Texto académico

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Conocimiento sensible: el gran error de Locke   

 


La epistemología de Locke, particularmente en lo que se refiere al conocimiento sensible de objetos físicos externos, generalmente se cree que sufre de dificultades internas, apoyadas textualmente y tambaleando en objeciones muy poderosas. La primera es con la tesis de que todo conocimiento sensible del objeto sufre interferencias internas, apoyadas en la textualidad y el que todo conocimiento es inferencia y, cualquier paso crucial de cualquier inferencia será una premisa que afirme  un parecido entre ideas y características experimentales del objeto. Locke parece afirmar que estas inferencias tienen éxito solo si uno conoce esta premisa. Según Berkeley, esta está en la desafortunada posición de haberse comprometido a una epistemología que carece de recursos para sostener su decir[1]. 


La idea aquí, hay una objeción filosófica sobre el conocimiento sensible. La idea es que debe ser inferencial incluso si los textos de Locke nos afirman rotundamente la opinión de que estas inferencias se mueven a través de una premisa de semejanza conocida. Tal conocimiento requiere de una inferencia inductiva que, por lo que el argumento va, simplemente no funciona. Por lo tanto, independientemente de si los textos realmente muestran que Locke adopto esta postura inferencial del conocimiento sensible, e incluso decir que se adquiere sin depender de la inferencia; su teoría de la percepción directamente el escepticismo la desarma.


Lo primero que debemos definir, descartar el conocimiento sensible desde el principio. Locke dice del conocimiento sensible es la percepción del acuerdo o desacuerdo de las relaciones entre ideas y esta definición, ciertamente, parece tener la doble consecuencia de que todo conocimiento está entre pares y múltiplos de ideas, y que el conocimiento se tiene solo de ideas y nunca de objetos. La primera consecuencia descartaría incluso el conocimiento de ideas individuales, junto con el conocimiento de uno mismo; así que el conocimiento sensible es descartado por completo. De buscar una salida deberíamos desbloquear estas dos consecuencias[2].


Un segundo problema se refiere a la certeza y al estrecho vínculo que este concepto tiene, para Locke, con el conocimiento. Locke parece definitivamente sostener que todo conocimiento sensible, también es cierto conocimiento. Si existe el conocimiento sensible no es seguramente en el grado o en la forma de conocimiento intuitivo y demostrativo, por lo que Locke necesita un concepto más débil de certeza para aplicar a los conocimientos sensibles. Pero es difícil ver lo que esto podría ser, aparte de la alta probabilidad, se queda corto de conocimiento. 


Un tercer problema se refiere al contenido de las proporciones sensiblemente conocidas. Locke no solo restringe el conocimiento sensible a objetos percibidos, sino que también parece restringir el conocimiento sensible a propuestas expresadas pro frases como: Algún objeto y otro está causando mis ideas actuales de sensación. Este problema de contenido restringido, como profiramos llamarlo, excluye propuestas simples como la expresada por “hay un objeto es esférico ante mí”, como elementos de conocimiento sensible, y si eso no se puede permitir, bien podríamos preguntarnos por qué alguien debe preocuparse por el conocimiento sensible que Locke permite. Una vez más, dejo esto a un lado para los propósitos actuales, aunque un tratamiento más completo tendría que esperar hasta Richard Rorty. 


Conectado al problema de contenido restringido está la propuesta que afirma que algún objeto tiene una cualidad secundaria como el color. Locke sostiene que los objetos carecen por completo de colores tal que como los percibimos son simplemente poderes para causar ideas de tipos relevantes. Por lo tanto, “este objeto esférico ente mí es rojo” sería falsa, y tan incognocible incluso si el problema de contenido restringido se puede resolver de manera liberadora. En ese caso, podría Locke acomodar el conocimiento el sensible de la posesión de un objeto de una cualidad primaria como la forma, tendría que descartar afirmando que este o aquel objeto tienen alguna cualidad secundaria. Tratar las cualidades secundarias nos llevaría a otro lado, por lo que no se abordará aquí.

En un texto del conocimiento real, es decir, el conocimiento de los cuerpos realmente existentes, Locke va tan lejos como para decir que:


“Donde quiera que percibamos el acuerdo o el desacuerdo de cualquiera de nuestras ideas, hay cierto conocimiento; y donde siempre estamos seguros de que esas ideas están de acuerdo con la realidad de las cosas, hay cierto conocimiento real[3]”.


Locke se basa solo en la necesidad de inferencia si queremos tener un conocimiento sensible de los cuerpos; en la pero le preocupo dicdi algo en forma directa sobre la inferencia, no fuera que se callara todo su edificio teórico sobre el algo como un conocimiento sensible. 




[1] Locke, J. 1990. Drafts for the Essay Concerning Human Understanding, and other Philosophical Writings. P. Nidditch and G. A. J. Rogers, eds. Oxford: Clarendon Press.

[2] Bolton, M. 2004. "Locke on the Semantic and Epistemic Role of Simple Ideas of Sensation." Pacific Philosophical Quarterly 85: 301-321.

[3] Locke, J. 1975. An Essay Concerning Human Understanding. Peter Nidditch, ed. Oxford: Clarendon Press.


Autores:

Eduardo Ochoa Hernández
Nicolás Zamudio Hernández
Gladys Juárez Cisneros
Lizbeth Guadalupe Villalon Magallan
Pedro Gallegos Facio
Gerardo Sánchez Fernández
Rogelio Ochoa Barragán