Lógica II: proposicional

 

La racionalidad

Es cierto que la naturaleza peculiar del argumento de la razón siempre deja abierta una laguna de sesgo. Al presentar el caso a la razón, los que rechazan la racionalidad pueden negarse a jugar el juego. Pueden decir, no tengo que justificar mis creencias ante nadie. En lugar de sentir cualquier necesidad de persuadir, las personas que están seguras de que tienen razón pueden imponer sus creencias por la fuerza. En las teocracias y autocracias, las autoridades censuran, encarcelan, exilian o asesinan a aquellos con ideas distintas a las suyas. En la democracia, la fuerza es menos brutal, pero la gente todavía encuentra medios para imponer una creencia en lugar de argumentar a favor de ella. Las universidades modernas, por extraño que parezca, su misión es evaluar las ideas, han estado a la vanguardia de la búsqueda de formas de no suprimir opiniones, incluir las ideas de otros, y abrir el aula a evidencia controvertida. En cambio en las universidades en ruinas, se revoca el trabajo de profesores que contradicen las ideas de su Rector, eliminan literatura incomoda y hacen de la discriminación de las ideas un acoso feroz.

Sí sabes que tienes razón, ¿por qué deberíamos tratar de persuadir a otros a través de la razón? Una razón es invitarnos a preguntarnos ¿somos infalibles? ¿Estás seguro de que tienes razón en todo? Si es así, ¿qué lo hace diferentes de sus oponentes, que también están seguros de que tiene la razón última? Y desde luego que las autoridades a lo largo de la historia, insisten siempre en que ellas tienen la razón última, pero, ahora sabemos por el dolor causado que estaban casi siempre equivocadas. Si tienes que silenciar a las personas que no están de acuerdo con usted, significa eso que no tienes buenos argumentos por estar equivocado. La incriminatoria falta de respuesta a tales preguntas, podría alienar a aquellos que no han tomado partido, incluidas las generaciones cuyas creencias no están justificadas en su grado de verdad.

¿Debemos seguir siempre la razón? ¿Necesitamos un argumento racional de por qué debemos enamorarnos, apreciar a los amigos, disfrutar de los placeres de la vida? ¿No está bien a veces volverse loco, ser tonto, dejar de tener sentido? Si la racionalidad es tan grande, ¿por qué la asociamos con una falta de alegría? Fue el profesor de filosofía Tom Stoppard en Jumpers, justo su respuesta de afirmar que la “fe es un monumento a la irracionalidad”. Veremos que si bien la belleza, el amor y la bondad no son literalmente racionales, tampoco son exactamente irracionales. El punto lógico de que la razón es el medio para un fin, y no puede decirnos cuál debería ser el fin, o incluso que debe uno perseguirlo. Por “pasiones” nos referimos a la fuente de esos fines: los gustos, deseos, impulsos, emociones y sentimientos conectados que descubrimos cómo alcanzar en nuestra vida. Es la distinción entre pensar y querer, entre creer algo que sostenemos que es la verdad y desear algo queremos lograr. El punto esta más cerca de decir: no hay gustos en disputa, solo si se sienten bien, ¡hágalo! No es racional ni irracional preferir chocolate a una manzana. Y de ninguna manera es irracional mantener un jardín, enamorarse, cuidar un perro, festejar bailando bajo las noches de lluvia.

Aún así, la impresión de que la razón debe imponerse a las emociones, debe venir de alguna parte, seguramente no es solo un error lógico, quizá es una tradición. Mantenemos nuestra distancia de las cabezas calientes, imploramos a las personas que sean razonables y lamentamos traicionar, arrebatos y actos de irreflexión. Nuestros objetivos en un momento son incompatibles con los de otros momentos. Los objetivos de una persona suelen no ser compatibles con las de los demás. Con esos conflictos, no servirá de nada decir que debemos servir u obedecer a nuestras pasiones. Algo tiene que darnos, y es entonces cuando la racionalidad debe su actuar a las pasiones, es decir, a su energía. Llamamos a las aplicaciones de la razón “sabiduría” y al efecto “ética”.

