Texto académico

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3. Procesos básicos del pensamiento: la justificación   

 


Hay dos preguntas en epistemología que valen la pena de ser enunciadas para quien está interesado en el pensamiento. ¿Qué es el conocimiento? ¿Cómo reconocemos el conocimiento en nuestra persona? La primera pregunta se refiere a la naturaleza de un concepto, y esta tiene dos vías a saber, su naturaleza intrínseca y extrínseca. Dentro de la tradición analítica, la atención a lo intrínseco se enfoca en las piezas de conocimiento constitutivo: proposiciones, cláusulas, argumentos, hechos, evidencias, inferencias y modelos complejos de los estilos de pensamiento tales como disertación, poema, patente, tesis, ensayo…Y la naturaleza extrínseca, se refiere a cómo el conocimiento se relaciona con el mundo más amplio del que forma parte. Esta última pregunta consiste en lidiar con el escéptico, que cree que nadie sabe nada. 


Con el fin de afirmar nuestra posesión de algún conocimiento, un defensor del conocimiento debe refutar o al menos socavar el atractivo intuitivo de ser escépticos. La epistemología es un buen comienzo para este desafío, se refiere principalmente al conocimiento (episteme). El requisito dicta que identifíquemos los elementos constitutivos del concepto episteme y sus relaciones conceptuales complejas, todo ello  dentro del contexto del conocedor, juicios y acciones que este individuo realiza. Este tipo de síntesis de un sistema conceptual revela la naturaleza extrínseca del conocimiento.


En el siglo XX hubo un verdadero consenso sobre la naturaleza del conocimiento: el conocimiento es la justificación de la verdadera creencia. Más formalmente, según el análisis platónico, una persona S conoce alguna proposición P, si P es verdadera, S cree que P, y S está justificando en creer que P. Platón estaba interesado en distinguir el conocimiento como la verdadera creencia. Diferenciar entre conocimiento genuino y la mera creencia verdadera como conjetura, fue y sigue siendo realmente algo que resulta de evaluar un buen argumento. 


Justificar, según este análisis platónico, es hacer una evaluación lógica de si un conocimiento es una creencia justificada. S está justificada al creer que p siempre que S tenga pruebas de p, es decir, razones objetivas para creer que p es en cierto sentido está disponible para S. En este punto de vista, S sabe que tiene evidencia para su creencia: 

1. La creencia entra dentro de la provincia teórica de la mente: la lógica.

2. La verdad lo hace dentro del lenguaje.

3. La justificación está directamente dentro de la epistemología, la investigación, el método, el diseño experimental, los datos, los hechos, la evidencia y en la coherencia con la teoría que la explica.


La justificación juega el rol de apoyar a la creencia y es el mecanismo para renovar las ideas objetivas de las personas, esto es el énfasis en la epistemología al menos desde Platón. La teoría sobre la justificación tradicionalmente comienza con una consideración de aquellas estructuras (cláusulas) que típicamente asociadas con las conclusiones que justifican son conocimiento cuando son verdaderas. Pensamos en las justificaciones específicas como cadenas de razonamientos proposicionales y operadores modales. Si pensamos en las justificaciones específicas como estructuras, tiene sentido preguntar por sus justificadores (proposiciones) y las relaciones lógicas entre estas. Las cadenas de razonamiento, fórmulas lógicas o también llamadas cláusulas, estas son los constituyentes justificadores, debido al papel en la justificación en inferencias de conclusión. Otra consideración importante se refiere a la fuente que trasmite a las creencias una red de conexiones de fundacionalismo/coherentismo. Consideremos una de estas distinciones a su vez.


Si una creencia B está justificada, los justificantes son otras creencias que tiene buenas razones para creer en su contenido como verdadero y otra vez de su contenido trasmite justificación. Una proposición esta dentro de procesos fiable de formación de creencias y facultades cognitivas que funcionan correctamente desde la lógica matemática. Una pregunta importante acerca de los justificadores se refiere a su relación con el agente creyente. Es poner bajo el control del defensor directamente del conocimiento o poner el conocimiento en acceso público para su crítica y eventual rechazo o consenso. Sea una justificación internalista o externalista, es indiscutible que en los tiempos modernos que corren ambas justificaciones son parte de la solidez de una proposición.


