Texto académico

Autores

 

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5. Reporte de lectura, método de toma de notas  

 


El acceso a la verdad es un ejercicio de ir más allá del estado actual de la evolución de la conciencia observable en la literatura disponible. Kirsti Lonka investigando los sujetos exitosos en un universo de individuos del doctorado, encontró, una diferencia que destacó como ninguna otra, la capacidad de pensar más allá de los marcos dados de un texto, los lectores académicos experimentados suelen leer un texto con preguntas en mente y tratan de relacionar sus notas con otros enfoques posibles, mientras que los lectores inexpertos tienden a adoptar la cuestión de un texto y los marcos de argumentos, premisas y cláusulas como ideas eternas y hechos acabados. Lo que los buenos lectores pueden hacer, es ver lo que no se menciona en el texto, grietas de posibilidad de conocimiento. 


Aún más problemático que permanecer dentro del marco dado de un contexto o un argumento, es la incapacidad de interpretar información particular en el texto dentro del marco o argumento más grande respecto al texto consultado. Incluso los estudiantes de doctorado a veces solo recogen citas descontextualizadas de un texto, probablemente el peor enfoque posible para la investigación. Esto hace que sea casi imposible entender la verdad por consenso que la comunidad de conocimiento logró como significado real de la información. Sin entender la información dentro de un contexto, es imposible que el sistema de toma de notas despeje asociaciones de la verdad y pensar en ella, podría significar que no organizamos preguntas sistemáticas para ello.


En el pensamiento científico y académico, es claramente imposible esto,  si no podemos lograr pensar más allá de un contexto dado y solo nos centramos en la información tal como se nos da. No es de extrañar, por lo tanto, que escribir breves síntesis sobre ideas principales de un texto en lugar de recopilar citas textuales resulta en  más poderosos argumentarios (ficheros de premisas). El recoger ideas de esta manera, es comenzar a armar un rompecabezas que está evolucionando con cada nuevo hallazgo de investigación. Al pensar detenidamente en cómo se conectan las diferentes preguntas con las ideas de diferentes contextos, el lector podría generar reportes de lectura mucho más productivos para crear ideas originales. No solo jugamos con ideas en nuestra cabeza, sino que hacemos algo con ellas de una manera muy concreta. Pensamos en lo qué significan para otras líneas de pensamiento, luego escribimos esto explícitamente en el manuscrito y los conectamos literariamente con otras notas hasta lograr crear un ensayo, una revisión… cualquier disertación como tesis o revisión. 


La primera vez que uno se enfrenta con escribir un texto largo, digamos una disertación de maestría, doctorado o ensayo de bachillerato, es bastante normal sentirse intimidado por las expectativas de llenar unos pocos cientos de páginas con ideas bien concebidas, investigación basada en fuentes sólidas y referencias correctas en cada página. Si no sientes algún tipo de respeto por esta tarea, seguramente caerás en el plagio y en un diseño discursivo que dé mucha pena. Por otro lado, la mayoría siente que escribir una página al día, es bastante manejable, sin darse cuenta de que esto significaría terminar por ejemplo, una tesis doctoral dentro de 8 meses, algo que no sucede muy a menudo ante la falta de un sistema de toma de notas, de epistemología y el dominio de la gramática, arquitectura de sentencias y el manejo del puntuado necesario para dominar la prosa.


La técnica de leer literatura con éxito, es el dominio de escribir para pensar una cierta cantidad de información todos los días, uno comienza cada mañana con una taza de café y un reloj presionando, luego al menos 250 palabras cada 15 minutos como reflexión de notas de lectura en la revisión del estado del arte. Los textos académicos o de disertación están escritos así, porque además de la escritura de notas, la lectura de investigación lleva a invertir tiempo en la reflexión y retoque de ideas. Y casi siempre toma mucho más tiempo pulir las ideas. Muchos manuscritos permanecen en borrador sin publicar, la escritura académica no es algo así como escribir una página al día, sino que conlleva un método problema-solución con minuciosos pasos en su desafío. Tiene sentido dividir el trabajo en pasos manejables y medibles, pero las páginas al día no funcionan muy bien como unidad cuando también tenemos que leer, investigar y pensar. Pero a pesar de que la escritura académica implica crear cuerpos de argumentos, una medida adecuada sería en términos de premisas recogidas de la literatura disponible, número de cláusulas elaboradas y el número de argumentos construidos. La razón principal es que la literatura del discurso objetivo en esencia está estructura con estas piezas. 


Del mismo modo, la toma de notas de la literatura vale más que todas las transliteraciones para nuestro reporte de lectura. Más notas significan más conexiones posibles, más ideas, más sinergia entre diferentes premisas. En nuestra experiencia un novel puede escribir como mínimo 6 notas al día, con esa productividad, genera un argumentario de 30 referencias a la semana, que por mucho es una base de información sólida para crear justificaciones necesarias para escribir los cuerpos de dicción del discurso de disertación. 


Si usted tiene la necesidad de producir un libro al año, usted podría con tres notas reflexivas al día construir una masa crítica significativa para crear razonablemente un ensayo cada mes. A diferencia de las páginas manuscritas por día,  un cierto número de notas al día son una meta razonable para la escritura académica. Y esto se debe a que tomar notas y ordenarlas en gestores de referencias, se puede hacer mientras se redactan los cuerpos del manuscrito entre semanas de trabajo. Por lo tanto, podría medir su productividad diaria por el número de notas escritas entre premisas, cláusulas y argumentos sumados entre jornadas de trabajo. 


Tomar notas de la literatura es una forma práctica y deliberada, ya que nos da retroalimentación sobre nuestra comprensión o falta de ella, mientras que el esfuerzo por poner nuestra propia habla en la esencia de algo, es al mismo tiempo el mejor enfoque para entender lo que leemos. Al tomar notas permanentemente de nuestro propio pensamiento cuando estamos en contacto con la literatura, pieza a pieza de texto hace más esbozo nuestro pensamiento en su complejidad.


