Texto universitario


 

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LOS RECTORES 

ALFREDO GÁLVEZ BRAVO
1956-1960

Ramón Alonso Pérez Escutia
Facultad de Historia

 

 

UN JIQUILPENSE ENTRE EL SERVICIO PÚBLICO Y LA DOCENCIA

Alfredo Gálvez Bravo vino al mundo e14 de octubre de 1913 en la ciudad de Jiquilpan de Juárez, Michoacán, en el seno del matrimonio formado por Saturnino Gálvez y María Dolores Bravo. Fue alumno de la Escuela Oficial para Niños Belisario Domínguez, a cargo del profesor José Gallardo Salinas.

A la edad de 16 años arribó a la ciudad de Morelia para llevar a cabo los estudios de nivel secundaria en el Colegio Primitivo y Nacional de San Nicolás, en el periodo 1929-1931, donde fue contemporáneo, entre otros, de David Franco Rodríguez, futuro gobernador de Michoacán.


Los cursos correspondientes al bachillerato los realizó en este mismo plantel durante el periodo 1932-1933. Se inscribió como alumno de la Facultad de Jurisprudencia y figuró como integrante de la generación 1934-1938. Efectuó las prácticas profesionales al lado de los abogados Juan Tenorio Carmona, en la Junta Central de Conciliación y Arbitraje; Alberto Caballero, juez de Distrito; Octavio Oropeza, Carlos Huerta Cañedo, Luis Laya Villaseñor, el notario Adolfo Cano Saavedra y Ramón Villaseñor, entre otros; así como con el ingeniero Porfirío García de León, en la Comisión Agraria Mixta
de Michoacán.1

Desde entonces, Alfredo Gálvez Bravo cultivó una entrañable relación con Gustavo Gallardo González, con quien fue compañero de luchas universitarias. Ambos lideraron agrupaciones como el Bloque Radical Estudiantil de Jurisprudencia, en 1935; el Bloque de Jóvenes Socialistas de Michoacán y la filial en la entidad de la Federación de Estudiantes Revolucionarios del Norte (FERN). Desde ese año fueron abiertos y firmes impulsores de la eventual candidatura del general Dámaso Cárdenas del Río al gobierno constitucional de Míchoacán.2 Los dos efectuaron de manera conjunta los trámites de rigor para la titulación como abogados postulantes. La mesa sinodal de Gálvez Bravo fue integrada por los licenciados Adolfo Alvarado, como presidente; Jesús Ortega Calderón, José Márquez, Rafael García de León, Joaquín Antúnez Ruiz y José Cortés Marín. Con la tesis El Estado y el Derecho en la lucha de clases, el jiquilpense Gálvez Bravo sustentó el examen recepcional el 2 de abril de 1938, en la Facultad de Jurisprudencia, en Morelia.3


La actividad académica de Gálvez Bravo se inició formalmente el 24 de marzo de 1936, cuando aún era alumno en la Facultad de Jurisprudencia, al impartir en la Escuela Normal Mixta de la Universidad Michoacana la cátedra de Historia Universal durante un semestre. Por ese entonces realizó además algunos estudios de piano y solfeo. Poco antes de graduarse como abogado, en enero de 1938, rechazó impartir la materia de Lógica en el Colegio de San Nicolás. A petición de un grupo de alumnos de la Facultad de Jurisprudencia, en mayo de este último año, el licenciado Gálvez Bravo asumió la cátedra de Derecho Constitucional que había dejado vacante el profesor José Cortés Marín. Más tarde, a solicitud expresa de otros alum- nos del Colegio de San Nicolás, la rectoría le asignó la materia de Sociología. Esta asignatura la disertó también desde febrero de 1939 en la Facultad de Iurisprudencía.4


Lic. Alfredo Gálvez Bravo y su generación, (AFIIH-UM).


Durante los dos años siguientes, el abogado Gálvez Bravo al tiempo que se desempeñaba en el servicio público se mantenía en el ejercicio de sus cátedras en la Universidad Michoacana. De la misma manera fue protagonista de primer nivel del movimiento social de la entidad. En 1939 figuraba como promotor del Frente de Abogados Revolucionarios de Occidente (faro), y al año siguiente participaba en el proyecto de la Federación de Profesionistas Revolucionarios de Michoacán.5

A principios de 1941, una corriente estudiantil de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales pretendió postularlo para la dirección de este plantel, pero fue hasta el mes de febrero de 1943, en el contexto del conflicto universitario de ese entonces, que fungió durante algunos días como director provisional. Ese mismo año inició estudios en la Escuela Normal Mixta, los cuales decidió abandonar a los pocos meses, ante las circunstancias que imperaban en la Casa de Hidalgo.6


Las relaciones laborales que generó motivaron al abogado Gálvez Bravo a gestionar en diversos momentos licencias para separarse del ejercicio de sus cátedras en la Universidad Michoacana, a lo largo de la década de los años cuarenta.


