Historia del Colegio de San Nicolás

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VIII CULMINACIÓN DE UN ESFUERZO CONTINUO 

VIII

CULMINACIÓN DE UN ESFUERZO CONTINUO

 

La administración de Lozano,—Se crean nuevas carreras.—El Comité de Arbitrios.—Los festejos del cincuentenario.—El licenciado Echeverría es electo Presidente.—Se designa rector al doctor Melchor Díaz Rubio.—Su obra.—Nuevos plante­les.—Presupuestos más amplios.—La Declaración de Villahermosa.—El sistema divisional en la Universidad.—Home­naje a) doctor Ignacio Chávez—Se pone su nombre a la
Escuela de Medicina.—Asume la rectoría el doctor Pita Cornejo.—Proyectos de una nueva Ley Orgánica.—fuertes ayudas de los gobiernos federal y estatal.—Se inicia la construcción de la Ciudad Universitaria.—Se construye la posta zootécnica.—Homenaje al doctor Salvador Allende.—Renun­cia el rector.—Es nombrado el doctor Genoveva Figueroa.—La Universidad durante los últimos diez años.—La población estudiantil y su composición.—El rectorado del licenciado Fernando Juárez Aranda.—El Centro de Estudios sobre
la Cultura Nicolaita.-—El ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas gobierna Michoacán.—Modificaciones a la Ley Orgánica Universitaria.—La Junta  de Gobierno  nombra  rector al doctor Cuauhtémoc Olmedo.—Cierre temporal del Colegio  de San Nicolás.—Las Casas del  Estudiante.—La Universidad y las luchas populares.—Inquietud por el futuro de nuestra Casa de Estudios.

 

De modo violento concluyó la vigencia de la Ley Orgánica de 1963. Su inicio había provocado el descontento de maestros y alumnos con el saldo de un joven muerto. En 1966, la muerte de otro estudiante a manos de la policía judicial y de los grupos de choque del gobernador ocasionó un nuevo conflicto que el gobierno estatal resolvió con la aprehensión masiva de universitarios a cargo del ejército, cuyos efectivos ocuparon el recinto del Colegio de San Nicolás. Tras de este golpe a la autonomía perpetrado irónicamente en su nombre, se modificó la Ley Orgánica J suprimieron planteles, se cambiaron autoridades, y se estableció un estado de sitio, una situación de terror como en ninguna época del México "revolucionario" se había visto.

Claro está que una institución tan arraigada en el pueblo, y de tanto vigor y experiencia en las luchas sociales, pronto restañó sus heridas y reorganizó sus filas. El primer paso para la normalización de labores fue la salida de la tropa acuartelada en el Colegio de San Nicolás. El 18 de octubre abandonaron los soldados el recinto, en presencia del general Fé­lix Ireta, comandante de la XXI Zona Militar y del rector Lozano, quienes sellaron el acto con un abrazo.

El rector Lozano, profesionista inteligente y culto, cumplió el compromiso contraído con las autoridades. Ratificó la tesis del gobernador sobre la subversión que se gestaba  en el  seno de  la  Universidad,  cargó la responsabilidad  de    los   acontecimientos   a los maestros, y desató la represión, aunque moderadamente y encubierta como depuración del personal.    Con    una   institución mutilada, sin las Escuelas Secundarias, la Facultad de Altos Estudios y las Casas del Estudiante, orientó los estudios universitarios hacia las carreras técnicas.

Lic. Alberto Lozano Vázquez

 

La meta que se trazó el señor rector, de acuerdo con el gobernador,   podría  coincidir   con   la de   cualquier tecnológico.  Aspiraba a   la  formación  de economistas técnicos, técnicos forestales,   técnicos  en   investigaciones oceanógraficas, y técnicos  mineros;   es  decir   una   Universidad despojada de su esencia, desvirtuada en su base, y concebida solo  como  un  medio "para   llegar   a  los Iugares más encumbrados de la pirámide social.[1]

En su cumplimiento de su plan  de trabajo se crearon, a partir de   1967, diversas instituciones con el  apoyo del gobierno estatal  y de  particulares. El 27 de diciembre de  1966 se autorizó la Escuela de Medicina Veterinaria y Zootécnica, como resultado de un convenio tripartita (Universidad Michoacana, Gobierno del Estado y Unión Ganadera Regional). Se iniciaron las labores el 6 de enero de   1967. La Unión Ganadera y  la de Porcicultores aportaron fuertes cantidades para la construcción de un edificio adecuado, con  laboratorios  de  Microbiología,   Parasitología  y  Bromatología, debidamente equipados.[2]

Los estudios de farmacobiología que se hacían en la Facultad de Medicina pasaron a formar una unidad independiente (la Escuela de Químicos Farmacobiólogos), con aportaciones de laboratorios comerciales y el apoyo gubernamental.

A partir de 1967 se creó la Preparatoria Núm. 2, a la que se puso el nombre del Ing. Pascual Ortiz Rubio, fundador de la Universidad.

En 1968 se hizo la reapertura de la Escuela de Ciencias Fisicomatemáticas, que antes de 1966 formaba parte de la Facultad de Altos Estudios. Al reiniciar sus labores lo hizo con un nuevo plan de estudios, muy distinto al que  había tenido. Funcionó en la parte posterior del Colegio de  San

Nicolás.

El lo. de febrero de 1968 fue designado el doctor Héctor Solís Quiroga director del Instituto de Ciencias Penales para el estudio de las causas de la conducta delictiva, de las ciencias constitutivas y auxiliares de la Criminología, y la aplicación de las medidas penales y de seguridad. El proyecto del Instituto fue elaborado  por el doctor Solís Quiroga.[3]

La creación de estas dependencias, así como la reparación y conservación de los edificios, demandó fuertes erogaciones de los gobiernos federal y estatal. El presupuesto global para 1967 fue de $ I2'795.000, apenas un millón y medio más alto que el del año anterior, para la atención de una población estudiantil en aumento continuo (7 000 en 1966 y 7278 en 1967, no obstante la supresión de las secundarias universitarias). En 1969 el número de estudiantes había aumentado a cerca de 8 500 y el presupuesto fue de $14'893,278.95. El rector Lozano estimaba las necesidades de la institución en este último año en $28´774,702.00, es decir casi el doble de los recursos disponibles.

Diversas medidas se intentaron para solucionar la estrechez económica de la Universidad. El gobernador envió al Congreso un proyecto de reformas y adiciones a la Ley de Hacienda en beneficio de la Universidad. Se adicionó  (decreto 81 del  7 de marzo, promulg.   13 de abril)   el art.  197 bis,  que  creó   un impuesto  al ejercicio   profesional; y se  reformaron   los. arts. 276, 277, 278, 280, 281 y 632 fracc. IV, sobre trasmisión a la Uni­versidad de aquellos bienes que, por diversas causas, recaigan en el fisco Pero hasta  1968  sólo habían ingresado  a la Tesorería de ia  Universidad  $69,316.79.[4]

En la misma fecha se promulgó el decreto 82 sobre la constitución de un Comité de Arbitrios de la Universidad Michoacana, formado por el número de miembros que la Junta de Gobierno señalara  (no menor de  5 ni ma­yor de   10); el gobernador  sería  Presidente Honorario.  Por  su  parte,  la Sociedad de Nicolaitas Exalumnos acordó crear algunas becas de $ 200.00 mensuales para alumnos de carreras técnicas (ingeniería mecánica, eléctrica y química, agrobiología y veterinaria); y otras ayudas para la creación de la carrera de Ingeniero Metalúrgico con la colaboración de la Comisión Federal de Electricidad,  la Impulsora de Angangueo y la Comisión del Balsas. Además, se formaron en casi todos los planteles Patronatos integrados por maestros y padres de familia, con el fin de reunir fondos para repa­raciones a los edificios y otros gastos. Pero de todo esto no se obtuvo sino una cantidad de $ 89,973.50, inferior a las necesidades de la institución.[5]

El servicio social de los pasantes de Medicina se extendió de 6  meses a un año, según convenio firmado con la participación de la Universidad y autoridades del gobierno federal.

Bajo el rectorado de Lozano se reanudó la revista Universidad Michoacana, de publicación trimestral; se editaron varios libros, y el periódico Cincuentenario con informaciones sobre la celebración de los primeros cincuenta años de nuestra Universidad, acontecimiento que, no obstante los esfuerzos de  las  autoridades,  resultaron  deslucidos.