Fundamentar y hacer coherente las ideas. Una adecuada comprensión de la estructura de justificación del conocimiento requiere que identifiquemos las relaciones entre justificadores: coherencia. La justificación distingue las creencias que son más probables de las que no lo son. Una justificación apoya una creencia al permitir soportar el escrutinio crítico, en un ataque sobre dudas potenciales de su verdad. Esta forma de ver la justificación encuentra una expresión cómoda para el acto de demostrar, donde una creencia justificada es apoyada en lo que hay de verdad en otras creencias: sus fundamentos. 


¿Qué hay de estas creencias de apoyo? Para apoyar otra creencia, también deber ser apoyada a su vez por otras justificaciones. Esta es la idea dominante del acto de fundamentar, al dividir las creencias justificadas en básicas e implícitas. Todas las creencias que forman parte de las cláusulas son básicas y todas las que son necesarias para el criterio de verdad de cada justificación de sus proposiciones son implícitas. El fundamentar sostiene cada creencia básica, tradicionalmente son evidentes conocimientos normativos de una disciplina o citas-referencias. A la justificación consolidada dentro de una comunidad de conocimiento, se le llama normativa. Por ejemplo, en la física: la energía no se crea ni se destruye solo se transforma; o en la biología el empleo de la idea de ADN. 


El coherentismo dice que la idea S está justificada al creer que P siempre que P forme parte de un sistema sin contradicción lógica. Por lo tanto, cuando una cláusula es parte de un sistema coherente que discute las ideas, se toma por coherencia lo veraz de sus componentes en relación a la lógica que une a sus proposiciones. El problema que si hay una inconsistencia en la sintaxis de la justificación, esto cancela toda su coherencia.


El conocimiento y el acto de adquirir conocimiento, es resultado de justificar la verdad de las creencias, pero el consenso en torno al análisis de lo que se conoce también es una forma de hacernos de conocimiento. Debatir y discutir las ideas que fueron producto del esfuerzo intelectual de fundamentar, justificar, demostrar, categorizar y calcular, establece, que lo que uno sabe no es una cuestión de suerte. El conocimiento es una creencia verdaderamente justificada que satisface alguna condición adicional. El que sea su evaluación independiente del agente de conocimiento. El conocimiento es un producto de la razón que está libre de la influencia del autor creativo una vez  publicado (generalmente expresado como literatura), y la justificación en esencia es el conocimiento. Si rechazamos la justificación, gran parte de lo que hemos dicho en relación con ella se vuelve discutible a la luz de nuevos datos, evidencias, hechos, conceptos y teorías. 

Los internalistas del conocimiento sostienen que lo que distingue una verdadera creencia como conocimiento, es lo que hay en ella de accesible a la crítica desde dentro de sus proposiciones, mientras los externalistas rechazan esta afirmación. Los internalistas suelen creer que la justificación es una condición del conocimiento disponible desde dentro de los agentes de conocimiento. Por lo tanto, este internalista también tiende a ser platónico, es decir, el respaldo del análisis de condición de las premisas funciona como un proceso de apropiación o rechazo del conocimiento.


Los externalistas también toman a la justificación como parte necesaria del conocimiento, pero solo si se entiende en necesidad para la discusión entre observadores. El conocimiento es el resultado de la discusión pública de las justificaciones, la literatura y su revisión es lo que empuja a las más audaces teorías y a los más sólidos conocimientos. 


Una comprensión adecuada del conocimiento no puede lograrse aisladamente del contexto teórico que explica sus conceptos y hace coherente hechos y datos. El conocimiento nos orienta en el mundo, permitiéndonos control sobre nuestros juicios y nuestras acciones; además de permitirnos gestionar nuevas ideas y procesos intelectuales creativos en el mundo que intentamos explicar y transformar. Buscamos conocimiento porque nos hace eficaces y más eficientes en mejorar nuestro carácter intelectual y nuestro entorno de progreso ético. 