Realizar un reporte de lectura, cuando tomamos notas cotidianamente, es mucho más una forma de pensar dentro de la propia escritura y en el diálogo con nuestra conciencia. Cualquier idea de cierta complejidad requiere escritura. Cualquier argumento coherente requiere que se definan bien sus premisas, incluso ignorar adecuadamente información no relevante para nuestra linea de pensamiento. Solo en forma escrita se puede mirar un argumento con cierta distancia de su literalidad. Necesitamos la forma escrita para realizar cálculos de inferencia en un examen cuidado de las consecuencias lógicas de nuestro decir.


A medida que escribimos notas, el tener la vista panorámica del texto nos permite ajustar nuestra memoria dentro de la información disponible. Esto es extremadamente importante, porque la memoria recupera en forma de conciencia la información ya procesada racionalmente. El cerebro no almacena lo leído en forma literal, lo hace en forma de experiencia de lo que hemos logrado hacer consciente. Reinventamos y reescribimos nuestra memoria cada vez que intentamos recuperar la información.  El cerebro trabaja con reglas generales y hace que las cosas parezcan como si encajaran, incluso si no lo hacen las podemos recordar. Puede nuestro cerebro ver patrones y significados en todas partes, intenta analíticamente reducir y sintetizar la complejidad. 


La mayoría de los estudiantes piensan que leer y reportar lo leído es un proceso mecánico de subrayado de izquierda a derecha, de arriba a bajo entre líneas y contando páginas leídas, este error solo le causará frustración. Richard Feynman una vez tuvo un visitante en su oficina, un historiador, cuando vio los cuadernos de Feynman descubrió un registro, se traba de las notas de sus lecturas. Es el rostro de su pensamiento entre textos, son piezas de textos de su viaje entre lecturas de textos[1]. Casi todos los pensamientos reales requieren una forma de externalización, especialmente la escrita para poder elaborar discusiones en disertaciones profundas. Una forma común de incrustar notas en el cuerpo de manuscritos es escribiendo las razones de esa importancia para sus propias líneas de pensamiento.


Tomar notas, ¿qué significa para el éxito del manuscrito? Es aprender a preguntar y pensar dentro de los procesos de lectura cercanos al texto. Esto desencadena inmediatamente más preguntas, creando un viaje en que ganamos profundidad intelectual. Cuando tenemos notas de la literatura leída, pero escritas en la línea de nuestra reflexión, una nota indica la relevancia de las ideas que nuestro propio juicio identificó como relevantes, pertinentes y donde asumimos una posición a detalle a favor o en contra. Aquí uno puede extraer de las notas recuperadas como fuentes valiosas algunos hechos, datos, conceptos…, una línea de pensamiento de nuestra conciencia frente a la obra literaria. A pesar de las respuestas a la pregunta de por qué un autor asume una posición frente al conocimiento, no solo las ideas en el texto están allí para ser subrayadas o copiadas. Necesitan ser explícitas en nuestro propio estilo de pensamiento. Esto significa,  pensar, es la visión de los efectos cognitivos del análisis de las ideas en medio de un proceso de escritura de toma de notas. 


Al discriminar entre el registro de nuestras notas, podríamos descubrir que estas ideas también podrían ser útiles para otro tema en el que no hemos pensado de principio. Pero tampoco hay razón para no escribir estas posibles conexiones  y volver a ellas en otro momento de investigación. Cuanto más notas tengamos, más interesante y prolífico será este paso y más preguntas de investigación se activaron a favor de ganar profundidad.


Simplemente el registrar las preguntas que nos surgen en la toma de notas y haciendo conexiones explícitas entre conceptos, datos y teorías; el sustento, la justificación y la solidez de las inferencias de nuestros argumentos ganarán un ángulo particular sobre un problema. Al escribir explícitamente cómo algo está conectado o conduce a otra cosa, nos obliga a aclarar y distinguir unas ideas de otras.


La selección de notas es la quilla misma sobre la que se construye nuestra nave mental. Y en este caso la memoria recordará para seguir adelante con nuestro pensamiento. La toma de notas de la literatura aumenta la probabilidad de recordar lo que leemos a largo plazo. Pero este fue solo el primer paso. Transferir estas ideas a la red de nuestros propios pensamientos, nuestra celosía de teorías, conceptos y modelos mentales pone otras ideas en conexión. Las notas de la literatura se van a archivar, lo que significa que las ideas con sus referencias, se integrarán al manuscrito como memoria externa. 


Ser capaz de recordar todo y no tener que recurrir a ninguna memoria externa suena muy bien inicialmente. Pero podría usted pensar que esto es posible. Las cosas importantes se recuerdan como detalles de asociación que la conciencia logró aterrizar, en esos momentos de memoria suelen perderse pequeñas grietas en las cuales podemos echar un vistazo a todos los recuerdos que hemos recopilado a través de la toma de notas, pero, tal vez nunca más tengamos acceso a la transliteración del texto revisado. Este mecanismo biológico de olvido sobre lo literal en el texto, impide que nos inundemos y saturemos de recuerdos que harían imposible centrarse en cualquier otra cosa en nuestro entorno. 

 

Somos muy dependientes de un mecanismo subconsciente que inhibe de forma fiable todos los recuerdos cada momento, excepto los que hemos estructurado como un proceso de reflexión, justificación, explicación, demostración y de cálculo profundo. Desafortunadamente la biología no permite sacar conscientemente de nuestra memoria lo que necesitamos, como lo hacemos en un archivo de computadora. Eso requiere colocar en la memoria de trabajo el texto para volver a un recuerdo consciente. 


La fuerza de recuperación de información y la de almacenamiento, solo se hace más grande cuando a lo largo de la vida, la información de largo plazo es producto de experiencias intelectuales[2]. Con solo mirar la capacidad de nuestro cerebro, podemos ver que de hecho podríamos almacenar una vida y un poco de experiencias detalladas en él; pero cuando el aprendizaje es una vida, esto amplia nuestro aprendizaje profundo. 


