3. El escritor académico 

 

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Autores:

Eduardo Ochoa Hernández
Dina Durán Carranza
Nicolás Zamudio Hernández
Gladys Juárez Cisneros
Lizbeth Guadalupe Villalon Magallan
Pedro Gallegos Facio
Gerardo Sánchez Fernández
Rogelio Ochoa Barragán

 

 

 

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La ciencia describe con precisión desde el exterior, la poesía describe con precisión desde el interior. La ciencia explica, la poesía implica. Ambos celebran lo que describen. Necesitamos los lenguajes tanto de la ciencia como de la poesía para salvarnos de simplemente almacenar "información" interminable, que no informa nuestra ignorancia o nuestra irresponsabilidad. Ursula K. Le Guin


Estudiante o profesor inclinados al deseo del cambio, esta voluntad para no ser atados, tratan a sus escritos, no como análisis para ser evaluados por sus contribuciones a nuestro entendimiento, sino como momentos de una aventura personal. Un estilo intelectual personal. Estos académicos celebran su inquietud más que sus análisis estructurados, la voluntad de seguir sus curiosidades y el placer en lugar de sus logros en el campo disciplinar en el primer plano. Desaprender, es ceder a las modificaciones imprevisibles que la nueva información impone al conocimiento sedimentado, la cultura y las creencias que uno ha atravesado. La escritura académica es un movimiento de desaprendizaje y renovación, tal vez especialmente cuando en inesperadas piezas de textos, parecen hacerse el crecimiento intelectual.


El escritor académico, es esencialmente una personalidad que ha ganado autoridad porque se adapta en su obra, discutiendo con su personalidad más como emprendedor teórico. Su formación liberal en la literatura, podría ser tratada como un entusiasmo en los clásicos y en la vanguardia de su propio tiempo. La comunidad académica corteja repetidamente el riesgo de trivializar sus obras haciéndolas expresiones de un deseo de libertad académica, argumentos para ser meditados, desarrollados o impugnados procediendo con cautela en el estilo de razonamiento objetivo. Cada pieza de texto se considera un logro original del intelecto, papel crucial del análisis de las ideas, habla de su entusiasmo por las oposiciones conceptuales, especialmente producir justificaciones e inferencias, plantea la posibilidad de escribir por nuevos caminos del saber. Aquí en la gramática aplicada está la posibilidad de decir algo original al mundo. Por lo tanto, la obra procede de pasión conceptual, sucesivos entusiasmos de curiosidad que ensayan la profundidad y la coherencia de nuevas premisas. 


Un lector intelectual, curioso observador que debe al menos detenerse a preguntar si esta es la mejor manera de desmitificación de la academia, ese mito de ser una actividad solo para informarnos. Dada la dificultad de evaluar la apropiación de conceptos, la escritura es el reflejo del control mental logrado en un proceso de análisis de lecturas, es la rúbrica subyacente al arte del estilo del pensamiento científico. Escribir texto académico, vincula al autor con el esfuerzo intelectual y con su estilo de abordar los temas. Su escritura es demasiado lúdica para autorizar una conclusión definitiva sobre los temas. Aunque sería un desafío buscar un deseo unificador y subyacente, con la esperanza de descubrir y vivir el estilo científico más autentico de su diseño discursivo. El escritor académico participa con vigor e inventiva para ganar profundidad en sus esfuerzos para hacer de su escritura el arte de su pensamiento, desde una serie de proyectos temáticos muy diversos y sin denominador común. El escritor académico es un experimentador público que ensaya ideas y sistemas de explicación.


El trabajo crítico del académico no es descubrir el significado secreto de las obras, sino construir inteligentemente las ideas de nuestro propio tiempo. Es desarrollar marcos conceptuales para tratar fenómenos del pasado y del presente. Esto, se puede argumentar, es la actividad fundamental y su preocupación más persistente. Lo más fascinante de la escritura académica es que su mundo sea racional tan radical que muchas veces no coincide con el sentido común apoyado en lo sensorial. Estas piezas de texto intentan mostrarnos cómo razonamos y sobre todo, cómo lo estamos haciendo en la metodología y el resultado de construir marcos teóricos que son productivos confiables. Al impugnar las ideas eternas y proponer nuevas perspectivas desde la literatura de vanguardia, ayuda a resolver lo desconcertante, preservando al mismo tiempo, las teorías adversarias.