Se nombró un Comité Coordinador de los festejos, encabezado por el licenciado Alfredo Gálvez Bravo. La celebración se realizó el  15 de octubre de 1967, al cumplir medio siglo de vida nuestra Casa de Estudios. En la ceremonia hablaron, además del rector Lozano, el licenciado Salvador Reséndiz Arreóla, presidente de la Sociedad de exalumnos y miembro de la Comisión de Arbitrios, y el profesor Octavio  Ortiz Melgarejo  por los maestros universitarios. Además, el alumno Leonel Castillo a nombre de la FEUM. Fuera de este acto, ni en la población del Estado ni siquiera entre los universitarios se dejó sentir la importancia de dicha conmemoración.[6]

Las circunstancias políticas de la entidad no eran propicias para ninguna celebración. Desde finales de 1967 se iniciaron los acomodos para la sucesión del gobernador; la mayoría de los michoacanos deseaban que no continuara la tendencia agresiva, la "línea dura", ni el anticomunismo ni el anticardenismo irracional del funcionario saliente; se deseaba un cambio, éste sobrevino con la postulación del licenciado Carlos Gálvez Betancourt quien resultó electo y tomó posesión el 15 de septiembre de 1969.

El licenciado Lozano se retiró de su cargo casi al tiempo que entraba al gobierno Gálvez Betancourt; en su lugar quedó el ingeniero Luis Silva Ruelas como rector interino en tanto la Junta de Gobierno designaba al definitivo. La administración de Lozano había durado tres años, tiempo que se consideró suficiente para el cumplimiento de las tareas de normalización de la vida académica. Silva Ruelas poco pudo hacer en los meses que estuvo en la rectoría, entre finales de 1969 y principios de 1970. En ese breve lapso, la institución no tuvo ninguna alteración ni cambio, hasta el 14 de abril en que la Junta de Gobierno nombró al doctor Melchor Díaz Rubio, y ese solo dato permite apreciar la profundidad del cambio que se había operado en la dirección del Estado.[7]

La Junta de Gobierno se renovó de tal modo que en 1973 estaba formada por: ingeniero David Hernández Huéramo (presidente), licenciado Martín Tavira Urióstegui (secretario), doctor Santiago Barajas, doctor Alfonso Guzmán Carreón, ingeniero Donaciano Tiscareño, licenciado Alfredo Gálvez Bravo y doctor Brígido Ayala.[8]

Ing. Luis Silva  Ruelas.

 

El año de 1970 fue sumamente agitado en el país. Las elecciones presidenciales del mes de julio llevaron a la primera magistratura al licenciado Luis Echeverría Álvarez, continuador de la política intimidatoria de su antecesor. El nuevo presidente tomó posesión el primero de diciembre, y enseguida nombró al licenciado Gálvez Betancourt director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), por lo que dejó el mando de la entidad en el licenciado José Servando Chávez Hernández, quien desempeñaba el cargo de Secretario General de Gobierno.

El rector Díaz Rubio realizó grandes esfuerzos por el reencauzamiento de la Universidad, Amplió la estructura institucional mediante la creación de nuevos planteles, lo que provocó un crecimiento inusitado de la población estudiantil. Al iniciar su gestión había 9 038 alumnos (1969/1970) y al concluirla se contaban 19253 (1973/1974) o sea que había rebasado el 100%. Este gigantismo, que desde entonces ha ido en aumento, es uno de los problemas fundamentales de nuestra Casa de Estudios y de la mayoría de las universidades del país.

En la administración de Díaz Rubio se creó la  Preparatoria de Agrobiología, en Uruapan, con el objeto de atender a los jóvenes que habrían de ingresar en  la Facultad correspondiente  establecida en  la misma  ciudad;  el Instituto de   Investigaciones   Metalúrgicas,   con  los  departamentos de Metalurgia  Extractiva. Producción  de  Acero,  Fundición   y Soldadura, Metalurgia Física, Metalurgia Mecánica y Cerámica  (1972); la Escuela de Ingenieros  en  Tecnología de la Madera mediante estudios  realizados  por técnicos forestales que consultaron en diversas universidades extranjeras que tienen esta carrera, para conocer experiencias, planes de estudios y  programas, como resultado de lo cual  se  abrió  la escuela en septiembre de 1973; en el mismo año se iniciaron las licenciaturas de Filosofía, Historia y Biología, las mismas que formaban parte de la Facultad de Altos Estudios suprimida por Arriaga Rivera; ya mencionamos que en 1971  se había reestablecido la  licenciatura   de  Físico-matemáticas,   que  eran  las   cuatro carreras que tenía la Facultad en  1966.  En   1974  se creó la Escuela de Administración de Empresas, y en el mismo año la maestría en Metalurgia. Se dieron  los  primeros  pasos  para el  establecimiento de las carreras de Químico  Farmacéutico,   Químico Clínico,  Químico  en Tecnología  de   los Alimentos y la Maestría en Tecnología Pedagógica,  así como las licencia­turas en Economía, en Geografía, en Arquitectura de la Comunidad, y la carrera de maestro en Educación Física.[9]

Este vasto horizonte cultural, sólo comparable al rectorado del doctor De Gortari, requirió presupuestos cada vez más amplios. El gobierno fe­deral incrementó los subsidios a las universidades por acuerdo del Presi­dente Echeverría y a partir de 1972; dar dinero con largueza, sin una correcta planificación, ocasionó en muchos casos —no forzosamente en nuestra Universidad— la corrupción en los órganos directivos. Véase el comportamiento del subsidio federal en esta Casa de Estudios: e 1970 era de  $5'945,000.00; en 1972, de $ 11'890,000.00 (el doble); y en 1974 se elevó a $26'765,000.00 (cinco veces más en relación con 1970). La población escolar creció en el mismo lapso, de 9 395 (1970) a 19 253 (1974) o sea poco más del doble. El subsidio estatal fue de $ 9'640,000.00 en 1970, y sólo llegó a $16'000,000.00 en 1974, un crecimiento más realista. E1 presupuesto total, incluidos los ingresos propios, fue de $ 16´251,000.00 (1970),$ 19'509,872.00 (1971), $24´780,000.00 (1972), $ 31'254,088.00 (1973), y $ 45'065,000.00 (1974). En 1970, el subsidio estatal alcanzaba el 59% del total, y cuatro años más tarde la situación se había invertido y el subsidio federal era el 60% (incluido el especial para Agrobiología —$ 800,000.00 o sea 2%— y la aportación para el INFONAVlT ... —$ 875,000.00,  otro 2%— ).[10]

En el mes de julio de 1970 se creó la Comisión de Planeación Universitaria, que empezó sus labores de inmediato. Desde sus primeras investiga­ciones, la Comisión encontró graves fallas. "En el aspecto físico, se detectó que la Universidad había crecido sin ninguna planeación, aprovechando edificios que no fueron proyectados para escuelas, haciéndose adaptaciones en algunos de ellos y que con el continuo crecimiento habían venido a ser insuficientes e inapropiados." Por otra parte se constató que la mayoría de las escuelas carecía de laboratorios y que los existentes, reducidos y mal equipados, no llenaban los requisitos para una adecuada enseñanza experimental. Algunas escuelas no tenían bibliotecas y las existentes no daban el servicio para el que habían sido creadas. La Universidad carece de espacios deportivos propios.[11] De este análisis resultó un plan de refor­mas que se basaba en las conclusiones de la Declaración de Villahermosa, firmada por los rectores y directores de institutos de enseñanza superior. En esa Declaración se sostenía:

Dar al alumno una formación científica y humanista equilibrada.

Desarrollar su  conciencia social.

Dar flexibilidad a los planes de estudio, tanto en las asignaturas como en el tiempo necesario para culminar los estudios.

Romper el aislamiento de las escuelas.

Habituar al estudiante y al profesor a comunicarse y entenderse con especialistas de otras áreas.

Formar técnicos medios.

Dar mayor énfasis a la investigación y al trabajo experimental en el laboratorio.

Creación de  una política congruente de  servicio social, que  sea  parte importante de la formación profesional y no un mero requisito legal.

Sentar una política adecuada en la formación de profesorado poniendo énfasis en el incremen­to al profesorado de tiempo completo.

Aprovechamiento óptimo de los recursos humanos y físicos disponibles.[12]

La Comisión recomendó, como parte de la reforma académica, algunos cambios en la estructura de la Universidad. Con la finalidad de agrupar los planteles por áreas específicas, el 13 de julio de 1973 el Consejo Universitario aprobó la creación de Divisiones: Ciencias y Humanidades (Físico-matemáticas, Filosofía, Historia y Biología), Ciencias Admirativas y Sociales (Contaduría y Administración y Derecho)  Ingeniería (Mecánica, Eléctrica, Química, Civil, de la Madera). Las 3 formaron una ola zona: Unidad de Ciencias, Ingeniería y Humanidades. Las otras Divisiones fueron: Ciencias de la Salud (Medicina, Odontología, Químico fármacobiólogo   y   Enfermería);  Ciencias  agropecuarias   (Medicina   Veterinaria y Agrobiología); Enseñanza Preparatoria (Colegio de San Nicolás, Preparatoria "Pascual Ortiz Rubio",  Preparatoria "Eduardo  Ruiz" de  Uruapan, y Preparatoria de Ciencias Agrobiológicas de Uruapan); y División de Enseñanzas Especiales (Bellas Artes).[13]

Dr. Melchor Díaz Rubio. 