Aprender, no solo es recordar información almacenada, sino sobre la construcción de las conexiones y puentes entre piezas de información para eludir el mecanismo de inhibición de recuerdos. Se trata de asegurarnos de que las cosas correctas activen la memoria correcta, sobre cómo podemos pensar estratégicamente para recordar la información más útil cuando la necesitamos. Esto está lejos de ser evidente. Si ponemos atención en la educación clásica, especialmente en las estrategias intelectuales del aprendizaje no tienen un lugar de énfasis, es decir, no hay el objetivo que la mayoría de que los estudiantes fortalezcan el almacenamiento de largo plazo; todavía se trata del recordar algo, como hechos aislados y no tanto construidos como conexiones entre ideas. Esto da lugar a frustrantes jornadas de los estudiantes, que intentan aprender por repetición una información cuasi mecánica. Básicamente es martillar hechos en el cerebro como si fueran marcas en la arena. Usar términos especializados y construir la arquitectura de justificaciones e inferencias, fortalece las conexiones entre neuronas. 


Si en cambio nos centramos en la fuerza de recuperación, al instante comenzamos a pensar estratégicamente sobre qué tipo de señales debemos desencadenar para recuperar la memoria. No hay señales naturales. Cada información puede convertirse en detonante de otra información. Estas pueden ser asociaciones que desencadenan señales accidentales, se adjuntan a la información cuando aprendemos algo en un entorno particular. Lo que ayuda a un aprendizaje verdadero y útil es conectar una pieza de información a tantos contextos significativos como sea posible, que es lo que hacemos cuando conectamos nuestras notas con otras nuevas. Hacer estas conexiones deliberadamente significa construir una red autosuficiente de ideas y hechos interconectados que funcionan recíprocamente como señales de notas para otras notas.


Desde el punto de vista evolutivo, tiene sentido que nuestros cerebros tengan una preferencia incorporada para aprender información significativa y un desprecio por por lo literal del texto, un grupo de letras o imágenes de letras sin sentido. Por supuesto la idea no es martillar en nuestro cerebro la información. En su lugar, la memoria adjunta significado con la nueva entrada de información, conecta una red de conexiones ya conocidas de una manera significativa para darnos sentido. Así, una pieza de información puede convertirse en la señal de otra y se pueden construir cadenas o redes de señales emocionales necesarias para el placer intelectual. Este tipo de método es una técnica muy presente en la prosa de novela y cuento. Cuando se trata de escritura académica, no tenemos la necesidad de este truco, ya que podemos elegir construir y pensar exclusivamente dentro de contextos significativos. La información abstracta, como las referencias bibliográficas, se pueden almacenar externamente no hay necesidad de retenerlas en la memoria. A todo lo demás, es mejor que logremos darle sentido. 


Por lo tanto, el desafío de escribir y leer literatura es comprender, ya que habremos aprendido lo que leemos. El problema es que el significado de algo no siempre es obvio y  demanda ser investigado. Es por eso que tenemos que profundizar en la literatura disponible en búsqueda de respuestas. Pero la elaboración de sentido no es solo conectar definiciones de diccionario a otra información, el primer paso de elaboración es pensar lo suficiente en una pieza de información para que podamos escribir sobre de ella nuestras notas. El segundo paso, es pensar en lo que significa para otros contextos esta misma información. Esto no es muy diferente a un método de aprendizaje. 


Al hacer las preguntas sobre el texto revisado, los estudiantes pueden conectar este conocimiento con el anterior en su memoria (proceso de comprensión e integración), lo que significa es que necesitan hacerse de experiencia conceptual, justificaciones e inferencias. Una vez comprendidos los fundamentos, premisas, atributos y referencias teóricas es casi imposible que esto no lo lleve a usted a desenredar el conocimiento entre textos que consulta. Lo que significa conectar conocimiento previo con el nuevo, es realizar un trabajo intelectual en la revisión de la literatura disponible. Esto genera significado intenso, lo que posibilita que esta información será recuperada confiablemente si se activan los conceptos, fundamentos, justificaciones y explicaciones  correctas. Además, este nuevo conocimiento aprendido puede proporcionar más emociones que alimenten la curiosidad por la búsqueda de mayor profundidad. Si centra su tiempo y energía en la comprensión mediante un método intelectual, no puede evitar aprender. Estas son la habilidad de fundamentar, explicar, describir, categorizar, calcular, demostrar, explicar… y los efectos son acumulativos en su progreso intelectual. Por lo tanto no es de extrañar que los procesos de retención de información pasiva por parte de los estudiantes, los encuentren como un espacio de tedio.


Escribir notas y ordenarlas en sus argumentarios no es más que un intento de comprender el significado más amplio de algo. El argumentario nos obliga a poner el conocimiento en nuestra propia habla y hacernos numerosas preguntas mientras leemos y mientras escribimos notas. ¿Qué significa? ¿Cómo se conecta a…? ¿Cuál es la diferencia entre…? ¿Qué sustenta o justifica la idea? Un argumentario crea activamente conexiones entre notas. Se pueden realizar conexiones siempre y cuando las notas tengan sentido al elaborar, conectar y justificar seriamente su objetividad. La creación de notas que recogen los contrastes y variaciones entre autores, sabemos que facilitan el aprendizaje. Al leer texto disciplinar, nos ayuda que lo hagamos entre diferentes obras para ajustar dentro de esas diferencias nuestra comprensión. Es decir, agrupar nuestras notas por temas no ayuda mucho, es mejor agruparlas según sea el camino que estemos explorando. Categorizar las notas para su registro, puede impedir el aprendizaje del hilo conductor de la curiosidad de investigación[3]. Los investigadores por el contrario, reportan que la creación de toma de notas deliberadamente toma variaciones de curiosidad y contrastes que facilitan la curiosidad[4]. Esto demuestra que la elaboración del flujo de notas apegadas al flujo de preguntas y gestión de las mismas, en lugar de ordenarlas por temas, no solo facilita el aprendizaje, sino da lugar a crear hilos conductores de curiosidad. 