Entre 1940 y 1942 fungió por primera ocasión como magistrado del Supremo Tribunal de Justicia del Estado. La buena y cercana relación con el gobernador Félix Ireta Viveros posibilitaron que, en 1943, se desempeñara como presidente municipal de Morelia.

El lapso 1944-1949 fue el más prolongado de su ausencia en esta institución educativa. La mayor parte de ese periodo figuró en la Ciudad de México como funcionario en la Procuraduría General de Justicia del Distrito y Territorios de la Federación, donde entre otras cosas fue agente del Ministerio Público de la Federación y oficial mayor.

Los años de estancia del abogado Gálvez Bravo en la capital de la República fueron sustancialmente provechosos, pues además de su ejercicio en la burocracia federal procedió a efectuar actividades de capacitación. Por ejemplo, en 1947 se inscribió en la Escuela Normal Superior de México para cursar la especialidad en Civismo, en tanto que en 1949 llevó a cabo en ese mismo plantel la de Historia Universal.7

Fue hasta el verano de este último año cuando Gálvez Bravo retornó intempestivamente a Morelia, para desempeñarse como titular de la Procuraduría General de Justicia del Estado durante el gobierno interino de Daniel T. Rentería. Poco antes de concluir dicha administración estatal, en el mes de junio de 1950, el licenciado Gálvez Bravo reingresó como docente a la Universidad Michoacana, para impartir la cátedra de Derecho Penal, por acuerdo del rector Jesús Pineda Ortuño. Sin embargo, su estancia fue sumamente breve, pues entre octubre de 1950 y agosto de 1953 permaneció de nuevo en la Ciudad de México, ejerciendo diversos cargos en la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal. Por ese entonces tuvo oportunidad de retomar la docencia. En la primavera de 1953 figuraba como profesor de Ética en la Escuela de Enseñanzas Especiales número 7, Trabajo Social, de la capital de la República. Durante el periodo 1953-1956 se registró su segunda etapa como magistrado integrante del Supremo Tribunal de Justicia de Michoacán.8

Los eventos político-sociales suscitados en Michoacán desde la primavera de 1956, en la coyuntura de la renovación de los poderes del Estado, donde se involucraban como protagonistas de primer nivel varios de sus amigos cercanos, trajeron de regreso a las aulas nicolaitas al licenciado Alfredo Gálvez Bravo.

Con fecha 20 de marzo, el rector interino Luis Mora Serrato lo designó como titular, una vez más, del primer curso de Derecho Penal en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, quedando así habilitado como docente universitario para lo que le deparaba el futuro inmediato.9

HACIA LA MODERNIZACiÓN Y EXPANSION DE LA UNIVERSIDAD

La gestión del médico Luis Mora Serrato al frente de la rectoría de la Universidad Michoacana fue sumamente breve, debido al conflicto estudiantil que enfrentó y presumiblemente fue secuela del ocurrido en el Instituto Politécnico Nacional y en otras casas de estudios de nivel superior del país. Lo cierto es que ello propició las condiciones para que el abogado Alfredo Gálvez Bravo fuera nominado para relevarlo, al ser seleccionado en la terna que integró con su homólogo Guillermo Morales Ossorio y el ingeniero Héctor Aragón Ruiz, e125 de abril de 1956.


Su buena relación con el gobernador saliente Dámaso Cárdenas del Río, su paisano y aliado político desde sus años mozos; así como con el candidato priista a sucederlo, David Franco Rodríguez, su contemporáneo y amigo en el bachillerato del Colegio de San Nicolás, fueron determinantes para la paz y estabilidad que prevalecieron al interior de la Universidad Michoacana, prácticamente hasta el final de su gestión. 10

Sin embargo, cabe destacar que el rectorado de Gálvez Bravo debió afrontar
durante sus dos primeros meses, la parte medular de la huelga estudiantil
suscitada al interior de la Universidad Michoacana.

Los alumnos organizados presentaron diversos pliegos petitorios encaminados a lograr el remozamiento y sustancial crecimiento de la infraestructura material y de servicios académicos y administrativos de la institución, sobre la percepción generalizada de que se registraba un deterioro y rezago evidentes. Las negociaciones encabezadas por el propio gobernador Dámaso Cárdenas del Río fueron sumamente tensas entre los meses de mayo y junio de 1956.