Escuela  de Contabilidad  y  Administración CU.

 

Dentro del mismo plan se inició la construcción de la Ciudad Universitaria en los terrenos que habían sido del antiguo Campo de Aviación de Morelia, y que formaban parte del fundo legal de la ciudad. Estos terrenos fueron cedidos a la Universidad por el gobernador Arriaga Rivera, y consistían en 60 hectáreas. Después del estudio de varios proyectos, en el mes de mayo de 1973 se inició la referida Ciudad con la primera etapa de la Unidad de Ciencias, Ingeniería y Humanidades.[14]

El 14 de abril de 1972 el Consejo Universitario acordó rendir homenaje al doctor Ignacio Chávez, y poner su nombre a la Facultad de Medicina. El día lo. de mayo, en una ceremonia solemne con motivo del aniversario de la fundación de la primera cátedra de Medicina en Valladolid, se develó la placa con el nombre del maestro, quien estuvo presente y pronunció un discurso en el que exhortó a los estudiantes de aquella Facilitad a ser buenos médicos, lo que equivalía a ser buenos clínicos, hombres de ciencia que supieran estudiar y renovar el bagaje de sus conocimientos, y a la vez hombres morales y ciudadanos limpios.[15]

En el mismo año el maestro volvió a dirigirse a la comunidad universitaria al hablar a nombre de seis nicolaitas a quienes la Universidad Michoacana honraba (11 de noviembre) al cumplirse medio siglo de ejercicio profesional. Los homenajeados fueron: Antonio Martínez Báez, Eduardo Villaseñor, Manuel Martínez Báez, Rodolfo Chávez, Gabino Fraga y el mismo don Ignacio. Su discurso fue una añoranza de los años juveniles: "Mis recuerdos están vivos, como si fuesen de ayer"; con profunda emo­ción recordó a dos compañeros de su generación que ya habían fallecido: Salvador González Herrejón y Samuel Ramos.[16]

Fueron varios los Congresos y Reuniones que se llevaron a cabo en nuestra Universidad durante los años de 1971 a 1973. Entre ellos, vale la pena recordar la Reunión Nacional de Facultades y Escuelas de Contabilidad y Administración (1971); la XVII Reunión de la Asociación Mexicana de  Profesores de  Micro­biología y Parasitología (1971); la XI11 Jornada Anual de estudio de la Hematología (1972); el Congreso Nacional sobre De­recho   de!   Trabajo   (1972);  el Curso   de   actualización   cardiológica sobre  Hipertensión   Arte­rial (1972); la Reunión Nacional de    Gastroenterología     (1972); la Reunión  Nacional  de  Urología   (1972);   el   VII   Congreso Mexicano   de   Química   Pura   y Aplicada   (1972);  el  VII  Congreso  Nacional   de   Microbiología (1972); el Congreso Nacional   de   Centros    Penitenciarios (1973); el Primer Seminario Nacional  sobre  utilización de encimas   (1973);   y   la   V   Reunión  Nacional  de   Dermatología (1973).  Otros actos semejantes tuvieron lugar en nuestra institución,   además   de   numerosas conferencias y simposios.[17]

Al término de su gestión se retiró el doctor Díaz Rubio. La Junta de Gobierno, al aproximarse la separación del rector, inició el proceso de auscultación señalado por la ley, y nombró al doctor Luis Pita Cornejo el 15 de abril de 1974. Fue un cambio pacífico, sin movimientos de presión política o de grupos interesados. El doctor Pita Cornejo había sido miembro de la Junta en los anos cruciales de 1965 y 1966, y es el único caso de un rector de esa procedencia. Varios exrectores formaron parte de ese organismo universitario (Díaz Barriga, Arreguín, Romero Flores, Gálvez, Estrada Aceves), pero sólo Pita Cornejo ha sido rector después de ser uno de los integrantes de dicha Junta.

Tal vez por esa circunstancia, desde que tomó posesión de la rectoría el doctor Pita Cornejo propuso un proyecto de Ley Orgánica de la Universidad en el que no figuraba la Junta de Gobierno; la autoridad máxima sería el Consejo Universitario, que además  tendría  el carácter de  cuerpo legislativo; estaría integrado en forma paritaria por maestros y alumnos, más los representantes de los trabajadores, del personal académico y del  “conglomerado estudiantil", electos democráticamente. Se entregó este proyecto al Ejecutivo para que fuera turnado al Congreso, pero el gobernador o siguió ningún  trámite al respecto. Este fue un embate serio de la rectoría contra la Junta de Gobierno.[18]

En su primer año de trabajo afloraron los graves problemas de la institución, entre ellos el crecimiento desmesurado de la población estudiantil, fenómeno que se había iniciado en forma explosiva en la administración anterior, y que cada día adquiría características alarmantes. Estas masificación de la enseñanza superior, que afecta a lodos los centros educativos de ese nivel en el país, afectó principalmente algunas carreras como Me­dicina y Odontología, que resintieron un crecimiento de 25.98% y 24.83%, respectivamente, con las consecuencias que están a la vista (desempleo y subempleo entre los egresados de dichas carreras; y deterioro en la calidad del producto). No obstante estos ominosos resultados, la demanda crece constantemente, y no resulta exagerada la estimación que hizo la Comisión de Planeación de nuestra Universidad en 1974, acerca de una población total de 60 mil alumnos al finalizar la década  1974-1984.

De los 25 planteles que constituían la Universidad Michoacana en 1974, 7 habían transformado sus cursos en semestrales (Tecnología de la madera, Físico-matemáticas. Filosofía, Historia, Biología, Contabilidad y Fármacobiología); dos eran de cursos especiales (Instituto de Investigaciones Metalúrgicas y la Escuela de Cursos Temporales); y el resto conservaban los cursos anuales, aunque se luchaba en los Consejos Técnicos por la innovación.

La situación económica mejoró. Tanto el gobierno federal como el de Michoacán otorgaron no solamente los subsidios ordinarios sino que daban partidas especiales o extraordinarias para determinados fines. Por ejemplo, la Federación dio en 1974 subsidios extras para la participación al lNFONAVlT, relacionado con la vivienda; para la Escuela de Agrobiología; para lu creación de la Preparatoria número 3 "'José María Morelos";[19] para la Escuela de Medicina Veterinaria y Zootécnica; y para un aumento a' personal universitario del 22%. El total fue de $ 29'069,050.00. El Estado acordó, además del subsidio ordinario, partidas extras para el mismo aumento de 22% y para cubrir la gratificación de fin de año; en total; $ 19´972,000.00.

Otras ayudas recibió nuestra Casa de Estudios. Diversas dependencias federales,  con  sus presupuestos  específicos, atendieron  necesidades  de  la Universidad. Entre otras: la Secretaría de Obras Públicas, que gastó 4 millones en  la Ciudad  Universitaria;  la Secretaria de Recursos Hidráulicos que perforó un pozo para abastecer de agua la misma Ciudad; y la Comisión   Federal  de  Electricidad,  que  se   encargó   de  tender  la  red   para electrificarla. Además, la Secretaría de la  Presidencia envió maquinaria equipo,  donó  terrenos  (38  Has. del  antiguo Campo  Aéreo  de Uruapan para la Escuela de Agrobiología, y 500 Has. para una huerta frutícola en Guacamayas,  en Lázaro Cárdenas);  el CAPFCE  y la Comisión  del Río Balsas contribuyeron con  obras importantes, tanto  en  Uruapan  como en Morelia.  Solamente  el CAPFCE gastó  $ 3'500,000.00 en la construcción de unidades de explotación de ganado bovino y porcino, almacenes, talle­res, silos y laboratorios, además de salas audiovisuales y oficinas. También la Secretaría de Hacienda y el Consejo Nacional  de Fomento Educativo (CONAFE)  colaboraron en distintas tareas y proyectos. El Secretario de Educación Pública inauguró el 14 de septiembre de  1974 las obras de ampliación del edificio de Medicina  (dirección, subdirección, oficinas administrativas y tres aulas); y la misma dependencia autorizó la iniciación de otras obras (ocho laboratorios, diez aulas y servicios sanitarios en el mismo plantel), con un costo de $ 10´000.000.00.  La Secretaría de Salubridad donó a la Escuela dos ambulancias.[20]

Dr. Luis Pita Pornejo.