Procesamiento del argumentario, es apoyado en un gestor de referencias por ejemplo el Mendeley:


1. Agregar primero nota, enseguida una nueva nota detrás a la que se hace referencia directamente, la secuencia corresponderá al flujo de pregunta-respuesta de su curiosidad. Cada nueva secuencia es una jornada de investigación o agregar nuevas notas a una jornada anterior que está en el mismo hilo conductor de curiosidad. 


2. Agregar enlaces cruzados a otras notas según se permita para no perder una importante conexión entre diferentes secuencias de investigación y toma de notas.


3. Asegúrese de que disponga de un índice cada flujo secuencial de toma de notas. 


5. Construya entre jornadas de revisión de literatura esquemas de conceptos que le den un contexto mental del tema.


Desarrollo de ideas


Idealmente, las notas se escriben con referencias explícitas. Obviamente, esto no siempre es posible cuando se da primero en lápiz y libreta, el medio electrónico permite hacer esto directamente cuando se da la gestión sobre este. Una secuencia inicial de toma de notas, traerá más y más notas creando subtemas para nuevas ramas de secuencias de investigación. Estas secuencias de notas son la columna vertebral del desarrollo del texto. Combinan las ventajas de un resumen y de una síntesis relacionados con el tema, tendría que organizar de arriba a abajo un orden de jerarquía de pertinencia y relevancia inicial. Las notas individuales se mantendrían en su mayoría independientes y aisladas con solo referencias unidimensionales, más o menos como una Wikipedia unipersonal despojada del conocimiento de verificación de hechos de la comunidad en cuestión. 


Pero un orden de secuencia suelto permite la libertad de cambiar de rumbo cuando sea necesario y proporcionar suficiente estructura para aumentar la complejidad de la observación en la literatura disponible que revisamos. Las notas son tan valiosas como las redes de notas y de referencias en las que están incrustadas. 


Debido a que el gestor de referencias no pretende ser una enciclopedia, sino una caja de herramientas para pensar, no tenemos que preocuparnos por la integridad de los temas. Solo escribimos con la conciencia honrada de apegarnos a lo expresado por la literatura revisada. Con nuestro pensamiento identificamos hechos, conceptos, definiciones, métodos, modelos, explicaciones, fundamentos e inferencias. Las lagunas que tenemos en principio, son una oportunidad para crear nuevas subsecuencias de investigación, esto enriquecerá la estructura de disertación del manuscrito, la identificación de variables de experimentación si así fuera necesario. Cuando tenemos notas pertinentes para una cadena de proposiciones (cláusula), crearemos argumentos fuera del gestor de referencias, es decir en el procesador de texto, y estas piezas de texto las clasificaremos en línea con el orden del borrador del manuscrito planificado. 


Los argumentarios construidos en el gestor de referencias, no son sobre un tema, los escritorios profesiones pueden emplearlos como un banco de ideas núcleo para ponencias, carteles, revisiones, ensayos, tesis…, no necesitamos tener una visión general de los fundamentos, datos y hechos que en ellas descansa nuestra objetividad mental sobre el espacio de significado y posibilidad del conocimiento. El gestor de referencias es una extensión de nuestra memoria y el producto de nuestra conciencia que exploró la literatura disponible. Las secuencias de notas son Clústeres donde el orden emerge de la complejidad de nuestra literatura consultada y las reflexiones logradas. Extraemos información de diferentes fuentes y las entrecruzamos con conexiones lógicas intentando hacer surgir patrones nuevos para nuestro producto intelectual. A continuación, formamos estos patrones en nuevas piezas de texto que se integran a  la línea del manuscrito borrador.  


Después de agregar cada nota nueva al gestor de referencias, debemos asegurarnos de  que se pueda recuperar de nuevo. Para esto, está un índice de registro, como una máquina de escribir tarjetas de trabajo para cada jornada de investigación. La razón por la que es económico este índice, es que aún puede recurrir a filtrar las notas por palabras clave y crear para ellas conexiones cruzadas. Debido a que el gestor de referencias no debe ser el procesador de texto, sino un gestor de referencias, es por que este último es un banco de notas que introducimos y del cual sacamos información, básicamente significa que siempre estarán disponibles en la medida de nuestra productividad (unas 6 o 8 notas nuevas por día). Centrándonos exclusivamente en el índice, significa que estamos en un flujo de una sub rama del tema, en una secuencia de toma de notas completamente en desarrollo en nuestra conciencia. Para liberar a nuestros cerebros de la tarea de organizar las notas, es la razón principal por la que usamos los filtros por palabra clave y secuencia de curiosidad en primer lugar.


El gestor de referencias puede ser más que carpetas de archivos, es mucho más que simplemente repartir un historial de notas sobre la literatura revisada. Puede sorprendernos y recordarnos ideas olvidadas durante el paso de fuertes jornadas de investigación, desencadenar otras nuevas vías de exploración. Este elemento es crucial para sorprendernos entre un juego de conexiones de otro nivel entre las notas. La mayoría de las notas se encuentran entre conexiones con otras notas. La organización de las notas está en la red de referencias cruzadas, por lo tanto, el índice de las notas  son solo puntos de entrada. Algunas notas pertinentemente elegidas son documentos originados en reportes de investigación de lideres de pensamiento, sublimes libros o autores insignia del tema de investigación. Cuando más rápido nos movemos en el índice jerarquizado, más notas podremos agregar entre jornada de investigación. Nos moveremos entre nuevas preguntas, ideas mentalmente hacia un nivel más rico en hechos de contenido interconectados, donde podemos llevar a cabo una conversación de discusión basada en hechos en el gestor de referencias, permitiendo crear argumentos más audaces para nuestro manuscrito borrador.