Cancelar la razón, no es posible; las emociones están presenten en todo acto racional, es imposible para un humano que esto no sea así. La toma de decisiones es difícil. Tan difícil, de hecho, que los científicos incluso han ideado un término para ello: “fatiga de decisión[1]”. El estrés de tomar cientos de decisiones todo los días se acumula hasta el punto en que estamos tan agotados que simplemente renunciamos y comenzamos a elegir al azar. ¿Cómo podemos tomar desiciones correctas y, al mismo tiempo, permanecer fieles a nosotros mismos?

En el mundo de hoy, nos vemos obligados tomar decisiones rápidamente y con una serie de incertidumbres. Esto no es inherentemente algo malo. La física cuántica nos enseña que no sabemos la ubicación exacta de un electrón, pero sí sabemos la probabilidad de encontrarlo. De hecho, toda la disciplina de la física cuántica se basa en tales probabilidades. Y es exactamente lo mismo con las decisiones: nadie sabe la verdad, solo estamos tratando de adivinar lo que es “correcto” y esperar lo mejor. Y ahí es donde entran los datos, para aumentar la probabilidad de que tomen las decisiones correctas.

Hay dos tipos de decisiones que no deben pasar por el mismo proceso de aprobación.

Tipo 1, son decisiones irreversibles, o casi irreversibles. Son como puertas de un solo sentido. Si entras y no te gusta lo que ves al otro lado, no puedes volver a donde estabas antes. Las decisiones de este tipo deben tomarse con gran cuidado y deliberación.

Tipo 2, son decisiones cambiantes y reversibles. Son puertas de doble sentido. Este tipo de decisiones, deben tomarse rápidamente sin someternos a un excesivo salto burocrático.

A demás la empresa humana debe tomar como criterios de inmersión:

• Tomar las obsesiones de la sociedad (cliente o ciudadano) a nuestro favor.
• Una visión escéptica de los procesos creativos.
• La adopción entusiasta de tendencias externas, métricas de desempeño.
• La toma de decisiones a alta velocidad basadas en datos.

La lógica de proposiciones, tiene que ver con un lógica epistémica (de los modos de conocer y valorar el conocimiento) y la lógica doxástica (redes de conceptos y semánticas). Con ello, la gente quiere una solo cosa. Quiere comodidad y placer, pero también quiere salud, el florecimiento de sus familiares, la estima romántica, la comunicación exitosa con sus demandantes y una narrativa satisfactoria sobre cómo han vivido su vida. Dado estos objetivos duelen ser incompatibles en el tiempo, no siempre podemos obtener lo que queremos. Algunos objetivos son más profundos, el placer más duradero y la narrativa más convincente. Usamos nuestra racionalidad proposicional para priorizar nuestros objetivos y perseguir algunos a expensas de otros. De hecho, algunos de nuestros objetivos aparentes ni siquiera son realmente nuestros objetivos, son los metafóricos impulsos de nuestros genes. El proceso evolutivo nos dotó de axiomas biológicos para reconocer[2]: la unidad, las categorías, la propiedades espaciales, la probabilidad y la lógica. Los conflictos entre objetivos próximos y finales pasan por la evaluación de estos axiomas y se desarrollan en nuestras vida como experiencias racionales.


[1] Johnson, Brad & Bowman, Hal. (2021). Decision Fatigue.
DOI: 10.4324/9781003125280-25.
[2] http://www.libertadacademica.com/EbookLetras34/pages/Nota1.html

Lógica

 








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Autoevaluaciones de la asignatura