Durante este último, los inconformes se movilizaron con posturas radicales, dando lugar a actos de vandalismo en el centro de Morelia. Fue hasta el día 2S cuando se llegó a un acuerdo para incrementar de manera sustancial el presupuesto universitario y con ello estar en posibilidad de emprender un profundo proceso de renovación de la Universidad Michoacana en diversas áreas.11

El joven abogado y dos amigos en el campo, (AHIH-UM),

En materia de gobierno, el rector Gálvez Bravo promovió reformas y adiciones a varios artículos de la Ley Orgánica vigente, con el propósito de clarificar la designación, las atribuciones y responsabilidades tanto del rector como de los funcionarios de la administración central, directores, personal docente, trabajadores manuales y administrativos, así como el alumnado en su conjunto, en congruencia con las exigencias que generaban los procesos de diversificación de la oferta educativa y de la masificación de la matrícula estudiantil. Con ello se buscaba racionalizar el uso del presupuesto universitario y transparentar las finanzas frente a las autoridades estatales y federales, y la opinión pública en general.12


En virtud de que la principal causa del malestar e inconformidad en el seno de la Universidad Michoacana lo constituía la insuficiencia de recursos económicos para atender su incontenible y necesario proceso de crecimiento para ampliar la capacidad de atención a los jóvenes demandantes de educación superior, el rector Gálvez Bravo orientó sus esfuerzos a la gestión permanente con las autoridades estatales y federales.


De esta manera, a lo largo del cuatrienio de su actuación, el presupuesto para esta Casa de Estudios registró, en términos generales, un sostenido crecimiento. Así las cosas, en 1956, año de la primera huelga estudiantil, se otorgaron en números cerrados a la Universidad 2,4 millones de pesos; la cifra ascendió en 1957 a 3,6 millones de pesos; pero en 1958, por la combinación de diversos factores y circunstancias, el monto se redujo a escasos 1,8 millones de pesos; para repuntar en 1959 a 2,3 millones de pesos. Para el ejercicio de 1960 se proyectó un gasto de cinco millones de pesos.13

No obstante el eficiente manejo del presupuesto universitario, pronto resultó insuficiente para abatir la problemática estructural de la institución, lo que en parte explica la persistencia de la inconformidad de alumnos y docentes, siendo el factor que desencadenó el otro conflicto suscitado al finalizar la gestión Gálvez Bravo, y cuya parte medular se desarrolló durante el interinato del abogado Enrique Estrada Aceves.

Lic. Alfredo Gálvez Bravo y el Gral. Félix Ireta, (AHIIH-UM).


En este contexto, la limitada capacidad económica de la Universidad Michoacana para ampliar sustancial mente su oferta educativa, se vio reflejada en la evolución de la matrícula estudiantil en tiempos del rector Gálvez Bravo.


En 1956, el número total de alumnos fue de dos mil 388; los que al año siguiente se redujeron a dos mil 334; en 1958 hubo un ligero incremento a dos mil 492; en 1959 fueron dos mil 904; pero en 1960, año de la segunda huelga estudiantil, la cifra se elevó a tres mil 500 estudiantes. Lo anterior significa que en el bienio 1959-1960, la Casa de Estudios matriculó a poco más de mil nuevos alumnos, representando así un aumento de casi 40% respeto al promedio de ingreso de los tres años precedentes.14
Ninguna de las fuentes de información existentes para historiar el rectorado del licenciado Gálvez Bravo, aporta cifras específicas sobre la composición aritmética de la plantilla docente de la Universidad Michoacana.


Se registran datos aislados como el hecho de que en 1958, el número de profesores de tiempo completo
subió de dos a trece.15 El doctor Arreola Cortés asegura que en este periodo de gobierno universitario se suscitó un incremento de entre 49 y 66% al monto de los salarios de los profesores de carrera y de asignatura. Ilustrativo es el hecho de que en 1959, la partida para el pago de personal docente fue de un millón 845 mil 316 pesos, 87 centavos; y para 1960 ascendió a dos millones 474 mil 875 pesos, lo que significó un incremento, de un año a otro, de 25% en dicho rubro.16


Con base en estos indicadores, se identifica como la aportación académica más significativa del rectorado de Gálvez Bravo al desarrollo de la Universidad Michoacana, la profunda reforma llevada a cabo en el ámbito de los métodos y las técnicas de enseñanza. Con ese propósito se instaló en 1957 el Departamento Técnico Pedagógico, cuya tarea principal fue la revisión exhaustiva de los planes de estudios de cada uno de los planteles integrantes de la institución, alrededor de lo cual se convocó a la participación activa de sus directivos y docentes.