El doctor Pita Cornejo continuó los planes de publicaciones y actos culturales que habían distinguido a sus antecesores. El 5 de julio de 1974, por acuerdo del Consejo Universitario, se otorgó el grado de Doctor Honoris Causa, post Mortem, al doctor Salvador Allende, víctima de un golpe militar no contra el gobierno que él encabezaba sino en perjuicio de su patria chilena y en agravio de la dignidad del Continente americano. Recibió el galardón de los universitarios nicolaitas la señora Hortensia Bussi, viuda del gran dirigente revolucionario.[21]

En la Escuela de Medicina "Dr. Ignacio Chávez" se reunió el XV Con­greso de la Sociedad Internacional Bockus de Gastroenterología; también en ese plantel se llevó a cabo la XX Reunión Nacional de Ginecología y Obstetricia; así como el VI Congreso Nacional de Anatomía, y el VII Curso de Cirujía Funcional de Septum Nasal y de la Pirámide Nasal Externa. En Fármaco biología se reunieron: el VII Congreso de Ciencias Farmacéuticas, y el V Coloquio de Química Cuántica de Expresión Latina.

Una aspiración de varios rectores cristalizó en esta administración: la creación de una estación radiodifusora de la Universidad. En 1975 comenzó sus labores Radio Cultural Nicolaita en la frecuencia 1370 Khz, 0.5 Kk, con un horario que cubría de las 7 a las 19 horas. Se instaló en terrenos de la Ciudad Universitaria,  y  para este importante servicio  se construyó una antena de 50 metros.

Se organizó en ese mismo año o a finales del anterior un Departamento , producción de Medios de Comunicación Educativa, cuya finalidad esencial es el auxilio a los docentes para el mayor rendimiento de su labor. El Departamento   realizó intercambios y asesorías en varias  Universidades del país.

El rector afirmó que "la anarquía sin rumbo y los gritos anónimos perjudican a la Universidad y no son actitudes de verdaderos revolucionarios. La entrega al trabajo y el cumplimiento constante del deber sí son actitudes revolucionarias".[22]

Dr. Genovevo Figueroa Zamudio.

 

Sin  embargo,   esos  "gritos anónimos"  formaron  coro,  y se produjo la salida del  doctor Pita Cornejo.  Además  de  la situación política  interna, influyó en el cambio de rector la política estatal que siempre ha determinado el rumbo  de la Universidad. La  entrega  del  poder  no ha sido violenta en más de cincuenta   años; lo  cual  no  evita que,  al  aproximarse la renovación  del   gobierno,  surjan   trastornos de índole  administrativa. Al rector Pita le tocó estar en el   mando   precisamente   en  los últimos  meses del  gobierno del licenciado  José   Servando   Chávez Hernández, y el momento del arribo   al   poder  del licenciado Carlos Torres Manzo, quien tomó posesión  el   16  de septiembre de 1974. Es ya tradición en nuestro medio que estos cambios en el gobierno repercutan en la Universidad, no porque los nuevos gobernantes se lo propongan, sino por el acomodo de fuerzas que dichos  cambios provocan.[23]

Las     actividades     universitarias   en   los   últimos   diez  años (1972/73-1982/83) han correspondido a un periodo de expansión. Nuestra Casa ha crecido en número de alumnos y —consecuentemente— en maestros y servidores administrativos y manuales, sus recintos han aumentado en capacidad y número al multiplicarse las oportunidades de estudios. Comamos ya con una Univer­sidad moderna, tal como la planearon sus mejores hijos en etapas sucesivas, a partir de su ilustre fundador.

Desde 1976 en que fue designado rector el doctor Genovevo Figueroa Zamudio ha podido apreciarse, con el crecimiento cuantitativo, el surgimiento de los graves problemas que son concomitantes en una institución de las dimensiones y características de la nuestra.

La población estudiantil había aumentado, aunque no en la forma explo­siva de los años anteriores, En el periodo 1975/1976 había en nuestra Universidad 25,905 alumnos, y en el siguiente: 29,290; el incremento fue de 3,385, registrándose el mayor volumen en las escuelas preparatorias. El doctor Figueroa hizo notar que "la distribución académica auspiciada por las autoridades ha propiciado un crecimiento más ordenado y regular de la población escolar, habiéndose canalizado un buen número de jóvenes a diversas profesiones". Debido a esta política, en el área de Ciencias de la Salud, que abarca las carreras de mayor demanda, la inscripción no registró un aumento espectacular como en el curso 1974/1975 en que pasó de 4,218 alumnos a 6,287 (un incremento de 2,069), el crecimiento más alto de los últimos 13 anos; en 1975/1976 fue de 1,309; en 1976/1977 de sólo 643; y en 1977/1978 tuvo un descenso de menos 271. El área de Ingenierías, segundo lugar en carreras de gran demanda, en el mismo periodo pasó de 2,/98 a 4,149, es decir con un crecimiento de 3,817. De este modo se hicieron visibles los resultados de la distribución académica iniciada por el rector Figueroa Zamudio.[24]

El crecimiento de la población estudiantil durante la década, en forma general o global,  ha sido como sigue:

 

CUADRO NUMERO 1

 

POBLACIÓN ESCOLAR 1972-1973/1982-1983

 

15,478    19,253   21,846   25,905   29.290   30.993   33,760   35.792   37,835   43,131

 

72/73      73/74    74/75    75/76    76/77     77/78     78/79    79/80    80/81     81/82

 

Un estudio realizado en 1976 revela datos muy interesantes sobre nuestra Universidad. La población estudiantil procedía en un 79% del Estado de Michoacán, sobre todo de los municipios de Morelia y Uruapan, donde se localizan sus más importantes servicios; sólo un 20% procedía de otros Estados; y entre estos un 28% eran de Guanajuato, entidad limítrofe que tradicionalmente ha estado ligada a la nuestra; el Distrito Federal (12%); otros Estados eran: Sinaloa (8%), Guerrero (5.5%), Jalisco (5,2%), Sonora (4.7%), y el resto distribuido entre las demás entidades del país. Uno por ciento del total procedían de otros países, sobre todo de Vene­zuela, Honduras, Estados Unidos y Panamá. La mayoría del alumnado era de varones (71.2%) y sólo un 28.8% de mujeres. Estos procedían de la clase media, pues sólo un 16.8% quedaron registrados como hijos de obre­ros y campesinos; el 83.2% restante era de comerciantes, empleados, profesionistas, agricultores (pequeños propietarios) o artesanos libres. De la población estudiantil (29 290 alumnos), un 3%  eran becados.[25]

Es interesante conocer los datos de la inscripción por Divisiones para apreciar las preferencias de los jóvenes en los últimos siete años. Desde luego los planteles más concurridos son las escuelas preparatorias (bachi­lleratos en Ciencias Químicas, Ciencias Biológicas, Ingeniería y Arquitec­tura, Derecho y Filosofía, y Contabilidad y Economía; además del espe­cifico de Ciencias Agrobiológicas, de Uruapan). A los cinco planteles de este tipo que funcionaban en 1976, se agregaron las preparatorias 4 y 5 también en Morelia. La creación de estos planteles se impuso por la ne­cesidad de atender a los numerosos jóvenes que al terminar sus estudios secundarios desean continuar su preparación. Desde 1965, pero más con­cretamente a partir de 1970. La Universidad ha incorporado planteles parti­culares establecidos en algunas cabeceras municipales; la mayor parle de dichas escuelas carecen de instalaciones adecuadas y, sobre todo, de labo­ratorios y bibliotecas, pero sus servicios, deficientes y onerosos, son avala­dos por la Universidad.

Durante la administración del rector licenciado Fernando Juárez Aranda (a partir del 3 de marzo de 1979), se planeó la creación de Preparatorias Periféricas en la ciudad de Morelia, para atender la demanda, cada día más creciente,  de lugares  en las Preparatorias Universitarias.[26]

Las siete Preparatorias de la Universidad tuvieron una inscripción de 10,113 alumnos en 1976 y seis años más tarde fue de 15,422, lo que indica su  rápido crecimiento.