Lógica I: Ciencia de la razón

ISBN 978-607-xxxx-x-x

Contenido


Módulo 1: La historia de la lógica

1.1 La lógica a lo largo de la historia
1.2 El problema de las habilidades lógicas
1.3 Las escalas de la lógica

Módulo 2. Las formas de pensar

2.1 La ignorancia
2.2 ¿Qué es la lógica?
2.3 Reflexión sobre lógica
2.4 Métodos para adquirir conocimientos válidos
2.5 Razonamiento
2.6 Ideas
2.7 Juzgar
2.8 La vida cotidiana
2.9 Forma y la materia
2.10 Lógica formal y material
2.11 Deductiva e inductiva
2.12 Lenguaje, lógica y conceptos
2.12.1 Interrelación
2.12.2 Sintaxis, semántica y gramática
2.12.3 Lenguaje
2.12.4 Funciones del lenguaje
2.12.5 El papel de la lógica
2.13 Las proposiciones lógicas
2.13.1 ¿Qué es una palabra?
2.13.2 Tipos de palabras
2.13.3 ¿Son los nombres propios "términos"?
2.13.4 Tipos de términos
2.13.5 Sentencias y proposición
2.13.6 Teoría de la verdad
2.13.7 Tipos de proposiciones lógicas
2.13.8 Proposición formal y material
2.13.9 Identificación de argumentos formales y materiales
2.13.10 Proposiciones categóricas: A, E, I, O
2.13.11 Distribución de términos
2.14 Oposición de proposiciones
2.14.1 Subalternación
2.14.2 Contrario
2.14.3 Subcontraria
2.14.4 Contradictorio
2.15 Las leyes del pensamiento
2.15.1 La ley de la identidad
2.15.2 La ley de la mitad excluida
2.15.3 La ley de la no contradicción
2.15.4 La ley de la razón suficiente
2.16 Paradojas lógicas
2.16.1 ¿Qué es una paradoja?
2.16.2 Clasificación de las paradojas
2.16.3 Diferencias entre paradoja, ambigüedad y vaguedad
2.17 Inferencia inmediata
2.17.1 Conversión
2.17.2 Obversión
2.17.3 Contraposición
2.17.4 Inferencia inmediata
2.18 Mediar inferencia (silogismo)
2.18.1 Figuras del silogismo

Módulo 3. Silogismo puro y mixto
3.1 Silogismo categórico puro
3.2 La máxima de todos y ninguno
3.3 Entimemas
3.4 Sorites
3.5 Silogismo hipotético puro
3.6 Silogismo disyuntivo puro
3.7 Silogismo categórico hipotético
3.8 Silogismo categórico disyuntivo
3.9 Dilema
3.10 Formas de dilema
3.11 Lógica simbólica
3.11.1 Nacimiento de la lógica simbólica
3.12.2 Ideogramas
3.12.3 Variables proposicionales y conectivas lógicas
3.12.4 Traducción de proposiciones lógicas en simbólicas
3.12.5 Funciones de verdad y método de tabla de verdad
3.12.6 La función conjuntiva y la función disyuntiva
3.12.7 Función implicativa y función de equivalencia

Módulo 4. Lógica simbólica

4.1 Método indirecto de decisión de la tabla de verdad
4.2 Árbol de Beth
4.3 Fórmulas de derivación proposicional
4.4 Forma normal disyuntiva
4.5 Forma normal conjuntiva
4.6 Demostración de la validez de los argumentos
4.7 Lógica de predicado
4.7.1 ¿Qué es la lógica de predicados?
4.7.2 Cuantificador universal
4.7.3 Cuantificador existencial
4.7.4 Proposición atómica
4.7.5 Oposición de proposición
4.7.6 Traducción de proposiciones lógicas a lógica de predicados
4.7.7 Demostración de la validez de los argumentos

Módulo 5. Inducción y deducción

5.1 ¿Qué es la inducción?
5.2 Tipos de inducción
5.3 Inducción científica y no científica
5.4 Inducción por analogía e inducción enumerativa
5.5 Inducción por enumeración simple
5.6 Inducción por completo
5.7 David Hume y el problema de la inducción
5.8 Inducción y probabilidad
5.9 Métodos inductivos de J. S. Mill
5.9.1 El método de acuerdo
5.9.2 El método de la diferencia
5.9.3 El método conjunto de acuerdo y diferencia
5.9.4 El método de los residuos
5.9.5 El método de variaciones concomitantes
5.9.6 Ciencia e hipótesis
5.9.7 Una hipótesis

Blogs

Blog 1. Introducción
Blog 2. Argumento
Blog 3. Deducción e inducción
Blog 4. El trabajo lógico
Blog 5. Sistema formal

 

Autores:

Eduardo Ochoa Hernández
Nicolás Zamudio Hernández
Gladys Juárez Cisneros
Pedro Gallegos Facio
Lizbeth Guadalupe Villalon Magallan
Gerardo Sánchez Fernández
Rogelio Ochoa Barragán