El procedimiento genérico en todos los casos fue la presentación y revisión minuciosa de los programas de cada asignatura; además de la recopilación y del análisis a detalle de los diferentes tipos de exámenes y demás instrumentos de evaluación pedagógica. De esta manera se elaboraban las propuestas de horarios de clases para el mejor aprovechamiento en cada materia; se hacían sugerencias para el uso adecuado del tiempo libre por parte de los alumnos; también se implantaron diversos lineamientos para promover la orientación vocacional a los jóvenes aspirantes de nuevo ingreso, entre lo más relevante.17


En ese marco se suscitó una inédita, dinámica y sostenida actividad académica, reflejada en la organización y el desarrollo de reuniones científicas, cursos, ciclos de conferencias, foros de debate, mesas redondas, congresos, paneles y talleres de capacitación, en prácticamente todos los planteles de la Universidad Michoacana, bajo la coordinación del Departamento Técnico Pedagógico.


Toda esta labor constituye uno de los propósitos fundamentales para lograr la interlocución y efectiva socialización de experiencias, tanto entre la plantilla docente y el alumnado de la institución, como con prominentes académicos y científicos de las otras casas de estudios superiores del país e incluso del extranjero.

Estas tareas se aprovecharon además para conmemorar efemérides emblemáticas, como fue el caso en 1959 del centenario de la promulgación de las Leyes de Reforma, sobre lo cual se impartieron conferencias alusivas a ese tema. Se suscribieron diversos convenios y se efectuaron acciones conjuntas con instancias como la Universidad Nacional Autónoma de México y la Escuela Normal Superior de México, para concretar proyectos de investigación educativa alrededor de la problemática persistente en el nivel superior.18


En cuanto a la expansión de la oferta educativa de la Universidad Michoacana, en el periodo 1956-1960 no hubo realizaciones de alto impacto al haberse priorizado la reforma técnico-pedagógica y la construcción de infraestructura material. Por lo tanto, lo más relevante en ese rubro lo constituyó la reapertura de la Escuela de Enfermería con un nuevo plan de estudios, mientras en la Facultad de Medicina se crearon los departamentos de Fisiología, Anatomía Patológica, Medicina Preventiva y Bioestadística.

En la Escuela de Comercio se fundó un laboratorio de Contabilidad equipado con máquinas de escribir, sumadoras y calculadoras.

En la Escuela de Ingeniería se instaló un museo mineralógico a partir de la colección donada por el profesor Genaro González Reyna. Se crearon las carreras de Bibliotecario y Archivista. En la Escuela Popular de Bellas Artes se acordó separar los estudios de Teatro y Danza, para vincularlos con el Departamento de Extensión Universitaria. Por otro lado, se integró el Cuarteto Clásico; y se asesoró al gobierno del Estado en la integración de la Orquesta de Cámara, base de la posterior Orquesta Sinfónica de Michoacán.19


En cuanto a realizaciones en materia de infraestructura durante el rectorado de Gálvez Bravo, cabe apuntar que con base en los acuerdos establecidos el 25 de junio de 1956 con la administración estatal para finalizar la huelga estudiantil, en todos los planteles se emprendieron trabajos de remozamiento y/o edificación de inmuebles con su respectivo equipamiento. Las obras de mayor significado fueron las modernas instalaciones de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, que serían inauguradas durante el interinato del abogado Estrada Aceves, en mayo de 1960; así como otras aulas, laboratorios, anfiteatro y áreas administrativas de la Facultad de Medicina. Y entre 1956-1959 se levantó totalmente la sede de lo que fue la Casa del Estudiante Melchor Ocarnpo.20

Respecto al protagonismo de los diferentes actores concurrentes al interior de la Universidad Michoacana, para el caso de la Federación de Maestros de la Universidad Michoacana no se advirtió una actividad sistemática ni relevante durante la gestión del abogado Gálvez Bravo, toda vez que sus expectativas de incremento salarial fueron colmadas en términos sumamente ventajosos. Pero no sucedió lo mismo con el Sindicato Único de Empleados de la Universidad Michoacana (SUEUM), toda vez que sus bases y líderes generaron la percepción de que: "el rectorado de Gálvez Bravo se caracterizó por imponer una política de austeridad rígida, en especial con respecto a los empleados administrativos; en lugar de buscar mejorar sus condiciones, les restó conquistas ya ganadas, como la paga del último día de los meses que traían 31 días".