Las relaciones con la reflexión, el juicio y la acción, deben preservarse en una experiencia de conocimiento. La reflexión como inferencia, el juicio como justificación  y la acción como toma de decisiones. De particular importancia para la epistemología es la cuestión de si el conocimiento es o no invariable entre contextos. Por supuesto que lo es, al depender de un espacio de significado gobernado por una red de conceptos que solo son válidos dentro de un contexto particular. Los conceptos son dispositivos que exigen satisfacer las condiciones de un espacio de significado, es decir,  las condiciones subyacentes que permiten variación contextual las que determinan la semántica del concepto. El saber es unívoco, es decir conocimiento es un universo que sostiene el saber, y las relaciones o independencias contextuales son una respuesta a la clara existencia que en ese universo de saber hay muchos estilos de conocimiento, por ejemplo: el poético, el moral, el causal, el crítico, el matemático, el musical…, que son pertinentes a una variedad de escenarios creativos.

Pero desde los altos estándares de conocimiento del escéptico, este argumenta, no podemos estar seguros de nada que pretendamos saber, por lo que en realidad no sabemos nada en absoluto. Saber se nos dice es una relación en contextos que nos conducen a producir proposiciones, lo que implica que sabemos estas cosas después de todo. Saber expresa que disponemos en nuestra persona de las formas de justificación que respaldan el poder de nuestras creencias que disponemos para cada diferente contexto. Pero el acervo del saber, refiere a las formas de conocimiento que disponemos. Cada clasificación de conocimiento refiere a la forma o variación en respuesta a como son las fuentes de dónde surge este conocimiento. ¿De dónde viene el conocimiento? 


1. ¿El conocimiento depende de algo fuera del conocedor o simplemente del adentro nuestro?


2. ¿Cuál es el camino causal por el cual uno llega a saber algo? ¿Pueden nuestros sentidos entregarnos algún conocimiento?


3. ¿Cuál es el tipo de contenido que se puede conocer? 


4. ¿Qué justifica lo que se sabe? Es decir ¿de dónde viene el conocimiento que apoya lo que hay de verdadero en una creencia?


Estas preguntas exigen una idea sobre los tipos de conocimiento: proposicional, procedimiento, racional, inductivo, deductivo, intuitivo, propio, ético, religioso, científico, matemático, lógico, probabilísticos, a priori, a posteriori, conceptual, teórico, técnico, musical, poético, narrativo, empírico y la lista continúa. 


Vale la pena dar un vistazo más de cerca a la lista de tipos de conocimiento que acabamos de dar. Ciertas categorías se refieren más estrechamente al tipo de contenido ya sea notable, conceptual y empírico. Bajo estos géneros encontramos algunas especies tales como ética, religión, ciencia, matemáticas y lógica. El autoconocimiento caería como introspectivo, perceptivo, memorial, experiencial, racional y testimonial, ya que todos ellos identifican vías casuales a lo largo de las cuales adquirimos contenido conocido. Sin embargo, si tomamos el modo lógico de lo que se conoce, surgen las categorías de conocimiento probabilístico, apodíctico, a priori y a posteriori; clasificada por su fuerza en la fuente de justificación asociada con él. Entre estas categorías por tema, modo de justificación, tipo de asociación han demostrado ser muy útiles para la epistemología. 


Escepticismo 


Tenga en cuenta que el escéptico no necesita ofrecer una hipótesis para socavar todas nuestras creencias. Desde luego el escéptico considera la creencia de que tenemos cerebro, pero a veces en una actitud de pereza considera ser escéptico como un modo de escape de una situación que le exige intelecto. Todo lo que un escéptico necesita afirmar es que cualquier creencia tiene una hipótesis que la socava. Podríamos creer que tenemos cerebro, pero que la mente está siendo engañada por el genio malvado. G. E. Moore simplemente niega la conclusión escéptica y afirma que, contrariamente a la opinión de muchos, sabemos gran parte de lo que el escéptico acepta, el principio de cierre epistémico deductivo: S sabe que P y S sabe que P implica Q, deduce S que sabe que Q[1]. Es difícil ver cómo la deducción puede aumentar el conocimiento.


