Texto académico

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2. Las palabras respiran en la intimidad del lector  

 


Cuando vives dentro del lenguaje, te encontrarás jugando con “un” y “el”. Un cambio puede traer dramáticos de significado, el tono y la respuesta del lector. Si estás trabajando dentro del texto, una decisión de una palabra u otra es demasiado para el efecto racional, emocional, musicalidad y estética pretendida en la elegancia de nuestra habla. 


No espero que ningún poeta pase por estas líneas. Nuestro punto, es que debemos permitirnos ver a las palabras memorables, y hacer que estas en nuestra escritura o lectura respiren. Así que tratemos de no repetir una palabra en un párrafo, a menos que tenga razón específica, es hacer respirar al texto. Tome un término he intente escribir sobre de él sin mencionarlo más allá del título, y descubrirá lo que es hacer respirar una palabra en la textualidad. Debido a que las cuestiones aquí se refieren a la repetición y la variación, prendemos en atención a los viejos amigos los sinónimos. O podemos hacer uso de metáforas, por ejemplo, para no usar “libro”, podemos referirlo como: el cofre de tesoros de los héroes del pensamiento. 


Nos tomará un tiempo romper con nuestros vicios de hablar circular. Entrenar la mente, es tomar notas sobre las palabras que encontramos con mínima semántica en nuestra lectura. Ese proceso de reflexión ampliará nuestro vocabulario y entonces nuestros ojos se asentarán en textos complejos como sabuesos que nos dotaron de esas reflexiones. Un buen lector es un detective de significado implacable, que se ajusta a dar sentido a las palabras en el contexto del texto. Más emocionante es descubrir una nueva palabra, dado que ello abre luz sobre nuevos espacios de significado. Más todavía resulta redescubrir la profundidad de una palabra que por pereza nunca atendimos todo su poder, y por ello, nos privamos de toda la magia de su placer. 


Un mentor nuestro, una vez expresó que los sinónimos como super-simetría de significado no existen, es más, son un casi decir lo mismo (Humberto Eco). El efecto de cálculo preciso de una palabra es algo deslumbrante para el intelecto, una delicia para el lector y una forma de exploración radical en la consciencia. Más importante aún, una abstracción real es un sonido estridente de una palabra justo en el cuerpo orgánico de un texto. 


Examine el uso contextual de las palabras en obras recientes y consulte siempre obras más allá de un diccionario, donde en ellas esté el uso vivo de la palabra investigada. La idea es encontrarnos con el tesoro del héroe del pensamiento.


Tradicionalmente, hay ocho partes del habla que debemos dominar en su distinción: determinativos, sustantivos, adjetivos, verbos, adverbios, preposiciones, conjunciones e interjecciones. Estas palabras revelan la versatilidad y flexibilidad de crear sentencias maravillosas para el habla. Algunas palabras suenan algo igual pero tienen significados muy diferentes. Otras palabras, son casi tan cercanas en su sonido pero muy lejanas en su semántica. El contexto casi siempre deja claro el significado. Es entonces este conocimiento del lenguaje una curiosidad o una herramienta potencial para el arte. Trabajar con palabras que suenan igual requiere sumo cuidado, esto resulta fatal en la mecanografía apresurada y las jugadas del verificador automático activo. Una palabra que nos causó muchos problemas fue “discreto” en matemáticas, y al cometer el error de interpretarla como prudente. Nos sentimos mal por ello, pero solo reveló la falta de experiencia en el contexto del pensamiento matemático, ni qué decir del término “matriz” en las matemáticas o trasladado a la biología.


Errores de cambio de contexto, a los lectores nos da de palos y esto está más allá del significado óptico de la misma ortografía. Es importante registrar las listas de palabras personales que nos confunden porque suenan o se parecen; los errores en ortografía a veces deriva de la confusión de las formas estándar del español. Estas palabras raras en su ortografía y sonido idéntico que tiene significados lejanos, requieren particular trabajo para resolver nuestros sesgos en nuestra escritura.