En el monumento a Hidalgo en
el Colegio de San Nicolás, (AFIIH-UM).

En ese tenor, las reformas efectuadas a la Ley Orgánica para hacer eficiente la administración universitaria, también afectaron los intereses y el posicionamiento de los integrantes del sueum, por lo que fue frecuente la concurrencia de éstos ante los tribunales laborales para dirimir diferencias y discrepancias.21


En el caso del movimiento estudiantil organizado en la Universidad Michoacana, cabe reiterar lo anotado líneas atrás en el sentido de que el rector Alfredo Gálvez Bravo fue recibido con una huelga estudiantil y despedido con otra no menos ruidosa, pero en general su gestión se caracterizó por una sólida relación generada y sostenida con las diferentes agrupaciones de este perfil. La Federación de Estudiantes de la Universidad Michoacana y el Consejo Estudiantil Nicolaita siguieron siendo las organizaciones más importantes e influyentes.


La infraestructura de albergues comprendía la Casa del Estudiante Nicolaita, la Casa del Estudiante Isaac Arriaga y a partir de 1959 se sumó la Casa del Estudiante Melchor Ocampo, en la que, como se mencionó, se construyeron instalaciones ex profeso, siendo de los pocos casos de este tipo, en los cien años de la historia universitaria.22

El rectorado de Gálvez Bravo tuvo el cuidado de no suscitar la discrepancia con las agrupaciones estudiantiles, en aras de mantener la estabilidad de la Universidad Michoacana. Al respecto, llama la atención el hecho de que el subsidio a los albergues se incrementó sustancialmente. Por ejemplo, en 1956 se canalizaban a manutención de las casas del estudiante 88 mil 770 pesos, pero en 1957 el dinero destinado fue por 155 mil 906 pesos, es decir, de un año a otro prácticamente se duplicó. Sin embargo, la rígida disciplina implementada por las autoridades universitarias inhibió a muchos jóvenes para radicar en esos lugares. Esta situación la refleja el hecho de que en 1958, el total de moradores ascendía a 430 individuos, que representaban 17,12% de la matrícula universitaria; pero al año siguiente los habitantes de las casas se redujeron a 368, constituyendo apenas 12,47% de la matrícula de esta institución educativa.23


Se ha atribuido a la presunta displicencia y desatención de los albergues estudiantiles y de la Universidad Michoacana en su conjunto, los motivos que ocasionaron la huelga estudiantil de la primavera de 1960, justo cuando el licenciado Gálvez Bravo cumplía con su cuatrienio en la rectoría. Por lo tanto, no debe desestimarse además la existencia como factores de fondo de la expectativa y consecuente movilización protagonizada por los grupos de poder e interés en el seno de esta Casa de Estudios, para influir en la nominación de sus nuevas autoridades.


El 6 de abril de 1960 se inició la huelga contra la administración de Gálvez Bravo, en torno de la cual se registró la mediación personal del gobernador David Franco Rodríguez, buscando dirimir el conflicto. Sin embargo, los protagonistas se mantuvieron con su postura de intransigencia, por lo que la renuncia presentada desde el día 12 por el rector Gálvez Bravo, fue aceptada el día 18.


El abogado Enrique Estrada Aceves asumió la conducción administrativa de la Universidad Michoacana con carácter de rector provisional, y bajo su gestión se desarrolló el grueso de este movimiento.24

EL NICOLAICISMO SIEMPRE EN LA SANGRE

   Al finalizar su periodo de actuación al frente de la rectoría de la Universidad Michoacana, el abogado Gálvez Bravo retornó sus actividades docentes dentro de ésta, las cuales no había dejado del todo durante su desempeño en ese cargo.

 

Colegio de San Nicolás. (AFIIH-UM).

En enero de 1961 fue propuesto por el director de la entonces Escuela de Comercio y Enseñanzas Especiales, José Tavera Campos, para ocupar las materias de nueva creación de Introducción al Estudio del Derecho y Nociones de Derecho Civil, así como la de Ética.


En enero de 1962, en lo que ya era la Escuela de Contabilidad y Administración, el rector Elí de Gortari designó al licenciado Gálvez Brava como titular de la asignatura de Derecho Constitucional. Por otra parte, en septiembre de 1961 fue nominado como integrante por tercera ocasión del Supremo Tribunal de Justicia, para permanecer como magistrado de manera ininterrumpida durante casi dos décadas. En el periodo 1978-1980 fungió como presidente de dicho organismo judicial. 25


La pasión por la enseñanza y la permanente interlocución con los estudiantes, y no obstante sus responsabilidades en el Poder Judicial del Estado, motivaron al ex rector Gálvez Bravo a incrementar su carga docente en los años siguientes. Así las cosas, en agosto de 1962 fue designado como responsable del primer Curso de Actividades de Enseñanza Cívica, tanto en la Escuela Secundaria Femenil como en la Varonil. Con esta considerable carga laboral, estuvo en condiciones para gestionar la asignación de una plaza de tiempo completo.