A pesar que no hay manera de hacer una vista panorámica del gestor de referencias, el manuscrito sí lo permite, nos deja ver nuevas preguntas de investigación y ver las secciones necesarias para fortalecer su estructura de disertación: antecedentes, problema, hipótesis, metodología, diseño experimental, discusión de resultados y conclusiones. Pero como la estructura de temas y subtemas no es un hecho dado por anticipado, sino el resultado de nuestro pensamiento creativo, es el reflejo de la vía de curiosidad que seguimos en la revisión de la literatura para ganar profundidad. La consideración de cómo estructurar un tema, por lo tanto, también pertenece al sistema  de toma de notas, y no a una meta jerárquica anticipada en su discusión. Podemos proporcionar una visión general temporal sobre un tema o subtema, pero, es el flujo de curiosidad de toma de notas el que determina en mucho la estructura final en el manuscrito. Es importante para lograr la estructura de un tema, que este se justifique y se discuta lo suficiente; considere que su flujo es un argumento de mayor escala, uno que une piezas de texto (párrafos) en una coherencia que nos obliga a cambiar, rectificar y ganar profundidad si queremos tener una idea creativa original, dependiente de nuestro desarrollo de comprensión. 


La forma en que los profesionales eligen sus palabras clave se muestra claramente si piensa usted como un archivista o como un intelectual investigador. ¿Se preguntan dónde almacenar una nota o cómo recuperarla? El archivista pregunta: ¿Qué palabra clave es la más adecuada? Un escritor investigador pregunta: ¿En qué circunstancia es pertinente, relevante y vigente una nota, incluso si es para una investigación futura? Esto es una diferencia crucial para el aprendizaje mediado por la literatura.


Supongamos que necesitamos justificar un día, si usted lo piensa en términos del archivista, es posible que sienta que las palabras clave es más importe ponerlas por categorías del conocimiento. Es bastante improbable que un investigador profesional buscaría esto, él se inclinaría por ganar profundidad en el esquema antecedente-problema- hipótesis, método, experimento, procesamiento de datos; tal vez piense en un libro que recopila juicios rigurosos, en un artículo de revisión, en un ensayo académico, en un artículo de divulgación, en una disertación de doctorado, en una patente; las jornadas de investigación documental generan notas en algún flujo de intención intelectual, para generar los cuerpos de argumentos estructurados en función de algún modelo de conocimiento ya seleccionado.


Como escritor con propósitos académicos, abordamos las palabras clave más como el investigador profesional, que como el archivista. Miramos nuestro gestor de referencias con sus notas, más como líneas de pensamiento elaboradas y pensamientos en que se generan preguntas nuevas y abren problemas originales en nuestro andar paso a paso generando notas nuevas. Una palabra clave sería entonces adecuada si por sí sola, la nota ya se coloca en la línea de curiosidad en un contexto específico. Lo que le da un significado particular y descendente a preguntas específicas. Se trataría de un efecto sistemático de practicar un sistema de toma de notas. 


Las palabras claves siempre deben asignar referencias en subtemas en los que está trabajando o interesado en abrir un horizonte de investigación; nunca mirando mecánicamente el gestor de referencias, siempre que se delega a una máquina lo humano, nos extraviaremos; nuestra virtud es pensar, no lo olvide, si perdió la concentración mejor camine un poco por la ciudad, que pronto ese descanso le permitirá ganar más concentración. Esta es la razón por la que el sistema de toma de notas es un espacio para la reflexión que genera la lectura. Las buenas palabras clave generalmente no se mencionan como palabras en las notas, sin embargo, están implícitas o explícitas en las frases que integran nuestra escritura de notas. Asignar palabras clave es mucho más que un acto burocrático, es la ventana conceptual con la que filtramos el mundo, es crucial para el pensamiento, a menudo conduce a una elaboración más profunda de la nota en sí y la conexión con otras notas.







Si usa un gestor de referencias por un tiempo, inevitablemente hará descubrimientos aleccionadores…la gran idea original está a punto de ser una red de conexiones resultado de reflexiones sistemáticas. La mayoría de las personas no se da cuenta de que su pensamiento es resultado de reflexiones, si nos olvidamos de esta idea nuestros cerebros no se exigirían tanto como podrían lograrlo de este modo. Por lo tanto, trabajar con un gestor de referencias nos permite avanzar en nuestro modo de pensamiento en territorios desconocidos, en lugar de sentir que se avanza por repetición de información no estructurada.


A veces, la confrontación con notas más antiguas en nuestra lectura, nos ayuda a detectar diferencias que de otra manera no habríamos distinguido. Lo que hace ver a una idea a veces, resulta ser ligeramente otro punto de vista, pero crucialmente diferente. Esto es especialmente útil cuando dos autores utilizan un mismo concepto de maneras ligeramente distintas. La clarificación de las diferencias en el uso de palabras y conceptos es una parte importante de cada trabajo académico serio, pero es mucho más  fácil si tienes un socio que recoja extractos de esta semántica. Sin un gestor de referencias, si hubiéramos escrito notas guardadas en diferentes lugares, obviamente todas las notas deberían estar en nuestra mente al mismo tiempo. Es mucho más fácil detectar las pequeñas pero cruciales diferencias cuando lo literario lo tenemos frente a nuestros ojos, comparándolas durante nuestros intentos para hacer asociaciones y detectar patrones de similitud y diferencias objetivas y externamente reconstruir nuevos conceptos. 


Comparar notas también nos ayuda a detectar contradicciones, paradojas u oposiciones, facilitando importantes reflexiones. Cuando nos damos cuenta de que solíamos aceptar dos ideas contradictorias como iguales, sabremos que tenemos un problema muy serio de coherencia. Pero detectar estas partes finas de la terminología nos permite ganar profundidad, dando una señal de que hemos logrado los suficiente para adentrarnos en lo más fino de algún problema. Por último, las oposiciones entre autores nos ayudan a dar forma de contraste y definir nuestra posición en las diferentes escuelas del pensamiento. La construcción de oposiciones es la forma más fiable de generar nuevas ideas[5]. 