Un panorama de este nivel de enseñanza es el siguiente:

 

 

 

 

CUADRO NUMERO 2

LA ENSEÑANZA PREPARATORIA

 

1.     Colegio Primitivo y Nacional de San  Nicolás de Hidalgo.                          1847*

2.     Prep.  Núm.  2  "Pascual  Orliz   Rubio".                                    Morelia           1967

3.     Prep. Núm.  3  "José  María Morelos".                                     Morelia           1974

4.     Prep. Núm. 4 "Isaac Arriaga".                                                  Morelia           1976

5.     Prep. Núm. 5 "Melchor Ocampo".                                          Morelia           1978

6.     Prep.  "Eduardo Ruiz".                                                               Uruapan         1963

7.     Prep. Agrobiológica.                                                                Uruapan         1970

 

INCORPORADAS   A           LA   UNIVERSIDAD

 

NOMBRE                                                        LUGAR                       FECHA DE                                                                                                                                INCORPORACION

 


 

1.     "Isaac Arriaga".                                      Ano de Rosales        12-1-1965

2.     "Hermanos López Rayón".                    Azuayo                      19-IV-1970

3.     "Rector Hidalgo".                                   Morelia                       4-IX-1970

4.     "General Lázaro Cárdenas".                 Zinapécuaro             12-V-1972

5.     "Benito Juárez".                                      Huetamo                   12-V-1972

6.     "Adolfo Chávez".                                   Apatzingán               6-VII-1973

7.     "Lázaro Cárdenas".                                Yurécuaro                 22-V-1974

8.     "República de Venezuela".                  Tacámbaro               6-XI-1974

9.     "José Mana Morelos".                                                  
(antes '"Melchor Ocampo").                Zitácuaro                   20-Il-1975

10.  "Hermanos López Rayón".                    Maravatío                 16-V-1975

11.  "Jesús Romero Flores".                           Paradlo                      14-VII-1975

12.  "Por Cooperación".                               Zamora                      1-IIl-1976

13.  "Ignacio López Rayón".                        Tlalpujahiua               I4-III-1977

14.  "Gral.  Enrique  Ramírez".                       Lázaro Cárdenas      4-VII-I977

15.  "Taximaroa".                                           Ciudad Hidalgo        8-Vll-1978

16.  "Gral. Lázaro Cárdenas del Río"           Tuxpan                       21-VIl-1978

17.  "José  Rubén  Romero".                        Cotija                         5-IX-1978

18.  "Ricardo Flores  Magón".                       Jiquilpan                    21-IV-1980

19.  "Dr.   Raymundo  Figueroa".                 Cuitzeo                      12-ll-1980

20.  "Melchor Ocampo".                              Arteaga                    12-IV-198O

 

 


 

* En e! caso del Colegio de San Nicolás se pone la fecha de su reapertura y secularización, con el nombre que desde entonces tiene.

Los rectores  Figueroa Zamudio y Juárez Aranda,  así como  el  actual, han manifestado en diversas ocasiones su honda preocupación por la enseñanza preparatoria que constituye la verdadera iniciación de la vida universitaria, donde se abren a los jóvenes los horizontes del saber, con la finalidad de capacitarlos para la vida y para el ingreso a las escuelas profesionales. El bachillerato requiere, por tanto los mejores maestros, recintos, laboratorios, bibliotecas y equipo.

También la División de Ciencias y Humanidades creció notablemente con la creación de las escuelas de Filosofía, Historia y Biología, en 1974. Pe 441 alumnos que tuvo en 1976, pasó a 2,253 en el año pasado (1982).

Los maestros de Carrera "A" y "B" aumentaron de 84 a 178, con un crecimiento de más de 100%. El mayor impulso se registró a partir de 1980, año en que se creó la categoría "C" con 10 plazas. Los sueldos han sido incrementados notoriamente en los últimos años; y sin embargo se advierte la necesidad de nuevos aumentos ante el deterioro paulatino del salario de los trabajadores por la situación difícil en que la ineptitud y el latrocinio han dejado a nuestra  nación.

En 1974 se iniciaron los estudios de licenciatura en Administración de Empresas, necesaria para la formación de profesionales con ideas nuevas del desarrollo económico del país; y con el mismo propósito fue creado el Instituto de Investigaciones Químico-Biológicas, en el periodo 1975-1976. Se tuvo presente en ambos casos la necesidad de vincular más estrecha­mente a la Universidad con los problemas del desarrollo regional.[27]

Especial atención se ha puesto en la difusión cultural a través del libro. La publicación de obras en la década fue impresionante, como puede verse en el anexo de este libro, en la parte referente a bibliografía universitaria. Estudios históricos, humanísticos, literarios y técnicos; conclusiones y tra­bajos de investigaciones realizadas en diversas regiones del Estado; materiales de trabajo para las cátedras; inquietudes sobre el desarrollo eco­nómico y político de México y del mundo. Más de un centenar de libros se publicaron en este periodo, salidos algunos de la Imprenta Universitaria, cuyos frutos pudieran ser más constantes. La Librería Universitaria ha contribuido a la divulgación de esas publicaciones, aunque falta una polí­tica más eficiente en ese aspecto.

Desde 1980 funciona el Centro de Estudios sobre la Cultura Nicolaita, creado por la Universidad, con el apoyo amplio del licenciado Carlos Torres Manzo, gobernador del Estado durante los años 1974-1980. Este culto gobernante desarrolló una importante labor en Michoacán, y entre sus preocu­paciones estuvo en primer término el aspecto cultural; durante su mandato se publicaron numerosos libros sobre los municipios del Estado y sus aportaciones al desarrollo general del país, así como sobre figuras históricas de michoacanos distinguidos, hechos importantes, y de información sobre agricultura, ganadería, industria y comercio. Quiso el gobernante que se investigara y divulgara la obra de los hijos del Colegio de San Nicolás a través de su larga y azarosa historia, y brindó todo su apoyo al rector Juárez Aranda para que se creara el mencionado Centro de Estudios, en­comendado al doctor Juan Hernández Luna. Entre los propósitos del Centro figura la formación de una galería de retratos de los nicolaitas más desta­cados (a la fecha se cuenta con más de 200 óleos); una biblioteca que reúna la producción de los universitarios michoacanos, que sea como un centro de consulta para quienes deseen investigar en las obras de esos autores; un sistema de seminarios y conferencias en los que se estudie la vida y la obra de los grandes personajes que ha producido el Colegio de San Nicolás en la filosofía, la historia, las letras y el arte nacionales; y la publicación de una Biblioteca de Nicolaitas Notables, que se inició con la reedición de tres tomos de las Obras Completas del doctor José Torres Orozco, y la edición de un cuarto tomo, todos compilados por el doctor Hernández Luna. Además se publicó una reproducción del libro de don Enrique Arreguín Oviedo sobre el monumento dedicado a Morelos en su ciudad natal; y una serie de volúmenes de diversos autores y temas que, hasta la fecha, llegan a más de veinte, sin contar la Historia del Colegio de San Nicolás y la presente Historia de la Universidad Michoacana, obra elaborada por su autor como miembro del Centro de Estudios sobre la Cultura Nicolaita.[28]

Con estas instituciones han quedado cubiertos los aspectos de formación profesional, e investigación y difusión de la cultura, que son las funciones específicas de nuestra Casa de Estudios. A la fecha, y sobre el primer as­pecto, pueden cursarse aquí las siguientes carreras:

Escuela de  Economía.   Interior. 

Posta zootécnica.  Escuela de Medicina  Veterinaria. (Vista aérea).

 

 

CUADRO NUMERO 3

 

ESCUELAS Y CARRERAS

 

Escuela                                              Carrera que se sigue                       Fecha de

Fundación

 

 

1.      Esc. de Medicina                                  

"Dr. Ignacio Chávez"                            Médico Cirujano y Partero                          1895      

2.      Esc. de Odontología.                            Cirujano Dentista                                           1954

3.      Esc. de Enfermería.                                Enfermera (nivel medio tradicional,
                                                                  nivel medio con opción a licencia­
                                                                  tura, y licenciatura)                                       1958      

4.      Esc.   de   Químico   Fármaco-biólogo. Químico Farmacobiólogo (con
orientaciones hacia: Farmacia, Bioquímico-clínico y Alimentos)                       1961      

5.      Esc. de Ingeniería Civil.                        Ingeniero Civil

Topógrafo                                                       1930                     

6.      Esc. de Ingeniería   Mecánica.           Ingeniero Mecánico                                    1965

7.      Esc.  de  Ingeniería  Eléctrica.             Ingeniero Electricista                                    1965

8.      Esc. de Ingeniería Química.                 Ingeniero Químico                                        1965

9.      Esc. de Ingeniería en Tecno­
logía de la Madera.                              Téc.  en Aserraderos y Maquinaria

Ing.  en  Tecnología   de   la   Madera

                                                                          Especialización en Celulosa y Papel         1973

10.    Esc. de Arquitectura.                            Arquitecto                                                      1978

