p. 169.