La comparación constante de notas también sirve como un examen continuo de notas en una nueva luz. Nos sorprende con la frecuencia con la que la adición de una nota conduce a una corrección, una complementación o mejora de profundidad de las viejas ideas. A veces, descubrimos que el origen dado en un texto no es el origen real de la referencia. A veces la interpretación que hemos dado en el pasado la reconocemos errónea. Añadir nuevas notas al gestor de referencias no solo mejora la constante apreciación temática, sino que también rebela la debilidad que podrían observar nuestros críticos y mentores; siempre tenemos que probar la fuente original de una declaración. 


El gestor de referencias no solo nos enfrenta con información y desconfirmación, además, ayuda con lo que se conoce como efecto pasivo de característica[6].  Fenómeno en el que tendemos a exagerar la importancia de la información que está fácilmente disponible para nosotros e inclina nuestro pensamiento hacia hechos superfluos e irrelevantes para nuestro propio tiempo. Sin ayuda externa de una mentor, no solo tendríamos exclusivamente nuestro punto de vista, sino que no podríamos establecer una posición  defensiva sólidad de nuestras ideas. 


Con solo trabajar con los gestores de referencias, recuperamos viejas ideas y hechos de forma regular y los conectamos con otras piezas de información, en gran medida esto es lo que sugieren expertos en aprendizaje complejo[7]. Esta también es la idea detrás del argumentario. Pero a  pesar de que las fichas son más eficaces que abarrotar un texto de subrayado, muchos prefieren modelos mentales minimalistas, donde subrayar y después sintetizar vuelven recreando significado en el contexto de una obra literaria. Nuestra capacidad para leer entre textos e interpretar información se ve disminuida sin el gestor de referencias, entrelazar ideas se hace más difícil. La primera regla es en este paradigma de crear sistemas de notas, que realmente no puedes saber nada con solo recordar hechos aislados y tratarlos a martillazos. Si los hechos no se conectan en una celosía de teorías, no solo tienes una forma inútil, sino también engañosa de tu saber. Tiene que tener modelos de justificación en su mente. Y tiene que hacer arreglos de su experiencia, tanto vicaria como directa, en esta celosía es posible recordar más fácilmente si es producto de establecer asociaciones lógicas. No considerar esto provoca el fracaso intelectual de los jóvenes estudiantes. Se tiene que colgar cada idea en la mente como una celosía de modelos mentales de ideas[8]. 



Una persona verdaderamente sabia no es alguien que lo sabe todo, sino alguien que es capaz de dar sentido a las cosas al dibujar con un recurso intelectual extendido, esquemas de interpretación profundos de las ideas. Esto contrasta con la idea clásica de recordar ideas martilladas con la creencia común de que esto la hará más sabia, más que la experiencia, se necesita de innovar las ideas. Al aprender de las experiencias de los otros (literatura), esto se refleja en el aprendizaje de modelos mentales de pensamiento que se pueden utilizar en diferentes situaciones futuras. 


Cuando delegamos el almacenamiento de información a nuestra libreta y al mismo tiempo nos centramos en repetir lo dicho por otros, más que escribir nuestra reflexión, dejaremos de buscar los patrones y pensamientos más allá de la interpretación más obvia de una nota del aula de clases. En el gestor de referencias combinamos diferentes líneas de pensamiento, hacemos exactamente: construir celosías de modelos mentales en lugar de simplemente aprender a repetir información cruda y pasiva, recordar hechos aislados y tratar de golpearlos una y otra vez para que se queden en nuestra memoria.


La belleza de este modelo de toma de notas es que evolucionamos al construir conexiones y reflexiones en nuestras mentes al escribir y desarrollar notas discursivas y nos facilitamos recordar hechos y celosías teóricas acopladas en nuestro contexto de observación. Aprendemos algo no solo cuando lo conectamos, sino cuando lo tratamos de comprender en sus implicaciones de justificación en diferentes contextos. Esta variación idealmente nos ayuda a realizar inferencias contextuales necesarios para toda la revisión del estado del arte. El gestor de referencias no solo nos obliga a hacer exactamente lo que se recomienda con solo usarlo; tenemos que profundizar en lo que leemos para poder escribirlo y traducirlo a nuestra línea de pensamiento. Al recuperar información de los ficheros los interconectamos en intervalos de reflexión y en ese camino recuperamos la curiosidad.


Muchas historias emocionantes de la historia de la ciencia nos hacen creer que una gran parte de la visión de los héroes del pensamiento como Watson y Crick con el descubrimiento del ADN, tendrían que tener la formulación de una doble hélice codificable repentinamente al observar la estructura del benceno en otros reportes de investigación. Pero la razón por la que Watson y Crick tenían estos pensamientos es porque invirtieron mucho tiempo pensando duro sobre el problema y no fue causado su descubrimiento por el azar; ensayaron soluciones y probaron muchas formas de mirar el problema. Nuestra fascinación por esta historia muchas veces nubla la razón de que las mejores ideas llevan tiempo, incluso avances repentinos suelen ir precedidos de un largo e intenso proceso de preparación de datos, hechos y teorías.


Tener experiencia en un problema y estar íntimamente familiarizado con herramientas y dispositivos de exploración y control, es la condición previa para descubrir sus posibilidades inherentes[9]. Esto es cierto incluso para el trabajo teórico. Aquí, también, necesitamos experiencia hasta que podamos sentir nuestro camino en torno a los problemas y preguntas que tratamos, incluso si estos son términos especializados, conceptos y notas en un sistema de archivos. Es por eso que ni siquiera el trabajo puramente teórico puede reducirse al conocimiento explícito, que está conscientemente disponible. Es la intuición que proviene del trabajo con el conocimiento íntimo del problema, lo que nos puede llevar a nuevas ideas. Tal vez no seamos capaces de afirmar explícitamente por qué es más prometedor seguir una idea en lugar de esperar que llegue sola, al tener experiencia de alguna manera sabemos identificar dentro de experimentos mentales  regularidades en el proceso de toma de decisiones basadas en la información disponible. La intuición aquí no es la oposición a la racionalidad y al conocimiento, es más bien la parte incorporada y práctica de nuestros esfuerzos intelectuales, la experiencia sedimenta sobre lo que hemos reflexionado conscientemente y explícitamente en nuestra revisión literaria.