Los externalistas también intentan contestar al escéptico. Primero niegan el principio de cierre epistémico deductivo. Y dan un ejemplo:


Un niño en el zoológico ve una cebra y dice que es, y le decimos una cebra. ¿Sabemos que son cebras? Bueno, al mayoría de nosotros tendría poca vacilación en decir que lo sabemos. Sabemos cómo son las cebras y, además, este zoológico tiene claramente información del nombre de los animales. Sin embargo, algo es ser una zebra, implica que no es una mula y, en particular, no es una mula disfrazada por el zoológico. ¿Sabemos que estos animales no son mulas disfrazadas?


Esta falta de conocimiento, al parecer, no socava el conocimiento de que las cebras son en realidad cebras. Sin embargo, hay serios problemas para denegar el cierre, ya que, como hemos señalado, algún tipo de cierre es esencial para el razonamiento deductivo en particular el matemático. Una respuesta alternativa al escéptico es la opinión de las alternativas pertinentes: S sabe que P solo sí S es capaz de descartar todas las alternativas pertinentes a P. 


La palabra “sabe” es ambigua, ya que hay un sentido ordinario del término, y el sentido ordinario es débil frente al filosófico o científico. Entonces el argumento del escéptico cambia sobre esta ambigüedad, cayendo presa de la falacia de la equivocación.


Uno podría pensar que “saber” es una palabra invariante en su significado en relación al contexto. Pero, el escéptico podría elevar simultáneamente los estándares del conocimiento a un nivel que es imposible de satisfacer. Dado que la creencia del escéptico se basa en un argumento ¿por qué no pensar que sabe? Por esta razón, algunos sostienen que su posición es incoherente. Podemos salvar esto cuando el escéptico dice: se poco, es decir, mucho menos que el sentido común y el que la experiencia sugiere. 


David Hemp afirma que cuando el conocimiento se basa en la evidencia, esta evidencia debe ser concluyente, más específicamente:


Si uno sabe, sobre la base de evidencia E, que P, entonces E muestra que P.


En este seguimiento del problema del conocimiento, Joe Salerno se centra en la idea de que la capacidad de rastrear la verdad de una proposición P distingue al conocimiento, de que P es una mera creencia verdadera de P. Esta idea se formula como la condición hipotética de que no se hubiera creído que P, si P fuera falsa[2]. Esta idea descarta ciertas cosas que podemos saber. En particular descarta nuestra capacidad de reflexionar sobre nuestras creencias y cada una de las que podemos llegar a saber. Creencias de este tipo no permiten rastrear la verdad, no reflejan mejor la lógica de la situación y menos expresan mejor la condición de la verdad de la cláusula. Por lo tanto, la condición de rastreo de la justificación es lo que podemos llamar conocimiento reflexivo. 


En la teoría del conocimiento, la evidencia S para P es lo suficientemente sólida para el conocimiento, solo si excluye todas las alternativas pertinentes de P. Las versiones sensibles al sujeto que sabe la teoría, dicen que la gama de alternativas relevantes de P varían con el contexto del sujeto conocedor, S se dice que conoce P razón formulada desde el contexto. Pero otra versión, es que a los observadores de las alternativas P que no son relevantes para S, se vuelvan relevantes cuando establece destacables que implican P alternativas en otro contexto.


Los opositores al contextualismo se llaman invariantes, porque piensan que los estándares del conocimiento no varían por el contexto. Estos asumen que el conocimiento es siempre un alto perfil de complejidad, por lo tanto nuestras apropiaciones de conocimiento es casi siempre falsa, porque de principio las asumimos con bajo trabajo en la construcción del rastreo de sus justificaciones. 


Por evidencias concluyente, nos referimos a pruebas que demuestran que algo es el caso afirmado por una proposición. Podemos aclarar esto distinguiendo las evidencias que muestran esa P de las pruebas que simplemente sugieren que P.  


Considere:

Las evidencias por la sonda Spirit sugieren que alguna vez hubo océanos en Marte.


Sólo dice la evidencia proporcionada algún tipo de apoyo a la afirmación. Una forma de fortalecer esta proposición es modificar la:


Las evidencias recogidas por la sonda Spirit sugieren fuertemente que hubo una vez océano en Marte. 