Poco después, en el contexto del conflicto que aquejó a la gestión del doctor Elí de
Gortari, el abogado Gálvez Bravo fungió, entre los meses de marzo y abril de 1963,
como secretario general de la Universidad Michoacana.

 

Por ese entonces fue emitido el dictamen por medio del cual se precisó que reunía los requisitos para alcanzar la plaza de profesor de carrera categoría A. El 19 de abril de ese año le fue formalizado el nombramiento correspondiente al tiempo que renunciaba a la secretaría general de la administración central universitaria.26


El ex rector Gálvez Bravo cumplió con creces durante los siguientes doce años sus funciones de profesor de carrera de la Universidad Michoacana. Además de las asignaturas mencionadas, atendió diversas comisiones académicas, de representación, de difusión y cívicas, que le fueron asignadas por las sucesivas autoridades de la Universidad.


En el marco de su participación en la filial en la entidad de la Academia Mexicana de la Educación, en el verano de 1964 Gálvez Bravo viajó a los Estados Unidos para tomar parte en la Asamblea Mundial de la Educación. Casi en forma simultánea fue nominado por el rector Alberto Bremauntz, para figurar como miembro de las comisiones conmemorativas del 150 aniversario de la promulgación de la Constitución de Apatzingán, a celebrarse en el mes de octubre; así como del bicentenario del natalicio del Generalísimo Morelos, que se efectuarían en septiembre del año siguiente.27


Durante la breve gestión del doctor Nicanor Gómez Reyes -julio-octubre de 1966-, el abogado Gálvez Bravo fungió como representante jurídico de la rectoría durante varias semanas. Posteriormente, fue el encargado de concretar las diligencias para hacer efectivo el legado testamentario que hizo a favor de la Casa de Hidalgo el ex gobernador interino Arnulfo Ávila, destinado a la construcción del moderno auditorio universitario que llevó durante algún tiempo su nombre, y hoy lleva el nombre del filósofo Samuel Ramos.

Fue integrante, con los profesores Ramón Martínez Ocaranza y Rafael C. Haro, de la comisión académica que elaboró el primer proyecto de reforma al bachillerato nicolaita, en cuya propuesta se consignó que éste debería constar de tres años. En ocasión del cincuentenario de la fundación de la Universidad Michoacana, a conmemorarse a lo largo de 1967, el licenciado Gálvez Bravo fue miembro de la comisión organizadora de los festejos. Durante la primera mitad de los años setenta del siglo pasado, Gálvez Bravo figuró como presidente de la Sociedad de Geografía y Estadística en el Estado de Michoacán, marco en el cual organizó diversos eventos académicos.28

Por su amplio ascendiente y autoridad moral al interior de la comunidad universitaria, el 15 de abril de 1972 el licenciado Gálvez Bravo fue designado como integrante de la Junta de Gobierno, en sustitución del ingeniero Jose Guzmán Cedeño.


En la primavera de 1975, en el marco de su actuación al interior de este organismo, gestionó y concretó su jubilación como profesor de carrera, formalizándose el 13 de mayo de ese año. En congruencia con lo anterior, en abril de 1978 renunció a su actuación al interior de la Junta de Gobierno. En ocasión de la celebración del Día del Maestro en su edición del año 1980, el abogado Alfredo Gálvez Bravo figuró en la nómina de docentes nicolaitas galardonados con el rango de profesores eméritos de la Universidad Michoacana.29


Las dos últimas décadas de su vida, Alfredo Gálvez Bravo las vivió al lado de su familia, en la ciudad de Morelia. Murió a la edad de 88 años en esta ciudad, el 13 de junio de 2002. En noviembre de 2004, su esposa Amelia Ramírez Chavolla tomó la iniciativa de donar su basto acervo bibliográficopara enriquecer la biblioteca del Poder Judicial de Michoacán, en consideración al afecto y a la lealtad que sintió el ex magistrado por esa institución. En tanto que su no menos vasto archivo personal acrecentó, algún tiempo después, los fondos documentales del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Michoacana.30

 

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1 Archivo Histórico de la Universidad Michoacana (AHUM), Fondo: Control escolar, Sección: Estudiantes Universitarios, Serie: Expedientes de estudios, caja 133, Exp. 21629 de Alfredo Gálvez Bravo.