Steven Johnson como condición previa para hacer uso de esta intuición, destaca la importancia de los espacios experimentales donde las ideas pueden mezclarse libremente. Un espacio libre puede ser las discusiones entre colegas o un argumentario sobre un gestor de referencias; un espacio en que las ideas pueden mezclarse libremente, para que puedan dar a luz a otras nuevas. Esta es la razón por la que buscar pequeñas diferencias en las ideas es clave. Es una habilidad tan importante como inferir conexiones entre ideas aparentemente diferentes. 


Comparar, diferenciar y conectar notas son la base de una buena escritura académica, pero jugar con las ideas es lo que conduce a la perspicacia y a textos excepcionales. Para poder jugar con las ideas, primero debemos tenerlas liberadas de las literatura, esto se hace ante la revisión de la literatura disponible. Lo hacemos cuando tomamos notas en nuestro gestor de referencias. La abstracción no tiene una buena reputación en este momento. Es lo tangible, el cemento objetivo reportado. La abstracción no es el objetivo final del pensamiento, es un paso intermedio necesario para hacer compatibles las ideas heterogéneas. La abstracción no es solo un proceso teórico-académico de perspicacia. Tenemos que abstraernos, es aplicar ideas en situaciones singulares y siempre diferentes en la realidad. Incluso encuentros con el arte requieren abstracción para revelar la experiencia estética. La abstracción de la información organizada en notas es hacer un análisis y combinar ideas; esto es especialmente cierto cuando se trata de trabajo interdisciplinario. Ser capaz de abstraer y especificar ideas es un lado de la ecuación. 


El verdadero enemigo del pensamiento independiente no es una autoridad externa, sino nuestra inercia que no nos permite romper con viejos hábitos de considerar a las ideas como algo eterno y sin fisuras. A nuestros cerebros les encanta la rutina, antes de que la nueva información incite a nuestra conciencia a pensar de manera diferente sobre algo, hacemos que la nueva información encaje en lo conocido o desaparezca de nuestra percepción. Asegúrese de manera clara y objetiva de que las conexiones y sus interpretaciones son coherentes con algún marco teórico de explicación. 


Lo mismo es cierto cuando leemos: vemos líneas de un papel primero, luego nos damos cuenta de que estas palabras son sentencias y finalmente desciframos el significado. Inmediatamente leemos en el nivel de entendimiento significativo o inmersión en el texto. Entender realmente el texto es, por lo tanto, una revisión constante de nuestra primera interpretación. Tenemos que entrenarnos para acostumbrarnos a ver esta diferencia y para contener nuestras arraigadas ganas de sacar conclusiones precipitadas. Ser capaces de ver lo que vemos en lugar de lo que esperamos es una habilidad en sí misma, no como un rasgo de carácter de ser de mente abierta. 


Si bien, la comparación constante de notas puede ayudarnos a detectar diferencias, ninguna técnica puede ayudarnos a ver lo que falta. Pero podemos hacer que sea un hábito preguntarnos siempre qué no está en la imagen que vemos, esto revelará lo que ha desconocido en el corazón del conocimiento reportado. Esto, naturalmente no viene solo a nosotros. Uno tiene que preguntar y gestionar las soluciones en forma regular, la mitad del camino está hecho de productos fallidos. Por desgracia, rara vez estamos dispuestos a aprender de la experiencia de otros y a desechar ideas mal logradas. 


Es muy importante saber lo que ya se ha demostrado que no funciona, si tratamos de generar nuevas ideas que si funcionen. A veces es más importante descubrir el problema que pensar únicamente en la solución. Los problemas rara vez se muestran directamente sin un esfuerzo intelectual que los plantee. Redefinir el problema puede dirigirnos con más precisión a una posible solución.


Captar una idea no es lo mismo que comprenderla. Si vamos a comprenderla debemos lograr justificar lo verdadero que hay en ella. Mediante el uso del gestor de referencias esta importante habilidad de documentar la objetividad de las ideas deliberadamente se desarrolla. Aprendemos a centrarnos en la esencia de una idea al restringirnos a que no esté ausente el respaldo de justificación de nuestras propias ideas.


Dado que el manuscrito no es más que la revisión de la literatura hecha un borrador, que no es más que convertir un sistema de notas en un texto continuo dentro de un estilo de pensamiento, que está escrito en un día tras día, conectando notas. La perspectiva cambia, no se trata de comprender algo en el contexto del argumento de otro autor, y tampoco se trata de buscar múltiples conexiones, sino de desarrollar un argumento y llevarlo a la literalidad de un manuscrito. Se trata de reducir la perspectiva del tema y cortar todo lo que no contribuye al desarrollo del texto de disertación. 


Cuando deseamos escribir sobre un tema, un error de muchas personas es emplear el método de Alex Osborn introducido en 1958, el de lluvia de ideas. Sugerimos ver más bien un proceso de revisión de literatura que justifique la existencia de un problema, y hacer de este un tema interesante para desarrollar nuestras ideas. El cerebro recuerda más fácilmente la información que logró idealmente estructurar, un criterio para un esfuerzo intelectual es dar prioridad a la revisión de la literatura para justificar la existencia de un tema de escritura. Las peores cosas para elegir un tema de escritura es tomar las primeras ideas que tenemos sin evaluar su relevancia real para nuestro propio tiempo. Una buena idea para superar los límites de la lluvia de ideas, es realizar sistemáticamente notas analíticas sobre conexiones y diferencias observadas en la literatura disponible. Para encontrar el tema correcto para escribir es sobre todo un problema no de escritura, sino de acotar un espacio de significado y detectar en nuestras notas vacíos de conocimiento. 