11.    Esc. de Contabilidad y Admi­
nistración.                                                Contador Público                                         

                                                                          Licenciado   en    Administración   de

                                                                          Empresas                                                         1961

12.    Esc. de Derecho.                                   Licenciado en Derecho                              1901

13.    Esc. de Economía.                                 Licenciado en Economía                            1977

14.    Esc. de Historia.                                      Licenciado en Historia                                  1973

15.    Esc. de Filosofía.                                     Licenciado en Filosofía                                1973

16.    Esc. de Físico-Matemáticas.                Lic.  en Ciencias Físico-matemáticas         1971

17.    Esc. de Biología.                                     Licenciado en Biología

                                                                          Técnico en Laboratorio Biológico              1973

 

 

18.    Esc. Popular de Bellas Artes.                Secciones de  Música. Arte  Dramá­tico,

                                                                          Danza y Artes Plásticas                                 1916

 

 

 

19.    Esc. de Agrobiología                             Ingeniero Agrónomo (especialidades

                                                                          en Parasitología, Zootecnia, Fitome-

                                                                          joramiento y Bosques                                   1961

20.    Esc.  de Medicina Velerinaria
y Zootécnica.                                         Medico Veterinario y Zootecnista             1967

21.    Instituto    de     Investigaciones
Metalúrgicas.                                         Maestría   en   Metalurgia  y 

                                                                          Ciencia de Materiales                                 1972

22.    Instituto    de     Investigaciones
Químico-Biológica                                 Investigador Químico-biólogo                   1975

              

Para el servicio de estas instituciones se ha contado con edificios e instalaciones nuevos, además de los tradicionales. Sobresale la construcción de la Ciudad Universitaria. Fue en 1973, durante el mandato estatal del licenciado Servando Chávez Hernández, cuando se inició la construcción de los primeros edificios de la magna obra, los de la Unidad de Ciencias, Ingeniería y Humanidades: los edificios "B”, "C" y "D" (aulas y departamentos académicos; el "D" además para Salas de Dibujo) y el "E" (La­boratorios de Química). Al año siguiente se puso la cimentación del edificio "M". Fue hasta 1975 en que se construyeron los edificios "H" (Labora­torios de Hidráulica), "G" (Laboratorios de Electrónica, Eléctrica, Diná­mica y Térmica), "F" (Laboratorio de Materiales), "J" (Laboratorio de Máquinas y Herramientas), "K" (Laboratorio de Ingeniería Química); se terminó el "M", con 21 aulas (una audiovisual) y 5 departamentos académicos. Todo el gasto de este año en Ciudad Universitaria importó $ 29'973,000.00, incluido el valor del Laboratorio de Ingeniería Química, uno de los más avanzados del país, sólo comparable al del Instituto Politécnico Nacional.[29]

La obra se continuó el año siguiente con la construcción de los edificios "L" (Laboratorios de Biología y Física), "N" (Centro de Cálculo), "O" (Laboratorio de Tecnología de la Madera); así como la primera etapa de la obra exterior (barda y cerco perimetral, y andadores cubiertos), así como la iluminación, gastándose en estas obras $ 18'627,000.00.

En 1977 y parte de 1978 se construyó el edificio "R", con 20 aulas, 4 departamentos académicos y una sala audiovisual. Se avanzó en la primera etapa del edificio "S" (Biblioteca central) y el "U", que se destinó al Instituto de Investigaciones Metalúrgicas, en una superficie de 1000 m2, con servicios de agua, aire comprimido, gas y corriente eléctrica. En las dos etapas siguientes se completaría el espacio físico para albergar 6 departamentos (Metalurgia extractiva, Producción de acero, Fundición y soldadura, Metalurgia física, Metalurgia mecánica, y Cerámica, dotados de maquinaria y aparatos para Macroscopia óptica y electrónica, pruebas me­cánicas, análisis, corrosión, procesamiento de minerales y cerámica, y piro-metalurgia. Entre las funciones del Instituto se encuentra fundamentalmente la investigación, sobre proyectos propios de cada departamento o proyectos generales que requieren la participación de varios especialistas. En 1981 tenía el Instituto 16 investigadores, 4 auxiliares y 2 técnicos, y desarrollaba una amplia labor en la que están incluidas la docencia (se otorga diploma en la especialidad de Metalurgia y Maestría en Metalurgia y Ciencia de Materiales, o en ambas) y la difusión de resultados, en cursos nacionales o internacionales, conferencias, seminarios y publicaciones. En 1981 la Sociedad  de  Fundidores de Cincinnati, Ohio,   concedió el  premio "Howard F. Taylor"  al nicolaita  doctor Baltazar Hernández  Reyes  (29  de abril) Dicha distinción se había concedido  hasta entonces a investigadores europeos y norteamericanos. El doctor Hernández Reyes era el jefe del Departamento de Fundición y soldadura del Instituto. A finales del mismo año se instaló un horno de fusión de metales, con un costo de $2'600,000.00.[30]

En  los  años de   1978  y   1979 se continuaron  las obras en la Ciudad Universitaria. Se terminó el edificio "A" (Rectoría, Coordinación de Ingenierías y oficinas administrativas); la tercera etapa de la obra exterior (andadores cubiertos y descubiertos, jardinería,  banquetas, accesos, estaciona­mientos e iluminación); los edificios "T" (12 aulas y 2 departamentos aca­démicos); y "P" (4 talleres para Arquitectura, 4 aulas y 2 departamentos académicos) se terminaron con un costo de $ 26'106,000.00. Además, en 1979 se gastó un millón de pesos en la remodelación o arreglo de labora­torios en la División de Ingeniería. Hasta este año se llevaban gastados en la Ciudad Universitaria $120´376,000.00, incluidos $ 10´948,000.00 que se emplearon en la adquisición de aparatos y su instalación en los Laborato­rios  pesados y  de  proceso de  Ingeniería  Química,  para las prácticas  de balance  de  materias y energía,   mediciones   industriales,  flujo  de  fluidos, transferencias de calor, filtración, evaporación, destilación, extracción,  absorción, secado, humidificación, procesos industriales orgánicos e inorgánicos, cinética química,  instrumentación industrial y electroquímica.[31]

En el periodo que ahora reseñamos (1973-1983) se realizaron otras obras materiales que beneficiaron a varios planteles que ampliaron el patrimonio de la Universidad. En un predio de 100 hectáreas del municipio de Tarímbaro, con los fondos directos y las ayudas que se han mencionado, fue construida la posta zootécnica de la Escuela de Medicina Veterinaria y Zootécnica, en cinco etapas, con un costo total de $ 34´731,000.00. Desde 1971 se iniciaron las obras de construcción de instalaciones para la Escuela de Agrobiología y las preparatorias de la ciudad de Uruapan, en un predio de 38 hectáreas de terrenos que habían pertenecido al antiguo campo aéreo de esa ciudad, con un costo (hasta 1979), de $ 25'539,000.00.[32]

Lic. Fernando Juarez Aranda.

 

La división de Ciencias de la Salud fue objeto de especial atención por su mayor afluencia de alumnos y por la importancia de las carreras que la componen. En la Escuela de Medicina se construyeron los edificios "A", "E", "F" y "G", así como el que albergaría la Biblioteca Central de la misma división. Con estas instalaciones se cubrió la necesidad de aulas, salas audiovisuales, oficinas y salas de lectura, y se gastó en todo más de $16´574,000.00. En la Escuela  de  Odontología  se  construyó,  en varias etapas un edificio de Clínicas, y se adaptó uno para laboratorio de materiales dentales,   además de salas de  lectura y una clínica odontológica de servicio social.  El costo fue de $ 14'370,000.00. En la Escuela de Enfermería se gastaron S 3'000,000.00 en la construcción y acondicionamiento de aulas, cubículos para profesores, oficinas y sala de juntas. Y en la Escuela de  Químicos  Fármaco-biólogos  se  amplió el  edificio con un  costo superior a los $6'000,000.00.[33]

Este conjunto de realizaciones académicas, y su reflejo en el aspecto material, fueron posibles por el apoyo económico oficial. Nuestros principales centros de cultura superior se sostienen de los fondos públicos, con mengua de su pretendida autonomía. Los temores que expresaban los fundadores de la Universidad   Michoacana  en   1917,  estaban  justificados.  Los diputados preguntaban de qué iba a vivir la institución, y decían:  si va a depender del presupuesto pú­blico no será autónoma, y estará sujeta a los vaivenes de la política estatal. El gobernador Ortiz  Rubio   presentó entonces, ante los remisos diputados una relación  de   los  bienes   que   el gobierno entregaría a la naciente Universidad para que de sus    frutos    se   sostuviera, sin dejar por ello de ayudarle con alguna cantidad para que completara su presupuesto, con respeto absoluto a su funciona­miento   autónomo.   La   realidad esfumó los ensueños del culto gobernante,    y   la   dependencia ha sido casi total respecto a las finanzas públicas. No han faltado   proyectos   para   la solución de este problema fundamental; sin embargo, hasta ahora y en el periodo que examinamos, la situación ha sido la siguiente:

 

CUADRO NUMERO 4

RECURSOS FINANCIEROS.