Deja abierta la posibilidad que la evidencia sea engañosa, pero es consistente con la existencia de un océano. Ahora concederemos esta otra afirmación:


Las evidencias recogidas por la sonda Spirit muestran que hubo una vez océano en Marte. 


No deja posibilidad de que la evidencia sea engañosa, entonces la afirmación es consistente. 


Evidencia que solo sugiere que P deja abierta la posibilidad de que P es falsa. Por esa razón, tales pruebas no son concluyentes, aunque sean muy fuertes. Evidencia que muestra que P no es diferente; no deja abierta la posibilidad de falsedad de P. Por esa razón, tales evidencias son concluyentes: resuelven la cuestión de si P es cierta.


Una formas de descalificar la evidencia, es generar afirmaciones del tipo contexto variante sobre alternativas relevantes con afirmaciones paralelas destacables Otra es sustituir la teoría que da sustento a la explicación y a los conceptos que definen los hechos. Es decir hacemos variar P en contextos distintos, y con esto debilitamos la fuerza concluyente de una evidencia.


Si uno sabe, es que la evidencia E, que P, entonces E muestra que P.


Hay cuatro posiciones sobre los que es una justificación: cartesianismo, reliabilismo, intuición y pragmatismo. 


La justificación epistémica es distinta que la moral o práctica. Un sujeto puede estar moralmente obligado a creer algo que no está justificado en la epistémica. También puede ser prácticamente racional que un sujeto crea sin absoluta evidencia de su verdad. Además, el sujeto puede haber preguntado si P y encontrada casi nula evidencia de P. P entonces no está justificada. La investigación es una cosa, y la justificación es otra. Las justificaciones epistémicas incluyen creencias basadas en buenas inferencias, verdades evidentes (axiomas), en representaciones perspectivas, conciencia introspectiva. Las creencias formadas, sostenidas o mantenidas por ciertas maneras razonables bien formadas (teorías) y evidencias que respaldan.


La justificación epistémica puede ser o no condición necesaria para el conocimiento. No asumimos que sea cual sea la justificación, es una propiedad que convierte la verdadera creencia en conocimiento entre nosotros. Aunque el conocimiento es un concepto fundamental epistemología, no es el único concepto. El concepto de justificación es un de importancia para el hecho propio de ser parte de lo que es conocimiento. 


Justificación, para comprenderla, nos demanda reflexionar la conexión conceptual entre la justificación y la verdad; el estatus epistémico y modal de los principios de las cláusulas. Hay dos maneras en que la justificación y la verdad pueden estar relacionadas: o bien la justificación hace que la creencia sea objetivamente más probable o apunta adecuadamente a la creencia en la verdad basada en evidencia concluyente. La primera, una creencia que se justifica de una manera que hace que sea más probable, fiable y donde las consecuencias a un resultado real. La segunda da lugar una creencia basada en un método adecuado, en la medida en que la verdad es un objeto en la norma de su propósito; el objetivo adecuado apunta a un modelo ideal. 


El propósito de fundamentar propone una condición C, tal que los teóricos pueden saber a priori si las formas particulares de formar, sostener y mantener una creencia son necesariamente una justificación que confiere satisfacer esa condición. Los no fundamentalistas proponen una condición C tal que no puede a priori saber las formas particulares de forma, sostenimiento y mantener. Las creencias son de justificaciones que confieren conocimiento empírico. El fundamentalista sostiene que esto es necesariamente cierto, conocido por una reflexión a priori sobre la naturaleza de la representación perceptiva y su creencia. El no fundamentalista sostiene que la justificación es contingentemente verdadera, no es verdadera por la representación o la creencia perceptiva. 


Justificación cartesiana. Una creencia solo se justifica si se mantiene de una manera que es a priori conocida o necesariamente hacer de la creencia verdadera o, hacer que la creencia sea más probable en todos los mundos. La forma en que se mantiene confiere a primera vista justificación solo sí es a priori conocida como fiable en todos los casos o en todos los mundos posibles. 


Justificación reliabilismo. Una creencia solo está justificada sí se mantiene de una manera que de facto hace que la creencia sea más probable que no sea verdadera en las circunstancias reales de uso. El camino mantenido solo confiere una justificación a primera vista como facto fiable. 