Un tesauro es un espacio lexicográfico dentro de un acceso especial de una comunidad disciplinarías particular. Un escritor experimentado requiere de estos espacios de significado especializado para moverse entre contextos y expresar el lenguaje especializado con elegancia y normatividad. Estas comunidades de discurso especializado a menudo están cerradas sobre ellas mismas, y el trabajo del escritor es abrirlas a la sociedad en su conjunto, para ello dejará algunas claves de interpretación en el propio texto en ayuda al lector. 


Deborah Tannen ofrece en su libro “The argument culture”, que la sociedad usa el lenguaje para unir a las personas o para alinearlas como adversarias. Los escritores usan esta estrategia para avanzar en la narrativa que juega con las diferentes posiciones confrontadas, el escritor puede utilizar esta estrategia de recolección de palabras como una herramienta narrativa para discutir dentro de un fluido de nuestro lenguaje narrativo. Es decir, el escritor usando con maestría las palabras puede definir nuestros valores y relaciones de interpretación. Muchos caminos llevarán al escritor al lenguaje especializado de otros, como una forma de espiar y ampliar el espacio de significado de la propia discusión de las ideas. 


Argumentos de contraste presentan la historia variable de las guerras culturales y el choque en la educación desde el punto de vista de los principales actores de los bandos involucrados. Esto lo convierte en una narrativa muy diferente de la que cuentan sus discípulos y seguidores en las escuelas de esa misma tradición intelectual. Según los actores principales, la raíz del choque de la cultura contemporánea se remonta a la Ilustración y más allá al Sócrates histórico y los diálogos platónicos. Sin embargo, existen cuestiones mucho más profundas que existen en un nivel más fundamental: (1) distinción sujeto-objeto derivada de Hegel, (2) la naturaleza de la conciencia humana, ya sea como percepción o como experiencia, (3) rechazo de la conciencia como un todo y su aceptación por el otro lado de Gramsci y Freire, (4) el consiguiente desarrollo de una teoría de la instrucción y oficio de la enseñanza, y (5) el fenómeno de la "inversión" como explicación de la fuerza moral del evangelio proveniente de la izquierda. Esto cierra al contrastar las mejores teorías para ayudar a los lectores a tomar sus decisiones y cortar el choque cultural. Los argumentos contrastantes son una lectura obligada para los estudiantes, sugerimos a Gramsci, Freire, Sócrates, Platón, Hegel, Dewey, Bruner y más allá que estén interesados ??en cómo estas grandes mentes chocan en nuestros esfuerzos de educación para una civilización.


Fue T.S. Eliot quien describió la esperanza de que fuera el poeta “ el purificador de los dialectos de la tribu”. Todos los escritores pueden hacerlo atendiendo al oficio de escuchar el lenguaje de los demás desde la literatura y traducirlos para que otros podamos entenderlos fuera de su sistema riguroso de esas tradiciones intelectuales.


Al escribir sobre un tema disciplinar, mantenga una lista de palabras que son esenciales para esa comunidad al modo normativo de expresar las idea. Preste atención  a las palabras que la comunidad discursiva inventó para creativamente ganar profundidad en las ideas. Mire más allá de los diccionarios, revise los términos en las propia literatura de la disciplina en cuestión. Vea si puede identificar el lenguaje especial que define las posturas distintas de las ideas para orientar a quien es forastero de esos campos del saber. 


Hay muchas lecciones para aprender de esto. Cuando una narrativa es poderosa, mantiene un lenguaje libre de repetición de palabras, y en las parte detonantes emplea frases cortas y párrafos cortos en los punto de mayor emoción. Una buena práctica es decir con palabras cortas y oraciones cortas lo más importante.





 

Autores:

Eduardo Ochoa Hernández
Nicolás Zamudio Hernández
Gladys Juárez Cisneros
Lizbeth Guadalupe Villalon Magallan
Pedro Gallegos Facio
Gerardo Sánchez Fernández
Rogelio Ochoa Barragán