 

FEDERAL                              SUBSIDIO                INGRESOS                             TOTAL

AÑO     SUBSIDIO                 ESTATAL                                 PROPIOS                   GENERAL

 

1972        $   11,890,000.00                         $ 11,140,000.00                       $   1,250,000.00                      $ 24,280,000.00

1973              $  17,684,504.00                     $  12,000,000.00                     $   1,569,584.00                      $31,254,088.00

1974        $ 26,765.000.00                  $  16,000,000,00                     $   2,300,000.00                      $ 45,065,000.00

1975            $  43,837,148.00                     $    22,030,000,00                                $   4,550,000.00                      $ 70,414,148.00

1976            $   64,834,184.00                     $   26,030,000.00                     $   5,050,000.00                                   $ 95,914,184.00

1977            $103,490,900.00                     $ 41,162,900.00               $     8,,036,367.00                                 $ I52'690,167.00

1978            $ 160,400,000.00                    $   52'070,495.00                     $ 10,782,025.00                      $223,752,520.00

1979            $ 237,660,830.00                    $   91,232,980.00                     $ 31,867,846.00                      $360,761,656.00

1980        $   330,399,086.00                               $ I25,565,000.00                     $ 36,1 14,675.00                     $ 492,078,761.00

1981            $467,795,340.00                     $ 195,286,000.00                    $ 52,598,944.00                      $715,T180,284.00

                                                           $ 359,891,000.00                    $ 84,763,000.00                     $1,253,523,000.00

 estinados a futuras expansiones, el gobierno del Estado entregó a la Universidad (1982) dos terrenos; el primero en colindancia con los viveros estatales, con una superficie de 11,000 m2, que se ha destinado para una escuela Preparatoria; y el segundo en la parte norte de la escuela de Odontología, con superficie de 6,300 m2, para ampliar instalaciones del área de Ciencias de la Salud.[34]

Las tareas de investigación han recibido una especial atención, para cum­plir una de las funciones de la Universidad. En esta década se han canalizado a estas actividades recursos que han ido del 0.80% al 10% del presupuesto total. El mayor impulso corresponde a los años 1978-1982. Se han realizado varios proyectos de beneficio regional sobre la flora, la fauna y los recursos mineros y pesqueros del Estado, algunos de los cuales figuran en el apéndice de este libro ("Ensayo ele bibliografía universitaria de Michoacán"). Actualmente (1982) hay 113 becados para estudios de pos­grado en instituciones del país (IPN, ITESM de Irapuato, Ciudad Univer­sitaria de Tampico, Hospital del Niño en México, Soc. Mex. de Hemato­logía, Inst. de Inv. Pecuarias, Hospital General de México, y las Universidades: Autónoma de México, Autónoma Metropolitana, Iberoamericana, Chapingo, Yucatán, Coahuila, Nuevo León y Puebla) y del extranjero (Es­tados Unidos, España, Suiza, Canadá, Alemania y Holanda).[35]

 

Panorámica  de te Ciudad  Universitaria.

 

Nuestra Universidad  ha  celebrado convenios  con diversas instituciones como CONACyT, UNAM, 1PN, SEP, ANUlES y otras, en aspectos importantes:  formación, actualización y especialización de profesores; cursos de actualización, producción de materiales auxiliares  de la enseñanza; apoyo y colaboración en proyectos de investigación; intercambio de revistas técnicas, bibliográficas y servicios de información; asesoría para establecer estudios de postgrado, apoyo a infraestructura física y humana de laboratorios; apoyo a planeación institucional; y proyectos de desarrollo institucional.[36]

La Universidad Michoacana participa en el Sistema Nacional de Planeación  Permanente  de   la Educación   Superior, de   la Comisión   Estatal   de Planeación de la Educación Superior  (COEPES)  y del Consejo Regional para la Planeación de la Educación Superior (CORPES). Se trabaja en  la elaboración  de  un   Diagnóstico  Institucional y   un Plan  de  Desarrollo   a Corto, Mediano y Largo Plazo, que indudablemente será de gran utilidad.[37]

La vida institucional de nuestra Casa de Estudios no se ha visto alterada por causas graves en la última década. Los movimientos que han suspendido el trabajo en forma transitoria han obedecido a conflictos de tipo laboral  con  los  sindicatos del  personal académico y de  los  trabajadores administrativos,   algunas veces  ligados  a  situaciones de   alcance nacional. Han surgido suspensiones de labores, también por corto tiempo, debido a las actividades de las Casas del Estudiante, que en esta década han modi­ficado su número y su calidad. A la fecha son 23 las que existen en con­diciones precarias que exigen una mayor atención y organización para que cumplan con su  función asistencial y de auxilio a los estudiantes pobres. En los últimos años se han acogido en las Casas numerosas personas que no pertenecen  a la comunidad universitaria,  aunque muy respetables por sus actividades en la lucha revolucionaria  en demanda de tierras,  habita­ción, transporte, educación y seguridad social. A estas Casas o Comunas —como suele llamarse a algunas—, se les otorgan cantidades fuertes en efectivo y en forma global, sin que los dirigentes estén obligados a justificar la erogación con la lista de alumnos becados y las calificaciones  que  los hagan merecedores del auxilio de la Universidad. Esto ha creado conflic­tos de intereses entre los mismos dirigentes,  amparados con siglas de partidos políticos o grupos de presión, que también participan en la contienda. Los efectos de estas luchas, tanto las que emprenden contra las autoridades universitarias como   las   que   libran   internamente,  han   repercutido   en   la sociedad,  sobre  todo  en  Morelia y  Uruapan que  se  han  visto  asediadas y paralizadas, en detrimento del prestigio y buen nombre de la Universidad.[38]

En esta década se han producido varios intentos de modificación de la ley Orgánica, y al efecto se han producido proyectos provenientes de grupos estudiantiles, magisteriales o de empleados administrativos. Aunque en todos se respeta la orientación filosófica de la institución, cada grupo pretende colocarse en el centro de las decisiones y ser el factor determinante en los aspectos fundamentales de la vida universitaria. Casi todos los proyectos suprimen la institución de la Junta de Gobierno y proponen al Consejo Universitario como órgano supremo de gobierno; y es en la composición del Consejo donde los diversos sectores quisieran destacar. La Junta de Gobierno ha cumplido veinte años como la máxima repre­sentación de nuestra Universidad; y en la UNAM lleva cuarenta, sin que en ese tiempo  hayan surgido problemas graves a causa de sus decisiones.

En el presente año (1983) la Junta de Gobierno funcionó irregularmente, sin renovarse conforme a la Ley Orgánica y a su reglamento inte­rior. Cuatro de sus miembros habían prolongado su permanencia, segura­mente por descuido del Consejo y no por su deseo personal; las fechas de retiro debieron ser: doctor Brígido Ayala, 1981; ingeniero Joaquín Mejía Ramírez, 1982; doctor Samuel Chávez Fraga, 1982; y doctor Santiago Barajas Carrasco, 1980; todos ellos universitarios muy distinguidos. Para subsanar la irregularidad, el Congreso del Estado aprobó el 23 de marzo algunas adiciones al artículo tercero de la Ley, y nombró a los cuatro miembros que deberían sustituir a los mencionados profesionistas. Fueron designados: doctor Ireneo Rojas Hernández, doctor Hiram Ballesteros Olívares, quien asumió la presidencia de la Junta; doctor Juan Hernández Luna; y licenciado Alfredo Gálvez Bravo, ex rector de la Universidad, quien ocupó la secretaría dei organismo de gobierno; quedaron como integran­tes: ingeniero Luis G. Meza Villaseñor, licenciado Alberto Cano Tovar y licenciado Juan Díaz Ponce de León, quienes permanecerán hasta el mo­mento en que deban abandonar la Junta por cumplimiento de su periodo.[39]

Una vez integrada debidamente la Junta de Gobierno, la primera tarea que tuvieron fue la designación de rector de la Universidad, ya que el licenciado Femando Juárez Aranda había cumplido su mandato. Había numerosas propuestas para el cargo, respaldadas por planteles, grupos y personas; los miembros de la Junta estudiaron cuidadosamente los antecedentes de cada candidato, y decidieron nombrar al doctor Cuauhtémoc Olmedo Ortiz, a partir del 26 de marzo del presente año, como nuevo rector de la Universidad Michoacana de San Nicolás de  Hidalgo.[40]

El doctor Olmedo Ortiz es un joven profesionista egresado de la Escuela de Medicina. Antes de "ser nombrado rector desempeñaba el cargo de regente del Colegio de San Nicolás. En este puesto pudo enterarse del estado  ruinoso  del edificio a  pesar de las numerosas reparaciones   que   se  le  han   hecho ha   sido   víctima   del   paso   del  tiempo. Construido hace un siglo  es natural que su resistencia falle y que se haga necesaria una reestructuración a fondo que  lo salvaguarde   de   la   ruina   total. Uno  de   los   primeros   acuerdos del rector Olmedo fue el  cierre temporal  del   primer patio ,  en tanto se   le   reconstruye,  y el traslado de los alumnos a la Ciu­dad Universitaria  donde  actualmente reciben sus clases.