2 Archivo Histórico Gerardo Sánchez Díaz, del Instituto de Investigaciones Históricas, de la Universidad Michoacana (AHGSD-I1H-UM), Fondo: Alfredo Gálvez Bravo, caja 1, varios expedientes.
3 AHUM, Fondo: Control Escolar, Sección: Estudiantes Universitarios, Serie: Expedientes de estudios, Caja 133, Exp. 21629 de Alfredo Gálvez Bravo.

4 AHUM, Fondo: Secretaría Administrativa, Sección: Personal Universitario, Serie: Docentes y Administrativos, Caja 133, Exp. 2427 de Alfredo Gálvez Bravo. En abril de 1939 le fue retirada la titularidad de la materia de Sociología en el Colegio de San Nicolás, bajo el argumento de que la misma sería disertada por la recientemente llegada a Morelia María Zambra no, prominente intelectual española.

5 AHGSD-IIH-UM, Fondo: Alfredo Gálvez Bravo, caja, 1, varios expedientes.
6 AHUM, Fondo: Secretaría Administrativa, Sección: Personal Universitario, Serie: Docentes y Administrativos, Caja 133, Exp. 2427 de Alfredo Gálvez Bravo.
7 AHGSD-I1H-UM, Fondo: Alfredo Gálvez Bravo, Caja 1, varios expedientes; AHUM, Fondo: Secretaría Administrativa, Sección: Personal Universitario, Serie: Docentes y Administrativos, Caja 133, Exp. 2427 de Alfredo Gálvez Bravo; Raúl Arreola Cortés, Morelia (monografías municipales del Estado de Michoacán), México, Gobierno del Estado de Michoacán, 1978, p. 362.
8 AHGSD-I1H-UM, Fondo: Alfredo Gálvez Bravo, Caja 1, varios expedientes; AHUM, Fondo: Secretaría Administrativa, Sección: Personal Universitario, Serie: Docentes y Administrativos, Caja 133, Exp. 2427 de Alfredo Gálvez Bravo.

9 AHUM, Fondo: Secretaría Administrativa, Sección: Personal Universitario, Serie: Docentes y Administrativos, Caja 133, Exp. 2427 de Alfredo Gálvez Bravo.


10 Raúl Arreola Cortés, Historia de la Universidad Michoacana, Morelia, Universidad Michoacana, 1984, pp. 159-160; Romeo Ortega, El conflicto. Drama de la Universidad Michoacana, Morelia, La Voz de Michoacán, 1968, pp. 160-161.

11 Sobre el origen y desarrollo del movimiento estudiantil de la primavera de 1956, véase, Adolfo Mejía González, La huelga del 56 (vivencias nicolaitas de lucha y amor), Morelia, Universidad Michoacana, 1991, p. 14; Romeo Ortega, El Conflicto, pp. 162-172; Raúl Arreola Cortés, Historia de la Universidad Michoacana…, pp. 159-161.

12 Raúl Arreola Cortés, Historia de la Universidad Michoacana…, pp. 165 Y 167.
13Universidad Michoacana. Boletín mensual, números 20-21, Morelia, Universidad Michoacana agosto-septiembre de 1958, pp. 7-8; número 31, septiembre de 1959, pp. 2-5; número 35, marzo de 1960, pp. 16-18; David Franco Rodríguez, Segundo Informe del Gobierno al Pueblo de Michoacán (Cuadernos de Cultura Popular 15), Morelia, Talleres Gráficos de la Escuela Técnica Industrial Álvaro Obregón, 1958, pp. 5-6.

14 Jesús Romero Flores, director, Universidad Michoacana. Apuntes para su historia (Cuadernos de Cultura Popular 33), Morelia, Talleres Gráficos de la Escuela Técnica Industrial Álvaro Obregón, 1960, p. 5. El grueso de la población estudiantil se concentraba en los niveles de secundaria y bachillerato. Por ejemplo, en 1958, las escuelas de iniciación universitaria para varones y señoritas reunían, ambas, 590 alumnos. En el Colegio de San Nicolás había 848 estudiantes del bachillerato. Por lo tanto, entre los tres plantes registraban mil 426 alumnos. Esto representaba alrededor de 57% del total, mientras la Facultadde Ciencias Médicas y Biológicas, la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, la Facultad de Ingeniería y la Escuela de Comercio y Enseñanzas Especiales, tenían 255, 175, 140 Y 144 alumnos, es decir que entre las cuatro contaban apenas con 29% del universo estudiantil de la Universidad Michoacana.