Justificación intuicionismo. Una creencia solo está justificada si se considera de una manera que a priori se sabe o que necesariamente se conoce para constituir una creencia adecuada orientado a la verdad, donde apuntar adecuadamente a la creencia verdadera, significa que los principios epistémicos necesarios a priori están presentes: son éticas, son evidentes, verdades a priori y no derivables de otras verdades.


Justificación pragmática. Una creencia está justificada sí se sostiene de manera que de facto constituye apuntar adecuadamente a la creencia de la verdad, donde apuntar significa conformidad con nuestras normas más profundas de la formación lógica de creencias desde el sujeto, la disciplina, la comunidad, la tradición intelectual o la forma de consenso. 


Como tesis, estos tipos de justificación no son mutuamente excluyentes, una justificación puede contener las cuatro condiciones, si es que una creencia satisface estos cuatro tipos. Un sujeto puede desarrollar una teoría justificada insistiendo en las condiciones necesarias que establecen los cuatro tipos de justificaciones: teorías híbridas.


Principios epistémicos 


Hay muchas maneras de formar, sostener y mantener las creencias. Algunos confieren justificación a las creencias que se forman o se mantienen; algunos no lo hacen. Las formas que sostienen confieren justificación, incluyen introspectiva, a priori, deductivo, razonamiento discutido, memoria, inducción… pero, cada forma podemos formularla como un principio que establece que si una creencia se forma o se mantiene, entonces estará a primera vista justificada. Aunque la formulación exacta de cada principio requiere introducir una serie de cualificación, cada principio, es declarado plausible y familiar a primera vista.


Principios epistemológicos:


AP. Sí parece P al entender P que P es evidente o necesaria, entonces la creencia de P es a primera vista justificada.


INT. Sí introspectivamente parece P como si P está teniendo una experiencia sensorial o perceptiva tal que otro estado mental consciente ocurre, esto causa o sostiene de la manera normal la creencia de que S está experimentando tal que, entonces eso confiere a primera vista justificación a la creencia de S.


DED. Sí cree en P y cree P (P implica Q) y cree Q sobre la base de inferir Q de P y (P implica Q), entonces S cree que Q está condicionalmente justificada.


MEM. Sí S parece recordar que P y esto causa o sostiene de la manera normal S’ la creencia S que P, entonces eso confiere a primera vista justificación a la creencia de S que P. 


EIND. Sí S posee una base inductiva suficientemente grande y representativa de observaciones donde todos los observados F son G, entonces fueron S para inferir que todos F son G, entonces la creencia de S de que todos F son G sería condicional a primera vista en su justificación por la inferencia. 


IBE. Sí S posee una explicación que es mejor a las pruebas de S que cualquier explicación alternativa disponible, entonces S está a primera vista justificada para esa explicación sobre la base de las pruebas. 


PER. Sí parece perceptivamente S como si algún objeto X es F (donde F es una propiedad perceptible) y esto es causa o sostén de la manera normal la creencias de S de X que es F, entonces eso confiere a primera vista justificación sobre la creencia de S. 


TEST. Sí un sujeto S (aparentemente) entiende un informe de un hablante que P, y sí eso causa o sostiene de manera normal S creencia de que P, entonces eso confiere a primera vista justificación a la creencia de S que P.  


COH. Sí la creencia de que P es miembro del conjunto coherente de creencias R de S, entonces la creencia de S de que P está a primera vista justificación en la medida en que R es coherente. La coherencia acepta que cualquier teoría no puede aceptar COH solo por este principio, requiere la que la lógica prensete en la realidad sea adecuada con COH, como el caso de en la mecánica cuántica.





[1] Moore, G. E. (2002). Some Main Problems of Philosophy. Psychology Press.

[2] DeRose, K. 1995. "Solving the Skeptical Problem." Philosophical Review 104: 1-52.


Autores:

Eduardo Ochoa Hernández
Nicolás Zamudio Hernández
Gladys Juárez Cisneros
Lizbeth Guadalupe Villalon Magallan
Pedro Gallegos Facio
Gerardo Sánchez Fernández
Rogelio Ochoa Barragán