Dr. Cuauhtémoc Olmedo Ortiz.

 

El cierre del vetusto edificio impidió que en él se efectuara el tradicional acto del 8 de mayo, fecha del natalicio del libertador don Miguel Hidalgo, hijo ilustre del plantel nicolaita. Desde hace algunos años dicho acto no se llevaba a cabo por la intransigencia de los grupos políticos, y la lucha interna de las Casas del Estudiante, que iban a! acto a agredirse mutuamente, sin respeto al recinto ni al recuerdo del héroe.

El rector Olmedo se había propuesto realizar el homenaje a don Miguel Hidalgo en el presente año, y como el local no ofrecía seguridad, ordenó que el acto se hiciera hacia la calle, y que se emplearan los balcones del edificio como tribuna. Asistieron para presidir un representante del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, gobernador constitucional del Estado, el presidente municipal de Morelia, ingeniero Rafael Ruiz Béjar, y el maestro Jesús García Herrera, regente del Colegio. Participaron como oradores: el licenciado Salvador Mora Villalpando, el alumno Alfredo Gon­zález, presidente del Consejo Estudiantil Nicolaita, y el mismo rector, quien censuró "los descuidos de hace diez años, irresponsabilidad y burocratismo", que causaron el deterioro del edificio. "Pero si hay amenaza de derrumbe material, no lo hay ni lo puede haber en. . . el pensamiento libertario que han  levantado, a través del tiempo, el Colegio y toda la Universidad".   Exhortó  a los nicolaitas: "No basta decirse o proclamarse revolucionario; esto es fácil; sino demostrarlo con verdades,  con hechos, y  no solo en la calle sino en el aula,  el  laboratorio,  la  biblioteca. . . Un mal estudiante, un maestro incumplido, un empleado ineficiente, un funcionario deshonesto en nuestra Universidad, no  pueden ser ni son revolucionarios, más que se cubran con  muchas estrellas rojas". Y concluyó con una demanda: "'¡Por una nueva Ley Orgánica verdaderamente democrática!".[41]

Hay inquietud por el futuro de la Universidad Michoacana. No se sabe a dónde podrán llevarla los grupos y tendencias políticas que se agitan en su seno. Fracciones de la izquierda mexicana se enfrentan violentamente; de modo que,  aunque se quisiera preservar la tradición  libertaria  y progresista de la institución nicolaita, no habría modo de hacerlo en la práctica ante  los  fragmentos  que, cada uno a  su  manera  se ostentan  como depositarios de  la verdadera línea revolucionaria, y atacan a sus enemigos circunstanciales con una pasión desbordada, mayor que si atacaran a sus enemigos verdaderos.  De este modo la Universidad  no podrá avanzar,  y no por culpa de la reacción, sino de los mismos revolucionarios que han encontrado en las casas de estudio afiliación fácil y campo de lucha, situaciones que no han sabido conquistar entre los obreros y  campesinos del país para un auténtico movimiento de renovación nacional.

 

NOTAS

 


 

[1] Discurso  pronunciado en la inauguración   de  cursos de   1967.  En A.   Lozano. El Estado… p.  89.

[2] En   1978  se hicieron  modificaciones al plan de   estudios inicial de   la  carrera
de Médico Veterinario y Zootecnista, con el sistema de enseñanza modular.

[3] El proyecto relativo en la revista "Universidad Michoacana”, Núm. 2, pp. 24-29. 30 de enero de  1968.

[4] Ver: revista "Cincuentenario". Núm. 2, abril-mayo de 1967.

[5] II Informe   de labores del rector Lozano, en la revista "Universidad", Núm. 5, marzo de   1969.

[6] Partes esenciales de  los  discursos  en  "Carla Mensual",  de   la  Sociedad  de exalumnos, Núm. 5, septiembre de 1967.

[7] El  doctor   Díaz Rubio desempeña bu un   cargo de  elección   popular:   Presidente Municipal de Morelia.

[8] Archivo de la Junta de Gobierno.

[9] Además se creó en   1974 la Escuela Preparatoria Núm. 3, que lleva el nombre
de "José Marín Morelos". Libro de actas del Consejo Universitario.  AHUM.

[10] Ibid.

[11] "Revista de Planeación Universitaria", Núm.  1.  1976.  Villahermosa, con algunos comentarios.

[12] Se   publicó   en  folleto   especial,   que   incluye   el   texto   de   la   Declaración   de

[13] El sistema divisional ha permitido una acción  coordinada y una  planeación más efectiva,    aunque    multiplica    los   servicios    administrativos,    con    resultados siempre óptimos.

[14] Ibid.,  pp.   161-166.

[15] Registro Público de la Propiedad Núm.  164087. tomo 903.

[16] El discurso del maestro en l. Chávez.... pp.  81-92,

[17] Ver:   Testimonio de  una gestión…,   p.   56.

[18] Ley Orgánica (anteproyecto).  1975.

[19] Para la creación de  la  Preparatoria se  presentó la  iniciativa el   19 de   septiembre, y el Consejo  acordó favorablemente  el   11  de octubre.  Libro  de actas  del Consejo   Universitario.   AHUM.

[20] Dr.   Luis   Pita   Cornejo,   Primer Informe.   1975.

[21] Ver:   Imágenes....   libro   que   se   formó   con   diversos   trabajos,  además  de   los discursos del homenaje de  los nicolaitas.

[22] L. Pila, op. cit., p, 95.

[23] El  doctor  Pita   renunció   al   cargo  a   Finales   de   1975.   En   el   libro   de   acias del  Consejo  Universitario  no   se anotan   ías  causas  de  su  separación.

[24] Dr. Genovevo  Figueroa Z.   Informe de la  Rectoría  1976-1977.

[25] Revista de Planeación   Universitaria,   pp. 6-21.

[26] El plan ha quedado suspendido en la actual administración.

[27] Lic.  Fernando Juárez   Aranda.  Informe de la  rectoría.   1979-1982.

[28] El doctor   Hernández  Luna  ha  presentado  proyectos de  trabajo  con  el  fin  de superar las labores del Centro.

[29] El  laboratorio de  Ingeniería Química   tuvo  un  costo  global  de $ 10'948.000.00. 

[30] Periódico   "El   Universitario",   órgano   oficial    de   información,   Núm.    3.   junio de 1981.

[31] Informe del licenciado Juárez Aranda. Op.  cit.

[32] Ibid.

[33] Ibid.

[34] Estos terrenos están inscritos a favor de la  Universidad en  el Registra   Público de la Propiedad.

[35] F. Juárez Aranda,  informe cit., anexo  Núm. 9.

[36] Actas del Consejo Universitario. AHUM.

[37] Ibid.

[38] Actualmente funcionan 2.1 Casas del Estudiante: "Ricardo Flores Magón", "2 de octubre", "Natalio Vázquez", "Insurgencia Popular", "H, Zitácuaro", "Madre Latina", "Emiliano Zapata", "Genaro Vázquez", "Rosa Luxemburgo", "'Misael Nuñez Acosta", '"Camilo Torres". '"Residentes universitarios", "lsaac Arriaga". "Espartaco", "3 veces H. Zitácuaro", "Regeneración". "Nicolaita". "Lucio Ca­bañas",  "Benito Canales",

[39] El ingeniero Meza había concluido también su periodo. Renunció al iniciar sus labores la nueva junta y en su lugar se nombró al Lic. Ramón Villasana. El doctor Ballesteros pidió su cambio por tener que ausentarse de la ciudad, y en su lugar se nombró al Lic. Roberto Reyes Quiroz. El Lic. Gálvez Bravo es el Pre­sidente de la junta.

[40] Fue la consecuencia inmediata del decreto 270. publicado en el Periódico Oficial, Núm.  25, del miércoles  23 de marzo  de  1963.