15 Universidad Michoacana. Boletín mensual, números 20-21, p. 9; Raúl Arreola Cortés, Historia de la Universidad Michoacana…, p.163.

16Universidad Michoacana. Boletín mensual, número 35, p. 18; Raúl Arreola Cortés, Historia de la Universidad Michoacana..., pp. 162-163.


17Universidad Michoacana. Boletín mensual, número 35, p. 18; Raúl Arreola Cortés, Historia de la Universidad Michoacana..., pp. 162-163.


18Universidad Michoacana. Boletín mensual, números 20-21, pp. 19-23; número 31, pp. 8-15.

19 Raúl Arreola Cortés, Historia de la Universidad Michoacana..., pp. 165-166.

20Universidad Michoacana. Boletín mensual, números 20-21, pp. 9-12; número 31, pp. 5-7; Juan Manuel Salceda Olivares, Las casas del estudiante en Michoacán (1915-2001). Conquistas populares por defender, Morelia, litaniáfora Morelia Editorial, 2002, pp. 174-176.
21 Juan Manuel Salceda Olivares, Reforma universitaria y sindicalismo: la Casa de Hidalgo y su sindicato de empleados, 1938-1986, Morelia, Universidad Michoacana, Sindicato Único de Empleados de la Universidad Michoacana (SUEUM), 2004, PP. 131-137.

23 Juan Manuel Salceda Olivares, Las casas del estudiante en Michoacán..., pp. 174 Y 177. 22 Universidad Michoacana. Boletín mensual, número 31, p. 6; Juan Manuel Salceda Olivares, Las casas del estudiante en Michoacán..., pp. 174-176.
24 Romeo Ortega, El Conflicto..., pp. 173-175; Raúl Arreola Cortés, Historia de la Universidad Michoacana..., pp. 171-172.

25 AHGSD-I1H-UM, Fondo: Alfredo Gálvez Bravo, caja 1, varios expedientes; AHUM, Fondo: Secretaría Administrativa, Sección: Personal Universitario, Serie: Docentes y Administrativos, Caja 133, Exp. 2427 de Alfredo Gálvez Bravo. La amplia experiencia como abogado de Alfredo Gálvez Bravo, fue aprovechada por las administraciones de los gobernadores David Franco Rodríguez, Agustín Arriaga Rivera, Carlos Gálvez Betancourt, José Servando Chávez Hernández y Carlos Torres Manzo, quienes lo invitaron a integrar diversas comisiones de juristas que se encargaron de modernizar gran parte de la legislación propia de la entidad de prácticamente todos los ámbitos.

26 AHUM, Fondo: Secretaría Administrativa, Sección: Personal Universitario, Serie: Docentes y Administrativos, Caja 133, Exp. 2427 de Alfredo Gálvez Bravo.
27 AHGSD-IlH-UM, Fondo: Alfredo Gálvez Bravo, Caja 1, varios expedientes; AHUM, Fondo: Secretaría Administrativa, Sección: Personal Universitario, Serie: Docentes y Administrativos, Caja 133, Exp. 2427 de Alfredo Gálvez Bravo. En noviembre de 1964, el ex rector Gálvez Bravo integró con su colega Eugenio Aguilar Cortés, el doctor Néstor de Buen, el ingeniero Manuel Cázares Ramírez, Jaime Labastida, Antonio Arreola Zúñiga y Santiago Cendejas Huerta, la delegación que representó a esta Casa de Estudios en la asamblea extraordinaria de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUlES), donde se maduraron los proyectos académicos que un lustro después quedarían plasmados en la llamada Declaración de Villahermosa, para transformar a fondo la educación superior del país.

28  AHGSD-I1H-UM, Fondo: Alfredo Gálvez Bravo, caja 1, varios expedientes; AHUM, Fondo: Secretaría Administrativa, Sección: Personal Universitario, Serie: Docentes y Administrativos, Caja 133, Exp. 2427 de Alfredo Gálvez Bravo.

29 AHGSD-IlH-UM, Fondo: Alfredo Gálvez Bravo, caja, 1, varios expedientes; AHUM, Fondo: Secretaría Administrativa, Sección: Personal Universitario, Serie: Docentes y Administrativos, Caja 133, Exp. 2427 de Alfredo Gálvez Bravo.

30 AHGSD-I1H-UM, Fondo: Alfredo Gálvez Bravo, caja, 1, varios expedientes; AHUM, Fondo: Secretaría Administrativa, Sección: Personal Universitario, Serie: Docentes y Administrativos, Caja 133, Exp. 2427 de Alfredo Gálvez Bravo.