El gestor de referencias nos hace obsoleto el método de lluvia de ideas. Funciona mejor un proceso de crear con las notas, cláusulas e inferencias que permitan destacar lo relevante para un tema de investigación. Cada vez que tomamos notas en nuestro gestor de referencias, nos acercamos al tema de escritura, tomamos sesiones sobre qué notas son relevantes y pertinentes dentro de un contexto de vigencia del conocimiento. Constantemente el trabajo en el gestor de referencias  nos hace explícito cómo las ideas que hemos recogido pueden convertirse en un manuscrito serio y elegante. La seriedad mínima de un manuscrito, la consideramos una honradez de decir algo original al mundo con nuestra propia línea de pensamiento. Y la elegancia es una cuestión del arte de la escritura. 


Hacer la escritura el medio para la memoria de largo plazo, el medio para la reflexión objetiva, el medio para el aprendizaje abstracto y la herramienta para espiar dentro del la incertidumbre irreducible de la realidad. Ahora se trata de verle menos como un medio para elegir un tema, y más como un medio para aprender a pensar realizando experimentos mentales. Al generar preguntas en el proceso de nuestro método de investigación, respondemos a qué notas debemos considerar para nuestro argumentario. Aquellos que comienzan sin justificar la idea de un tópico de investigación, seguramente en el camino observarán su error, se materializa cuando entre el día a día se extravía el enfoque de investigación.


Desarrollar temas y preguntas desde la revisión de la literatura tiene una gran ventaja. La ideas que decidimos explorar fueron generadas por un rico proceso de reflexión en el contenido disponible. Esto nos vuelve más abiertos a nuevas ideas. Tiene sentido tomar notas de la literatura porque intensifica el nacimiento del tema del manuscrito. Estar más íntimamente familiarizado con un tema nos permite jugar con la ideas y modificar nuestros prejuicios.


El trabajo nuevo e innovador rara vez es creado a capricho, es más el producto tenaz del pensador que se dedica día tras día a revisar el estado del arte en la literatura disponible. No es de extrañar que la motivación demostrada con el trabajo constante, es el mejor indicador de importancia del éxito académico de los estudiantes. El no realizar reflexiones dentro del sistema de toma de notas, provoca que el estante no logre hacerse de conexiones personales con el conocimiento. Fuera de este sistema el estudiante carece de la capacidad de controlar sus propios estudios de manera autónoma y en sus propios términos de interés. Este punto es importante para el argumento de la libertad académica del estudiante. Nada motiva más que ver a un estudiante empujado por sí mismo a realizar un proyecto personal de aprendizaje. El riesgo de perder interés en lo que hacemos siempre es alto, y más cuando por adelantado asumimos que si alguien no nos empuja no podemos esperar llegar a ningún lado. Podemos mitigar este riesgo con una educación dentro de esquemas de entrenamiento de escritura creativa, por su naturaleza nos permite tomar nuestra vida intelectual en nuestras manos. Si acompañamos cada paso con la revisión de la literatura, encontraremos pares de investigadores en todo el mundo, desarrollaremos nuestro intelecto por el camino más riguroso e interesante. 


La capacidad de cambiar el enfoque de nuestro intelecto, es descubrir como se dedujo al estructura del ADN, ensayando definitivamente soluciones a la luz de la literatura más original. Lo más probable es que cuando no realizamos revisión de la literatura como habito de estudio, esta situación deje a los conceptos como algo superficial, el razonamiento riguroso de justificación, explicación  y demostración de lado, ocasionando tedio y frustración.


La capacidad de mantener el control sobre nuestra autonomía intelectual, es lograr libertad académica para cambiar el rumbo, y de ser necesario, del enfoque particular de los conocimientos curriculares discutidos. Nos permite esta metodología de toma de notas, escribir un manuscrito de porte de lectura con elegancia y rigor en nuestras aportaciones. Al organizar el proceso dentro del pensamiento apoyado en un gestor de referencias, este espacio de notas nos permite enfocarnos por más tiempo y ese es un hecho. El sistema de toma de notas nos permite estructurar un texto y mantener el control flexible mientras alimentamos nuestras reflexiones. Se trata no de escribir sobre qué apartados, sino en lo que es necesario escribir para que nuestro manuscrito mire más a fondo la literatura revisada.


En lugar de saber llenar páginas con lo subrayado, tenemos la oportunidad de crear argumentos que nos impulsen a mejorar nuestro intelecto. La estructura del argumento de nuestro manuscrito estará cambiando durante el proceso de toma de notas, esto no es raro cuando nueva información nos señala esta necesidad.  




[1] Gleick, J. (1992). Genius: Richard Feynman and modern physics. Little, Brown.

[2] Carey, Benedict. 2014. How We Learn: The Surprising Truth About When, Where, and Why It Happens. New York: Random House.

[3] Byrne, John H. 2008. Learning and Memory: A Comprehensive Reference, Four-Volume Set. Cambridge, MA: Academic Press.

[4] Kornell, Nate, and Robert A. Bjork. 2008. “Learning Concepts and Categories: Is Spacing the ‘Enemy of Induction’?” Psychological Science 19 (6): 585–92.

[5] Rothenberg, A., & Hausman, C. (1977). The creativity question. Philpapers.Org.

[6] Messick, D., Allison - Applied, S., & 1988. (n.d.). [CITAS][C] Framing and communication effects on group members’ responses to environmental and social uncertainty. New York University Press New York.

[7] Bjork, Robert A. 2011. “On the Symbiosis of Remembering, Forgetting and Learning.” In Successful Remembering and Successful Forgetting: a Festschrift in Honor of Robert A. Bjork, edited by Aaron S. Benjamin, 1–22. New York, NY: Psychology Press.

[8] Munger, Charles. 1994. “A Lesson on Elementary, Worldly Wisdom as it Relates to Investment Management & Business.” Speech given at USC Business School.

[9] Fleck, Ludwik. 1979. The Genesis and Development of a Scientific Fact, edited by T.J. Trenn and R.K. Merton, foreword by Thomas Kuhn. Chicago: University of Chicago Press.